Capítulo 19. Sombrerero
DESMOND
No puedo ver nada, mi cara choca con la asquerosa capa de Triddor la cual huele a vino y a árbol quemado. Mi respiración se agita con cada movimiento que damos trato de moverme, pero me es imposible, pues cada que lo intento termino resbalando por la tela.
—Qué desesperado eres —Triddor abre su capa y me toma de un brazo, sus dedos se ven gigantes, demasiado—. Te pondré mejor aquí.
Cuando me doy cuenta, él me suelta dentro de un mini aro de fuego.
—Estamos en el templo Ardor —Me dice jalando una silla—. Qué pequeñito te ves así.
—¿Cómo paso? —Le digo tocándome todo el cuerpo, pues soy del tamaño de una vela—. ¿Qué quieres de mí?
Triddor se sienta en la silla cruzando sus piernas, se ve realmente aterrador mirándome así como si él supiera todos mis secretos, toda mi vida, incluso cosas de mi mismo que yo no sé.
—Hoy me divertiré mucho contigo —A nuestro alrededor las paredes de piedra están iluminadas con velas de colores, la habitación está llena de pociones, armas y libros—. Tendré que hacer varias pruebas... además es la primera vez que entras en el templo, ¿no? Igual te daré un recorrido, no seré mal anfitrión.
—¿Agroz sabe que estoy aquí? —Triddor deja de sonreír y se acerca más
—Él fue de... campamento. No te preocupes, estarás sano y salvo...si es que funciona.
Me preocupo muchísimo más que antes, mi corazón parece querer estallar y no veo alguna posible salida, no en este estado, no cuando mido menos que una daga.
—Conan me contó tu historia —Le digo para ahorrar tiempo—. Tan trágica, pero supongo que alguien como tú merecía algo así.
—Soy demasiado especial, ¿no lo crees? —Triddor hace un movimiento con su mano y de un armario salen flotando una copa llena de vino—. Y tú también. Ya sabes con toda esa popularidad y ese talento para tener lo que quieres. Puedes hacerlo Desmond, puedes tomar lo que quieras y nadie jamás dirá nada... así como tomaste a Conan.
—Yo no tome a Conan. No hables de él así, no en mi presencia.
—Pero sentiste esa conexión, ¿no es así?, cuando lo viste por primera vez sentiste algo más allá de un simple roce —Triddor bebe su vino observándome atento—. Conan solo es un peón aquí, en mi juego, en el de Agroz, en el de los reinos, siempre lo fue, siempre lo será.
—¿Y qué eres tú entonces? Parece que solo eres la sombra de Agroz...
—Yo no ataco a nadie sin razón, Agroz lo sabe y por eso no me involucra en sus juegos, aunque bueno —Triddor ladea su cabeza mordiéndose el labio—. Es divertido ver como las personas huyen al solo verme, al solo sentir mi presencia, ¿sabes por qué? —No me deja contestar, toma otro sorbo y prosigue—. Porque antes no era nada, era un simple chico humano que llamaba la atención de todos por mi belleza y eso me repugnaba, tenía que fingir que lo amaba... y ahora soy todo lo que quise ser, soy alguien temido, soy aterrador, puedo crear las más horribles pesadillas y amo lo que soy.
—¿Amas ser un monstruo?
—Todos lo somos. A algunos se les nota más que a otros, ¿sabes que pieza eres tú? —Agroz me señala con su copa—. Eres el rey del tablero que podría pasar a ser un peón más si no se cuida la espalda... eres capaz de hacer que todos se arrodillen ante ti, que griten tu nombre...
—Luca es el rey... será el rey —Le digo y una sensación de melancolía llega a mi
—No conoces suficientemente a tu hermano como para darte cuenta —Triddor deja su copa en una mesa y chasquea los dedos desapareciendo el aro de fuego a mi alrededor—. Él es como yo. Finge, finge y finge que le encanta ser el centro de atención... no digo que no ame ser amable, atento y caballeroso porque se ve que su instinto es ser así, lo que digo es que le importa una mierda si él es el siguiente rey o no porque desde que nació eso fue lo que le dijeron. Luca solo sigue lo ya impuesto, sigue lo que él piensa que es su deber.
