Capítulo 17. Diosa marina
LUCA
Al salir del agua de la mano divina me quedo sentado un tiempo, oigo los gritos de Tetis desde el otro lado de la cueva, me levanto con cuidado para no resbalar y la mano se empieza a mover, entre más me voy acercando a Tetis me siento mucho más relajado. En cuanto paso de nuevo por el dedo meñique y bajo de la mano divina, siento algo dentro de mi más sereno, más calmado, un poco más mío.
—Luca tu ojo... —Ignoro las palabras de Tetis y la atraigo hacia mí abrazándola—. ¿Cómo estuvo?
—Ni te lo imaginas, fue... realmente asombroso —Le digo separándome de ella con una sonrisa—. Creo que pude morir ahí dentro, pero mi magia me ayudo, por fin es mía. Puedo controlarla y puedo... ¿En serio tú me estás abrazando? —Tetis, ahora es quien se aferra a mí, mi corazón se empieza a agitar al igual que mi respiración
—¿Eres por fin un hechicero oscuro? —Me pregunta en tono de broma alejándose
—Siempre lo fui —Le digo con aire egocéntrico—. ¡Ay! —Tetis me da un golpe en el pecho—. Bueno, bueno, antes no podía controlar mi magia —Tetis me ve con cara de que siga hablando o me pondrá su daga en mi cuello—. Y también tú me enseñaste muchísimo, prácticamente todo sobre la magia oscura —Ella me sigue viendo igual, así que suspiro y sigo hablando—. Y sin ti, jamás hubiese podido aceptar mi nuevo yo... aun con todas tus amenazas, ¡ay!
Me sobo el pecho donde Tetis ya me ha dado varios golpes.
—Primero —Tetis me jala del brazo empezando a volver por la entrada de la cueva—. Hay que esperar que tu ojo vuelva a ser café...
—Mis ojos son cafés —Le digo confundido
—Tu ojo izquierdo si —Me señala el ojo derecho lentamente—. Pero este es rojo.
Cierro mis ojos con fuerza, me imagino a mi mismo frente a un espejo con un ojo café y el otro rojo... como un verdadero hechicero oscuro, porque no lo soy, yo no nací con este poder, más bien la magia por alguna razón me eligió a mí, no quiero verme como un hechicero terrorífico, quiero ser grande, alguien respetado y admirado, no temido y odiado.
—¿Ya está? —Le digo a Tetis abriendo los ojos
—Como nuevo —Me dice suspirando—. Quizás solo pase a ratos, no te preocupes por eso ahora, así que vamos a buscar a los demás, tengo mucha hambre y también quiero mostrarte otra cosa.
Tetis se avienta al agua y yo hago lo mismo, ahí con su magia vuelve a enredarme con una burbuja para que pueda respirar bajo el agua.
—Mientras cuéntame todo, quiero saber lo que las aguas de la mano divina te mostraron —Tetis se sumerge en las aguas y yo la sigo con una sonrisa
...
—¿Entonces cuando llegara el príncipe? —Escuchamos que dice Eric
En cuanto Sharman y él nos ven salir del rio, todos mojados nos dan una sonrisa. Hemos nadado hasta una especie de habitación muy lujosa, color blanca, con muchos cuarzos y plantas que está bajo el rio, rodeada de luces marinas. Los chicos están sentados en sillones en forma de conchas marinas, aún no me acostumbro a que este reino este rodeado de inexplicables mares, rios y lagos a la vez, es irreal pero maravilloso.
—¿De qué príncipe hablan? —Pregunta Tetis y su cabello hace un camino de gotas de agua
—¿A dónde tú crees que fueron Victor y Claus? —Eric pregunta como si supiéramos la respuesta
—Siendo sincera, ya no me acordaba de ellos—Tetis se encoge de hombros—. Sé que ellos han ido a los reinos lejanos y ¿qué? ¿Van a traer a alguien de allá?
—Si —Les digo pensativo sentándome junto a Sharman—. Mi padre dijo que traerían a alguien para ayudar, ¿entonces se trata de un príncipe?
—Eso es lo que sé su alteza —Me dice Eric—. No sé su nombre, ni porque se esmeraron tanto en ir por él.
—Bueno, bueno, olvidémonos de eso —Tetis se cruza de brazos—. Tengo hambre, ¿qué hay de comer?
—¿No quiere esperar unas horas para la cena? —Sharman le dice—. Su padre me dijo que hoy en la noche quieren hablar con todos nosotros... quizá de nuestra ayuda para que escaparan los demás o quizás para otra cosa, no lo sé, nos citó en dos horas.
