Capítulo 39. Mientras el rojo viva, la persona de vida eterna igual
CONAN
Caigo boca arriba sobre un suelo oscuro lleno de polvo, me levanto tosiendo un poco y sacudiendo mi cabello, entorno los ojos para poder ver algo. Camino como puedo con temor por el lugar, ya que da un poco de miedo, todo está enredado en un humo sombrío, ni siquiera sé si estoy yendo para la izquierda o derecha todo es muy confuso y mi cuerpo se siente raro como si no perteneciera a este lugar.
Risas vienen de lo lejos, me detengo para poder oír de donde vienen, el humo oscuro se esfuma cuando un niño pequeño pasa corriendo por él, lleva en su mano una espada más grande que él, la lleva arrastrando haciendo un ruido espantoso que hace que me tape los oídos.
—¡Ya la conseguí!— el niño grita a alguien que no puedo ver —. Te dije que lo haría.
Me acerco sigilosamente para verlo con claridad, pues aun el humo que queda me tapa su rostro, atravieso el humo por fin, viendo al niño cara a cara, paralizándome por completo.
Esos ojos...
Ese cabello...
Esa sonrisa...
—¿Desmond?
El niño no me escucha y vuelve a correr lejos de mí riendo, lo sigo hasta que por fin veo a alguien más y mi entorno se ilumina, ya no hay humo, ni piso oscuro, ahora todo es de un amarillo amanecer.
—Yo nunca te dije que trajeras nada Desmond.
Dios santo, si es Desmond entonces el otro niño debe ser...
—Ah no no, no me dejarás solo en esto Luca.
Los dos deben de tener entre siete y seis años.
—Solo dije que la espada del padre de Medras era magnífica.— el pequeño Luca se cruza de brazos —. Jamás dije que fueras y se la robaras.
—No se la robe.— Desmond intenta levantar la espada, se da por vencido segundos después —. Únicamente la tomé prestada. Además, algún día me pedirás que luche a tu lado... necesitaremos espadas.
Luca se ríe y se acerca a su hermano revolviendo su cabello.
—En estos momentos tú no debes preocuparte por eso, ni por espadas, ni por pelear a mi lado...
No sé dé donde, pero el humo negro vuelve a aparecer rodeando a los niños, corro extendiendo una mano hacia el pequeño Desmond, rozo la punta de su dedo, puedo notar como es que por un segundo él voltea a verme antes de desaparecer.
Mi alrededor cambia y ahora estoy en el bosque, se ve algo borroso, menos las personas que tengo al frente. Ahora más mayores, no lo sé, tal vez de, quince y catorce años, Luca y Desmond están mirándose de arriba a abajo con una mirada feroz llena de poder, me da un escalofrío de solo verlos. Se parecen tanto, sin importar que sus ojos y cabellos sean diferentes, ellos tienen esa energía atractiva que hace que todos quieran seguirlos a todas partes.
—¿Por qué no me atacas?
Luca le sonríe a su hermano mientras se limpia el sudor con su brazo.
—¿Por qué no me atacas tú?
Desmond le devuelve la sonrisa.
Los dos con espadas en mano giran en círculos esperando a atacar.
—Jamás atacaría a alguien de mi misma sangre.
Desmond se ríe con ganas al escuchar eso.
—¿Y este tremendo golpe que me has dado?— se señala su nariz, que está toda roja —. No fuiste tan cabelleroso que digamos.
—Eso es diferente y esto.— Luca señala sus espadas —. Es otra cosa, más allá de solo unas espadas, es sangre, guerra y traición.
—También es victoria, deseo y salvación.
—No me importa lo que sea.— Luca avienta su espada al suelo —. Prefiero nunca usarla contra ti.
Desmond sonríe de lado haciendo una mueca por el dolor de su nariz y también suelta su espada mientras sacude sus manos como si se hubiese deshecho de algo peligroso...