No puedo hablar, mi boca parece estar sellada con hilos por todas partes, pero no es así, mis labios se abren un poco y aun así nada sale, ni una sola palabra simplemente las palabras de Triddor fueron un ataque sin escapatoria, él sabe lo que me produjo escucharlo hablar así... hablar con la verdad, no lo diría si no fuera así, puede ser una horrible persona, el peor monstruo de estas tierras y aun así él jamás mentiría, no tiene por qué hacerlo, pues sabe que con solo decir la verdad puedes lastimar de más de una manera y eso hizo conmigo me abrió una herida que no creo que pueda ser curada en mucho tiempo.
La puerta se abre y un chico con el cabello rapado y con ojos rojos pasa, va vestido con ropa totalmente blanca y en su cuello parece llevar un collar de perlas.
—¡Jo!, que bueno que llegas —Triddor camina hacia él con entusiasmo—. Tardaste demasiado... tuve que hacer una charla improvisada, ¿verdad Desmond?
Aún no puedo hablar, mi mente le da vueltas a lo que digo, ¿es realmente cierto que Luca jamás ha deseado ser el rey?, siempre lo vi entusiasmado, quizás ese entusiasmo no era suyo, sino el de los demás, el de mis padres el del reino... el mío.
—¿Trajiste lo que te pedí? —Triddor se ve realmente feliz—. Ya quiero probar.
Aquel chico hace aparecer de la nada una gran ballesta. Doy dos pasos hacia atrás empezando a marearme, caigo en la gran mesa de vidrio y miro todo a mi alrededor, más en específico a todas lar armas que cuelgan de las paredes, parecen ser de colección, pues algunas son realmente raras, brillan como si estuvieran bañadas en oro y alguna que otra flota como si tuviera alas. La ballesta que sostiene el chico tiene una punta tan filosa que hace que una gotita de sudor baje por mi cien.
—Ahora yo me saldré de la habitación —Triddor se sirve más vino y me da una sonrisa agachándose a mi estatura—. Estarás bien.
Triddor sale de la habitación dejándome a solas con ese chico que me ve con una sonrisa siniestra.
—Puedes hacerlo ahora Jo —La voz de Triddor suena del otro lado
—No sabes como he deseado destruir a la corona —Jo se acerca más con la ballesta en alto y ya cargada—. Y más a ti Desmond Andillac, si esto no funciona, haré miles de intentos más.
Me levanto como puedo sin saber que hacer, el odio de ese chico puedo verlo incluso en sus ojos, sé qué demasiadas personas me odian a mí y lo que la corona representa, pero su odio va más allá, lo puedo sentir en las venas. Estoy a punto de saltar de la mesa cuando escucho un clic, doy un último vistazo y la flecha de la ballesta viene hacia mí, tan rápido que podría atravesarme completo... pero no lo hace.
A centímetros de mí, la flecha por si sola se da la vuelta y regresa al chico con la misma velocidad que antes, fuerte y precisa, le da a Jo en el pecho, la habitación se llena con un grito de dolor y yo caigo de rodillas viendo como sangre sale de su pecho cuando se saca la flecha. El chico se arrastra hasta mí como puede y Triddor entra en silencio, estoy a punto de decir algo cuando veo que se saca de la capa una daga y de un segundo a otro la avienta hacia mí, no puedo hacer nada, no gritar, ni correr me quedo viendo como la daga se da la vuelta otra vez sin herirme, pero en vez de que regrese a Triddor esta vuela hacia el chico dándole en un ojo.
—Ya veo... entonces hiere a la persona más cercana a ti.—Triddor niega con la cabeza algo triste—. Demasiado para ser verdad, demasiado bueno... muy bueno.
—¡Ayúdalo! —Le grito corriendo al borde de la mesa viendo como el chico se retuerce del dolor
—Jo va a morir tarde o temprano, un ojo menos no lo hará un marginado, su pecho se curará, no hay problema —Triddor se acerca pasando por encima del chico y se agacha hacia mí—. ¿Acaso no fue divertido? Pude sentir tu miedo y ahora... siento tu ira, es demasiada para un cuerpo tan pequeño, ¡qué divertido!
—¿Qué fue todo esto? ¿Por qué lo hiciste? —Mi voz suena demasiado irritada
—Quería probar mi teoría y pues si funciono pensé que Agroz me mentía, así que quise verlo por mi mismo.
