Capítulo 18. Trinidad lunar

DESMOND

—Si quieren puedo llevarlo yo. —la gruesa voz de Dreyden suena a nuestras espaldas

Claus y Víctor se detienen y con lentitud voltean. Víctor casi me deja caer de sus brazos por el susto. Dreyden se acerca más con una sonrisa despreocupada.

—¿Cómo saliste de...—Claus traga saliva— ¿Seguro que no es a ti a quien deban revisar primero?

El príncipe de cenizas se observa a sí mismo y cuando se da cuenta de que viene bañado en sangre nos lanza una sonrisa aún más ancha.

—Deje a Kilian y a Binu con Agroz una vez que acabe con los oscuros. Ellos tienen más cosas que arreglar con el que yo, pero al parecer ya todo acabo, los gritos de muerte han dejado de sonar. —Me voltea a ver—. ¿Te acuerdas del plan que tengo en manos?

Víctor y Claus se quedan confundidos. Asiento con la cabeza y Dreyden nos hace un movimiento con su cabeza para que sigamos caminando.

—Necesito que actuemos desde ahora.

—¿Qué hay que hacer?

—¿Confías lo suficiente en ellos?

Víctor y Claus parecen ofendidos ante la pregunta, yo tomo el hombro de Víctor para que se relaje.

—Estoy rodeado por gente en quien confío —Esbozo una sonrisa—. ¿Qué es lo que debo hacer?

—Una vez que te encuentres con tu padre, tu actuación empezara —Los cuatro caminamos con más prisa mientras Dreyden nos sigue explicando—. Si quieres, puedes decírselo a los demás, si estás seguro de que podrán actuar tan bien como tú porque la única manera en que tu padre confíe al cien por ciento en ti como su próximo heredero es que prácticamente babees por el poder que la corona te dará. 

—No estoy comprendiendo —Claus se detiene—. ¿Quieres que el príncipe finja ser el perro de su padre? —Me mira con una sonrisa apenada—. Siento si eso sonó ofensivo.

—Tranquilo —le susurro.

—Lo dijiste más que perfecto —le responde Dreyden recargándose en la pared y mirando a los lados por si alguien está escuchando—. Tu padre confía en ti lo mismo que confía en cualquiera de nosotros.

—Prácticamente nada —masculla Víctor.

—Pero a diferencia de nosotros —Los ojos de Dreyden brillan con confianza—. El rey te tiene afecto. Solamente que ahora, harás como si tu única preocupación fuera él... y el reino. Sé que puede tener consecuencias, pero deberás ser frío y distante con nosotros —Estoy a punto de quejarme, pero Dreyden me detiene—. Esto solo durará hasta que podamos rescatar a los rojos del templo Ardor... una vez que Conan regrese a ti tú regresaras también. Nosotros tendremos que fingir que tu alejamiento nos duele, tú, por lo tanto, harás lo que tu padre te diga, iras con él a sus juntas, dirás discursos alentadores al reino y harás lo posible para demostrarle que tus años de conducta rebelde acabaron. Sigamos caminando, hay que darnos prisa.

La magia de Dreyden hace efecto en Victor que ahora parce que sube dos escalones en vez de uno.

—Y no te preocupes —Dreyden se toca la cien, como si con ese gesto me dijera que él ya tiene todo calculado—. Todos nosotros moveremos las piezas exactas para que el día que tengamos todo bajo control, incluyendo a tu padre, podamos escabullirnos e ir al templo Ardor. Tú solamente debes prestar atención y reunir toda la información que descubras con tu padre. Y una de las cosas más complicadas que deberás hacer es que Luca regrese.

Mi corazón parece detenerse con solo oír su nombre.

—Necesitamos la mayor ayuda posible si es que no queremos meter a los guardias reales en esto. Ellos, ya están asustados, saben que una segunda batalla se aproxima, mucho peor de lo que fue la batalla de las montañas de cristal.

Mi respiración se corta, todos los recuerdos de ese día se quiebran dentro de mí, comenzando a caerse en avalancha, presionando todo mi ser hasta lo más hondo de la existencia.

—¿Estás de acuerdo?

Nuestro destino se escribe el día en que nacemos. Medras me dijo eso minutos antes de morir, aun recuerdo como su cabello fue perdiendo su color morado, como su piel dejo de brillar...

—Si mi destino para ayudar a todos es ser el títere de mi padre, lo haré.