Sin aviso, la imagen se borra de nuevo por ese humo misterioso.
Lo que acabo de ver son recuerdos, claro que lo son, pero ¿cómo es que los estoy viendo? A lo lejos una gran luz me ilumina tan blanca que tengo que cerrar mis ojos, me jala, hacia ella, sin poder sostenerme de algo. Solamente hay una explicación para esto...
He viajado hasta la mente y recuerdos de Luca.
Mis padres casi no hablaban de estos hechizos, me decían que era muy pequeño para entenderlos, lo único que hacían era darme la advertencia de que no había vuelta atrás una vez hecho, tampoco me explicaron como se hacía o que se sentía, estoy en un campo lleno de bombas intentando no pisar alguna, caminando a ciegas con solo un puñado de esperanzas sobre mis hombros.
La luz me deja de jalar aventándome por una puerta blanca en una habitación igual de blanca y ahí en el centro un chico permanece de pie con los ojos cerrados, su cabello cae con delicadeza sobre su frente, lleva una gran capa que lo cubre hasta los pies, un aire frío pasa a mi lado sin explicación, busco alguna ventana, pero no hay ninguna...
Luca abre sus ojos lentamente y en cuanto me ve da dos pasos hacia atrás y se toca su corazón, sus ojos cafés son igual a los de Desmond; sin embargo, es más alto que él y más alto que yo.
—Luca...
Él da dos pasos hacia atrás de nuevo, su capa se arrastra por el suelo.
—Vi tus recuerdos...
Pude haberme presentado mejor, haber dicho algo menos raro e invasivo, lo hecho hecho está. Los ojos cafés de Luca se iluminan mientras observa cada rasgo de mí.
—Sé quien eres...
Un escalofrío recorre mi cuerpo, la voz de Luca suena más gruesa de lo que imagine.
—Bueno.— se rasca su cabeza y se aleja más —. Creo saber quien eres.
—Soy Conan Chalamet.
Mis palabras parecen quedarse en el aire, Luca tarda en responder.
—¿Dónde estamos?
Su pregunta me confunde demasiado, me acerco más a él.
—¿No lo sabes?— él niega con su cabeza —. Supongo que estamos en algún lugar de tu mente, al parecer... y eso lo digo porque vi tus recuerdos.
—Ah, sí.— Luca sonríe un poco —. Esos recuerdos de vez en cuando vienen a mí, se van haciendo cada vez más borrosos, me permito recordarlos una y otra vez para no olvidarlos.
—Desmond te ha contado de mí.— toso un poco de la vergüenza —. Demasiado creo yo.
Luca se ríe sosteniendo su estómago y se acerca a mí.
—Sé todo lo que debo de saber de ti Conan Chalamet, mi querido hermanito, nunca se guarda nada, sé todos sus secretos.
Me rio nerviosamente.
—¿Entonces si puedes escuchar todo lo que te decimos?
—Si, no he visto nada más que estas paredes blancas, aquí el tiempo no pasa, pude haber estado aquí horas, segundos, años o una eternidad, no lo sé...
Luca agacha la mirada, puedo ver su dolor.
—Recuerdo a menudo muchas cosas, casi siempre Desmond aparece en esos recuerdos, también he intentado abrir la puerta.— señala la puerta blanca, detrás de mí —. Jamás lo logré y tú hace menos de dos minutos apareciste como si nada atravesándola.
—¿Sabes por qué estás aquí?
Mi pregunta parece incomodarlo, por un momento su rostro refleja eso, en segundos vuelve a un rostro calmado y educado, supongo que así fue educado siempre como un buen heredero.
—Desmond me lo repite casi siempre... habla sobre el lago del bosque, nieve, mi madre...— Luca me da la espalda —. Y a ese oscuro Agroz Baraz, por mi parte, no recuerdo nada de ese día, solamente tengo una sensación fría y ahogante de ahí nada.
