Capítulo 23. Rescate
DESMOND
—¿Seguros que es buena idea ir por esa cueva?— Félix se detiene acomodándose su capa
—Es menos peligroso que entrar por la puerta principal, a menos que quieras que más de diez oscuros nos ataquen a la vez — Medras pasa a su lado empujándolo un poco
—Es muy sospechoso — Eric se detiene junto a mí, mechones de cabello verde caen en su frente —. No nos hemos encontrado con nada, ningún oscuro, ninguna trampa...
—Nos están esperando — termino diciendo yo —. Saben que iremos por él así, que es posible que tengan algo preparado.
Seguimos andando, por lo menos nuestros caballos siguen sin cansarse, el anochecer está cada vez más cerca, no puedo pasar ni un minuto más así, necesito a ver Conan, saber que está bien. El templo Ardor está cerca de las montañas filosas, a lo lejos las puedo ver cada vez más cerca, nosotros nos desviaremos hacia la izquierda, nos adentraremos a la cueva y caminaremos por las catacumbas, espero que ninguna sorpresa nos salga sin avisar.
Cuando por fin llegamos a la cueva la luna ya está sobre nosotros, maldigo por dentro, ya que no fuimos tan rápidos para llegar antes del anochecer, la cueva se alza como un gigante, es enorme y su entrada parece la boca de algún ser tenebroso, trago un poco de saliva, Eric nos ilumina con su magia, su luz anaranjada hace resaltar todo a nuestro alrededor.
—Pensé que sería mucho más pequeña — Félix se baja de su caballo —. En el mapa se veía chiquita.
—Obviamente — Medras lo imita y se baja de su caballo —. Es un mapa, todo ahí es pequeño.
—Debemos darnos prisa — Eric es el primero en poner un pie en la cueva, me voltea a ver —. Puedo sentir que Conan no está lejos.
No me muevo, ni siquiera me bajo de mi caballo, me sorprende el cambio de Eric... jamás fue así conmigo, yo era el que se aventuraba a las cosas ocultas, tenebrosas y peligrosas, no él, aún no puedo aceptar que sea el mismo chico que le daba miedo subir un árbol, solo pasaron cuatro años para poder sacudir todos mis recuerdos y tirarlos a la basura.
—No se preocupen, mi magia puede soportar incluso la magia de los oscuros.
Eric nos dice sonriendo orgulloso y todos nos volteamos a ver, ahora ya que estamos todos en la cueva, Eric nos ha envuelto en una especie de burbuja mágica, un escudo. Todos los demás llevamos en mano nuestra espada, volteo a ver la mía y sonrió al recordar que fue mi madre quien me la regalo.
—Hay dos caminos — Medras traspasa la burbuja y se asoma por los dos pasillos —. ¿Cuál tomamos?
—Hay que separarnos — Félix camina hacia el pasillo izquierdo —. Es más fácil, si no encontramos nada, regresamos a este punto.
—No creo que sea buena idea — Eric se acerca y su luz pasa a ser color morada
—Medras y yo iremos por la derecha y ustedes por la izquierda — les digo tomando la antorcha apagada y acercándola a la luz de Eric, la antorcha se prende —. Suerte
Jalo a Medras del brazo para que me siga, prefiero estar mil veces con Medras y sus regaños que con Eric. Los caminos de piedra poco a poco se van haciendo más lisos y en las paredes se ven runas y cosas que no entiendo, algunas son lindas a la vista.
—Su majestad jamás me perdonará que esté aquí.
Volteo a ver a Medras, solo sus ojos azules destacan abajo de su casco, aunque su mirada está fija en el camino, sé que su mente no.
—Mi padre te perdonará a ti y a los demás... sin embargo, a mí...— trato de no pensar en eso —. No nos preocupemos de eso ahora, siempre has estado de mi lado Medras y mi padre sabe muy bien eso.
—Sé que el rey le prometió a mi padre que jamás me dejaría en la calle, pero las promesas se rompen Desmond.
No puedo escucharlo hablar así, no me gusta ver a mi amigo sobre pensar las cosas, estoy a punto de agarrarle el hombro, pero unos gritos detrás de nosotros nos sobresaltan, no han pasado más de diez minutos que nos separamos de Eric y Félix y ya sus gritos resuenen por todo el lugar.
Maldición, lo que faltaba.
Medras y yo corremos para ver lo que pasa, a lo lejos Eric y Félix vienen corriendo como locos, tengo que parpadear varias veces pues no sé muy bien si lo que veo es real o no, tras de ellos una ráfaga de fuego aparece y un gran rugido suena haciendo eco.
—¡Corran, es un maldito dragón!— Félix choca conmigo y me toma de los brazos haciendo que corra con él —. ¡Se supone que esas cosas ya no existen y ahora tenemos a uno tratando de asarnos vivos!
Eric y Medras vienen tras nosotros, el dragón choca con las pequeñas paredes que para él deben de ser muy incómodas, no quito mi vista de aquella criatura, todo me llama la atención, sus ojos anaranjados, sus escamas verdosas, sus dientes afilados y... algo que lleva agarrado entre sus garras, no puedo ver que es, pero me es muy familiar...
Al llegar a fuera de la cueva, nuestros caballos se asustan al ver al dragón, ahora este tiene más libertad de moverse y...
—No puede ser...— Medras se acerca a mí con la boca un poco abierta de la sorpresa
—Ese es...— Eric señala hacia las garras del dragón
—Es Conan — digo yo mientras noto como el dragón voltea hacia mi
No puedo esquivarlo, ni siquiera noto cuando el dragón me toma por mi cintura, siento como los demás intentan tomarme por donde sea y evitar que el dragón me lleve, pero es en vano, ahora estoy a cien pies de altura, desde aquí todo se ve pequeño, como si estuviera viendo un mapa a tamaño escala.
