Capítulo 30. Expedición a lo maldito

CONAN

—¿Realmente crees que será una buena idea?— Le digo a Desmond que está preparando a los caballos —. Nos vemos algo sospechosos aquí.

Y lo era, cuatro chicos y una cocinera en el establo haciendo el más mínimo ruido y caminando a hurtadillas, es lo más sospechoso que una persona podría ver.

—Es una mala idea — Vicky acaricia al caballo de Desmond mientras le da otra galleta —. Pero si esa mala idea implica a tus padres... o a lo que sea que debamos saber, es la mejor mala idea que he oído.

—Estoy del lado de Vicky — Víctor aparece con las monturas —. He visto el templo Ardor de lejos y con eso me basta, pero en nuestro viaje con el comandante Khan a los reinos lejanos hemos visto de todo ¿Verdad Claus?

Claus se baja de su caballo y pasa a mi lado para dejarse caer en un gran pedazo de heno.

—Es verdad, los reinos lejanos están más desquiciados que nosotros, su mundo es una burbuja de humo, hay cosas allá que aquí desconocemos y...

—Y no podemos hablar de ello — Victor termina por Claus

—¿Y eso por qué?— Vicky levanta su canasta de galletas del suelo

—Son órdenes del comandante — Desmond le contesta mientras se sacude su cabello del polvo —. Los guardias no pueden hablar de lo visto en los reinos lejanos, muchos han muerto con los secretos, ni siquiera yo he ido, debe de ser fascinante.

—Claus y yo matamos a un oscuro estando ahí — Víctor se cruza de brazos muy orgulloso —. Se asustó tanto de nosotros que casi se hace en los pantalones.

—Me alegro de haber regresado — musita Claus mientras suspira —. Aunque lo más espeluznante fue aquel príncipe...

Estoy a punto de preguntar por cuál príncipe, pero Desmond me interrumpe.

—Gracias por acompañarnos chicos — Desmond les dice mientras oculta su mochila en el heno —. Jamás podre conseguir a guardias como ustedes.

Y por fin estamos listos, con todo en su lugar, para poder fugarnos al anochecer, aunque en el fondo de mi corazón deseo que Félix y Medras estén con nosotros, incluso Amber... o Eric, las cosas han salido diferente esta vez, solo somos dos guardias bien entrenados, un príncipe y un hechicero rojo yendo al templo Ardor. El rey de seguro al regresar me cortará la cabeza... si es que regreso.

—Si Medras estuviera aquí se negaría rotundamente — Vicky suspira y mira con recelo a Desmond

—Tranquila, Medras podrá regañarme lo que quiera cuando regrese de su patrullaje semanal — el príncipe se acerca a ella y le da unas palmaditas en su cabeza mientras se agacha para estar a su altura —. Solamente Conan es el que entrara al templo, los demás tenemos otra misión.

—La mejor misión si me dejan opinar — Víctor le da una mordida a una de las galletas —. Que asco, son galletas de caballo.

Escupe un poco mientras tose con cara de asco y todos nos reímos, pero paramos al darnos cuenta de que nadie sabe que estamos aquí.

—¿Puedo saber cuál es esa misión?— Vicky nos ve con una mirada de sospecha arqueando sus cejas

—Es grande y escupe fuego — Claus contesta mientras le da unas palmaditas a la espalda de Victor, que sigue asqueado —. Es fácil adivinar.

—Dios santo — Vicky se tapa la boca y me mira a mí —. Dime que es mentira Conan.

—Rescataremos a ese dragón — le digo muy seguro de mi mismo con una sonrisa

...

Ahora mismo son exactamente las cuatro de la mañana, aún es de noche, las estrellas se alcanzan a ver en el cielo, la luna bellísima está en su máximo esplendor, un aire feroz y helado nos da en la cara, mientras seguimos andando, los caballos van a toda velocidad, a este paso llegaremos a eso de las cinco de la mañana, una buena hora, aunque no un buen clima pues desde nuestra salida no ha parado de nevar y el camino cada vez está más difícil. Por suerte nadie nos vio salir, Vicky nos ayudó con eso, hizo que la biblioteca real se volteara al revés, absolutamente todo quedo volteado mientras flotaba, oímos como el rey gritaba a los guardias y como los empleados salían espantados, ahí tuvimos oportunidad de irnos. 

