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- Entonces... ¿Cómo te llamas? - Preguntó la nueva acompañante de Raven, quién la seguía cargando en sus brazos.
- Raven... ¿Y tú? - Respondió, mientras su voz se llenaba de curiosidad.
- Reya, o creo que era así - Contestó con algo de duda. - Bueno, es que el nombre que me pusieron era realmente horrible -
La chica de ojos blancos se rió ligeramente, era divertida la sinceridad excesiva de Reya.
- Y ¿Cómo se llama tu hermano? - Volvió a preguntar mientras cargaba a Raven de caballito.
- Cristopher - Dijo y cambió de tono a uno más melancólico.
Reya notó lo triste que se puso Raven, así que buscó una manera de hacerla sonreír.
- Tranquila, yo soy la mejor buscando cosas perdidas - Exclamó con una sonrisa.
Raven se ilusionó mucho, estaba un poco más animada, pero Reya por su sinceridad solo le bajó los ánimos a la de cabello negro.
- Bueno, sólo se encontrar cosas... No personas - Continúo al mismo tiempo que dudaba de sus capacidades.
La de ojos blancos suspiró, estaba comprometida en reunirse con Cristopher, pero era completamente inválida y no tenía idea de dónde empezar.
- No te esfuerces demasiado... Primero tenemos que arreglar esas piernas - Habló Reya con una sonrisa y miraba a Raven con ilusión.
- ¿Cómo?... Es prácticamente el fin del mundo, no conozco a nadie que pueda repararlas y ni un adulto cercano que firme la reposición - Se quejó mientras veía sus piernas rotas.
- Buena pregunta - Murmuró al mismo tiempo que buscó un lugar para descansar.
Reya dejó a Raven en una banca a las afueras de una tienda de autoservicio y buscaba suministros, ya que a Raven le habían quitado todo lo de su inventario al cambiar de IA, tenía los códigos monetarios. Pero, no es como si funcionaran para algo.
Raven, se sentía muy inútil, sumisa al confiar demasiado en una extraña... Bonita, pero extraña.
Con sus ojos blancos visualizó a la de cabellos rosados, que ingenuamente dejaba su dinero en la caja, aunque nadie la atendiera.
Le recordaba un poco a Cristopher, siempre con su instinto heróico, ingenuidad y preocupación por los demás.
Trató de abrir sus mensajes, pero solo tenía uno, el de su madre. Eso, solo la hizo preguntarse como estarían sus padres ¿Qué había pasado realmente?
Miró el cielo de madrugada, que era rosado, morado, azul marino con su única brillante estrella blanca. La brisa ondeaba su corto cabello, respiraba el denso aire contaminado.
Cada respiración, la ponía más intranquila, se había perdido en su propio mundo. Que ni siquiera notó que Reya la estaba observando desde hace un rato.
- Tienes una cara interesante - Habló ella, quién estaba sentada de cuclillas con sus manos reposadas en su barbilla y los sus ojos solares clavados en las lunas de Raven.
La de cabello negro se sobresaltó y miró hacia abajo, dónde solo encontró la mirada dulce de Reya.
- Debes estar mal de la vista - Se burló mientras apartaba la mirada.
- No, de hecho, tengo la mejor vista del mundo - Reya trató de ver a la cara a Raven, pero ella no quería. - Yo se cuándo la gente es bonita - Se rió con un tono de arrogancia.
- Pfft... Eso es imposible - La de ojos blancos miró con el seño fruncido y una sonrisa confundida a la de cabellos rosados.
- Imposible... O no, te ayudaré a arreglar tus piernas - Contestó mientras sacaba unos utensilios que había "comprado" en la tienda.
Al ver los extraños materiales de la chica en sus manos, Raven no supo si ponerse feliz o aterrada. Ya que tenía unas pinzas, clavos, un cuchillo y unos bocadillos.