—Mi padre siempre hace planes espontáneos —Tetis suspira y se deja caer en un sillón flotante
Nunca la había visto así. Despreocupada y en paz con todos, ya no es la misma chica que conocí el primer día que amenazo con matarme, ya no es la Tetis que se atrevería a clavarme una daga, solo es ella misma, siendo la reina de este lugar.
—Para pasar el rato... los dibujaré —Tetis se levanta de un brinco y corre hasta un mueble en forma de círculo, de ahí saca unas hojas enormes y también pinturas, lápices y pinceles—. Vamos, vamos, siéntense juntos y pongan sus mejores caras.
Nadie protesta, aun así siento nuestra fatiga de solo posar quizás una hora entera para ella, Sharman es el primero en acomodarse, él parece ya un experto en posar como una estatua viviente, Eric y yo tardamos en tomar una pose natural.
—Muy bien —Tetis se amarra el cabello dándole vueltas y atorándolo con un pincel, unos mechones caen sobre su frente, trago un poco de saliva y trato de no pensar en lo linda que se ve—. Dios santo Luca, ¿Por qué estás tan rojo? —Tetis me señala con su pincel, los chicos me miran de arriba a abajo dándose una mirada cómplice y aclaro mi garganta—. No te resfríes ahora Luca, no seré yo la que te cuide.
Soy un completo idiota, ¿me pondré así de rojo cada vez que piense en lo linda que es? Sin dudarlo, así será. Se ve tan concentrada, pintando, haciendo trazos y trazos mientras se reacomoda en una pose distinta cada que se cansa, sus ojos se mueven de Eric a Sharman y de él a mí.
—Juro que debería cobrarles por esta pintura —Tetis habla mientras moja su pincel con verde, quizás para el cabello de Eric—. Sería rica.
—¿Más de lo que ya eres? —Le digo burlándome
—Muchísimo más —Tetis rezonga y me avienta un poco de pintura que cae en mi mejilla y nariz
—¡Oye! —Me quejo
—Lo siento —Ella trata de no reírse—. ¡No te muevas que vas a arruinar mi pintura!
—¡Pero estás pintando a Eric!
—¡Eso no importa, no te muevas!
—¡Oblígame!
Aquello último debí de decirlo de otra forma o simplemente guardármelo para mí, pues ahora un lazo de luz blanco me está sujetando de brazos y piernas, los chicos ven muy sorprendidos a Tetis y ella me ve con aire egocéntrico mientras ignora mi mirada furiosa.
—¿Acaso siempre hace esto? —Les pregunto a los chicos
—La mayoría de veces no —Eric me contesta
—Sabemos que no debemos movernos, ni parpadear mucho, ni respirar... —Sharman apenas si habla, su voz se escucha baja—. Descuida te acostumbrarás. Cuando la princesa te retrata en algunas de sus obras lo hará de por vida, así que mejor vete acostumbrando.
Una hora exacta después, Tetis ha acabado el retratado, se baja del sillón flotante y corre muy feliz a mostrarnos. Es una obra maestra, simplemente lo mejor que he visto y no solo porque yo aparezco ahí, sino que la manera de pintar de la princesa es sorprendente, parece como si un pedazo de nuestra alma estuviera en ese cuadro, parece muy real, merece ser visto por todo el mundo.
—Es magnífico su alteza —Eric da saltos mientras ve el cuadro, luego se lo pasa a Sharman—. Es una de sus mejores obras.
—Es verdad —Dice Sharman con una sonrisa—. Podría colgarla en algún lugar o vendarla...
—Prefiero guardarla aquí—Tetis toma la pintura y camina a una pared ya con un clavo puesto, en realidad toda la pared está llena de clavos ya preparados para sus pinturas—. Aquí nadie viene, solo ustedes y yo, nadie más sabe la contraseña y estoy segura de que no se la dirán a nadie, ¿verdad?
Eric y Sharman asienten mientras ven el cuadro con orgullo.
—Nosotros debemos irnos —Sharman jala a Eric del brazo—. Tu padre nos pidió que llegáramos antes, además ya se nos hizo tarde.
—Claro, los alcanzaremos luego —Tetis no deja de ver su cuadro
—Hay un vestido para usted su alteza —Eric señala un armario al fondo—. Y también ropa para Luca.
Los vemos correr hacia unas escaleras de vidrio color azul en la esquina del cuarto que dan hacia arriba, mientras yo me quejo intentando quitarme los lazos de encima.
