Capítulo 22. Triddor
CONAN
Todo está aquí, abre los ojos...
Poco a poco mis ojos se abren, odio tener esa sensación extraña en mi cuerpo. No puedo moverme, algo está agarrando mi cuerpo, algo filoso y frío...
¿Desmond estará bien? ¿Los reyes estarán buscándome? No sé si vengan por mí, ni siquiera había pensado en eso y aunque no es su deber venir a mi rescate, sé que todos se preocupan por mí. Quisiera ser más fuerte, como Desmond, que no teme enfrentarse a nada, o como Medras, que jamás traicionaría a sus amigos aunque tuviera una espada en el cuello o por lo menos tener la misma fuerza que Félix... sin embargo, solo soy yo.
—No te muevas — la voz de Triddor suena por todos lados, odio su voz, no puedo verlo, pero si escuchó que está cerca de mí —. Si tratas de moverte Binu te arrancara el corazón.
Aunque ya tengo los ojos abiertos, no veo nada, las garras del dragón siguen sujetándome fuertemente.
Aquellos ojos rojos de Agroz Baraz siguen en mi mente, no pude verle bien el rostro, pero si recuerdo su cuello... lleno de marcas oscuras, no dudo que todo su cuerpo este lleno de ellas. Algo me dijo antes de que el dragón me soltara y me diera el susto de mi vida... Eres mi tesoro, eso me dijo ¿qué demonios significa?
Una luz azulada ilumina el lugar, Triddor aparece a mi derecha, en su mano una bola de luz resplandece, es hermosa, es magia de un nivel fácil de los hechiceros de luz, un día de niño quise aprender a hacerla, pero me electrocuté a mi mismo, de ahí jamás quise aprender algún otro tipo de magia, ya tengo bastante con la mía...
—Nunca me acostumbraré a su cara — susurro para mi mientras volteo mi vista a otro lugar
—Algún día hace mucho — Triddor avanza hasta mí y se deja caer en el suelo de piedra —. Fui el chico más popular y atractivo de mi reino.
Estamos en algún tipo de cueva, tal vez en las catacumbas, realmente no lo sé. Triddor se acomoda y la luz pasa de ser azul a roja, él me sonríe y puedo notar sus colmillos afilados, un escalofrío pasa por mi espalda.
—Hasta que esa anciana me hechizo...
Cuando dice aquello toda mi atención se centra a él, no es que sea chismoso al igual que Félix, pero claramente me interesa saber su historia y como es que termino así...
—Tenía dieciséis años, en ese entonces trataba de cuidarme de todos — se acerca a mí la luz roja írrita mis ojos —. Ya sabes, la belleza no es siempre un premio. Yo estaba interesado en otras cosas, no en convertirme en guardia, ni de ser alguien de gran fama, solamente quería tener magia.
Claro, él era humano, ¿aún lo es?, no sabría decirlo, puede que si y puede que no.
—La anciana vivía a las afueras del reino y yo, cuando supe que era bruja, corrí a escabullirme a su casa y le robe algunas cosas, libros, pociones...
Muchos años atrás ser bruja y hechicero es peor visto que ahora, nos cazaban hasta matarnos, nos temían tanto que no les importaba quemarnos vivos. Ahora, aunque aun nos odien, aquel odio de antes era diferente, era miedo, nos tenían miedo.
—La anciana me descubrió — sus ojos brillan de la emoción, tiene uno más pequeño que el otro que lo hace ver como si tuviera dos personalidades —. Y me hechizo, encerrando mi alma para siempre, me dijo que era alguien inmaduro y estúpido por haberle robado, que jamás saldría de esa mentalidad, así tendré mi alma de dieciséis años para siempre.
Eso explica muchas cosas de su comportamiento, se me hacía extraño, no me compadezco de él, porque realmente es un ser despiadado, pero sentir que tu cuerpo crece, pero tu alma no debe de ser horrible.
—No me importo que me hiciera eso, seguí con mi vida y de ahí jamás me detuve.— Ahora su luz pasa de ser roja a amarilla —. Buscaba a tantos magos y brujas como fuera posible y les contaba mi historia con la anciana, ellos tenían tanta pena de mí que me dejaban leer sus libros y verlos preparar pociones, fui a prendiendo de todo un poco.
Se empezó a reír como loco que pude sentir como el dragón y yo nos espantamos al mismo tiempo.
