Capítulo 36. Cárcel muy muy lejana

DESMOND

Luca y yo emergemos de entre los escombros de la iglesia despedazada. Sobre nosotros, estrellas fugaces trazan su camino en el cielo, navegando hacia mundos distantes.

—¡Luca! —Conan grita desde las alturas, Binu aterriza con cuidado uniéndose a los gritos de victoria con un fuerte rugido.

Conan desciende de Binu con rapidez y se dirige velozmente hacia nosotros. Su cabello rojo sigue desprendiendo una intensidad que parece incendiarlo todo a su paso; da la impresión de ser el fuego encarnado. A unos metros a la distancia, un chillido de dolor nos hace taparnos los oídos... en la última torre de la iglesia que queda de pie, Tetis saca con rudeza una larga y filosa lanza, creada con su magia, del cuello del último monstruo de sombras de Triddor. Kilian atrapa el cuerpo del monstruo cuando este va cayendo, sus garras de hielo se incrustan con fuerza y en un parpadeo el monstruo se convierte en polvo.

—Pensé que una vez que acabáramos con Traidor todo lo que una vez creo se iría con él —digo sin dejar de ver el contraste del cielo con el de mi pueblo destruido.

Un caos bañado en luz bendita.

—Creo que es por esto —Conan extiende su mano y el corazón gris de Triddor destella como si estuviera burlándose.

Escuchamos cientos de pasos acercarse, al darnos la vuelta, todos nuestros amigos, unos más heridos que otros, nos sonríen. Todos los batallones; de guardias, de hechiceros, de gente del pueblo se quedan a una buena distancia... la mirada que nos dan... es...

—Hagámoslo todos —Luca nos dice—. Destruyamos a este corazón maldito.

Juntos, hacemos un gran círculo, los drokar se acercan con prudencia preparando sus llamas justo cuando Conan deja el corazón en el suelo.

—Merecemos que arda en llamas por todo lo que nos ha causado... —Luca empieza a hablar, sus ojos rojos nos observan uno por uno—. Desearía tener el poder de otorgarle a cada uno un corazón, —su voz resuena elevándose para que todos lo escuchen— porque comprendo el sufrimiento que han soportado a manos de Triddor. Sin embargo, anhelo que sus manos no se manchen más con su poder, ni con su sangre, ni con lo que su nombre alguna vez pudo significar.

Luca dirige su atención a nosotros y asiente una vez dando un paso al frente, todos lo seguimos; Tetis, Sharman y Eric alistan su magia de luz, Amber y Amelia alistan sus flechas, Víctor y Claus alzan sus espadas, Vicky con ayuda de su magia logra alzar una enorme piedra que nos sume en una oscuridad mucho más sombría. Conan me toma de la mano y su magia me toma por completo... no lo hace para robarme energía ni nada parecido; él me necesita, tanto como yo lo necesito a él y su magia es el puente que nos conecta porque con ella podemos ser uno solo.

Todos lanzamos nuestros poderes y armas al mismo tiempo. Fuego, hielo, luz, oscuridad y filoso acero chocan contra el corazón de Triddor, la gran piedra de Vicky cae terminando de hacerlo trizas, la oscuridad de Luca envuelve los pedazos de piedra que han salido volando antes de que nos alcancen junto con lo que queda del corazón, para después succionarlo hasta que ya no queda ningún rastro de lo que Triddor alguna vez fue.

...

—Debimos quedarnos en el pueblo —mi voz resuena en todo el pasillo. A estas horas de la noche, el castillo no debería lucir tan escalofriante, pero hoy la vibra que emana es bestial.

—Lamento haberlos traído aquí a la fuerza... —Dreyden voltea a vernos y sus ojos grises resplandecen.

