34. Último beso

Las cosas han cambiado un poco. Los juguetes y cosas de bebé se marcharon de mi departamento mientras que las cosas de Dylan comienzan a irse gradualmente. No me ha dicho nada y hemos mantenido conversaciones cordiales y banales, pero es notorio el cambio que hay en nosotros. El departamento es un lugar gigante lleno del silencio más ensordecedor y del dolor más agonizante que existe: la soledad.

Amigos han venido y se han ido, han almorzado, han dormido y me han consolado, pero la sensación persiste. Dylan ha intentado estar para mí y conversar, que estuviera lo más cómoda posible, pero no puedo estarlo si no soy capaz de sentir la compañía de ninguna de las personas que me rodean. Es como si me encontrara aislada del mundo, como si mis emociones se hubieran marchado hace tiempo. Intento volver a sentir y no estoy dejando que esta situación me gané, estoy luchando por superarlo, pero es muy difícil.

No he tenido presiones por parte de nadie, todos se han mostrado cercanos y disponibles a mí, pero sé que al final del día yo seré la que deba resolver esto. Aunque estoy aterrada y lo que ha pasado me ha generado muchos temores que antes no sentía, hago lo mejor que puedo para no negarme a sentir, pero no puedo evitar sentir cuán monótono se ha vuelto todo a mi alrededor. Ir a trabajar, llegar a la casa, mirar episodios de Brooklyn 99, preparar la cena, darme una ducha e ir a dormir.

En esta ocasión estoy algo cansada como para mirar mi serie favorita, así que decido pasar por la ducha primero. Entro al cuarto de baño y suelto mi cabello para peinarme, pero me sorprendo de ver a Dylan totalmente desnudo frente a mí, y él también parece sorprendido. Estoy por decir algo, pero me volteo rápidamente.

—Lo siento, creí... creí que no... que no estabas —tartamudeo y siento mis mejillas calientes, el sonrojo es seguro.

—No... no, está bien... —murmura con duda—. No te escuché entrar.

—Esperaré afuera —digo corriendo el cabello de mi rostro y tomando el pomo de la puerta, inmediatamente su mano se posa sobre la mía y respiro hondo.

—No —responde y observo su rostro. Su cabello gotea y sus cejas están mojadas despeinadas mientras sus ojos marrones brillan con intensidad—. Ya acabé.

—¿Qué? —inquiero sorprendida y sonríe de lado. Podría tranquilamente admitir que verlo sonreír aligera un poco mi dolor porque sé que él lo está intentando igual que yo, que lo está superando.

—Acabé de ducharme, pervertida —responde y siento mis mejillas sonrojarse. Niega con su cabeza y besa mi frente antes de abrir la puerta y pasar por mi lado—. Te dejé agua caliente e hice las compras —avisa mientras veo su espalda empapada cruzar el pasillo.

—Estás mojando todo el suelo —me quejo.

—Yo me ocupo —advierte antes de dejar caer la toalla que colgaba en su cadera sobre el charco.

Abro la boca en sorpresa y decido cerrar la puerta antes de que voltee a ver mi reacción. Muerdo mi labio negando con mi cabeza. Dylan nunca cambiará.

Respiro hondo antes de acercarme al espejo y peinar mi cabello, pero no puedo evitar una pequeña sonrisa.

Comienzo a preparar los platos con comida mientras Dylan habla por llamada con alguien. No estoy segura de si habla con alguien del trabajo, principalmente porque sé que ha estado rechazando un par de ofertas para quedarse más tiempo en el departamento y ayudarme. Quizás esté hablando con alguno de los chicos, se han mantenido en contacto todo este tiempo.

—Recuerda que la próxima semana estaré viajando, no quiero trabajos hasta que regrese —dice mientras llevo los platos a la mesa y observa con curiosidad la comida. Supongo que esperaba otro tipo de comida con aspecto más extravagante. Toma un trozo de pollo cubierto de salsa y se lo lleva a la boca—. Yo entiendo, pero ya había avisado con anticipación que... —dice pero se interrumpe al toser y río—. ¡Esto pica! ¡Arde! —exclama sacando la lengua y tomando un poco de agua—. ¡Hablamos mañana! —grita al teléfono antes de colgar y servirse otro vaso de agua.

Río viendo que se levanta y se golpea con la mesa por el apuro mientras corre a la heladera. Abre la puerta y toma la botella de leche para beber de ella. Frunzo mi nariz con disgusto.

—Te dije que no hagas eso, es asqueroso.

—Dijiste que ibas a advertirme si la comida era picante —se justifica bebiendo mientras camina.

No creo que haya quedado demasiado picante, así que pruebo un pedazo solo para asegurarme y comienzo a sentir el picor en mi lengua y en mi paladar de forma suave. Pruebo otro pedazo, pero esta vez siento que arde mucho más que antes, demasiado picante. Toso un poco y bebo un poco de agua.