Claro, casi se ahoga en el lago. Es más difícil hablar con el que con Desmond y lo entiendo lleva años sin hablar de frente con una persona y que esa persona sea yo, no creo que le ayude demasiado.
—En tus recuerdos pude ver cuanto amor tienes por Desmond, sé que harías cualquier cosa por él...
—Daría mi vida por él.
—Nadie.— camino hasta él y lo tomo de los hombros haciendo que me vea —. Ni siquiera yo puedo igualar su conexión.
—Fue mi culpa haber caído aquí.— Luca me aleja de nuevo —. Hubiera deseado tener más tiempo, con mi madre, con Desmond, en el reino, con mi pueblo, con mi música e incluso con mi padre...
Su voz ahora suena cansada, irritada y con un pesar horrible.
—Pero no deje que estar aquí me consumiera, lo único que podía hacer era recordar y escuchar, no podía rendirme porque sabía.— Luca se acerca tan rápido a mí que su capa cae, ahora lo veo más decidido —. Que algún día alguien llegaría por mí y me sacaría de este lugar.
—Juro por mi vida que hoy mismo volverás a ver a Desmond.
—¿Dónde está el ahora?
Se me va el alma a mis pies con esa pregunta.
—Es difícil de explicar, son tantas cosas, tantos acuerdos y cosas que no te gustaran...
—Por favor Conan, dímelo.— Por un momento Luca me da un aire a su padre, tiene tanto de él como absolutamente nada —. Necesito saberlo, estar tanto tiempo aquí ha mejorado mi condición para las malas noticias.
No quiero quitarle ese brillo de esperanza, no así, ¿cómo puedo no herirlo?, no hay forma, nunca la habrá.
—Desmond está casándose en estos momentos y...
—¿Casándose?— Luca casi se atraganta con sus propias palabras —. No, no, eso es...
—Amelia Albilon es su prometida.
Es mejor decírselo de una vez directamente, será más doloroso esperar más tiempo.
—¿Cómo paso?— Luca no sabe a donde mirar su sonrisa se esfuma —. Desmond nunca me lo dijo.
—No podía.— Luca me ve confundido —. Desmond fue encerrado y sedado hasta el día de hoy, aunque hubiera deseado decírtelo, era inútil, tu padre nos encerró a los dos y nos inyectó un líquido extraño.
—¿Mi padre?
Luca aún tiene esa idea de que su padre es justo y un buen rey.
—¿Tan desesperado está porque Desmond herede el reino?
Ahora su voz se oye triste, tal vez preguntándose por qué no lo espero, porque su padre no lucho con todo para poder despertarlo.
—Vine aquí.— por milésima vez me acerco poniendo mi mano sobre su espalda —. Para sacarte de este lugar, vine para que vuelvas a ser libre, para que dejes a todos con la boca abierta cuando te vean y para que puedas estar de nuevo con tu hermano.
—¿En serio puedes hacerlo?
Odio la mirada que me da.
Tanto Luca como Desmond tiene algo en su mirada que te inspira en cualquier momento, reflejando una ardiente confianza. Luca me mira así, casi atravesando toda mi alma hasta el infinito. De que lo puedo hacer eso está seguro, pero ¿cómo empiezo? ¿Debo decir palabras mágicas, bailar o cantar? No lo sé...
Lo peor no es saber como hacerlo, lo peor es que una vez hecho no hay vuelta atrás, aun recuerdo la mirada que Félix me dio antes de venir aquí, él guardara el secreto por mí hasta donde sea posible... Mi alma y la de Luca se unirán, entrelazando nuestras vidas y nuestros destinos, dándonos vidas eternas con la condición de que si uno muere el otro igual, no importa si estemos a miles de kilómetros distanciados, la muerte nos llevara a los dos.
—Tienes que ir a esa iglesia y detener esa boda...
