Capítulo 6. Pequeños rivales

LUCA

Voy subiendo la colina como puedo, no soy tan rápido ni mucho menos un experto en subir colinas, entierro mis manos en las rocas sujetándome con fuerza y doy otro paso y otro y otro hasta que por fin llego a la cima. Desde aquí el reino Marisma se ve como una gota de agua, muy bello. Frente a mí la princesa Tetis está observándome con algo de superioridad, me sonríe dándome la mano para poder pasar un charco de agua.

—Llegue antes que tú —me dice entre risas, solo es un año menor que yo, pero es igual de fuerte y lista—. Nada mal para una niña de ocho años, ¿no crees?

Siempre que vengo a su reino hacemos competencias de todo, correr hasta ver quien se cansa primero, ver quien sube primero el árbol más grande, aguantar la respiración hasta que uno salga a la superficie, montar un caballo mientras leemos un libro, cosas tontas de niños, aunque para nosotros no son tontas, es un pequeño juego entre ella y yo ¿para qué?, ni siquiera lo sabemos.

—No se vale —le digo mientras me acerco más a la orilla para ver mejor el paisaje—. Me pusiste el pie en cuanto empezamos.

Ella se encoge de hombros y se acerca a mi.

—Nunca te fíes de una princesa —me guiña un ojo—. Somos igual de fuertes y engañosas que ustedes.

—Odio que sepas ocultar muy bien eso —le digo sentándome en el pasto 

¿Me odias entonces? —Tetis se sienta junto a mí y los dos vemos como el atardecer llega 

La volteo a ver, sus pequeños ojos miran con anhelo su reino y luego me mira a mí.

—Te odio mucho —le digo sacudiendo su cabello despeinándola 

Ella se ríe y se cruza de brazos volteando a ver a otro lado fingiendo estar dolida.

Entonces también te odio a ti.

El reino Marisma es igual a como lo recordaba rodeado de agua por todos lados, con la naturaleza pisándote los talones con esa sensación sobrenatural de paz como si estuvieras en otro mundo alejado de la crueldad. Nuestro barco llega como puede ya casi hundiéndose siendo jalado por Binu, Medras se baja de ella cuando llegamos tocando la arena fría, los guardias que nos reciben se ven bastante preocupados, pero no preguntan nada ni por el barco ni por el dragón que después se convierte en una chica, son muy callados y más recatados que los nuestros. Nos llevan por un sendero de flores bellísimas hasta llegar a un puente de mármol donde nos esperan dos barcas más para llevarnos al palacio que está literalmente sobre una pequeña porción de tierra rodeada de más agua.

—Entonces le hemos ganado a padre en llegar —Desmond se sacude su cabello, pues trae hojas después de pasar por debajo un gran árbol—. Se pondrá celoso cuando lo sepa.

—Por lo menos nuestro barco llego entero  —Félix bosteza estirándose chocando con la mejilla de Conan

A lo lejos un estruendo fuertísimo nos hace voltear para atrás donde vemos nuestro barco, por fin quebrándose por todos lados y hundiéndose a las profundidades del océano.

—Retiro lo dicho —Félix se encoje de hombros

—Fui tan arrogante y tonta al no haber tocado la cola de la sirena —Binu baja la mirada y voltea a ver de reojo hacia la otra barca donde va Medras y Desmond platicando y riendo—. Aunque debo decir que fue emocionante.

Casi morimos, yo dos veces...se queja Conan cruzándose de brazos

—Debo admitir que lo mejor fur ver como salias del agua con Medras en tus garras, te arriesgaste tanto como nosotros, gracias por haberlo hecho —le digo sonriéndole, sus ojos anaranjados brillan de felicidad

—Medras también se sacrificó y todo por mí, pobre de él —Todos volteamos a ver a Medras—. Ojalá no se traume con el agua.

...

