A. | 5

- Finalizando descarga de datos... Completa... Bienvenida a Eli IA, Raven Rou - Dijo una voz femenina programada en el cerebro de la chica.

Raven, con una jaqueca horrible se despertó y notó las cadenas que la ataban a un cuarto oscuro.

- ¡CHRISTOPHER! - Gritó desesperada, buscando en algún lado a la única persona que la acompañaba.

Un movimiento brusco hizo que se moviera de un lado a otro, Pero el silencio seguía inundando la habitación.

- ¡Cristopher! - Volvió a llamarlo, pero solo podía pensar lo peor al ver que no contestaba.

Otro movimiento aún más brusco, abrió una grieta que dió hacia las afueras.

Entonces, pudo escuchar gritos, gruñidos y ver a todas las personas corriendo por su vida, aunque Raven no sabía exactamente porqué.

- ¡Más rápido! ¡Más rápido! - Gritó uno de los conductores al ser perseguidos por algo... O, por alguien.

Entonces, Raven hizo su máximo intento por moverse, tratar de averiguar que sucedía.

El transporte dónde era transferida se frenó de golpe, lo que hizo chocar con una de las paredes de la caja.

- ¡Sal de ahí, INMEDIATAMENTE! - Ordenó uno de los enmascarados, quien la sacó de la caja. Pero, no la liberó de sus cadenas.

Raven miró a su alrededor y el miedo la consumió, la noche y las luces que caían lentamente, la hicieron sentir tan débil e indefensa.

Todo se caía a pedazos, disparos, gritos y llantos, todo parecía ser un caos y no solo eso, sino el terror que nadie pudo haber imaginado.

- ¿Dónde está mi hermano? - Preguntó Raven al acercarse al conductor.

- ¡No lo sé! ¡Lárgate de aquí! - Se quejó mientras le temblaban las manos.

La voz de la chica de ojos blancos desapareció, un vacío se albergó en su pecho y su mente solo la envenenó, dominando el pensamiento de la muerte misma.

Pocos segundos después de tener la mente en blanco, una criatura casi humana que empezaba a cojear se acercó al conductor.

- Ayuda... Necesito ayuda - Era una mujer que tenía un bebé en brazos y por su apariencia, ella no lucía muy bien.

- ¡Por Lysandra! - El conductor sacó un arma de su bolsillo y apuntó a la mujer.

- ¡No, por favor! ¡NO ESTOY INFECTADA, POR LO QUE MÁS QUIERA NO-! - Las súplicas de la mujer no bastaron para salvarla de las garras de la muerte.

El llanto del bebé hizo que Raven se quedará estática, había visto, quizá, su evento más traumático hasta ese día.

Las palabras de Cristopher saturaron la cabeza de Raven.

- "¡Te dijo que quería regresar a casa!... ¡Y TÚ NO HICISTE NADA!" - Esas palabras golpeaban y apuñalaban cada parte de su cuerpo.

Pero... Aún no sentía remordimiento, no sentía culpa, sólo fue impactante.

- ¡Toma ésto y vete a la guarida! - El hombre le entregó el arma a Raven y ella solo pudo quedar muda. - ¡YA! -

El GPS actuó de forma inmediata a las órdenes del hombre enmascarado, marcó la ruta y los pies de Raven se movieron por si solos.

Corrió lo más rápido que pudo, ignorando todo a su alrededor y con el corazón agitado.

Todo su miedo la consumió, ella solo quería volver a ver a Cristopher.

De pronto, la autopista por la que ella corría, se desmoronó por debajo de sus pies.

Cayó unos diez metros al suelo y terminó gravemente herida. Sus piernas no le funcionaban y la pistola terminó muy lejos de ella.

Unos infectados la rodearon y con toda la paciencia del mundo, se acercaron a ella y con solo olfatearla ya podían suponer su delicioso sabor.

Raven luchó por alcanzar la pistola, se arrastró por el suelo hasta que con la yema de los dedos la tocó y pudo sujetarla.

Tomó un respiro, jamás había tenido tanto valor y está vez sería la primera vez que le quitaría la vida a alguien... En la vida real.

Con un movimiento rápido, jaló del gatillo y descubrió lo mala que era su puntería, además de que ni siquiera sabía usar un arma realmente.

Disparó a lo loco, solo buscaba luchar por su vida, luchaba por ver la sonrisa de Cristopher otra vez.

Las municiones láser se terminaron y aún faltaban demasiados infectados por exterminar, no quería rendirse... Pero tal vez ya era su hora. Ni siquiera había grabado su último mensaje*

Entonces, una puerta se abrió de la nada, una niña de la edad de Raven salió por ella, era probable la chica más bonita que Raven había visto.

Tenía un cabello rosado precioso, largo y unos ojos anaranjados que brillaban como el sol. Era muy alta y usaba un traje blanco ajustado, con el número 1 en su pecho.

Al ver la situación de Raven, ella fue a su rescate y empezó a golpear a los infectados.

Tenía una técnica muy estética y elegante de combate, sus piernas eran como cuchillas, tenía una flexibilidad impresionante, pero lo más atractivo era que, no recibía ni un solo rasguño.

Con cada golpe, parecía volverse más fuerte, no tenía miedo de su enemigo, solo quería ayudar a Raven, aunque no la conociera.

La chica de ojos blancos pensaba que era una incompetente al lado de ella, toda su fuerza era en vano, en el fin del mundo.

Por alguna razón, Raven pensó que la chica extraña, era un ejemplo a seguir.

Todos caían con tan solo unos cuantos golpes, Raven solo veía como la sangre violeta manchaba su pulcro blanco traje.

La chica dió una última patada en la cabeza con su último oponente e inmediatamente fue con Raven.

- ¿Te encuentras bien? - La niña extendió su mano para ayudar a Raven.

Pero, por más que ella quisiera tomar la mano de la extraña, sus piernas estaban destrozadas.

- Esa pregunta creo que se responde sola - Raven se rió ligeramente, pero aguantaba sus ganas por llorar del dolor.

- Te ayudo, entonces - La extraña se hincó y buscó la manera de cargar a Raven.

- ¡No! Soy muy pesa.. - Antes de que Raven terminará su diálogo, la chica ya la tenía en sus brazos.

- Entonces... ¿A dónde vamos? - Preguntó la chica con una brillante sonrisa.

- Buscaremos a mi hermano - Contestó con seguridad y miró el largo camino que le esperaba.

La misión principal de Raven ahora era buscar a Cristopher, aunque eso le costará la vida misma, buscaría hasta las entrañas de la obscuridad para encontrarlo.

★★★

Mensajes de despedida.


Cuando un Androhumano siente que ya ha llegado su hora, graba un mensaje para las personas que más quiere y se envían en automático al momento de morir.

Si no tienes idea de que grabar, la IA genera un mensaje para tus seres queridos diciendo lo que querías hacer, si lo cumpliste o no.

Además, todos tus secretos se revelan a una persona de confianza, así que es mejor grabar tu mensaje de despedida antes de irte de este mundo.

Tus memorias se quedan a cargo de la persona que tú decidas, ella decidirá que hacer con ellas, ya sea subirlas a la nube o conservarlas.

Cuando mueres, tu conciencia crea un escenario en el cual puedes disfrutar, puede añadir a tus seres queridos que ya se han ido y si te aburres del mundo que creaste, puedes hacer otro, con nuevas características, o simplemente abandonar para siempre y apagar luces.

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