—Oye —Le digo a Tetis, ella voltea a verme desconcertada como si se hubiera olvidado de mi existencia—. ¿No ve más a quitar esto?
Ella se acerca a mí, quita el pincel de su cabello haciendo que sus rizos caigan en bucles por sus hombros, su expresión es serena, una aroma a manzanilla llega de ella, no solo de eso, sino también de canela, vainilla... todo lo dulce del jodido mundo.
—¿Por qué eres tan quejumbroso? —Tetis pasa su mano por mi mejilla—. Aún tienes pintura aquí —Ella sigue en mi mejilla, tratando de quitar la pintura, está muy cerca, demasiado cerca—. Y aquí también —Pasa a mi nariz con cuidado, odio no poder hacer nada, retuerzo mis brazos, pero es inútil, el lazo es demasiado resistente
—¿No la magia de luz solo protege? —Le pregunto confrontándola—. Esta cosa —Le digo señalando con mi mirada el lazo—. Me está quitando mi derecho de movilidad.
—El lazo me protege de ti —Tetis se ríe pasándome un mechón de cabello detrás de mi oreja
—¿Qué haces? —Le digo casi dejando de respirar
—¿Aceptas ser mi modelo? —Tetis se aleja de mí yendo a sacar más papel
—Ya lo fui —Le digo—. No te hagas la inocente, me has dibujado varias veces y...
—Quiero que lo seas de nuevo. Una vez más, solo una más, solo para mí.
Me quedo sin palabras tratando de que no se escuche que mi corazón está palpitando como loco.
—Lo que usted desee su alteza.
—Que caballeroso sonaste —Tetis me quitas los lazos de encima—. Entonces, como eres el modelo, tienes que obedecer mis órdenes.
—¿Qué significa?
—Quiero pintarte... quiero pintar al hechicero oscuro —Tetis se sienta en el suelo
—Una vez ya lo hiciste...
—No —Me interrumpe—. Eso no cuenta.
—¿Qué quieres que haga?
—Que te quites la camiseta.
Un hipo repentino llega a mí, uno tras otro de la vergüenza, tenía años sin tener hipo, ¿por qué ahora?, ¿por qué por ella? Tetis se ríe de mi hipo incontrolable.
—Lo haré si asi lo quieres —Le digo levantándome
—Fue muy fácil —Oigo que dice entre risitas—. Muy bien, quítatela y muéstrame tus marcas oscuras, quiero volver a verlas y plasmarlas lo más exactas posibles... ¡ah! y también si puedes volver a poner tu ojo rojo sería mejor.
No digo nada más, ¿qué puedo hacer?, ya estoy aquí y tenemos una hora libre, ¿qué puede pasar? Cuando me quito la camiseta la dejo en el suelo mientras Tetis me mira fijamente, me rasco el cuello y suspiro un poco apenado.
—Siéntate —Tetis me ordena y yo así lo hago—. Recarga tus antebrazos sobre tus piernas, si así está bien ahora... mírame como si fuera tu peor enemigo.
—¿Y eso por qué?
—Imagínate que soy Agroz, o Triddor o alguien que no soportes. Quiero retratar esa mirada tuya...
—Contigo frente a mí será imposible —Me quejo—. Claro que te odio —Le digo en tono de broma—. Pero nunca podría mirarte así.
—¿Puedes hacerlo por mí? Juro que esta será mi mejor obra —Tetis me lanza una mirada suplicante y luego sonríe con malicia—. A no ser que quieras que te vuelva a poner los lazos...
—¡Está bien, está bien! —Le digo poniéndome en esa pose y con esa mirada—. Solo por ti lo haré.
Y así me quedo, quieto, muy quieto. Al principio no supe como llamar a mis marcas, ni como poner mi ojo rojo, simplemente sucedió de manera espontánea, quizás tarde unos minutos, ahora, las finas marcas oscuras cubren mi cuerpo y por la sonrisa de satisfacción de la princesa sé que igual mi ojo se ha puesto rojo. ¿Me veré aterrador? Tetis realmente se ve contenta más que nada fascinada por mí, por lo que soy.
—Dime una cosa —Le digo, mi voz suena en eco en esta gran habitación vacía—. ¿Realmente me odiabas? Ya sabes... antes.
Tetis me ve desde el suelo, pasa de mi cuerpo a su pintura y de nuevo a mi cuerpo, suspira un poco y se encoge de hombros ladeando la cabeza.
