Capítulo 17. Mascarás
CONAN
Me pruebo el traje que la duquesa Ruby me dio, me queda a la perfección, doblo las puntas de mi manga para darle un toque más elegante, es de un rojo cenizo, combina a la perfección conmigo.
—Realmente parece que ese traje fue hecho para ti.— Desmond se acerca acomodándome mi camisa
—No te creí capaz de convencer a la duquesa de asistir al baile de hoy.— Félix está acostado en la cama de Desmond comiéndose una paleta —. Cada día me impresionas más.
¿De dónde saca esas paletas? Se me antoja una cada vez que lo veo comer.
—No tuve que convencerla, solo escuche su historia y ella misma acepto.— les digo viéndome al espejo
El príncipe está detrás de mí y ahora puedo ver que yo soy más alto que él, pensé todo este tiempo que el alto era él, pero me había equivocado, de perfil puedo notar más como su cabello cae en unos rizos perfectos y como mantiene ese aire de superioridad y elegancia.
—Tengo que salir un momento.— me dice volteándome a ver, desvío mi mirada hacia mis manos —. Ustedes pueden acabar de alistarse, díganle a Medras que iré con... estaré en la habitación de mi hermano.
Me da una última mirada y sale de su habitación dejándonos a Félix y a mí a solas.
—¿Lo has visto?— Félix se levanta y se sacude su traje verde oscuro
—¿A Luca?— le pregunto componiendo mi cabello por milésima vez
—Sí. Dicen que parece un fantasma.
—No vuelvas a decir nada de Luca mientras vivas en este castillo.— la voz de Medras aparece de la nada detrás de nosotros
Casi grito del susto, su voz grave y enojada hace que se vea muchísimo más intimidante, lleva puesto un traje blanco, su cabello largo lo lleva suelto, pero solamente destaca sus ojeras, no ha dormido lo suficiente desde nuestra estadía en el reino Bermellon, incluso hacen juego con su cabello pues sus ojeras son de un tono morado rojizo.
—Deben de estar listos en diez minutos, los demás reinos llegarán, todos esperan con ansias al reino Marisma y a la duquesa Ruby así que no lleguen tarde.
Nos analiza una última vez con aquellos ojos azulados y se retira con todo y su pose de guardia.
—No sé tú, pero iré por más paletas.— Félix toma su corbata de la cama y abre la puerta —. Te veo en el baile
Me veo una vez más en el espejo y salgo cerrando la puerta, camino un poco hasta que escucho la voz del príncipe, no quiero interrumpirlo, pero mi curiosidad por ver a Luca es demasiada, debí tomar un poco de la poción de Vicky hoy. Me acerco con cuidado a la habitación del príncipe Luca, no está cerrada totalmente, así que puedo ver a Desmond sentado cerca de su hermano.
—Te sigo esperando.— escuchó que le dice tomándolo de la mano
No puedo ver bien a Luca, solamente alcanzo a ver su torso, está cubierto por sus sabanas. El príncipe Desmond se levanta y empieza a caminar para donde estoy yo, me muevo rápidamente fingiendo que vengo de su habitación, él sale chocando conmigo.
—¿Listo para el baile?— le pregunto tratando de parecer menos nervioso
—Claro, soy muy buen bailarín.— me dice riendo y tomándome de la mano
Un escalofrío pasa por mi cuerpo, mi magia salta por todos lados, parece que fuegos artificiales han salido disparados dentro de mí.
—Vamos, necesito ver al reino Marisma llegar, también quiero ver a la princesa Tetis, dicen que da un aire de superioridad mayor al mío y Luca, tiene años que no la veo.
—Espera.— le digo deteniéndolo, mi mano aún sigue en la suya —. ¿Puedo preguntarte algo?
Necesito hacerlo ya, porque sé muy bien que si no se lo pregunto hoy, jamás lo haré, no es el mejor momento, ni el mejor lugar, pero necesito saberlo.