No vemos al rey en cuanto llegamos al gran palacio, por fuera luce hecho de cristal y de toques de mármol y cuarzos por todos lados, parece que es algún tipo de castillo marino con cientos de plantas en su interior, adornándolo de manera elegante, con pinturas en cada pared, el sol entra con fuerza por las ventanas dándole un toque más natural de lo que ya es, simplemente es fantástico, extrañaba verlo así de reluciente.

Los guardias nos conducen hasta las plantas de arriba donde ya hay habitaciones para nosotros. No sé cómo, pero Desmond y Conan se las han ingeniado para tener una habitación compartida, dejando de compañeros a Medras y Félix, Binu y yo tendremos nuestras propias habitaciones. Lo bueno es que todas están en un mismo pasillo compartiendo paredes.

—Les hemos dejado todo a su alcance —dice un guardia—. Ropa limpia y toda clase de cosas. El rey los espera con ansias para una cena en su honor —el guardia me voltea a ver a mí—. Abra un pequeño baile, espera que estén listos a las ocho.

Y sin más el guardia se da la vuelta junto con los otros y desaparecen por las escaleras.

—Que envidia —Desmond se acerca a mí—. El mismísimo rey ha hecho un baile para ti.

Sonrió ladeando la cabeza.

—¿Sabes que es lo mejor? —me pregunta tomando la mano de Conan y caminando a su habitación—. Que padre no estará esta noche, podremos hacer lo que sea.

Entro a mi habitación algo cansado, pues las últimas veinticuatro horas han sido una pesadilla, tuvimos mucha suerte, ahora me doy cuenta de que no solo debo de temerle a lo que se encuentre aquí, el océano es devastador si se lo propone. La habitación es totalmente blanca, con cristales resplandecientes como adornos y un gran espejo de mármol, camino hasta donde parece ser el baño y me doy cuenta de que la bañera está ya hecha, con burbujas revoloteando con un olor a lavanda y canela.

En cuanto me meto a la bañera me dejo calmar por sus aguas, no puedo soportar un minuto más con el olor a agua salda en mi cuerpo. Veo de reojo por la puerta medio abierta que ya han traído nuestras cosas del barco y me entra un alivio enorme darme cuenta de que mi violín sigue intacto. Saco mis brazos recargándolos en la orilla de la bañera y echando mi cabeza hacia atrás, sin embargo, con una rapidez inhumana, vuelvo a meter mis brazos al agua con temor a que alguien esté viendo.

Tranquilízateme digo a mi mismo mientras me froto mi cara, el agua escurre por mi cuello —. No hay nadie.

Me niego a verlas, así que me quedo con la cabeza mirando al techo, el cual está pintado como si fuera el mar, muy muy real que hace que me maree, inconscientemente trazo las marcas en mis brazos, que por suerte apenas si llegan a mi codo, después paso mis dedos trazando las que ya están sobre mi pecho, muy muy finas como si solo fuera tinta, su oscuridad late con fuerza y un escalofrío me enreda.

El tiempo pasa y cuando ya es la hora para el baile trato de ponerme la camisa antes de que alguien más llegue, me veo en el espejo y observo mi espalda, ahí las marcas oscuras están más fuertes brotando como si fueran ramas con espinas afiladas, me pongo con rapidez la camiseta holgada con mangas sutilmente rodeadas de perlas, tomo mi corona y la pongo en mi cabeza.

—Todo estará bien, estaremos bien.

Me sonrió a mi mismo tratando de olvidar que poco a poco aquella oscuridad va creciendo en mi interior.

...

No puedo con lo diferente que se ve todo a comparación de mi reino, allá es todo más sombrío y el ambiente siempre es nublado, aquí parece ser que el sol siempre llega cuando se le pide y se va con un azulado y anaranjado atardecer, el baile es así de todos los colores, los que más destacan son el azul y el verde, hay muchos ciudadanos y miembros de las casas de este reino de igual forma hay cientos de hechiceros de luz.

—¡Miren por allá! —Félix nos dice y se agarra de mí con fuerza, muy emocionado—. La princesa Tetis ya viene.