Tras despedazar el corazón de Triddor, la magia de Dreyden nos envolvió a Conan, Luca y a mí, dejándonos temporalmente inmovilizados. Luego, ordeno a la magia traernos de vuelta al castillo. Los cuatro permanecemos en silencio durante un buen trecho mientras continuamos caminando. Luca está inmerso en sus pensamientos, tratando de comprender cómo Dreyden logró dominar su magia. Conan no suelta mi mano como si temiera que Dreyden fuera a controlarme y alejarme de su lado.

—No debemos dejar pasar más tiempo —Dreyden camina con más prisa—. El comandante Khan ya debería estar aquí, los que se quedaron en el pueblo están apagando el fuego y ayudando a la gente herida, de igual forma ordene...

—Espera —Luca se detiene y sus sombras emergen de entre las paredes—. ¿Estás diciendo que ahora estás usando tu magia en toda la gente del pueblo?

—¿Y como es posible que puedas controlar la magia de Luca? —Conan da un paso hacia Dreyden—. ¿Qué es lo que tramas?

Dreyden se detiene a unos cuantos pasos más, frente a la puerta de la biblioteca, donde horas antes mi padre intento matar a mi hermano y a Conan.

—Es probable que yo tenga que ver con eso —una voz femenina emerge por detrás de la puerta, esta se abre con lentitud, Dreyden sonríe cariñosamente tomando la mano delgada y pálida que se extiende frente a él.

Nosotros damos dos pasos hacia atrás, las sombras de Luca se hacen más grandes y sus marcas salen de sus brazos, pero algo le impide atacar. Las luces amarillas y naranjas del interior de la biblioteca hacen que el pasillo se vea bañado en oro y todo parece brillar con más ferocidad y poder cuando la madre de Dreyden nos sonríe.

—Mi esposo y yo nunca anticipamos que nuestro hijo nacería con la fusión de nuestras magias —La reina suspira encogiéndose de hombros—. Su poder es capaz de adentrarse en lugares sombríos y persuadir cualquier cosa.

—Aryan... —Luca pronuncia su nombre como si fuera un sueño.

—Cuanto tiempo ha pasado Luca Andillac hechicero oscuro y protector de mundos —La reina hace una pequeña reverencia, Dreyden se queda sorprendido al ver el acto de su madre, es probable que jamás haya reverenciado a nadie más—. Prometí que llegando el momento justo, yo sería quien te ayudaría.

—Está todo listo —una voz fuerte sale del interior de la biblioteca.

—Un gusto conocerlos a ustedes también —Aryan se dirige a Conan y a mí—. Lamento que...

—Hizo lo que era mejor en ese momento —Conan la interrumpe sonrojándose un poco por los nervios—. Salvo a Agroz cuando él más lo necesitaba. No fue su culpa que se haya convertido en un monstruo.

Los ojos de la reina se cristalizaron, tratando de no llorar; en cambio, su sonrisa se ensancha, su belleza natural combinada con aquella aura que desprende hace que nos sintamos en confianza. Nos hace un movimiento de cabeza para que entremos a la biblioteca, Luca entra primero, luego Conan y yo apretando más nuestras manos.

El caos que mi padre ocasiono en la biblioteca ha desaparecido, Dreyden se aleja de su madre caminando hacia un hombre que está de espaldas tan alto como él, su capa violeta se extiende en el piso imponiendo respeto y sobre su cabeza brilla una corona con joyas rojas en forma de corazón.

—Es por esto que Dreyden tardo en llegar a la batalla —me susurra Conan acercándose sin dejar de mirar en dirección a Dreyden—. Trajo a sus padres... ¡Desde aquella taberna extraña!

—No fue tan fácil como lo piensas —La reina se voltea hacia nosotros recargándose en un librero, de entre los pliegues de su vestido se alcanzan a ver uno que otra arma—. Ese tipo de portales son engañosos, entras en uno y puedes aparecer en un continente equivocado.

—Fuimos a dar a los continentes del sur —El padre de Dreyden se da la vuelta y casi dejo de respirar. Su porte es de total elegancia, la manera en la que nos mira, como si nos despreciara y quisiera protegernos a la vez, hace que mi piel se erice—. Un lugar muy pintoresco para mi gusto.