—Sí. Puedes preguntar lo que sea.— me sonríe soltándome la mano
Ojalá no lo hubiera hecho...
—Tú...- me empiezo a rascar la nariz y también siento como mis mejillas se sienten más calientes, deben de estar rojísimas —. ¿Te has enamorado alguna vez?
Jamás olvidaré la cara que puso el príncipe a mi pregunta, no lo tomo en mala forma, pero si se sorprendió, se queda un rato callado a lo mejor pensando en que decir, al final sonríe un poco, el pasillo está vacío, solamente nos ilumina la luz de las velas, el ruido del baile comienza a sonar, la música se empieza a oír lejos de nosotros, estamos llegando tarde, pero ninguno de los dos se mueve.
—Sí.— me contesta encogiéndose de hombros —. Fue hace mucho tiempo, era tan solo un niño conociendo como amar.— suspira un poco y cierra sus ojos —. Se llama Eric...
—Eric.— repito lentamente —. ¿Acaso no es nombre de chico?
Desmond se ríe como si lo que hubiera dicho fuese muy gracioso, se acerca a mí tomándome del hombro. Su primer amor fue un chico...
—Sí, es nombre de chico, no me apeno de decirlo.— pasa su mano sobre mi hombro y comenzamos a caminar —. Tu corazón puede enamorarse de quien sea, ¿no es así?
Esa última pregunta la hace en susurro, y yo, nada más asiento con la cabeza, no me había dicho algo supersecreto, pues parecía no lastimarlo, aunque siento que en su momento si lo hizo.
—Eric fue mi mejor amigo hasta mis catorce años, es un hechicero de luz.— me dice mientras bajamos las escaleras —. Cuando mi padre se enteró de que tenía sentimientos hacia él... lo mando lejos de aquí.
Incluso puedo sentir como ese lejos de aquí realmente era un lejos de mí...
No puedo decir nada, no me imagino lo mal que se debió sentir al enterarse de que el chico que le gustaba iba a irse lejos... solamente porque Desmond sentía algo por él, su corazón debió romperse en pedazos. Incluso el mío se siente pesado en estos momentos, no puedo entender su dolor, pero por lo empático que soy su historia me pega de mil maneras.
—Lo siento.— digo cuando llegamos al final de las escaleras
—Aún tengo recuerdos de ello, pero — me toma de nuevo de la mano —. No todo es para siempre, una persona se puede enamorar más de una vez.
Solo queda una puerta que nos separaba del baile, mi antifaz y el de Desmond están sobre una mesita, nos acercamos a ella, la música empieza a sonar mucho más fuerte detrás de la puerta, supongo que la gente ya empezó a bailar, mis nervios crecen porque jure que bailaría con la duquesa Ruby y con Amber; sin embargo, soy pésimo para eso, si quieren podría tocar hasta el amanecer el piano, pero jamás me pidan que baile.
Desmond toma mi antifaz en sus manos y se acerca a mí poniéndomelo con delicadeza, toma el suyo y se lo pone, este es de color negro con perlitas decorándolo, sus ojos verdes se ven muchísimo más brillantes, toda mi atención está en él.
Y eso jamás ha cambiado, desde el día en que lo conocí supe que jamás podría dejar de verlo, supe que de alguna forma estaríamos conectados para vivir nuestras experiencias más gratas, y que una de ellas comenzaba ahora.
—Me daría mucha pena pisarle el pie a alguien mientras bailo.— le digo moviéndome incómodo
—Yo pisé muchas veces a mi madre.— me dice acomodándose su cabello —. Incluso mi hermano lo hizo, es algo que te sucederá si o sí.
—¿Quieres ponerme más nervioso?— intento reírme para que mis nervios no ganen
—Si no quieres pisarle los pies a ninguna bella dama.— se acerca a mí, unos guardias pasan junto a nosotros y nos hacen una reverencia, cuando se van volteo a verlo, él jamás quito su vista de mí —. Puedo ser el primero en bailar contigo.
