CAPÍTULO 1


RECUERDOS Y...ENCUENTO (1)

- ...Todos los enanitos construyeron una caja de cristal y en ella metieron a Blancanieves y la llevaron al bosque. Estando allí en el bosque pasó un príncipe que quedó asombrado por la belleza de Blancanieves y la tristeza de los enanitos. Entonces decidió abrir la caja y besó a Blancanieves que sorprendentemente despertó. Todos los enanitos saltaban de alegría al ver a Blancanieves viva. El príncipe se casó con ella, y los dos vivieron juntos en su castillo.....

-Mami, es un cuento precioso! Me lo vuelves a contar?- grité muy entusiasmada. Blancanieves y los 7 enanitos siempre fue mi cuento preferido y siempre anhelé poder encontrar a mi príncipe como Blancanieves.

-No Cristal. Ya es muy tarde y sabes que mamá está enferma y Megan está ya dormida. Mañana te lo volveré a contar. Buenas noches- me dijo con apreció.  Me besó la mejilla y segundos después desapareció por la puerta.

Minutos despues ruidos se escucharon en la cocina.

~~

Me desperté llena de sudor y gritando. Era la cuarta noche que volvía a soñar con mamá.
Desde que murió nada era lo mismo. La vida era muy difícil para mí,  y apenas podía comprarme ropa, pues tenía que comprar comida y pagar el pequeño piso cubicular en el que vivíamos Megan y yo.

Por lo menos Megan, mi hermana menor,  podía ir al colegio. Como se marchaba tan temprano, no escuchaba los desesperados gritos que inconscientemente decía en sueños.

Debía levantarme, pese a tener que aguantar ese gran dolor de cabeza, pues tenía que ir a la pastelería "Ti amo"  a trabajar.

Me vestí con el uniforme de la pastelería,  que consistía eu unos pantalones largos y una blusa beige con un delantal negro, desayuné y salí de casa.
De camino a la pastelería iba mirando los escaparates de las tiendas, y en uno vi un vestido precioso, que parecía de una princesa. Por desgracia, yo nunca me podria permitir comprar algo tan caro.( o por lo menos no con este trabajo). Mamá siempre nos decía que soñaramos e intentaramos luchar por todo lo que queriamos, pero lo primero es lo primero y si no uso mi sueldo para la comida moriremos de hambre.

Al entrar por la puerta, ya me empezó a gritar:
- Crital! Ya llegas tarde! Diez minutos! Siempre igual, no hay un dia que llegues puntual!
- Angelo, por favor no te pongas así. Intento llegar lo antes posible despues de que mi hermana se valla al colegio.
-Eso son escusas! Agora deja de perder más tienpo y ponte ya ha hornear los bizcochos que faltan.

Angelo era el dueño de la tienda, es decir,  mi jefe. Realmente se pasaba conmigo y me reñía a la más mínima falta. Trabajaba muy duro en esa pastelería y lo único que el sabía hacer era gritarme. Aún así me seguia tomando mi trabajo en serio, obviando lo que el me decía.

-Cristal!Ven aquí! - gritó esta vez, aunque en su voz no se percibia el enfado con el que me habló al llegar.
- Que ocurre?- pregunté al entrar en su despacho y ver su cara de seriedad.
- Brigitte no ha podido venir hoy a trabajar, y como bien sabes, es ella la que hace la compra. Tenemos bastantes cosas de repuesto pero los clientes hoy han solicitado la tarta casera de limón y no tenemos limones ni levadura. Necesito que vayas a comprarlos a la tienda que hay en la calle M. Victoria Moreno y los traigas antes de las dos.- dicho esto me tendió una nota en la que llevaba escrito cuanto debia comprar y un sobre que contenía el dinero.

Me saqué el delantal y me puse en marcha o no llegaria a tiempo, pues era la una y esa calle no quedaba precisamente cerca de la pastelería,  sinó a unos 3 kilómetros aproximadamente.
Por el camino me fui fijanfo en todas las tiendas que había y tambien en la gente con la que me cruzaba. La mayoría era de clase alta a juzgar por sus vestimentas y su forma de andar y observar todo. Me sentí una desconocida entre toda esa gente, pues yo no tenía ni una décima parte de lo que podía tener cqda una de esas personas. En el fondo les odio, pues ellos sin esforzarse y sin mover ni tan solo un dedo son capaces de tenerlo todo a su alcance, mientras yo, que trabajo diez o más horas diarias no tengo más que para sobrevivir, y, a veces, mal.

Una vez en la tienda compré lo que tenía en la lista y me fui. Justo al salir,  vi a una pequeña niña fuera hablando con la que supuse sería su madre. No pude evitar escuchar la conversación.
-...Pero por qué? Por qué no puedo tener esa muñeca? - dijo ella entre sollozos.
- Porque es muy cara cielo, es solo para los hombres y mujeres con mucho dinero. Además,  tu ya tienes a Esmeralda, no es asi?
- Si mami, Esmeralda es mi mejor amiga.
A estas alturas estaba llorando en silencio. Me recordaba mucho a mi madre, cuando perdí a mi único peluche. Ella solo me decía que no me preocupara, que podíamos encontrarlo,  pero despues de muchos días me di por vencida. Mamá me compró otro peluche, pero para ello trabajaba día y noche.
Al recordarlo me siento estupida por querer otro muñeco y hacer trabajar tanto a mamá.
Me dio un pequeño mareo despues de tanto pensarlo, y me caí al suelo.
Alguien me ayudó a levantarme.
-Estás bien?- me preguntó unha voz masculina.
-Si..es solo que..- dije al levantar la cabeza quedandome sin palabras al ver a la persona que tenía delante.

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