- ¡Fue para lo que mi humilde economía pudo permitirse! - Exclamó mientras abría su sobre de galletas. - ¿Quieres? -
Los labios rosados de la de cabello negro, temblaron. Olvidaba el delicioso sabor de una galleta, así que sin decir un sí o un no, sólo tomó una y se la devoró en un segundo.
- ¿Por qué no me dijiste que tenías hambre? - Preguntó Reya, quién empezaba a examinar el complejo sistema de rodillas de Raven.
- Pensé que tenía comida en el inventario - Respondió y se comió otra galleta.
- ¿Eres así de tragona? - Volvió a preguntar, solo estaba distrayendo a la chica para que no viera el procedimiento de "cirugía".
- ¡No! ¡El tragón aquí, es Cristopher! - Reclamó avergonzada, mientras se cruzó de brazos.
Reya solo se podía reír ante las reacciones de Raven, se habían conocido por tan solo un día y ya era alguien agradable. Fue su primera amiga.
Después de una buena charla, o más bien de que Reya escuchará todos los problemas de Raven que la habían traído hasta ahí, sin decir ni una sola palabra. Terminó.
- Creo que ya está - Habló interrumpiendo el final de la historia de Raven, sin querer ofender.
Las blanquecinas perlas que tenía por ojos Raven, parpadearon muchas veces. Fue impresionante el resultado, a pesar de que dudó mucho en las capacidades de Reya.
Flexionó y estiró su rodilla sin ningún problema, se sentía tan bien poder caminar de nuevo.
- Gracias - Dijo Raven con una sonrisa, que fue directamente dirijida a los ojos de Reya.
- No es nada - Contestó mientras se paraba del suelo. - Ahora sí - Reya extendió su mano, para hacer referencia a la primera vez que se conocieron. - ¿Te ayudo? -
Raven miró la mano de Reya por unos segundos, era la primera vez que alguien quería ayudarla realmente, y necesitaba mucho a una persona que la ayudara en este viaje, a través del fin del mundo.
- No, quiero que seas mi leal compañera durante esta extraña y aterradora misión - Respondió al mismo tiempo que le tomaba la mano a Reya.
Los primeros rayos del sol iluminaron los ojos de la chica de cabellos anaranjados, un leve sonrojo de felicidad calentó sus mejillas, no podía parar de sonreír ante la persona que ahora era su amiga.
- Estaría encantada - Ella estrechó la mano de Raven como si fuera la primera y última vez que lo harían... Y realmente, lo fue.
- Prométeme jamás irte, porque si lo vas a hacer, vete de una buena vez - Habló la de cabello negro en un tono frío y serio.
Reya se estremeció, el alma se le fue a algún lugar muy lejano al ver lo seria que podía ser su compañera.
- Lo prometo - Contestó con algo de nervios, aunque su entusiasmo le ganará.
- No hay tiempo que perder, entonces - Dijo Raven mientras veía el paisaje que tenía enfrente.
Les esperaba un día favorable al parecer, el sol matutino y la soledad de la ciudad, hacían la nueva aventura de Raven una muy interesante.
Pero, lo arruinaba la ola de infectados que se les avecinaba.
★★★
¡Conoce a la heroína de la historia!
★ Reya Rei ★
Edad actual: 14
MBTI: ESFJ
Género: Femenino
Tipo de IA: Desconocido
Origen de fabricación: Desconocido
Apodo heroico: Aún no disponible
Cumpleaños: 17 de julio
Descripción: Reya según Raven, es la chica mas bonita que jamás haya visto en su vida, es muy talentosa y ágil. Sin saber su lugar de procedencia, apareció en la vida de la protagonista espontáneamente, abriendo una puerta de la nada, de un lugar desconocido.
Datos interesantes: Reya no tiene amigos a pesar de lo sociable que es su personalidad, Instinto heróico marcado hasta la médula, su debilidad es Raven.
Misión actual: Ser acompañante de aventura.
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