Sin poder contestarle él me jala para irnos por otro pasillo, por suerte no nos encontramos con Medras, que sin duda nos regañaría por llegar tarde, o con Félix, que nos interrogaría hasta saber el porqué nos encontrábamos solos. Pasamos por una puerta que da a los balcones del palacio dando directo a los jardines, diría que se ven hermosos, pero la verdad es que dan miedo, lo bueno es que no tengo por qué verlos si tengo a Desmond frente a mí.
—Listo.— me dice soltando mi mano recargándose en la pared, estamos a dos habitaciones del salón donde está el baile, la música se escucha sin problemas —. Conan Chalamet, ¿me haría el honor de bailar conmigo esta noche?
Un aire pasa fuerte, frío y desolado, gotas de lluvia empiezan a caer sobre el reino, un diluvio pequeño, pero sin duda hace que el ambiente mejore, la combinación del ruido de las gotas cayendo y la música hacen que ahora prefiera bailar toda la noche.
—Primero debes sostenerme la mano así.— me dice alzando mi mano hasta que quede un poco más arriba de su oreja —. Hay muchos tipos de bailes, este es mi favorito.
Caminamos un poco para quedar centrados en el pequeño espacio del balcón,
—Vas a poner tu mano en mi hombro.— toma mi mano y la pone en su hombro —. Y yo pondré la mía en tu cintura.
La lluvia no deja concentrarme, aunque doy gracias a que el aire este frío, pues así mis manos no sudaran de los nervios, Desmond al notar mi vaga desconcentración toma mi mentón y lo mueve hasta que mis ojos den con los suyos, realmente amo como su antifaz contornea su rostro.
—Solo concéntrate en mí.
Una nueva canción empieza a sonar y nos preparamos para bailar, en cuanto comienza Desmond nos mueve a los dos en sintonía con la música, mis pasos siguen los suyos, no pierdo de vista sus ojos y él me sonríe, seguimos danzando en cuerpo y alma hundiéndonos en la gloria de ser solamente él y yo en este pequeño espacio, estamos muy cerca, nuestros antifaces chocan, pero nuestras narices no.
No puedo ni siquiera mover mi rostro con temor a rozarlo, soy yo el que tiene la cara un poco inclinada para poder verlo, el príncipe está a la altura de mis labios, puedo notar como los ve por unos segundos, nuestras mandíbulas se tensan, no puedo sentir ni siquiera mi respiración ¿acaso estoy respirando? No lo sé, esto se siente tan extraño esta sensación... este cosquilleo.
Cuando la música deja de sonar, nosotros nos detenemos en la misma posición en la que empezamos, solo que esta vez estamos mucho más cerca, ahora nuestras narices se rozan la una con la otra, incluso puedo oír el corazón de Desmond latir fuertemente.
—Si tuviera algo lo llamaría mío, como cualquier cosa en este universo llegaría de lo lejos y amablemente te pediría serlo.— su voz es baja, dice aquello casi como un susurro
—¿Qué dijiste?
Sus manos dejan mi cintura y ahora toman mi rostro, son tan frías. Una nueva canción suena a lo lejos.
—No lo sé, esa frase vino a mi cabeza de algún libro que leí de niño.— nuestros labios están cada vez más cerca —. Cuando estoy nervioso, digo tonterías.
—¿Por qué si igual estoy nervioso nada viene a mi mente?— le digo mientras la lluvia es cada vez más fuerte, ahora soy yo el que lo toma de la cintura
Un gran relámpago cae cerca del castillo, su luz ilumina el cielo, estamos tan cerca de besarnos, apenas si nuestros labios se rozan, él se inclina a mí y yo a él...
—¿Desmond?— una voz femenina nos interrumpe
Los dos volteamos rápidamente sin separarnos, la princesa Amelia está en la entrada, lleva un vestido rosa muy lindo, sus mejillas están muy rojas, puedo sentir la confusión en ella, así que me alejo del príncipe sosteniéndome del balcón, unas gotitas de agua me mojan el cabello, trato de respirar con calma.