—Haré lo que sea por salvar el futuro de mi hermano, él no puede casarse aun y menos con alguien a quien no ama.— Luca me da una sonrisa suave —. Primero salgamos de aquí y podremos ser los héroes de esta noche.
—¿Y tu padre?
—Bueno, supongo que se infartara al verme y su plan caerá sin victoria.— Luca se acerca a la puerta blanca —. Puede que odie mi regreso y puede que...
—Él solo es uno.— le digo tocando la puerta junto a él —. Todo tu reino espera verte, ellos jamás odiaran que regreses, todo el reino celebrara a tu nombre... Luca Andillac el heredero legítimo del reino Umbria.
—Ya veo porque a mi hermano le gustas tanto.
Gracias a la poción de Vicky he dicho todo sin pensarlo, dejando caer cada uno de mis pensamientos... menos los más crueles.
—Si me dejas opinar, creo que debemos abrir la puerta.
—¿Eso crees?— le pregunto y abro la puerta como si nada —. Ya está.
Paso por ella hacia el espiral obscuro, Luca me sonríe del otro lado y en cuanto pone un pie fuera algo lo regresa a la habitación blanca donde cae sobre su trasero.
—Te dije que yo no puedo pasar.
Carajo, esto no está funcionando...
Vuelvo a pasar a la habitación y lo ayudo a levantar.
—Escúchame atentamente Luca.— nos miramos fijamente —. Como ya sabrás soy un hechicero rojo, mis poderes van más allá de solo curar a la gente, no es fácil lidiar con esta magia si sabes de su potencial... para sacarte de este lugar y para que vuelvas a tu reino debo de hacer un hechizo.
Luca me mira muy curioso, como si ya supiera de lo que le estoy hablando, aun así no sabe ni una pizca de las consecuencias.
—Un hechizo que ni yo sé cómo resultara en algún futuro, puede que nos dañe a los dos, pero juro que no hay otra opción — mi voz suena desesperada —. Si hubiera otra forma jamás elegiría esta...
—No me la digas.— Luca me sonríe con tranquilidad —. Ya estás haciendo todo lo que puedes, y por como te escuchas veo que es un hechizo fuerte, hazlo de todos modos, no me digas las cosas malas que pasaran o lo que nos ocurrirá... puedes decírmelo después.
—No, no, yo no podría si...
—No debes decirlo.
—Tu vida y la mía corren riesgo si no lo hago.
Luca parece no entender, incluso se aleja un poco, se ve más desesperado al igual que yo.
—No me importa si debo entregar mi alma para salir de aquí, si debo de hacerlo lo haré...
Eso fue suficiente para que mi magia se encienda dentro de mí, esas palabras son la firma de nuestro futuro y aunque lo dijo sin pensar fue lo único que necesitaba, requería su autorización, fuese como fuese, de manera consiente o no, mi magia sabe que él ha aceptado de alguna forma.
—¿Aceptas el trato de este hechizo sin saber de lo que trata?
—Lo acepto.
—Estás demente.
—Tal vez un poco, ¿pero quién no lo está?
Es ahí donde ya no me importa nada.
—Si hago este hechizo, nuestras almas se harán una, se darán vida... y si una llega a morir, la otra igual.
Pude ver que Luca casi se desmaya, se puso pálido por unos segundos, me mira desconcertado mientras parpadea muy deprisa.
—Que así sea.
Luca me toma de las manos mientras sonríe con un aire de grandeza.
casi damos un grito del susto, seguimos con nuestras manos unidas y esas burbujas rojas de antes vuelven a aparecer danzando a nuestro alrededor, justo donde está mi corazón, unas burbujas salen y con Luca pasa lo mismo.
—¿Qué es esto?
No le respondo, me empiezo a reír captando todo, aquellas burbujas son mi magia, algo más profundo y místico, pero sigue siendo mi magia, sigo siendo yo...
—Es mi magia.