Al fondo de la biblioteca se escuchan ruidos de cadenas arrastrándose, Conan se rasca la nariz tragando saliva, quizás recordando el infierno que tuvo que pasar en el templo Ardor.

—Respira —le susurro, él voltea a verme—. Estás conmigo, estás a salvo.

—¡Hijos míos! —la voz de mi padre hace que mi corazón brinque.

Luca se acerca a nosotros, sus sombras hacen un círculo protector alrededor. Nuestro padre aparece con un abrigo raído y con una capucha tapándole el rostro por uno de los pasillos de la biblioteca encadenado de manos y pies, el comandante Khan es quien lo empuja para que siga caminando. Una vez que llegan al centro de la pequeña estancia, el comandante Khan lanza a mi padre al suelo.

—Por favor mis queridos hijos —alza su vista poniéndose de rodillas, la capucha de su cabeza cae en un silencio desgarrador.

Luca se pone tenso a mi lado, la bilis sube por mi garganta y Conan se tapa la boca cuando nos percatamos que el lado izquierdo del rostro de mi padre está totalmente podrido.

—¡Díganle a esta loca que soy inocente! —mi padre señala a la reina Aryan quien está jugando con un par de esmeraldas pasándoselas de una mano a otra.

Mi padre emite un grito silencioso, trata de tocarse la garganta, pero no lo logra, sus cadenas golpetean a sus costados; trata de incorporarse, pero sus rodillas parecen estar pegada al suelo. El padre de Dreyden camina tranquilamente hacia él.

—Tranquilo cariño —La reina se dirige a su esposo, el rey suspira con el ceño fruncido soltando a mi padre quien se incorpora con lentitud tratando de respirar—. El rey Kaner tiene algo de razón, un poco de locura vive en mí, pero aun así... —la reina Aryan guarda sus esmeraldas en su vestido—. No es manera de dirigirse a una dama.

Mi padre vuelve a caer al suelo a causa del poder de la reina, su cabeza rebota con tanta fuerza que toda la biblioteca se sumerge en el eco que causa. Ni Luca ni yo interferimos.

—¡Ni siquiera sé de que me están culpando! —Mi padre grita una vez que la magia de la reina lo suelta.

—Es aún más despreciable que no lo sepa teniendo en cuenta que su firma está aquí —La reina camina a una mesa cercana donde hay un pergamino, ella lo toma y empieza a leer—. En virtud de la sagrada alianza que une a los continentes de la Triple O, se establece solemnemente que cualquier monarca que atente contra la vida de su primogénito, ya sea con mano propia o por decreto real, será condenado a prisión perpetua sin posibilidad de redención —Luca voltea a verme, mi padre empieza a negar con la cabeza sus manos se aferran a su cabello con tanta fuerza que su rostro empieza a ponerse rojo, la reina no le toma importancia y continua leyendo— Asimismo, toda acción que cause daño a otros miembros de la nobleza real resultará en un castigo proporcional, añadiendo años de encierro a la sentencia del infractor. Que este decreto sea grabado en las páginas de la historia, como testimonio de la voluntad inquebrantable de preservar la paz y la integridad en los reinos que conforman nuestra amada Triple O. Así sea sellado y firmado en este pergamino, bajo la mirada de los dioses y la justicia eterna.

—Fuimos informados de que infringió estas dos reglas —El padre de Dreyden se dirige a mi padre que levanta la vista hacia nosotros.

—Es una total mentira —escupe mi padre.

Me duele el alma cada una de sus palabras. No puedo creer que mienta frente a todos nosotros negando el hecho de que desde hace tiempo Conan y Luca siempre estuvieron en los primeros puestos de su lista; que intentara matarlos hoy por la tarde... que me golpeara hasta dejarme inconsciente solo para hacerlo.

—El que les informo aquello es un traidor, un malnacido que intenta ponerlos en mi contra y...