—Todos te están buscando...— oigo sus pasos acercándose —. Vamos.
No quiero voltear, no cuando sé que Desmond me está viendo y menos cuando sé que Amelia ya lo tiene agarrado del brazo, más gotitas mojan mi cabello, el príncipe me dice algo, pero no lo escuchó a causa de la lluvia, solo escuchó sus pasos indicando que se han ido, me dejo caer en el frío suelo. No sé cuanto tiempo pase así, pudieron haber sido horas, segundos o minutos, la lluvia paro cuando la música igual lo hizo, unas trompetas sonaron a lo lejos, tal vez el reino Marisma ya ha llegado o quizás sea la duquesa, pero no me muevo, mi cuerpo no responde.
—Por fin te encuentro.
Al principio no la distinguí, ni siquiera cuando sus dulces ojos verdes miraron los míos, no le importo dejarse caer a mi lado en el suelo frío y húmedo, tomo mi rostro en sus manos diciéndome algo que no entendí.
—Conan reacciona, di algo por favor.— Amber sigue conmigo, a mi lado tirada, su vestido lila ya está mojado
—Tu vestido.— tomo su mano y la levanto conmigo, me agacho a sacudir su vestido esperando a que el agua no fuera mucha —. Yo... lo siento no...
—Debemos de dejar vernos así.— me dice deteniéndome —. La otra vez fue una rama y ahora un poco de agua, no me importa si se ensucia. Me preocupaste demasiado.
—Gracias por buscarme.— le digo suspirando como si hubiera corrido cien kilómetros
Ella me sonríe, y entrelaza su brazo en el mío.
—Jamás olvido las promesas que me hacen Conan, y tú me prometiste bailar conmigo.
Bailar...
—No creo que sea una buena idea...
—Vamos, todos estarán emocionados de ver al gran Conan el rojo.
Salimos del balcón caminando hasta adentrarnos al baile, hay mucha gente, algunas bailando, otras bebiendo, conversando o comiendo, a lo lejos veo a Felix hablando con algunas chicas y a Desmond... bailando con Amelia.
Toda la gente trae puesto un antifaz o alguna máscara que hace juego con su vestimenta, todos muy lujosos y elegantes, pero hay unas personas que me llaman la atención, traen puesta una capa negra y sus máscaras parecen doradas, casi como el oro, dan miedo, debería acostumbrarme, ya que todo en el reino Umbria es aterrador, pero ellos no me dan buena espina.
Mi vista se aleja de ellos hasta que da con una chica de tez morena que lleva puesto un lujoso vestido azul cielo, está rodeada de muchos guardias, un chico de cabello azul está junto a ella y parece decirle algo, en ese momento sus ojos buscan los míos, nos quedamos viendo unos segundos.
—Es la princesa Tetis.— Desmond aparece detrás de nosotros
—Su alteza.— Amber hace una reverencia tanto para Desmond como para Amelia que esta atrás de él —. Es un honor poder estar en su baile.
—Gracias Amber, tenía tiempo de no verte.— Desmond camina hasta quedar a mi lado
Amelia no me mira, ni siquiera se despide de Desmond, simplemente se va desapareciendo entre la gente. No la culpo, jamás lo haría, ella tiene sus razones para querer odiarme.
Puedo sentir como la mano de Desmond busca la mía, no puedo resistirme, aun teniendo este sentimiento de culpa me permito acercarme a él, sus dedos y los míos se vuelven a unir una vez más.
Amo este capitulo, les puse musica para ambientar mas la lectura jajaj, Amelia ya los descubrio por asi decir pero si creen que eso es lo peor que puede ocurrir pues corran a leer el proximo capitulo que les dejara en shock y ademas me encanta el personaje de Amber es una muy buena amiga. Me encantaria saber que les parecio este capitulo. Gracias por sus votos.
Ala. 👑
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top