Nos quedamos callados mientras las burbujas salen de nuestros corazones uniéndose... con que eso es, la unión se está haciendo frente a nuestros ojos, las burbujas jalan de nosotros y un dolor sofocante nos invade, la habitación empieza a dar vueltas y ese humo negro vuelve a aparecer, por milésima de segundos entre ese humo logro ver unos ojos rojos. Luca y yo no nos soltamos cuando un aire nos golpea fuertemente, el aire y el humo se unen creando un remolino a nuestro alrededor...
La puerta blanca aparece frente a nosotros y las burbujas siguen saliendo por todos lados, tratando de protegernos, las burbujas de nuestros corazones siguen uniéndose y cuando por fin terminan una explosión nos borra la vista un poco y de ahí dos burbujitas salen saltando como locas buscando algo... una de ellas corre hasta mí deteniéndose de nuevo en mi corazón y la otra se detiene en el de Luca.
—¿Ahora que?
—No lo sé...
Las burbujas no esperan a que termine, pues se incrustan de nuevo dentro de nosotros, se siente horrible como si me hubieran dado de nuevo alguna parte de mí, sin embargo, no se siente mía, es un intruso... algo extraño, el alma de Luca ahora está en mí y la mía en él, ahora somos uno solo.
—Ya podemos irnos.
Le digo soltando sus manos, el remolino nos enreda el cabello y le señalo la puerta.
—¿Cómo lo sabes?
—¡Cree en mí, vámonos ya!
Tengo que gritar, ya que el remolino ahora suena horrible, como si gritaran.
—¿Luca?
Una voz llega detrás de nosotros cuando nos damos vuelta un pequeño Desmond nos ve con mirada asustadiza.
—¿A dónde vas?
Volteo a ver a Luca asustado, él da dos pasos hacia Desmond y yo lo detengo.
—¿Me vas a dejar aquí solo?
Luca se safa de mis manos y da otros dos pasos hacia Desmond.
—Luca.— me aferro a él —. Él no es real, esto no es real, debemos irnos.
—No me dejes solo.
Luca ve con ojos llorosos a su hermano.
No puede ser, ahora todo tiene sentido...
—Este lugar quiere detenerte aquí, no quiere que te vayas, llora y grita y está enojado, este lugar es tu mente, pero no únicamente tuya... hay algo aquí que no quiere que vuelvas a la realidad.
Luca no me responde, sigue muy atento viendo al niño, el ruido, el aire y el humo es más fuerte y sofocante. La puerta blanca se hace cada vez más pequeña y se va alejando.
—El verdadero Desmond te espera.— me pongo frente a él tapando su vista —. Él no está aquí, él no son tus recuerdos o ese niño, tu verdadero hermano está en su peor día esperando por ti...
—Desmond necesita que lo salve...
—Sí, necesitamos que tú nos salves a todos.— lo tomo del brazo empezando a correr —. Deja este sitio atrás Luca, jamás fue tu hogar, solamente te retuvo aquí haciéndote sufrir...
Siento como corremos más fuerte cada vez, Luca ya no está volteando a ver al niño, ahora su mirada está fija en la puerta que está más lejos, toma con fuerza mi brazo y me jala corriendo más fuerte, sonrió entre tanto caos al ver que Luca ha dejado ir este infierno, nos movemos en sincronía esquivando el humo y el remolino.
—¡Luca!— el pequeño Desmond grita —. No me dejes.
Luca no le hace caso, seguimos corriendo y a pasos de la puerta blanca esta se abre de golpe y una fuerza invisible nos jala hacia ella, flotamos un poco empezando a volar, nuestros brazos siguen entrelazados, nos volteamos a ver y una luz roja nos espera detrás de la puerta. Caemos en picada hacia la luz justo cuando la puerta blanca se cierra casi rompiéndose, una paz sobrenatural invade mi cuerpo, Luca y yo seguimos flotando junto a esa luz roja.