Todos me sonríen con una victoria aún no escrita, dándome su fe y su protección sin importar lo que vaya a suceder.

—¡¿Por qué siguen ahí parados?! —Vicky aparece piso arriba cruzada de brazos, ya no lleva su brazo vendado, por fin se ha curado—. ¿Acaso quieren que su príncipe se vaya a visitar a los dioses inefables?

Víctor y Claus tragan saliva asustados de lo que Vicky podría hacerles si no se apresuran, así que Víctor me toma con más fuerza y sube los últimos escalones. 

—Ustedes solo harán que me vuelva a romper el brazo —Vicky sube sus mangas de su vestido y nos señala una puerta abierta mientras golpe en las cabezas a Víctor y Claus, Dreyden se aleja unos pasos adentrándose a la habitación—. Muchos heridos se refugiaron aquí. Estaba demasiado preocupada, no sabía donde estabas.

—¿Kilian y Binu están aquí?

—Nadie los ha visto. Hay muchas partes del castillo en ruinas, casi todo el lado oeste se derrumbó, tu padre casi se infarta, pero se alegró al saber que su preciado salón de fiestas está intacto —Vicky reprocha señalando una camilla cerca de más heridos que voltean a verme con preocupación.

Una vez recostado alcanzo a ver a tres chicas sentadas una contra la otra como si estuvieran muriendo de frío, una de ellas, de un increíble cabello rosa, voltea a verme. Sabemos lo que queremos del uno al otro sin siquiera decir una palabra. Ellas tres son las doncellas lunares que mi hermano salvo.

—Ten, muerde esto —Vicky me da un pedazo de madera que bien podría ser una pata de una silla mal cortada.

—¿Para qué es esto?

Víctor y Claus hacen cara de dolor para después darme unas palmaditas en los hombros y desaparecer de mi vista.

—Aquí no hay ninguna enfermera que pueda venir y terminar de curarte, así que yo lo haré. ¿Recuerdas la poción que te enseñe a hacer para aliviar el dolor? —Mi mejor amiga me sonríe sacando una botella con burbujas naranjas en su interior.

—Sí, es fácil de hacer, al tomarla todo dolor desaparece, incluso pueden rebanarte en dos y jamás sentirás nada.

—Exacto, me alegro de que recordaras eso, pero por desgracia —Ella me quita unos cabellos de la frente haciendo a un lado la tela sucia con la que me cubrí la herida—. Se me termino hace un rato, así que por eso —Toma el pedazo de madera y sin avisar me lo pone entre los dientes—. Tendrás que morder fuerte.

Y sin avisar, por segunda ocasión, y con la habilidad que solo una bruja puede tener vierte sobre mí aquel líquido naranja, sus burbujas se pegan a mi herida deseosas de mi dolor. Un ardor de mil demonios me consume al ritmo en que las burbujas van acoplándose dentro de la herida y cerrándola de poco a poco.

—Eres buena es esto —Dreyden se maravilla con el espectáculo de mi sufrimiento.

—A veces siento que mi paga de cada mes no es suficiente —Bromea Vicky tomando mi mano—. Es mi deber que esté sano y salvo —Ella cree que por mi dolor no puedo entender sus palabras, pero sí que lo hago—. Él me ha protegido toda mi vida de personas abusivas... Hace mucho, le prometí a Medras que si él... solo deseo que viva hasta que le salgan canas y esté persiguiéndome con un bastón por todo el castillo para que le prepare más postres —Su voz se corta y voltea a ver a otro lado—. Quiero que sea feliz.

Gritos de asombro llenan la habitación, volteo hacia mi izquierda mientras una lágrima rueda por mi mejilla, quizás por el dolor o porque las palabras de Vicky me han ablandado.

—Subir hasta aquí fue todo un reto —Amber se sienta en el borde de la ventana suspirando como si hubiera subido una montaña.

—¿Por qué no subiste por las escaleras? —Víctor la cuestiona ayudándola a bajar.

—Antes, por mi enfermedad, tenían que subirme cargando por las escaleras de mi casa porque me cansaba demasiado y porque mi corazón podía fracturarse, o por lo menos eso pensaban todos, era un martirio. —Ella se ata su cabello haciendo que todos los guardias presentes se maravillen—. Ahora puedo hacer lo que sea. 

—Ven —Dreyden extiende su mano hacia Vicky—. Hay algo que tengo que decirles, Desmond ya acepto hacerlo, así que solo nos queda seguir el plan.