Volteo a mi derecha y los ojos de Conan ya están sobre mí, ninguno de los dos dice nada, el viento fuerte nos mueve el cabello, puedo notar su cicatriz, no es fea. No sé que decirle, no encuentro las palabras adecuadas ni aun cuando él me sonríe, sus ojos están vidriosos, no sé si porque quiere llorar por verme o porque las garras del dragón están hundiéndose en mí...
Supongo que por las dos.
—Vinimos a rescatarte...— intento decir, las garras del dragón están encajándose más —. Solo quería verte, saber que estás bien es lo único que quería.
—Lo sé — es lo primero que me dice, su voz... todo lo que él pudiera decir, aunque fuera un simple si, me complacería en todos los sentidos —. Estás sangrando...
Y si, gotitas de sangre salen de mi pecho, ni siquiera mi armadura fue suficiente para la fuerza del dragón, no me importa, no cuando puedo ver a Conan frente a mí, él está golpeando con todas sus fuerzas al dragón, todo en mí da vueltas, intento agarrar mi espada, pero me es imposible, veo como unas bolas de luz vienen de abajo y chocan en la cabeza y pecho del dragón, este ruge, Eric no se detiene y lanza más ataques, el dragón no se mueve, no entiendo por qué, no entiendo nada, solo oigo mi risa ¿por qué me rio?, no lo sé, mi visión es borrosa, Conan me llama, pero no entiendo lo que dice.
Estamos cayendo, ¿lo estamos?, los gritos me confunden, ¿son mis gritos?, no los distingo, ya no siento nada, las garras del dragón están muy profundo, solamente puedo ver como estamos más y más cerca del suelo, vamos a caer sobre algo rojo ¿qué es?
En cuanto tocamos el suelo, algo blando nos recibe, realmente antes de sentir aquello, gire varias veces por el suelo golpeándome por todos lados, las garras del dragón ya no me sostienen, me duele todo el cuerpo, sobre mi estrellas infinitas se mueven envolviendo a la bella luna, brillan y brillan ¿estoy muriendo?, ¿acaso me desangré demasiado que estoy alucinando? Entre mis manos tomo aquella cosa roja en la que caí, la acerco más a mi rostro...
Es un tulipán.
Me empiezo a reír como loco, ¡es un tulipán rojo!
Me levanto como puedo, pero caigo de espaldas al ver al dragón detrás de mí, sus ojos me observan y por un segundo puedo sentir como intenta decirme lo siento. Sus ojos reflejan dolor y lástima, como si todo lo que hizo no fuera hecho por el... ¿Lo están controlando?
No puedo pensar en nada más, caigo al frío pasto, aplasto algunos tulipanes, pero yo no suelto el mío, oigo voces lejanas, muy muy lejanas.
—Estarás bien — es Conan, ahora está junto a mí —. Eres un tonto por haber venido, Triddor te quería a ti, él te quería lastimar y yo...
Toco su mejilla con las puntas de mis dedos, atrapo una lágrima que va resbalando y le sonrió.
—No me importa Triddor, o mi padre, o ese estúpido dragón...— acerco su rostro un poco más al mío —. Vine a salvarte a ti, y tú eres el que termino salvándome.
Me siento mejor, mucho mejor, mis sentidos vuelven a mí, mi cabeza ya no da vueltas y mi respiración se controla, una paz inhumana llega por todos lados, es magnífico, amo esta sensación. Conan está curándome una vez más como siempre lo hace, ¿cuándo podre salvarlo yo?
—Es linda — le digo pasando cuidadosamente mis dedos por su cicatriz
—¿De verdad? — Conan igual la toca, nuestros dedos se rozan —. Ya estás mejor, puedes pararte.
El dragón ruge tras nosotros, creo que soy solo yo el que se da cuenta de que ese rugido es de dolor, el dragón me voltea a ver y se alza para volver a los cielos, lo vemos desaparecer entre las nubes.
Conan aún está bastante distraído viendo como el dragón se aleja, me levanto y me acerco a él, no digo nada, únicamente lo observo, tengo que levantar un poco mi vista porque él es más alto que yo, no puedo desear otra cosa en estos momentos pues de nuevo nada más somos él y yo.
Le ofrezco el tulipán rojo y su vista se centra en él, lo toma y sonríe suspirando, cierra sus ojos, los gritos de los demás suenan a lo lejos, los veo correr hacia nosotros. Eric lanza una bola de luz al cielo y esta explota en muchas más luces.
No puedo cambiar mis sentimientos, pero si apagarlos. Ya lo hice una vez, y aunque me duela hasta el alma, sé que es lo mejor.
—Lo siento mucho Conan.
Él me voltea a ver con cara de no entender por qué dije aquello, pero no me responde pues Félix corre hasta él dándole un abrazo, los demás lo imitan incluso Eric. Conan no separa la vista de mí y tampoco suelta el tulipán.
En este momento puedo sentir como mi corazón se rompe por segunda vez.
NOOOO AHHH fue mucha emocion por este capitulo, amo mucho a Félix es que a veces lo que dice es tan random y da risa, perooo ya les he venido diciendo que Desmond no sabe que hacer, esta muy confundido y dice cosas al azar, asi que no se sorpendan que en los siguientes capitulos cambie de opinion MUCHAS VECES, tampoco lo culpo pues haria lo mismo jajajaj.
EL SIGUIENTE CAPITULO ES EL CAPITULOOOOO. AAAAA ESTOY MUY EMOCIONADA DIOOOS, PASARA LO QUE TODOS QUERIAMOS QUE YA PASARA ASI ES... ¡UN BESO!
Gracias por sus votos.
Ala. 👑
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top