Los gritos del chico paran y Triddor lo voltea a ver con una sonrisa demoniaca.
—¿Ya viste?, ya dejo de gritar, ya no le duele —Triddor me toma con toda su mano levantándome—. Deberías de preguntarte más seguido si en verdad confías en Conan.
—¿A qué viene eso?
—¿Crees que te daré las respuestas a todas tus preguntas? Ya te revelé demasiado... podría seguir haciéndolo, pero me gusta el drama —Triddor se encoge de hombros caminando hacia la salida pasando de nuevo sobre aquel chico, el cómo puede me voltea a ver y aunque se ve demasiado mal aún con la daga en su ojo no le quito la vista de encima, Triddor abre la puerta y hace un movimiento rápido con su mano, el cuello del chico da un giro rápido y violento—. Quizás debí intentarlo en mi mismo y bien veamos ¿listo para el recorrido?
Triddor me deja sobre su hombro, yo me sostengo como puedo sin dejar de ver ahora el cuerpo sin vida de aquel chico, de Jo, de una persona que probablemente perdió la vida de una manera injusta e idiota, solo por él, por Triddor, por una persona completamente desequilibrada. Realmente no puedo sentirme al cien por ciento mal de ese chico, no hace varios minutos estaba dispuesto a asesinarme con esa ballesta.
—Nadie es buena persona Desmond —Triddor camina por pasillos de piedra muy lujosos, pasando por varias puertas con candados enormes—. Jo no era la excepción, ni tú ni yo lo somos...
—Pero hay diferencias. Tú y yo no somos iguales —Le digo tambaleándome un poco—. Eres un maniaco que disfruta asesinar, yo jamás podría, jamás lo haría.
—Es verdad, tú eres más... humano. La gente va perdiendo su humanidad cuando más miente, cuando más engaña y cuantos más corazones destruya... sé de una persona que va por ese camino.
—¿Cómo hiciste eso? —Le pregunto y él se detiene frente a unas escaleras—. ¿Por qué las armas no me hicieron daño?
—Por qué simplemente no quisieron —Me dice empezando a subirlas—. Traerte aquí solo fue para no aburrirme, también para hacer lo que hice y para poner un poco de caos en tus amigos. Ellos estarán como locos pensando que te he secuestrado de por vida, intentaran venir por ti a toda costa. Son tan ingenuos, no te elegiría a ti... Luca es el que realmente me interesa.
—¿Por qué mi hermano? ¿Por qué te interesa tanto?
—Porque sobrevivió, de una u otra manera él sobrevivió al hechizo más poderoso de Agroz y eso a él lo hace sentir demasiado irritable, ¿qué sentirías si te quitan una pierna? Así es como Agroz se siente.
—Eres demasiado malo para explicar.
—Ya te dije, no te diré nada más, me gusta esa expresión que haces cuando no entiendes nada, me hace mucha gracia, ¿por qué no vas y le preguntas tu mismo?, es tu hermano después de todo —Triddor al acabar las escaleras abre una puerta que da a un enorme balcón lleno de flores naranjas y con gárgolas de piedra custodiando por todas partes—. ¿Acaso tienes miedo de la verdad?
—La verdad es para los valientes —Le digo sentándome por fin en su hombro—. Quizá no soy demasiado valiente para querer saberlo.
—Tu mundo se pudrirá de a poco si te niegas a saberlo.
—¿Me estás dando consejos? No eres muy bueno si eso quieres saber —Le digo viendo el paisaje del balcón que da hacia el bosque donde a lo lejos se puede ver mi reino—. Pensé que tu única tarea era asesinar y ser un hechicero malévolo.
—No me importa darte consejos o maldecirte con un hechizo, me importa más que no termines volviéndote loco.
—Creí que te encantaba estar loco.
—Me encanta —Triddor se sienta en el borde del balcón, yo trago un poco de saliva al ver el acantilado—. Solo no me gusta ver a más gente volverse loca, no todos lo soportan, por ejemplo a Jo lo asesine porque sus poderes eran demasiado para él... lo estaba consumiendo, llevaba años intentando poder tener el control, así que lo deje descansar de tanto sufrimiento.