Por mi parte le avisé al rey que de alguna u otra forma que iría al templo Ardor, pero no sabía que su hijo y sus guardias me seguirían, no culpo a Desmond, ya que él es libre de decidir sus acciones, para la próxima no dudo que el rey nos ponga guardias vigilándonos las veinticuatro horas para que no huyamos una vez más.

—Verán como liberamos a ese dragón — nos grita Víctor, su voz apenas se oye con tanto ruido 

—Debemos hacerlo — grita Desmond —. Sé que sufre y que incluso lo controlan, debe de ser algún tipo de magia de persuasión, algo de ello leí en un libro.

—La magia de persuasión es difícil de encontrar por aquí se supone que no hay hechiceros con ese tipo de poder — Claus pasa junto a mí, sus lentes van colgando de su armadura 

—Es difícil — les digo sujetando con más fuerza las riendas de mi caballo —. Pero no imposible.

—Conan tiene razón — Victor va a la misma velocidad de Desmond —. En los reinos lejanos hay cientos de hechiceros de persuasión, alguno de ellos pudo llegar hasta aquí.

Los caballos se detienen y todos nosotros nos quedamos callados cuando escuchamos a lo lejos un gran rugido.

—¿Ese fue el dragón?— pregunta Víctor entornando los ojos para ver mejor

La nieve no nos deja ver, miro mi reloj y son casi las cinco, el sol apenas va saliendo, así que nuestra vista aún se ve nublosa.

—Es obvio que sí — le dice Claus —. ¿Qué otra criatura rugiría así?

Bueno, tus ronquidos son igual de fuertes...

—Cállate Víctor, nadie quiere saber eso — Claus le echa una miradita expectante

Desmond y yo nos miramos conteniendo la risa.

—¡Miren allá arriba!— Desmond señala algo por las nubes, directo donde la luna se va escondiendo

De ahí, como si de la luna saliera, Binu, el gran dragón sale en picada hacia nosotros rugiendo bestialmente. Nosotros hacemos que nuestros caballos sigan huyendo, tuvimos que haber llegado ya para que Binu saliera de la cueva, debimos despistarnos y perdernos un poco a causa de la nieve. Triddor debió de vernos a lo lejos y mando de las catacumbas a Binu.

—Hay que desplegarnos — Claus nos dice y sus ojos de diferente color no se despegan del dragón —. Conan, debes irte ya.

—Debes irte antes de que ese dragón te bloquee el camino — Desmond me dice mientras me roza el hombro con las puntas de sus dedos —. Tienes que entrar a ese templo, ver a tus padres, sacarlos de ahí y regresar con vida.

Aquello lo siento como una orden, lo único que hago es sonreír con decisión, Binu hace salir fuego de su boca y derrite algunos árboles, la nieve se evapora a su paso. 

—Sé que lo lograran — les digo mientras empiezo a ir más rápido —. Si sienten que no pueden, dejen al dragón y huyan de aquí.

Ellos me sonríen, le doy una última mirada a Desmond, sus ojos se cruzan con los míos, lo veo alejarse en dirección a Binu, quien en cuanto me ve vuela a mi dirección escupiendo fuego, mi caballo no es lo suficientemente rápido, el fuego nos hubiera alcanzado si es que yo no hubiera saltado. Mi cuerpo cae en la fría nieve, mi cabello se llena de ella y lo sacudo frenéticamente, hay una gran línea de fuego que me divide de los chicos, los veo andar de un lado a otro evadiendo al dragón.

Me levanto y corro cuando veo que Desmond se baja de su caballo y se arrodilla justo frente al dragón, no puedo hacer nada, apenas si puedo ver a través del fuego los cabellos dorados del príncipe son cubiertos por copos de nieve.