Me niego a voltear a verla, así que me encamino hasta donde hay aperitivos, al parecer eso es algo que comparto con Desmond huir hacia donde hay comida, me escabullo entre la gente aprovechando su distracción, el rey aún no ha aparecido así que estoy guardando mis fuerzas para lo que tenga que decirme, no lo he visto en años.

La música vuelve a sonar y todos vuelven a bailar, de seguro mis amigos y hermano estarán buscándome, pero entre tanta gente es imposible reconocer a alguien.

Tomo una copa de lo que parece ser algún tipo de cidra, tal vez es de manzana, le doy un sorbo asombrándome que en efecto es de manzana.

—¿Con qué así de cerca se ve el futuro rey del reino Umbria?

Una voz delicada me hace pasarme de un solo sorbo toda la cidra. Al voltear tengo a la princesa Tetis a centímetros de mí, su aliento choca con mi copa que sigue en mis labios y me da una sonrisa de triunfo, por un momento que parece eterno me quedo observándola con detenimiento, su cabello cae en bucles hasta su cintura y sobre su cabeza lleva una tiara que al parecer lleva pequeños diamantes por todos lados, sus ojos cafés me inspeccionan, sus pestañas largas revolotean y sus labios están pintados de un tono coral haciendo juego con su vestido. No puede ser real, debe de ser algún tipo de sueño, uno muy bueno... Tetis parece ser algún tipo de hada del mar, un aura mística y asombrosamente magnética la rodea, su belleza ha alcanzado las expectativas más altas jamás antes vistas.

—Lástima que sea yo quien baile contigo esta noche...

Sus palabras quedan flotando cuando el mismísimo rey Millar aparece detrás de ella, Tetis se aleja como si nada de mí y por fin bajo la copa y hago una reverencia al rey.

—Luca Andillac —no puede ser, recordaba al rey, pero no así, tiene esas mismas vibras que su hija, maldigo por dentro, pues sin querer sigo viendo a Tetis—. ¡Bienvenido por fin al reino Marisma! No sabes como me alegra tu regreso.

—Su majestad —tomo su mano y la beso en forma de cortesía—. Gracias a usted por invitarnos a mi hermano y a mí a su reino tan pero tan encantador.

—Me da lástima que tu padre tarde más en llegar —El rey suspira y toma una copa de cidra —. Me han contado lo que tuvieron que pasar, por suerte siempre soy yo el que supervisa que todos mis marineros toquen la cola de la sirena, lo bueno para ustedes es que contaron con la ayuda de un dragon...—Me toma de los hombros y me acerca más a él—. Olvidémonos de eso, este baile fue hecho para ti, todo el mundo vino a ver al heredero Luca Andillac el príncipe del hielo.

Me rio algo apenado de que me llame así.

—Por mi parte no podre quedarme, ya sabes.- ahora su voz cambia a una más misteriosa y en susurro me dice—. Tengo que seguir arreglando lo que los oscuros han hecho a mi precioso reino —toma la mano de su hija y la pone sobre la mía—. Por suerte mi hermosa hija Tetis podrá acompañarte en tu primer baile. Disfruta la noche, días difíciles vienen.

Y con eso último camina entre la gente, sus guardias van detrás cuidándolo de todo, dejándonos a mí y a su hija alrededor de la gente con la música haciendo eco en mis oídos.

—Te lo dije —Tetis me da una sonrisa a secas y me acerca de un solo movimiento a ella, mis manos por inercia toman su cintura—. La idea de bailar aquí no me desagrada, sin embargo...

Me recorre con sus ojos, parte por parte hasta llegar a mis ojos.

No eres tú.

Cuando digo eso ella se ríe y me jala hasta llegar a la pista de baile donde todo el mundo se nos queda viendo, la música para y por primera vez en mucho tiempo me siento muy nervioso.

—Han pasado seis años desde que nos vimos, claro que ya no soy la misma —Tetis hace que demos una vuelta y la música vuelva a sonar—. Ni siquiera tú eres el mismo...

—Tú eres la que más ha cambiado —vuelvo a decirle y ella aleja su mirada mientras seguimos bailando —. ¿Qué tal si te digo que te odio?