—Primero que nada, aceptaré tu mano por amabilidad, y segunda, después de que termines de decirnos ese enredado plan, irás directo a darte una ducha. 

Dreyden sonríe con un carisma que sin duda deja a todas las chicas aquí dentro en estado de hechizo por el resto de sus vidas.

—Sé que nos estaba buscando —Una voz dulce suena a mi costado—. Un placer conocerlo su alteza.

La doncella lunar de cabello rosa me sonríe sentándose junto a mí, seguida de las otras dos chicas. Las tres emanan cierta magia que no podría explicar ni en mis sueños.

—Mi nombre es Wendoline —Voltea a ver a sus amigas y me señala a una que está viendo al techo, como si ahí estuviesen las respuestas de la vida—. Ella es Maryn, a veces la luna le habla, por eso mira hacia arriba, le lanza visiones del pasado de toda la gente aquí dentro, es algo fastidioso a veces, pero Maryn lo sabe controlar —Señala a su otra amiga que me sonríe tímidamente, su cabello está de dos colores, la mitad negro y la otra mitad blanco—. Ella es Eliam, la luna, el día de su iniciación le otorgo el color de su cabello, quedando así de lindo.

—Estamos aquí porque la luna nos llama a usted —Eliam toma mi mano—. La madre Selene estará feliz de volverlo a ver.

—¿Ella sabe que las necesito?

—Ella sabe absolutamente todo —Wendoline me señala la ventana donde Dreyden sigue contándoles el plan a todos—. La luna está por salir, una vez que se asome bañándonos en su luz, nosotras lo esperaremos en medio del bosque, cerca del lago. La madre Selene estará ahí, ella nos ayudará a ver lo que desea, nadie más puede venir.

—¡La chica! —Maryn exclama atrayendo las miradas—. Ella es culpable.

—¿La chica de cabello rojo? —inquiero levantándome un poco, mi herida ya casi está cerrada.

—Solmi —Maryn pronuncia un nombre volviendo a ver hacia arriba—. Su nombre es Solmi... y no es inocente. —Cierra los ojos con fuerza, indecisa—. Es confuso, muy confuso. Hay algo oscuro que la tiene encerrada y...

—No te presiones Maryn —Wendoline la sostiene haciendo que baje su mirada—. Esperemos a la madre Selene.

—Lo estaremos esperando su alteza —Eliam se levanta haciendo una reverencia—. Y no se preocupe, la luna jamás se equivoca.


...


—Amelia se ha ido a su reino —Vicky me dice pasándome una taza de té—. Tu padre tuvo una charla con ella antes de irse, después subió a su torre y se encerró con el comandante Khan y uno que otro consejero, es posible que estén haciendo planes grandes... ideando como atacar. ¿Estás seguro de seguir el plan de Dreyden?

—Mi padre me dará lo que sea si cree que estoy de su lado, los dejara en paz a ustedes por igual y eso es todo lo que necesito. Hacer que este de acuerdo con que Luca regrese... ese es otro asunto.

—Seguimos sin encontrar a Binu y a Kilian —Victor y Claus entran a mi habitación cerrando la puerta con ganas de dejarse caer en donde sea, se ven exhaustos—. Algunos guardias los vieron volar hacia el sur, otros cuentos hacia el este. Nadie lo sabe.

—Deben de estar disfrutando —Amber muerde su manzana—. Estarán compartiendo el dedo de Agroz que Binu le arranco en una cueva húmeda y llena de arañas.

—¿Eres fan de los libros de fantasía? Tienes mucha imaginación.

—Vick querida —Amber dramatiza una sonrisa de villana—. Todo lo que nos está pasando bien podría ser digno de un libro de fantasía. Mi imaginación está cuerda, lo loco sería que me dijeran que las hadas existen.

Yo le doy un trago a mi vaso de agua. Cuando todo esto pase tendré que explicarles que, en efecto, las hadas sí existen.

—Perdón por la tardanza —Dreyden sale de la puerta secreta de mi habitación ya limpio y con camiseta—. La sangre de los oscuros se tarda más en quitar de lo que pensé.

—Bienvenido a nuestro mundo —Dicen al mismo tiempo Víctor y Claus.