—Creo que me quedaron más picantes de lo que pretendía —murmuro observando el pollo piri-piri.

—Siempre podemos pedir delivery —comenta sirviendo un poco de leche en mi vaso—. ¿Qué quieres comer?

—Una pizza está bien. —Bebo el vaso de leche mientras él va a hacer la llamada—. Al menos el postre no se arruinó —murmuro levantando los platos y guardándolos en la heladera.

Observo a Dylan haciendo la llamada, su rostro está algo serio y apoya su espalda en la pared de forma despreocupada. Su cabello está muy largo estos días y comienza a dejarse un poco la barba, para mí es atractivo de cualquier forma, pero no estoy muy segura de si este nuevo estilo es por decisión propia o por un poco de abandono debido al dolor que estamos pasando.

Mi teléfono suena en la mesa de la sala y voy en busca de él mientras Dylan acaba la llamada. Amber es quien llama y atiendo.

—Hola —respondo viendo a Dylan merodear por la cocina y buscar snacks en las alacenas.

¿Crees que es buena idea que salga con un cantante tan famoso como Julian? —inquiere y frunzo el ceño.

—Bueno... eso depende de si te gusta o no.

Me encanta Julian, pero esa no es la cuestión aquí —dice y respiro hondo porque supongo que esto tomará un rato largo, así que decido acostarme en el sofá mientras escucho a Dylan agarrar varios paquetes de snacks y sentarse en el otro sillón, pero niego con mi cabeza porque ya conocemos la política de "no migas en los sillones", así que se sienta en el suelo a comer—. Es decir, Julian es hermoso, es talentoso, es inteligente, es comprensivo y realmente ha sido cuidadoso para no lastimarme y ha respetado mis tiempos.

—Una maravilla de hombre —secundo observando mis uñas, quizás debería pintarlas de nuevo—. Entonces, ¿cuál es el problema?

Es famoso.

—Pero eso ya lo sabías, no veo por qué ahora te parece un impedimento.

Es que no es un impedimento, los famosos son personas también, pueden salir con cualquier tipo de personas sin importar su dinero o clase social —dice con seguridad, pero puedo notar un poco de angustia en su voz—. El problema soy yo.

—Sigo sin entender —respondo mientras veo a Dylan ofrecerme papas fritas, pero cuando voy a tomar un par, niega con su cabeza y gesticula la palabra "migas" con sus labios—. Eres perfecta para salir con él y hacen una pareja adorable —aseguro sentándome en el suelo y tomando finalmente mis papas fritas.

No todos lo verán de esa forma.

—¿Qué importa lo que piensen los demás? Mis padres fueron horribles con Dylan y no por eso dejé de salir con él.

No soy nadie, Kate —dice de repente—. ¿Qué puedes decir de mí? No tengo nada muy característico de mi persona, no sé ni siquiera yo misma quién soy —farfulla y puedo escuchar que comienza a sollozar—, pero ese no es el verdadero problema porque estoy intentando encontrar mi pasión en el mundo y saber quién soy. Sigo buscando pese a todo.

—Y eso está muy bien, cielo.

El verdadero problema es que Julian es famoso y la prensa no tardará en hablar y los fans no perderán oportunidad de decir que soy una oportunista, van a creer que mis sentimientos no son verdaderos y con el tiempo quizás acaben convenciendo a Julian también. Entonces, ¿crees que es buena idea que salga con un cantante tan famoso con Julian?

—Un famoso está sometido al ojo crítico durante todo lo que le resta de vida, es cierto, y a veces incluso son muy duros con sus decisiones, pero no olvides que seas famoso o no, siempre van a juzgarte. Es verdad, Julian tiene una gran reputación que mantener, pero no creo que tú fueras a arruinarla por salir con él, y quizás a algunas fanáticas no les caigas bien, pero creo que debería importarte más si Julian quiere salir contigo.

Sí quiere hacerlo.

—Entonces no pienses en lo demás, a Julian le gustas tal como eres y es por eso que te ayudará en caso de que las cosas se compliquen por culpa de los paparazzi.

Tienes razón.

—Y yo creo realmente que encontrarás lo que te apasione, darás con ello pronto.

Gracias —responde y suspiro—. ¿Tú cómo estás?

¿Debo responder que el dolor aún me destroza y que cada noche puedo rememorar los dolores y los gritos en mi cabeza? Creo que lo mejor es no angustiar a mis amigas de esta forma cuando están lidiando con sus propios problemas.

—Sobrellevándolo. Es difícil, pero sé que puedo hacerlo.

Sabes que puedes hablar conmigo cuando quieras, preciosa.

—Lo sé.

Ahora volveré a la mesa porque me escondí en el baño del restaurante para llamarte y quizás Julian comience a sospechar.

Sonrío.

—Está bien, cuídate.

Tú también. Te quiero.

—Y yo a ti.

