Capítulo 16. Susurros alados
DESMOND
Algunos pedazos de vidrio caen sobre mis brazos enterrándose con fuerza. El gran cuerpo de Dreyden cubre lo que queda de mí, él sigue sin camiseta, gotitas de sangre resbalan por su espalda cayendo sobre mi cabello. Dreyden se aleja sacudienose su cabello del polvo, les hace una seña a las enfermeras para que se escondan en la bodega de suministros, mientras que de su tobillo saca una daga con punta curva.
—Dreyden... —Lo llamo presionando mi costado, ya no sangra, pero la herida no está cerrada del todo—. Tu espalda.
—Lo sé —Me dice en voz baja—. No te muevas, yo me encargo.
En el exterior el fuego ya está propagándose, el humo está entrando por las ventanas rojas haciendo que todo se vea borroso, toso un poco intentando pararme, pero lo único que logro es sentarme viendo como frente a nosotros seis oscuros se lamen sus labios al saber que han aterrizado en el lugar correcto. Lo único que sé, es que la daga que le di a Conan apareció incrustada a mí, haciendo que me desmayara, lo demás, lo puedo deducir fácil, Agroz mando a sus hechiceros para crear un ambiente de confusión y terror.
—Díganme chicos, ¿alguna vez hemos probado corazones de sangre real? —Un oscuro habla empezando a caminar hacia Dreyden—. Deben saber exquisitos.
—Todo fue por culpa de Conan —Digo poniendo una mano en la pared para levantarme—. Mi herida, que el castillo fuera atacado... todo es culpa de...
—¡Basta de esas tonterías! —Dreyden me grita sacándose un pedazo de vidrio de la espalda—. Sabes que eso no es verdad Desmond.
Algo en mí repudia las palabras del príncipe. No puedo pensar más en ello, los oscuros se mueven en círculo, sus marcas salen de sus cuerpos como víboras venenosas. Algo me hace voltear a la esquina de la enfermería ignorando el hecho de que Dreyden se lanza por los oscuros, hay algo... una sensación que me dice que en esa esquina hay alguien observando. No sé de donde saco las fuerzas para pararme y caminar hasta allá, hay algo, una energía que me llama, hay algo familiar ahí... una magia que conozco muy bien, una magia que podría reconocer hasta el fin del mundo.
Aléjate.
La voz de la mujer aparece.
No te acerques ahí.
No le hago caso. El mundo detrás de mí está quebrándose y llenándose de humo, hay gritos y rugidos y sonidos de guerra, pero lo único que quiero hacer es acercar mis manos hacia esa esquina, porque ahí, escondido en algún lugar, puedo sentir que está Conan, mi querido Conan.
Él te hará daño, Conan te destruirá si te acercas.
Sonrío desafiante al escuchar eso, ¿cómo es posible que mi cuerpo y alma se dobleguen a esa voz? No lo puedo permitir.
—Destruir dices... —Mi voz se escucha ronca, un fuerte golpe se escucha a mi lado, varios oscuros vuelan junto con sus marcas, Dreyden los está haciendo pedazos—. Conan no puede hacer eso, él jamás se atrevería a algo tan vil, no conmigo.
Él ha cometido errores, pero tú has cometido el peor.
—Dímelo y sal de una vez de mi cabeza.
Al acercar más las manos a la esquina, algo parecido al agua se mueve, volviéndose cada vez más nítido.
Te has enamorado de alguien que está dispuesto a salvar su pellejo antes que a ti.
Hago caso omiso a la voz, ella vuelve a decirme cosas, horribles y vanas, pero toda mi atención está en la imagen que aparece frente a mí.
—¡Desmond!
La voz de Conan llena la habitación, tan real que mis piernas empiezan a temblar. Su rostro aparece apenas como una pincelada, pero puedo verlo, puedo notar como su cabello ha perdido más color desde la última vez que lo vi y también que está con cadenas alrededor de sus muñecas.
—¡¿Qué es esto?! —Agroz aparece detrás de Conan, lo toma del cuello de su camiseta aventandolo lejos—. ¿Cómo es posible... ¡Has que esto se detenga!
Agroz le habla a alguien por detrás de mí, como si todo esto fuera trabajo de alguien divino. Me alzo de puntitas intentando ver de nuevo a Conan, Félix está ahí, Triddor lo tiene sujeto como carnada. Una chica de lentes, que por su cabello también es una hechicera roja, corre hacia donde está Conan, lo toma de los hombros ayudándolo a levantarse, grito su nombre con la esperanza de que se acerque solo una vez más, pero la chica se lo lleva.
—¡No! —Me acerco más a la esquina como si así pudiera transportarme al templo Ardor—. ¡Conan!
La chica que se lo lleva voltea y en cuanto nuestras miradas se cruzan, un escalofrío me recorre, mi corazón da tumbos y mis manos empiezan a sudar, incluso la herida en mi costado vuelve a abrirse.
—Eres tú... —Le digo a la chica que sigue viéndome, sus ojos azules se desvían de los míos, toma a Conan con más fuerza, como si lo tratase de proteger de mí—. ¡Vuelve!
Algo me toma del tobillo jalándome con fuerza y lanzándome hasta la otra esquina, presiono mi herida para evitar que más sangre vuelva a salir, mi visión está fallando, me pongo de rodillas haciendo lo posible para levantarme.
—Aquí estás —Kilian brama entrando por las ventanas rotas, sus garras se hacen visibles y sus marcas oscuran vuelan hacia la esquina donde aquella visión sigue en curso—. Te tengo.