No sé por qué lo dije, quizás dentro de mí aún sueña con esos tiempos de paz donde éramos unos niños queriendo conocer el mundo, claramente eso ya no es así, esos niños se han ido y no creo que vuelvan jamás.

Tetis por fin da con mi mirada, nos quedamos un rato así, con esa tensión extraña a la vista de todos, nadie se da cuenta de que los dos peleamos con nuestros recuerdos compartidos.

Ódiame todo lo que quierasme dice, damos una vuelta final y la música se detiene de forma casi épica—. Yo te odiaré mucho más.

Eso suena tan real, no como yo lo dije, su voz no detona una broma ni sarcasmo, su mirada recta y cautivadora está firme y no sonríe ni un poco.

—Mi padre me ha dicho que sea tu guía, tus ojos y tus oídos en tu estancia aquí —se aleja de mí y mis manos sueltan su cintura—. No le haré caso y espero que seas lo suficientemente inteligente para hacer lo mismo.

No entiendo nada, me quedo helado sin saber qué responder, ¿por qué actúa como villana?, ¿por qué me habla como si fuéramos enemigos de años? Jamás lo fuimos, tampoco sé si ella me consideraba su amigo, tal vez no, tal vez siempre me odio y guardo todo ese odio dentro de sí tantos años y ahora que por fin estoy frente a ella lo ha dejado en libertad.

Se da la vuelta haciendo que su cabello se mueva delicadamente, me da una última mirada tan, pero tan intensa que temo que mis rodillas empiecen a temblar para caer de un golpe al frío suelo.

En vez de eso, una punzada fuerte llega a mí, de alguna parte de mi cuerpo que se extiende a todas direcciones, con fuerza y velocidad, como si de una carrera se tratase y algo en mi cabeza se rompe creando grieta tras grieta, hago una mueca tratando de no gritar. Al último segundo en que la mirada de Tetis aún está sobre mí, puedo escuchar su voz, levemente y a la distancia...

¿Será que pueda apuñalarlo mientras duerme?

Todo lo que veo y escucho es escalofriante, uno por qué aquella frase es señal de que Tetis quiere verme muerto, ¿qué la llevo a pensar eso?, ni idea y segundo que ella jamás movió sus labios.

Pude escuchar lo que pensaba, pude leer su mente.

Me dejo caer en esta agonía que siento, viendo como la princesa se escapa por una de las puertas donde un chico de cabello azul la sigue, yo tamborileo tratando de mantener el equilibrio, camino como puedo entre la gente sonriendo como bobo, salgo chocando con la pared a uno de los jardines. Si aquello que dijo Tetis sobre mí en su mente me dejo horrorizado saber lo que todas estas personas en la fiesta piensan es demasiado, mi cabeza punza de dolor con tantas cosas, tantos pensamientos corriendo de un lado a otro me causan ganas de vomitar.

Estoy escuchando cada uno de sus pensamientos dentro de mí, algunos asquerosos, absurdos, felices e inapropiados.

No puedo detenerlos, los pensamientos ajenos no paran de sonar, me dejo caer sobre el pasto haciendo que mi camisa se manche de verde, a mi derecha un rosal se extiende, de color lila con blanco, sus pétalos son redondos, es el rosal más bello, extiendo mi mano hacia uno de sus pétalos en cuanto mis dedos lo rozan el pétalo parece gritar de terror, poco a poco una oscuridad trepa haciéndolo quebrarse y tomando el color más maligno jamás antes visto.

Y por fin lo entiendo todo, me echo a reír mientras los pensamientos siguen sonando.

Soy oscuridad, pura y siniestra de esas que es mejor echar a correr para jamás llegue a encontrarte.

Uyyy este capítulo me encantoooooo, realmente siento que vamos conociendo la historia de Tetis y Luca poco a poco pero es muy importante. Gracias de corazón por sus votos y porque siguen aquí siguiendo la historia lo aprecio mucho.

Ala. 👑

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top