-Vamos, no te quedes ahí, levántate.

Claramente, Desmond no me escucha, el dragón parece que quiere comérselo de un solo mordisco, pero no lo hace, una gran ráfaga de nieve y polvo sacuden el terreno. Binu se ha detenido a escasos centímetros del príncipe, sus garras se aferran al pasto nevado, Víctor y Claus bajan de sus caballos corriendo hacia Desmond.

A lo lejos oigo pasos de un caballo, detrás de la colina y a toda prisa Medras aparece, va con mucha decisión, en su mano lleva su espada, su cabello va suelto moviéndose por todos lados. ¿Cómo se enteró de esto? ¿Cómo llego tan rápido?

—Te encontré — una voz siniestra aparece detrás de mi

Ahora un poco más acostumbrado a su rostro, doy un suspiro de alivio después de que casi gritara del susto, Triddor me sonríe mientras pasa su cabello tras su oreja.

Dejemos que tus amiguitos jueguen un poco más.

Triddor me toma del hombro, doy una última mirada a mis amigos, Medras se baja de su caballo y corre con los demás, Binu ruge fuertemente antes de lanzar fuego, no puedo ver que sucede luego pues Triddor me lleva con él, al principio se siente como si estuviera viajando en  un remolino, todo a mi alrededor se distorsiona y siento como mi cuerpo se enreda y se estira hasta llevarme por un abismo.

...

—¿Siempre vomitas después de un viaje?— Triddor me da golpes en la espalda mientras sigo en lo mío —. Que asqueroso.

Toso un poco, mis manos están recargadas en la ventana, me limpio mis labios y vuelvo a meter mi cabeza al templo Ardor, le doy una mirada de pocos amigos a Triddor.

—Jamás me había pasado — le digo y él solo me sonríe —. Esta más que obvio que tu viaje no es para nada normal.

—Al principio se siente como si te estiraran como una liga, ¿acaso no se siente genial? — Los ojos de Triddor brillan de alegría, como si ser estirado por todos lados fuera una experiencia agradable...

No le contesto pues de afuera un gran rugido suena, mi corazón empieza a latir como loco acordándome de mis amigos... de Desmond, volteo hacia afuera por la ventana y no puedo creer lo que veo...

Esos hijos de...—Triddor corre hacia mí, nuestros hombros ahora están rozándose, lo cual me genera escalofrios —. La magia de ese estúpido dragón se ha esfumado, pero es imposible a menos de qué...

Volteo a ver a Triddor, su rostro se ve macabro, abre un poco la boca y alcanzo a ver sus colmillos, muy afilados, trago un poco de saliva, de la nada todas las ventanas y cosas de cristales cerca explotan, me cubro la cabeza, pero afortunadamente los cristales me atraviesan dejándome ileso, lo mismo con Triddor, no nos hacen daño, los vidrios chocan en las paredes y en el suelo de piedra e incluso puedo escuchar gritos de algún lado.

—¿Cómo paso?— Triddor voltea hacia mí y me toma de los hombros, se ve bastante furioso, pero estoy seguro de que podría ponerse peor si eso quisiera —. ¡Dime Conan el rojo, dime como es posible que esos idiotas se llevaron a mi dragón!

Tal vez no lo entrenaste lo suficiente.

Triddor se pone rojo de la rabia, yo no aparto mi vista de la suya, trato de mantenerme sereno cuando sé que es probable que me hiera de nuevo o me golpee la cara, aun cuando él sabe que no puede hacerlo.

—Triddor — una voz más gruesa y temible suena detrás de mí —. ¿Por qué no arreglas todo este desorden?

No volteo, me quedo en mi posición, con solo escuchar su voz puedo deducir quien es, mi magia incluso se mueve lentamente esperando a decidir si salir o mejor ocultarse, en este instante me siento como una presa y Agroz aquel depredador que espera detrás.

Triddor suspira pesadamente volteando los ojos, trata de sonreír de mala gana y con un chasquido hace que todos los pedazos de vidrio vuelvan a su estado original.