—Lo hice... atravesé la puerta.— Luca se empieza a reír y se toca su pecho, su respiración es agitada —. ¡Lo logramos!
La luz roja desaparece dejándonos en la oscuridad, también dejamos de flotar y ahora nuestros gritos llenan el vacío, estamos cayendo hacia un agujero con una luz a su alrededor de color dorado, busco entre las sombras a Luca y no lo encuentro...
Me empiezo a desesperar y a gritar su nombre.
Sus manos toman las mías cuando mis ojos se empiezan a cerrar, cansados, pesados con un sueño atontador, me quedo dormido aun sintiendo como caigo a la nada, las manos de Luca no me sueltan para nada.
...
Despierto de golpe, volviendo a mi realidad, en la habitación de Luca, y varias personas me llaman y dicen cosas, yo sigo mareado de mi viaje, un escalofrío me recorre cuando veo que las manos de Luca siguen en las mías. De a poco y con esfuerzo los ojos de Luca se van abriendo, más voces empiezan a gritar de la sorpresa, no me volteo a verlas, toda mi atención está en Luca.
—¿Conan?— es lo primero que dice con una sonrisa de oreja a oreja —. Lo conseguimos.
Él se levanta tan rápido que no me da tiempo de reaccionar, me recibe con un fuerte abrazo.
—Lo lograste tú Luca.
—No, sin ti, es posible que hubiera seguido a ese niño.— Luca me deja de abrazar —. Tú lograste que pensara en el aquí y ahora, gracias.
Mis manos tiemblan de la felicidad, nos sonreímos mientras trato de ayudarlo a levantar, un fuerte dolor nos llega a los dos por todas partes, nuestros cuerpos caen de nuevo, Luca sobre la cama y yo en el suelo. De nuevo mi magia en forma de esferas sale de nuestros corazones, ¿acaso aún no termina? Supongo que nuestras almas deben de quedar unidas tanto en nuestras mentes como en nuestra realidad. Las esferas vuelan hasta volverse a unir otra vez haciéndose una sola, la esfera baila unos segundos antes de desaparecer de un chasquido.
—Luca...
La voz de Medras suena detrás de nosotros y los dos volteamos, todos mis amigos ya están aquí, nos ven un poco espantados, pero con una sonrisa enorme. Medras se acerca despacio y Luca no dice nada, está demasiado asombrado.
—Volviste.
Medras se lanza a Luca y se dan un fuerte abrazo.
—Medras, Medras, Medras...— Luca repite su nombre —. Estoy de vuelta.
Medras deja que unas lágrimas resbalen por sus mejillas y las limpia de inmediato.
—Te creció el cabello...
Medras roza las puntas de su cabello.
—Ya se me había olvidado ese tono tan fenomenal de morado.
Se alejan dándose otra sonrisa, Luca se levanta y voltea a ver a los demás, todos están quietos, parecen petrificados, Vicky es la primera en correr a los brazos de Luca.
—Dios mío, no lo puedo creer...— Vicky llora mientras se ríe —. Te extrañé demasiado.
—Oh Vicky querida.— Luca le pasa un mechón de su cabello tras su oreja y roza una pequeña cicatriz de guerra en su mejilla —. Veo que no te quedaste quieta, te han herido por mi culpa.
—Valió la pena.
Se abrazan otra vez que casi lloro de la emoción, todo es tan sentimental, tan irreal.
—¿Eric eres tú?— Luca camina hasta él —. No lo puedo creer.
—Su alteza.— Eric hace una reverencia y trata de acomodarse su cabello todo revuelto —. Es un...
—Déjate de formalidades.— Luca lo abraza —. No es el momento, parece que fue toda una vida desde la última vez que ti vi, me alegra que estés bien.
—Lo mismo digo, fue un martirio vivir sin ti.
Yo camino hasta la cama y me siento en ella, mi cuerpo se siente demasiado cansado como si hubiera corrido miles de kilómetros.