—Odio que hechiceros de tu clase hayan matado a mi hermano, lo odio y lo odiaré siempre —Tetis vuelve a suspirar—. Quizás mi odio hacia ti fue injustificable, pero... bueno, no me arrepiento de sentir aquello.
—¿Me sigues odiando por lo que soy? —Mi pregunta hace que se detenga, que suelte su pincel y se recargue con sus brazos hacia atrás—. No debes responder si...
—No.
—Bien.
Y así volvemos a quedar en total silencio mientras ella se deleita con mi oscuridad, con mi nuevo yo, con mi vacío, con mi nueva alma compartida en dos. No sé cuanto tiempo ha pasado, yo no he quitado mi vista de Tetis, incluso así de concentrada y tranquila desprende un aura preciosa y fuerte, de una princesa, de una guerrera, de una reina y de una diosa.
—¡Ya está! —Tetis se levanta de un salto de la emoción de su mano con su magia de luz, saca chispas, parecidas a fuegos artificiales—. Mira, mira, quedo asombroso.
Tetis corre hacia mí sin pensarlo y de un parpadeo ella ya está sentada no en el sillón a lado mío, sino que está encima de mi pierna derecha... encima de mí, recargada en mi hombro.
—Mírate —Me enseña su cuadro con una pintura de mí—. ¿Te gusta?
Le doy un simple vistazo a la pintura que es lo más maravilloso que he visto, quizás diga eso de todas las pinturas de la princesa, pero mentiras no son porque cualquier persona podría darse cuenta de su talento, es una genio, una gran artista. La pintura transmite mi esencia, mi mirada es amenazadora, pero a la vez reconfortante, como si fuera algún tipo de héroe, mis marcas se ven más profundas y mi ojo le da el toque de glamur.
—Es perfecta —Le digo ya no viendo a la pintura sino a ella
—No me mires así —Se voltea y nuestras miradas se vuelven una sola
—¿Así cómo?
—Como si fuera lo más importante de tu vida.
Soy yo el que se acerca un poco más, unos centímetros, unas pulgadas, solo basta un movimiento más para que nuestros labios se rocen, un fugaz movimiento de ella, de mí, de los dos para que todo se vaya al carajo. Puedo sentir las mismas ganas de ella, los dos queremos esto, es obvio, más que obvio.
—¡La cena! —Dice Tetis alejándose rápido—. Vamos a llegar tarde ¡Ya paso una hora!, mi padre me matará, vamos Luca, vamos.
Tetis corre hasta el armario donde está la ropa, yo no me he movido, sigo como una estatua, mi piel está caliente, mis marcas oscuras parecen aún más oscuras, mi cabeza me da vueltas por el aroma que me dejo estar tan cerca de ella, no puedo ni siquiera pensar con claridad, Tetis me avienta mi ropa a la cara mientras ella se empieza a cambiar, yo me levanto rápido volteando hacia abajo dándome la vuelta cambiándome lo más rápido que puedo.
—¿Me podrías ayudar? —Su voz suena débil y un poco apenada
Me doy la vuelta viendola vestida con un bonito vestido esmeralda, me sonríe tímidamente que no puedo creer que sea ella, la mirada que me da, la sonrisa que tiene en la cara, esos ojos que llaman por mi ayuda... Me acerco y ella se da la vuelta, no puede sujetar el lazo de su vestido, supongo que siempre pide ayuda para ello y solo estoy yo ahora, así que tomo el lazo y empiezo a hacerlo en forma de un moño perfecto, tratando de no jarlarlo tanto.
—Ya está —Le digo sin alejarme de ella—. Siento si lo de antes...
—No te disculpes... sentí lo mismo —Tetis pone sus manos en mi pecho sonriendo un poco—. Pero no creo que...
—¿Puedo? —Le pregunto cortando sus palabras
—¿Qué dices...
Le doy un rápido beso en la mejilla, tan rápido que ni siquiera le da tiempo de parpadear.
—Vámonos —La tomo de la mano sin dejarla procesar lo que acabo de hacer—. Llegaremos tarde.
NO SABEN COMO AMO A ESTO DOS AAAAAAA, NO LO SE SON TAN AAAAAA AMO A TETIS LA VERDAD JQFHWO, AMO A LUCA SHAKF este cap me gusto mucho pudimos ver un poco más de su relación y de esa tensión que van ya sintiendo y en el siguiente cap de ellos pasara algoooo así que prepárense ¿están listos para la llegada de ese nuevo príncipe?, cuando él llegue todo estará en un caos absoluto, gracias por leer y votar gracias, gracias.
Ala. 👑
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top