—¿Cómo sabes que dejo de sufrir?
—¿Cómo lo sabes tú? La muerte es relativa Desmond algunos la anhelan y otros corren de ella, ¿preferirías morir o volverte un maniático sin corazón?
—¿Tú qué prefieres?
—Las dos —Triddor me sonríe tomándome de nuevo y llevándome hacia el acantilado, lo golpeo con mis brazos del pánico—. Solo que aún sigo esperando... aún espero.
Triddor abre su mano soltándome al vacío, mis pequeños gritos suenan como un chillido, no puedo aferrarme a nada, el viento es mi única compañía, puedo ver a todo el templo Ardor frente a mí con su construcción de castillo viejo puedo ver por sus ventanas como algunos oscuros se acercan para verme, debo de ser un espectáculo, la mejor función que han visto, patéticamente asombroso.
Pensé que gritarías más.
La voz de Triddor suena en mi mente, suena tan fuerte que mi cabeza da vueltas del dolor
¿Te está gustando mi recorrido? Espera un poco más, ya casi te regreso a casa.
Mi pequeño cuerpo choca bruscamente con el lago que rodea al templo, caigo hasta lo más profundo envolviéndome por el agua que se mete por todos lados, mis ojos se abren del pánico y el agua entra por mi boca empezando a ahogarme trato de nadar deprisa a la superficie, pero mi visión está borrosa.
Recuerda hacer preguntas Desmond, pregunta todo lo que quieras antes de que tu mundo se prenda en llamas. Fue un gusto tenerte como mi invitado, sigue esperando mi llegada. Regresaré y esta vez ya no seré tan considerado.
La voz de Triddor da vueltas en mi mente perforándome por todos lados, al agua hiela mi cuerpo y mis ojos se cierran dejándome en una marea de confusión y de dolor.
...
Mis ojos se abren con fuerza y empiezo a toser sin parar, aún puedo sentir mi cuerpo helado y con esa sensación de ardor. Unas manos cálidas toman las mías y las entrelazan en mis dedos, mi respiración vuelve a la normalidad y el dolor se va tan rápido como llego. El rostro de Conan siempre será como un sueño para mí, tan malditamente irreal.
—Está bien Desmond —Me dice—. Todo está bien, ya estás en casa.
Lo atraigo hacia mí aferrándome a su espalda y enterrando mi rostro en su pecho, mojo su camiseta con mi cabello húmedo, él no se aparta, me abraza con más fuerza.
—Tengo que hacerte muchas preguntas —Le digo sonando más serio de lo que quería—. Y debes ser honesto. Si no lo haces estarás destruyéndome Conan. No quiero romperme, no quiero terminar vacío.
Conan no me dice nada, puedo escuchar como intenta controlar su corazón, intentando que no lo delate, pero este lo hace, empieza a sonar más fuerte, más nervioso... más mentiroso.
—Dime ¿Triddor te hizo daño? —Me pregunta ignorando lo que dije y dejando de abrazarme
—No... no pudo. Estoy bien —Le digo levantándome, estamos en el mismo pasillo donde Triddor me llevo, solo estamos los dos—. ¿Dónde están los demás?
—Están como locos ideando un plan para rescatarte —Conan señala las escaleras—. Yo solo bajé por un respiro y te encontré desmayado. Vamos a estar bien Desmond, nadie podrá hacernos más daño.
—Si —Le digo tratando de sonreír—. Podremos sobrevivir a esto, lo haremos.
Y por primera vez desde que conozco a Conan le doy la sonrisa más falsa que jamás le he dado a alguien, siento como algo dentro de mí se rompe y aquella herida que Triddor hizo en mí está haciéndose mucho más grande empezando a comerme vivo sin ningun tipo de piedad.
AAAAA pido disculpas por tardar tanto en subir este capítulo, les explicaré en mi Instagram, pero realmente aprecio que estén aquí leyendo una vez más, se los juro gracias gracias por estar para esta historia. Ahora Desmond está desconfiando de Conan y con toda la razón LE ESTÁ OCULTANDO TODOOOO prácticamente Desmond no sabe lo realmente importante y eso lo destruye por dentro así que ya se viene el drama así que esperenlooooo.
Ala. 👑
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top