—No importa como me llame —El comandante Khan camina con la frente en alto—. Yo seguiré siendo leal a la corona, al reino Umbria y al próximo rey —gira a verme y luego saca su espada y apunta a mi padre—. Ya no hay a donde correr Kaner.

—Pensé que usted era leal a mi padre... —no encuentro más palabras para describir la impresión que estoy sintiendo.

—Lo era y agradezco la confianza que puso en mí al nombrarme comandante, pero no podía seguir callado después de todo lo que les ha causado... no después de esta tarde, al presenciar como su voluntad, su honor y su nombre sería manchado con la sangre de su hijo.

—¡No tienen pruebas!, no hay forma de que estén seguros de que yo haya intentado tal acto —mi padre habla con tanta furia y miedo que su voz se entierra en todo mi cuerpo haciéndome daño.

—Las tenemos —la puerta se abre y el rey del reino Marisma aparece junto con las tres doncellas lunares que Luca salvo y las que me ayudaron para poder tener más visiones.

Mi padre se pone pálido, intenta levantarse, pero la magia de Dreyden lo empuja hacia el suelo. Las doncellas lunares nos sonríen poniéndose entré en medio de todos nosotros, cierran sus ojos concentrándose y sin perder tiempo levantan sus manos. La biblioteca estalla en polvo de estrellas y una visión surge como un sueño fantasmal.

No puedo ni mirar, cierro los ojos justo en el momento en que mi padre se lanza a atacar a Luca. Todos guardamos silencio, todos observan la despiadada sed de rencor y odio de mi padre. Abro los ojos al oír el grito desgarrador de mi padre cuando Luca le enterró su daga en el rostro, después la visión desaparece.

—Intento matar a su hijo... a su primogénito —La reina Aryan hace que mi padre se ponga de pie y que la mire directo a los ojos—. Ataco a su segundo hijo, ahora heredero de este reino y además de eso amenazo de muerte, múltiples veces de acuerdo a mi fuente, a un duque. Esta ley se creó por algo... —mira a su esposo por unos segundos para regresar a mi padre—. Y sabe muy bien como termina esto.

—Yo no ataque a ningún duque... no pueden acusarme de eso.

Conan suelta mi mano, su magia se queda conmigo; no baja la cabeza, su mirada se enciende con rudeza y sonríe con altanería. Su magia serpentea en mi interior, tratando de mantenerme tranquilo.

—No... ¡No! —mi padre da dos pasos hacia atrás, su rostro parece aún más podrido, su voz más asustada—. ¡Tu niño insolente!

—Con su permiso, Kaner —la reina Aryan chasquea la lengua con elegancia, y en un instante, mi padre se acerca a Conan—. Salude con buenos modales al nuevo duque de la casa Carmesí, Conan Chalamet.

—Su condena será aún más larga gracias a mí —Conan le dice sin dejar de sonreír—. No hay de qué. Le deseo suerte, aunque siendo honesto, espero que los dioses inefables y las estrellas benditas no se muestren compasivos con usted.

Se voltea hacia mí con una sonrisa que me recuerda los primeros días en que nos conocimos y se la devuelvo.

—Pasará el resto de sus días en la torre joyera —La reina le hace señas al comandante Khan para que se acerque a mi padre—. No podrá volver a poner un pie en este reino, así como jamás sus manos tocaran una espada, ni su cabeza lucirá una corona, su título como rey, príncipe y heredero que alguna vez fue, queda anulado hoy a la media noche. Puede llevarse al señor Kaner comandante Khan, su presencia ya no es requerida.

Mi padre intenta resistirse, forcejea y trata de golpear al comandante, en un movimiento brusco, mi padre termina frente a mí, sus ojos parecen desorbitados, me gritan que lo salve, que implore por su libertad; sin embargo, me hago a un lado para que puedan salir.

—¡Desmond! —me grita aferrándose a mi mano—. Sabes que no lo quise hacer... lo sabes, ¿verdad?, yo no soy el malo... no soy un monstruo.