—Desmond —Dreyden llega a mi lado, está manchado de sangre oscura, los vidrios en su espalda ya no están—. Anda, hay que irnos, estaremos mas...
—¡Está ahí! —Señalo la esquina—. La chica está ahí.
Dreyden no tiene tiempo de procesar nada cuando un pedazo del techo cae a la mitad de la enfermería, separándonos de aquella visión, los ojos rojos de Kilian se encienden aún más, una de sus marcas atraviesa la visión y del otro lado suenan gritos y maldiciones. De un momento a otro la cara de Agroz aparece de este lado, su cuerpo sigue estancado en el templo Ardor, pero su cara está aquí, como si fuera un blanco a la espera de una flecha.
—Querido, querido padre —Kilian lo toma de las mejillas incrustándole sus garras—. Quien diría que nuestro segundo encuentra fuera así, de nuevo bajo mi poder.
—Ella se lo llevo —Le digo a Dreyden tomándolo del brazo—. La voz en mi cabeza, es ella, está ahí con ellos y se llevo a Conan.
—¿Cómo sabes que es ella?
—Solo lo sentí, no puedo explicarlo ahora, pero...
—Exacto, no es el momento, debo sacarte de aquí antes de que te mueras de verdad.
—No puedes yo...
—Dejarás que te lleve sin cuestionarme nada —Su magia me golpea silenciosamente y yo caigo bajo su merced—. Dejemos que padre e hijo hablan a solas.
Me entrego a Dreyden y a su magia, él me vuelve a tomar entre sus brazos, pero otro pedazo de techo cae justo en las escaleras, haciendo que la única salida sea por las ventanas rotas.
—Dime donde están mis hermanos y quizás te deje ir con vida.
—¿Amenazas tan pronto? —Agroz sonríe despóticamente sacando una mano del otro lado y pasándolo a este—. Tienes cosas mejores por las que preocuparte en vez de esos dos niños.
Las marcas de Agroz toman a Kilian, muchas de ellas empiezan a incrustarse en su cuerpo, él no hace ningún gesto de dolor. Una ráfaga de magia oscura sale como viento al norte y una sensación de adormecimiento nos enreda. Agroz ha detenido el tiempo, jamás había sentido algo así, como si fuera todo y a la vez nada. Solo puedo ver como Agroz vuelve a adentrarse por completo al templo Ardor, grita algo que no comprendo y un grupo enorme de más oscuros empiezan a salir por la visión convirtiéndose en pesadillas verdaderas. Agroz vuelve a salir, sus marcas salen del cuerpo de su hijo y con algo que parece arrepentimiento y cariño acaricia su mejilla.
En cuanto el tiempo vuelve a pertenecernos, solo puedo ver un borrón corriendo hacia donde Agroz se encuentra. Binu empuja hacia atrás a KIlian y con una fuerza de mil hombres toma a Agroz del brazo, y de un solo movimiento abre su boca, sus colmillos aparecen y con ayuda de sus garras le arranca un dedo.
El grito de Agroz es igual o peor que de un dragón, sus marcas toman a Binu del cuello tratando de llevársela, pero ella enciende sus garras con su fuego y las entierra en el rostro de él haciendo que sus bramidos hagan temblar todo el castillo.
Dreyden no pierde el tiempo, corre conmigo a las ventanas, pienso que los dos cruzaremos por como intenta salir, pero en vez de eso, él me avienta solo a mí, me da una sonrisa a medias antes de verlo desaparecer detrás de una cortina de humo. Intento levantarme volviendo a subir, pero más pedazos de techo caen rodando por doquier. Mis tres amigos siguen allá adentro, con Agroz y con cientos de oscuros, mientras yo sigo desangrándome y con un vacío que no puedo explicar.
Un sonido característico hace que voltee con rapidez, entre el caos de aquí afuera y el de adentro no puedo concentrarme. Camino un poco y noto a unos metros de distancia como una vaca está siendo perseguida por dos oscuros.
Luu.
Esa vaca es Luu.
Corro hasta un guardia muerto quitándole su espada, encuentro en el piso un trozo de tela llena de tierra, sin importarme su estado, me la enredo hasta que queda tapándome la herida, la aprieto con algo de fuerza para detener el sangrado. Vuelvo a ubicar a Luu que ahora está en un callejón sin salida, los oscuros la ven hambrientos y yo a ellos los veo sin cabeza.
—Tú ve por el de la izquierda —Amber salta de un tejado haciendo que casi grite al igual que Agroz—. Sé quién es esa vaca. Lastimarla a ella para mí es como si estuviesen lastimando a Conan. Los demás están bien, siguen tratando de ayudar a los heridos con el poco material que tienen, Vicky está siendo toda una heroína. Estos dos —Señala con una espada del doble de su tamaño a los oscuros—. Son los únicos que quedan aquí afuera.
Los dos volteamos hacia atrás donde aún se escucha gritos y golpes.
—Ellos estarán bien —Amber se sacude sus pantalones y se ajusta sus botas que le llegan hasta las rodillas—. Jamás me he acercado tanto a un oscuro —Me sonríe con algo de nervios, pero sus ojos verdes brillan de adrenalina—. Supongo que siempre hay una primera vez.
Yo me quedé igual que ustedes (espero jajaj) cuando le arrancaron el dedo a Agroz, fue como de WTF QUE ESTA PASANDOOOOOO perooo en el próximo cap explico porque Binu hizo eso jajajaj. Muchisimas gracias por votar, me sorprendió que el el cap anterior votaran tan rápido... mi corazoncito exploto de felicidad, gracias, gracias.
Ala. 👑
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