—Tengo que verme ya con las doncellas lunares —anuncio levantándome, siento sus miradas pesadas, acomodo mi cabello, dándoles una sonrisa—. Prometo decirles todo cuando regrese, o cuando comprenda toda la historia, por ahora, solo podremos vernos de noche aquí o en la habitación de Dreyden, ya que están conectadas, así nadie levantará sospechas, pero tienen que ser cuidadosos, mi padre debe creer que me he distanciado de ustedes.

Antes de salir, Dreyden me detiene, acercándose para que nadie se escuche, sus labios casi están rozando mi oreja.

—¿La voz... esa chica te ha dicho otra cosa?

—Por suerte, no.

—Trata de averiguar hasta lo más profundo de su vida, no dejes pasar nada, si está involucrada con Agroz, es demasiado inteligente o demasiado idiota. Mantén la mente abierta.

—Sí, eso haré.

Salgo cerrando con cuidado, oigo como algunos guardias siguen en su trabajo para quitar los escombros del castillo de algunas entradas. El ambiente aquí no se había sentido tan fúnebre desde que despedimos a todos los guardias reales en su entierro. Camino con precaución por el pasillo que me llevara hasta la salida que da justo a la parte del bosque que está dentro del palacio, la torre de mi padre queda hasta la otra punta, así que es imposible que me lo encuentre ahora.

Afuera el aire frío me consume, así que camino deprisa protegiéndome con mi abrigo. Una vez en el bosque sigo el camino al lago. La luna arriba mío me da la bienvenida al llegar, al igual que la madre Selene, que aparece como un fantasma angelical o como una estrella fugaz a punto de estrellarse con algo más infinito. Las tres doncellas se encuentran al rededor del rio de punta a punta, la luna se refleja en el como un espejo.

—Las circunstancias nos han orillado a vernos de nuevo —La madre Selene susurra las palabras como un canto—. Tienes muchas preguntas... y mucho odio.

—Solo quiero saber el porqué.

—Esta noche es tuya Desmond Andillac, príncipe del sol, heredero del corazón dorado y señor de colmillos de Obsidiana.

Me complazco al oír aquel nombramiento. Mucha gente, a lo largo de mi vida, me ha puesto títulos de todo tipo, algunos que quedaran por el resto de la historia y otros que es mejor olvidar.

—Pensé que no se podían tener visiones lejos de la torre lunar.

La madre Selene me sonríe con confianza, su cabello dorado se arrastra en el suelo como lluvia estelar.

—Estás viendo a la torre lunar —Me señala a las doncellas quienes levantan sus brazos como si estuvieran a punto de recibir algún tipo de fe oculta—. Son mis únicas doncellas que pueden crear visiones con la luna sin estar en la torre. Por eso Agroz las buscaba.

Las doncellas se ponen de puntas como si quisieran volar e integrarse por completo a la luna.

—Deberás adentrarte en el lago, la luz de la luna cae sobre el de manera en que las visiones puedan aparecer. No te pasará nada, podrás seguir respirando bajo el agua todo el tiempo mientras las visiones continúen.

Me acerco temeroso al lago, aquí fue donde mi hermano cayó dormido, aquí fue también donde Conan me beso por primera vez... como odio y amo este lugar. Me quito mi abrigo dejándolo en una roca al igual que mis zapatos y me adentro al lago.

—Ya lo sabes —La madre Selene me toca la frente, haciendo un trazo ahí—. No debes interactuar con nadie, deja que todo pase como debe pasar. Piensa en aquello que quieras saber y la luna te ofrecerá lo que pueda.

Me alejo de la orilla poniendo hasta el centro. La luz de la luna viaja hasta las manos de las doncellas y ahí ellas forman una especie de esfera. Tomo aire con todas mis fuerzas y me sumerjo sin más a las frías aguas del lago. La luz en sus manos me golpea en el pecho, a pocos centímetros donde mi daga me hirió y todo a mi alrededor se esfuma.



Amo escribir esta historia como no tienen idea, el mundo que he creado tiene mucho potencial. Pequeño Spoiler de mis próximos libros de fantasía: ¿Recuerdan el mapa con los 3 continentes que Dreyden le mostró a Desmond? Esta historia solo pasa en uno de ellos, pero ¿y los otros dos? buenooo, pues más libros vendrán de ahí. Suficientes espoilers por hoy, tengo que seguir concentrada en esta historia, pero me está doliendo dejarla ir. Gracias por sus votos y sus comentarios, los aprecio demasiado, cuídense mucho.

Ala. 👑

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top