La pizza estaba bien y parece que Dylan quedó satisfecho porque lo dejé comer en el sillón mientras mirábamos unos episodios de Brooklyn 99. En un principio, decía que no le llamaba la atención la serie y que la miraba conmigo solo por compartir el tiempo, pero lo encontré en una ocasión viendo un episodio a escondidas en el baño durante la madrugada. Lo veo sonreír con su mirada fija en la pantalla y suspiro antes de levantarme a llevar las cosas.

—Déjalo, limpiaré cuando acabe el episodio —dice y asiento.

Me dirijo a la cocina y sirvo el postre en dos platos mientras lo escucho reír de fondo. Guardo el resto del postre en la heladera y coloco una cuchara en cada platito antes de acercarme y dejarlos en la mesa. Dylan corre las cajas de pizza hacia un lado mientras me siento en el suelo a su lado.

—Se ve delicioso —elogia pausando la serie para probar un trozo y hacer un sonido de deleite—. Magnífico como siempre, Kate.

Sonrío de lado y juego con mi cuchara decidiendo si probar o no aún el postre.

—Tengo que hablar contigo —decimos a la vez y sonrío negando para que él lo haga primero.

—Creo que ambos sabemos que este lemon pie es significativo en este momento —murmura dando otro bocado—. Y creo que ya comenzaba a olvidar su sabor, supongo que hace mucho tiempo no teníamos una conversación seria.

—Bueno, las cosas estaban un poco complicadas —secundo.

—Es cierto, pero antes de eso creo que no lo necesitamos, habíamos encontrado nuestro punto nieve —dice y frunzo el ceño—. Quise ilustrarlo con la comida —justifica.

—¿Sabes? Eres un compañero excelente —afirmo y me observa con atención, lo que provoca que tenga deseos de llorar—. Realmente adoro cómo te has comportado conmigo, dándome mi tiempo, siendo paciente con mis inseguridades y apoyándome en cada momento, recordándome quién soy y por qué no debo dejar de serlo. —Siento la primera lágrima caer y rápidamente la limpia—. Y en un principio me volví loca por saber que estaba embarazada, realmente fue inesperado y no sabía qué hacer, pero tú lo manejaste tan bien, dijiste justo lo que necesitaba escuchar e hiciste justo lo necesario para hacerme confiar en mí y en mis capacidades.

—Te lo recordaría las veces que fueran necesarias —responde posando su mano sobre la mía y acariciándola.

—Pasamos un momento maravilloso creando planes a futuro y siendo cómplices de algo que fue nuestro pequeño secreto —declaro limpiando otra lágrima—. Como vimos antes, los planes no siempre pueden cumplirse y parte de nuestros planes se esfumaron cuando... —sollozo no pudiendo acabar la oración.

—Lo sé —murmura acariciando mi mejilla—. Es por eso que creo que en ese momento parte de nosotros se rompió. Nuestra ilusión se fue, no hay culpables, Kate.

—Yo... —musito intentando recomponer mi voz y retener mis lágrimas—. Creo que lo hicimos bien, ¿sabes? Creo que nos hemos sostenido todo lo debíamos, pero creo que aún no hemos sanado por completo y es por esa razón que no estamos preparados para continuar con algo como esto. Yo en este momento no me siento con suficientes fuerzas como para estar en una relación contigo y espero que puedas entenderlo.

—Creo que es momento de que intentemos sanar por separado —dice levantando mi barbilla para ver mis ojos—. Podemos seguir como amigos, te aseguro que no será incómodo.

—Gracias —susurro acariciando suavemente su mejilla.

Dylan observa mis ojos antes de ver mis labios y respiro hondo antes de aproximarme a él. Nuestros labios se unen en un suave y compasivo beso que con lentitud arrebata recuerdos e ilusiones dejando una sensación ligera y poco profunda como lo es una despedida. En muchas ocasiones imaginé cómo acabaría mi relación con Dylan, por muchas peleas que hemos tenido, pero jamás creí que sería por esta razón, que sería así, dándonos un último beso como ánimo para continuar con nuestras vidas. En una última caricia hacia lo que fuimos en un pasado.

El beso acaba y une nuestras frentes mientras acaricio sus mejillas y siento un par de lágrimas mojar mis dedos

—Seguiré aquí —promete y sonrío.

—Siempre habrán galletas para ti —susurro por última vez.

¡Hola bebés!

VOLVÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ

Y con un capítulo tan triste que me hizo llorar mientras lo escribía, god, estos dos me ponen tan sentimental jajajja

YA NOS VAMOS PARA DINAMARCAAAAAAA

Eso quiere decir que no estamos muy lejos del final, quizás quince capítulos (?

¿Sabían que hoy cumplo 5 años como escritora en wattpad? Es por eso que decidí publicar 8 actualizaciones de 8 novelas diferentes jajjaja

Quiero agradecerles por su paciencia y su apoyo durante estos años, realmente aprecio lo mucho que me han ayudado para llegar aquí♥♥♥

♥Espero que les haya gustado y nos leemos pronto♥

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