Con un rápido movimiento, logro zafarme de su agarre, empujándolo con fuerza. Está a punto de lanzarse nuevamente hacia mí, pero el comandante Khan, con firmeza, lo sujeta del cuello de su capa y lo arroja hacia la salida.

—Hay una cosa más —La reina Aryan nos comunica después de un minuto. No logro concentrarme; sigo con la vista fija en la puerta, donde los gritos de mi padre resuenan a lo lejos—. El heredero al trono debe firmar el pergamino que establece el envío de su padre a la prisión de máxima seguridad en toda la triple O, confirmando su acuerdo y declarando que cada acusación en su contra es absolutamente veraz.

—Tu exilio ha sido revocado —el rey del reino Marisma se dirige a Luca—. Tu título te es devuelto.

—Me siento profundamente honrado por la oportunidad de volver a asumir el papel de heredero de este reino —Luca se vuelve hacia mí, sus marcas oscuras danzan en el aire—. No obstante, debo declinar. Mi hermano Desmond Andillac... es quien merece ostentar el título de rey.

—Les daremos hasta hoy a la media noche —La reina nos sonríe cálidamente dejando el pergamino en la mesa—. Traten de no preocuparse por su pueblo, los refuerzos no tardarán en llegar. Una vez que firmen lancen el pergamino al fuego pronunciando que el ojo de Modrad se lleve la ceniza y la convierta en justicia.

La familia Yegger junto con el rey del reino Marisma y las doncellas lunares salen de la biblioteca. El pergamino en la mesa parece demasiado lejano, y me susurra secretos que no quiero oír.

—Desmond...

—¿Estás completamente seguro de tu decisión? —interrumpo a Luca, sus ojos rojos se mantienen en los míos—. Padre ya no estará aquí... puedes ser el rey.

—Mis deseos de ser rey siguen intactos —Luca me sonríe de lado, sus ojos vuelven a la normalidad—. Pero no en este lugar. Las espinas invisibles que enredan a este castillo me lastiman cada que pongo un pie dentro. Y contigo, reinando, sé que las espinas se irán, que los pasillos ya no ocultaran mentiras, que el brillo que una vez hubo volverá con mayor fuerza. No quiero que me malinterpretes...

—Comprendo el significado que este lugar tiene para ti —respondo—. Jamás te malinterpretaría. Mereces la libertad... de liberarte de todo, más allá de las espinas.

—Has crecido demasiado —Luca ladea su cabeza observándome—. O quizás solo sea el nuevo tono de tu cabello o ese brillo inusual y mágico que ahora desprenden tus ojos... solo lo había visto en alguien más...

—En mamá —respondemos al mismo tiempo.

—Gracias Conan —Luca ve por detrás de mí, volteo para ver a Conan recargado en un librero—. Salvaste a mi hermano... lo trajiste de vuelta. Estaré toda la vida en deuda. —Luca pone sus manos en su corazón, una de sus marcas viaja hasta el de Conan—. Es hora de que nuestras almas regresen a donde pertenecen.

Me hago a un lado, Conan pone las manos en su corazón, sus manos resplandecen en un sinfín de colores, la marca de Luca se extiende con delicadeza y al mismo tiempo de sus corazones salen unas pequeñas esferas, las dos revolotean, girando y riendo. La de Conan se deja caer en la marca oscura de Luca y su oscuridad se deleita con ella hasta absorberla por completo. La pequeña alma de Conan gira en espiral, pasa a mi lado con lentitud, observándome y estallando en un brillo celestial, Conan se sonroja tratando de atrapar a su alma, pero esta se aleja con gracias de él sin dejar de mirarme.

—Qué escurridiza eres —Conan la atrapa entre sus manos y tan rápido como puede se la acerca a su corazón hasta que su alma regresa para formar una sola.