Yo, en cambio, decido ignorar el lugar en donde me encuentro y me concentro en ver como ya todos están sobre el dragón, ¿cómo lo lograron? Es un misterio, Desmond va en la delantera sosteniendo el cuello de Binu con las dos manos, Medras va después, el cual parece un gato asustadizo, pues se aferra fuertemente del príncipe, se ve incluso que va temblando del miedo, Víctor y Claus son todo lo contrario ellos van con las manos levantadas muy sonrientes de la vida como si aquello fuera lo más maravilloso que les hubiera pasado.

—Van a pagar por ello — Triddor se acerca a la ventana, ahora empujándome más fuerte

No sé muy bien que hizo o que tipo de magia oscura uso, pero del cielo sale una nube gris que va directo a Binu, cuando llega al dragón esa nube los envuelve, se ve como rayos eléctricos salen disparados, no se ve nada más.

Triddor les ha enviado una mini tormenta eléctrica, Desmond y los demás deben estar muy asustados ¿cómo saldrán de ahí?, puedo asegurar que alguno de ellos tendrá quemaduras a causa de los rayos, una rabia de solo ver como la nube sigue envuelta en Binu atraviesa todo mi cuerpo, mi magia empieza a moverse dentro de mí queriendo ayudarlos, pero no puedo, mi magia se desborda por fin en cuanto veo que alguien cae del dragón, su cabello color uva lo delata, Medras ha caído y ahora está tratando de sostenerse de algo, pero es inútil él atraviesa cada nube mientras su grito envuelve el aire, la nube gris se rompe y por fin Binu aparece ileso aunque un poco asustado, los demás están igual, señalan a Medras mientras gritan algo, Víctor y Claus se sujetan a Desmond, el dragón cae como flecha a dirección a Medras, sus garras lo toman a minutos de caer sobre un montón de árboles picudos...

Doy un suspiro de angustia y a la vez frustración en eso me dejo caer al suelo, me toco el pecho donde mi corazón casi da su máximo por ciento, pude sentir la desesperación de Medras y la de los demás al ver a su compañero caer por los cielos, no podría imaginarme un mundo sin ellos, ni mucho menos un mundo sin Desmond.

—Deja que se lleven al dragón —Agroz le dice a Triddor y yo aún me resisto para no voltear —. No es el único ni el último que tengamos. Al parecer los reinos necesitan desesperadamente a un dragón de su lado, sus opciones no son muy buenas, ya no saben con qué atacar y menos sin su querido rojo lejos de casa.

Me volteo frenéticamente para confrontarlo pues no me pareció nada lo que dijo acerca de los reinos y acerca de mí, estoy a punto de decirle algo queriéndome concentrar en sus monstruosos ojos rojos, pero en vez de eso un grito de sorpresa sale de mí haciendo que me quede helado mis músculos se ponen rígidos, ni siquiera parpadeo, puede que sea una ilusión, una broma más de Triddor, mi magia se enciende, me llega de todos lados tratando de salir diciéndome que debo ir hacia ella y abrazarla, me empiezo a marear; sin embargo, con solo verla sé que no es una ilusión, trato de no dejar salir las lágrimas que ya están en mis ojos en vez de eso trato de sonreír mientras me acerco lentamente ignorando a los dos demonios que siguen observándome...

Mi madre está frente a mí, sonriéndome dulcemente.



Ya aparecio la mamá de Conan aaaa ¿qué creen que pasara? spoiler: nada agradable...

No se olviden de este punto importante: de aquel pirncipe de los reinos lejanos que menciono Claus ya que aparecera y sera importante. El dragon pudo romper el hechizo que Triddor tenia sobre el ya que pudo confiar en Desmond su coraje hizo que el dragon se diera cuenta de donde estaba realmente y asi escapar de su maldicion pero OJO hay más de misterio sobre este dragon se sorprenderan mucho... CASI se muere Medras aaaaa No, no. 

Gracias por sus votos, los aprecio mucho, este primer libro solo tendra 40 capitulos asi que ya estamos en la recta final.

Ala.👑 

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