Félix es el siguiente en hablar, hace una reverencia y observa detenidamente a Luca.
—Eres igual de atractivo que tu hermano...— Félix lo ve de arriba a abajo —. Que envidia — Luca lo mira sin entender —. Siento mi descortesía, su alteza, mi nombre es Felix Blanc, un hechicero rojo del reino Grana, mejor amigo de Conan y el príncipe Desmond.
Luca está sorprendido, no sé si de Félix o su manera de expresarse, pero Luca se empieza a reír.
—Me alegra saber que mi hermano y Conan tengan un grandioso amigo como tu Félix Blanc.
Félix sonríe poniéndose un poco rojo. Luca voltea a ver a los demás y su vista cae en Amber.
—¿Estoy alucinando o estoy viendo a Amber Ferrioni delante de mí?— Luca se acerca ella y la toma de las manos —. Tú...
—Estoy sana su alteza, ya puedo ir a donde sea, soy libre gracias a Conan.
Los dos me voltean a ver y siento que mis mejillas arden.
—Me alegro por ti, estoy tan feliz de que todos estén bien.
Luca mira a Víctor y Claus y ellos enseguida hacen una reverencia.
—Su alteza.— Víctor da un paso —. Guarde este collar para usted. Es símbolo de nuestra amistad.— nos señala a todos y nuestros collares brillan en conjunto —. Y de que estaremos ahí, aunque eso sea ir detrás de la muerte.
—Te recuerdo un poco Víctor Macca.— Víctor casi deja caer su collar de las manos —. Eres miembro de la casa Puke, eras un niño muy travieso, siempre molestando al caballero de aquí.
Luca ahora se acerca a Claus y este se pone más rígido.
—Claus Ekinsi, aun recuerdo como todos decían que tus ojos son como mirar a un ángel.— Claus le sonríe y se acomoda sus anteojos —. Miembro de la casa Bannan, los recuerdo a los dos vagamente.
Víctor le da el collar a Luca con otra reverencia y este sin pensarlo se lo pone.
Todos nos lo quedamos viendo como si fuera un dios, incluso parece que algo mágico lo ilumina, su forma de expresarse, de sonreír e incluso de recordar a gente del pasado es maravillosa, todos incluso yo nos quedamos con la boca abierta de lo bien que se dirige Luca a nosotros...
Ninguno lo debe de decir, supongo que opinamos lo mismo, Luca sería un gran rey, con esa amabilidad, esa memoria, esos modales. No dudo de que si una persona se le cruza por un segundo, Luca lo recordaría hasta la muerte. Ahora sé por qué el rey teme tanto que Luca despertara, es porque le tiene miedo, miedo a su propio hijo porque sabe que es mucho más rey que él, sabe perfectamente que si Luca llega al trono todos sus juegos se irán al carajo y ya no tendría nada porque todos seguirían a Luca aun ciegos.
—¿Qué esperamos?
La voz de Luca nos saca de nuestro trance.
—Tenemos que interrumpir una boda.
Todos nos volteamos a ver mientras nos sonreímos, me levanto de la cama ya un poco menos cansado y todos nos acomodamos nuestra ropa que está llena de polvo, sucia y rota.
—No puede llegar así su alteza.— Claus se acerca a él y lo lleva a verse al espejo —. No puede llegar y salvar el día en pijama.
Luca ladea su cabeza y se agarra su mentón inspeccionándose.
—Tienes razón Félix.— Luca lo voltea a ver y se cruza de brazos —. Soy muy atractivo.
Ruedo los ojos de solo acordarme de Desmond, son tan iguales en algunas cosas, de tal palo tal astilla.
—Veamos que tiene en su closet.— Amber lo abre y vemos cientos de trajes lujosos, pantalones, camisetas y capas, incluso hasta arriba encerrado en vidrio hay una corona —. Esto será divertido.