—Iré al pueblo —Luca nos informa—. Tengo que ver con mis propios ojos a qué tipo de refuerzo se refiere la reina Aryan, además de que no pude saber el estado de Tetis una vez que termino todo... ustedes quédense, yo le informaré a todos lo que sucederá. Una vez que firmes ese pergamino —me dice con expresión sería—. Supongo que no tardaran en llevárselo a esa prisión... no quiero estar aquí para presenciarlo. Es mejor que las últimas palabras que le dije cuando intentaba asesinarme se queden para siempre grabadas en su mente; no le daré el placer de arruinarme eso.

...

—¿Y entonces? —le pregunto a Conan una vez que estamos solos en mi habitación, me siento en mi cama dejando el pergamino a un lado—. ¿En qué momento paso?

Conan intenta desviar su mirada de la mía, sus mejillas sonrojadas contrastan con la pared blanca de atrás.

—La duquesa Ruby fue quien lo arreglo —se acerca a paso lento—. Era un secreto... ¡Juro que quería decírtelo!, pero el factor sorpresa se arruinaría; me gusto la manera en la que me miraste cuando la reina Aryan revelo todo.

—Mi héroe es ahora un duque —Conan se sienta junto a mí—. Yo... —las palabras se me atoran en la garganta, mis mejillas empiezan a arder, mi respiración se agita; estoy perdido en el intenso color del cabello de Conan, no soy capaz de verle a los...

—Mis ojos están aquí —me toma delicadamente del rostro, nuestros ojos se conectan como si desde la creación del universo hubieran estado buscándose.

—El núcleo de tu magia... —empiezo a decir—. Entro en mí. El hielo que me envolvía se desvanecía, y solo quedaba el calor de tu cercanía. Mis dedos rozaron los tuyos, y sentí la electricidad que fluía entre nosotros. Eras un conjuro, una promesa de eternidad. Estabas dispuesto a sacrificarlo todo por mí, y yo quería detenerte. Pero no podía. Porque al mirarte, veía mi propia alma reflejada en tus ojos. En ese instante, supe que no podía existir una vida sin ti a mi lado, Conan. Sin embargo, también deseaba que me dejaras morir. Si eso significaba que tú seguirías viviendo, lo aceptaría.

Nuestros labios se encuentran con pasión y magia. En este instante, el mundo entero desaparece a nuestro alrededor. La suavidad de su piel se mezcla con la mía, y cada roce es una promesa de eternidad. Las llamas de nuestros corazones arden más intensamente, como si el tiempo mismo se hubiera detenido para contemplar nuestro beso.

Cierro los ojos y me dejo llevar por la corriente de sensaciones. Sus labios son cálidos y dulces. Siento su aliento en mi piel, y su aroma se funde con el mío. Somos dos mitades de un todo.

Nuestros cuerpos se acercan aún más, como si quisieran fusionarse en un solo ser. Sus manos recorren mi espalda, dejando un rastro de fuego a su paso. Mis dedos se enredan en su cabello, y el mundo exterior se desvanece por completo. Solo existimos nosotros dos, en este abrazo mágico que trasciende el tiempo y el espacio.

El viento susurra nuestro nombre, y las estrellas brillan con más intensidad. Somos dos amantes perdidos en un universo de emociones y deseos. El sabor de sus labios es adictivo, y yo me sumerjo en él como un náufrago en un océano.

En este beso, descubro la verdad que siempre he buscado. No hay nada más importante que este momento, esta conexión que va más allá de las palabras. Somos dos almas en un abrazo eterno, dos corazones que laten al unísono en un universo hecho de amor y fuego.


Que vivaaaa el amoooor estoy llorandoooooooooooooo. El papá de Desmond y Luca ya merecia venganza, su rostro quedo hecha caca JAJAJAJAJ y me alegra saber que estará lejos de sus hijos, ellos forjaran su propio destino. AAAAAA me emocione al escribir el cameo de los papás de Dreyden, los amoooo. ¿Listos ya para el final?

Ala.  👑

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