—Hasta que conocí la magia oscura —dice entre risas —. Y también la magia roja, aprendí de ambas, pero como sabrás un humano no tiene la misma habilidad para usar la magia, por eso quede así — se señala a sí mismo —. Puedo curar a la gente, pero no tan bien como tú, este mechón rojo me lo gane curando a tanta gente, y esto...
Triddor se quita su capa y me muestra sus brazos, tiene marcas oscuras por todos lados, tengo que cerrar los ojos para no verlas.
—Estas marcas me las gané matando a muchas otras personas.
Lo dice completamente orgulloso, está completamente loco.
—¿Cómo conociste a Agroz Baraz?— mi pregunta hace eco en toda la cueva, quiero rascarme mi nariz de los nervios, pero no puedo
—Conocí al emperador de casualidad, él venía de haber muerto... de haber casi muerto. Nos hicimos amigos, él pensó que era otro hechicero corrompido por mi magia, en parte es así, pero cuando se enteró de que era solamente un humano estuvo muy orgulloso de todos mis poderes, así que me trajo a su imperio y juntos lo volvimos más fuerte.
Siento como poco a poco las garras de Binu el dragón me van soltando.
—Soy casi como un hijo para él...
Apenas escuchó eso, ya que Triddor lo susurra para el mismo, se levanta poniéndose de nuevo su capa sobre si y su luz vuelve a ser azul.
—Agroz jamás te hará daño alguno — me dice levantándose y acariciando la cabeza de Binu —. No puede tocarte ni una punta de tu cabello.
No sé de qué demonios habla, tampoco digo nada, pues estoy tratando de conectar todo en mi cabeza.
—Yo tampoco puedo hacerte daño, aunque — con la punta de su dedo traza mi cicatriz de la cara —. Hacerte esto fue un error, pero no estás muerto, así que Agroz tampoco me dirá nada.
—¿De qué tanto hablas y por qué soy importante para Agroz?— Triddor solo se ríe —. ¿Y qué son aquellas voces que escuche?
—No es mi deber revelarte porque estás aquí, me es divertido que tengas tantas dudas, no sé de qué voces hablas aunque...
Se agarra la barbilla pensativo un mechón rojo de su cabello cae en su frente.
—Es una locura pensar que alguno de ellos te hablo. Pero es obvio que ahora estás muy confundido y eso es mejor.
Era verdad, estoy muy confundido, he pasado situaciones que jamás creí pasar, como estar en el templo Ardor, ver a un dragón, gritar mientras casi moría, estar platicando con Triddor y ver a los ojos al mismísimo Agroz Baraz, debe de ser algún tipo de sueño, pero por como me sigue ardiendo mi herida sé que es todo real.
—Te quedarás aquí hasta que vengan por ti.
Triddor se levanta y su luz pasa de azul a morada.
—¿Quién vendrá por mí?
—Tus amigos — cierra los ojos por un momento —. Ellos ya no tardarán, creí que los reyes vendrían con todos sus guardias a rescatarte, pero veo que aún no te toman la importancia que deben, aunque pensándolo bien que estés aquí no les beneficia en nada...
—¿Les harán daño?
Es en lo único que pienso, en Desmond, imaginarlo venir hasta acá me revuelve el estómago, no me perdonaré si algo le llaga a pasar.
—Te dije que nosotros no podemos hacerte daño a ti, pero jamás dije nada de tus amigos, ni del pobre príncipe — vuelve a abrir sus ojos —. Viene a toda velocidad para acá.
Ahora las garras del dragón me aprietan más fuerte, doy un grito de dolor, Triddor me acaricia mi cabeza y camina hasta que él y su luz desaparecen sumiéndome una vez más en una fría y tétrica oscuridad. Lo único que puedo escuchar es mi respiración y la del dragón.
Espero que los que vengan a mi rescate no tarden mucho, no me imagino lo que les espera y ojalá yo pueda estar ahí para salvarlos.
La palabra favorita de Triddor es AUNQUE jajajaj no me había dado cuenta de que la repetí tantas veces en él, pero me gusta asi que lo dejaré ¿se imaginan el porqué no pueden lastimar a Conan? ¿Qué secretos ocultarán? Triddor es mi villano favorito, no justifico su maldad pero aaa no sé.
Gracias por leer y votar, ya saben que contesto sus dudas.
Ala.👑
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