—¡Yo te ayudo a elegir!— Félix corre hasta Amber y entre los dos buscan alguna ropa —. Pongámosle este traje azul, le quedará bien por el tono de su piel.
Félix le lanza el traje a Vicky y de un chasquido el traje ya está puesto sobre Luca.
—¿Cómo?
Vicky se ríe y se pone roja.
—Me falto decirte que soy una bruja...
Luca está pálido, pero sonríe de todas formas, Vicky mueve sus manos de nuevo y el cabello de Luca se acomoda en un peinado alegante.
—Solo falta esto.— Medras se acerca con esa caja de vidrio con la corona —. Debes llevarla y que todos te vean con ella.
A Luca se le iluminan los ojos cuando la ve y sonríe aún más cuando Medras la coloca en su cabeza.
—También te falta esto.— Eric le da una espada a Luca —. Sorprenderás más a todos si te ven con ella.
La espada se parece mucho a la de Desmond, pero esta parece más afilada y pesada.
—Gracias, sin ustedes no tendría nada...— Todos agarramos nuestras espadas, en mi caso la daga y caminamos a la salida —. Pero...— volteamos al mismo tiempo a ver a Luca y él nos sonríe tímidamente —. ¿Alguien me puede decir donde están los zapatos?
Volteamos hacia sus pies descalzos y nos atacamos de risa.
—No es mi culpa, parece que alguien se los ha llevado...
De la nada, unos zapatos aparecen puestos en sus pies.
—Gracias Vicky que cortes de tu parte.
Me acerco a él corriendo tomándolo del brazo.
—Apresuremos ya, es posible que no lleguemos a tiempo.
Todos salimos como locos de la habitación riendo y saltando, en cuanto salimos al patio trasero los guardias de antes están intentando ponerse de pie o buscando sus espadas, el gran mar de vino ya no está, pero los guardias escurren de él por todos lados.
—¡Que alguien traiga un caballo para su alteza!— La voz de Medras suena tan fuerte que los guardias nos voltean a ver, sus caras su iluminan al ver a Luca —. ¡Rápido no hay tiempo!
Olaf es el que primero corre a los establos, después todos los demás lo siguen, salen con cientos de caballos diferentes y Luca le sonríe a todos.
Los demás corremos y tomamos uno al azar.
—Este es su caballo su... alteza.— Olaf le hace una reverencia tratando de no tartamudear —. Lo estuve cuidando todo este tiempo y...
—Muchas gracias Olaf.— Luca toma las riendas de su cabello blanco de ojos azules y le da una palmadita en el brazo —. Agradezco tu compromiso con mi caballo.
Luca se sube con una facilidad a su caballo, Olaf y los demás se quedan impactados de ver a su verdadero heredero.
—Lleguemos a esa iglesia.— Luca señala el camino entre los árboles con su espada, el collar cuelga elegantemente de su cuello y todos lo miramos fascinados —. E impidamos esa boda.
OMG, me encanto este capituloooo, no se si fue una buena manera de presentar a Luca hice mi mayor esfuerzo, el sera muuuy importante para todo literalmente asi que tendra mucho protagonismo, lo bueno o no se si sea bueno es que Luca ya sabe sobre el hechizo que aqui no se ve pero a Luca si le preocupa jajajaj ahora imaginense cuando se entere de que Conan esta ligado a Agroz Baraz ay nooo. Luca te amooo, que gran rey serás y es que aparte como es tan atento con todos ay no lloro de la emoción aaaa.
Pista muy importante: No olviden de como es que la propia mente de Luca no queria que se fuera, y como es que lo trato de engañar de igual forma Conan dijo que en ese lugar habia algo mas... lo cual afectara a Luca de una manera que no se imaginan.
Los aprecioo mucho, gracias por sus votos, recuerden que respondo sus dudas y comentarios igual en mi insta hay mucho contenido de este libro.
Ala. 👑
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top