2. Cita a ciegas
Capítulo 2: Cita a ciegas
Tomo asiento y me trueno los dedos. ¿Realmente acepté hacer esto? Bueno, no debo darle muchas vueltas. La verdad es que sólo es una cita. Quizás ni me agrade. No quiero una relación, pero no me molestaría estar acompañada en San Valentín. Y bueno, parece que a Ari le gusta jugar a Cupido. Confío en que al menos sea sexy. Ese tal Ashton parece encantador, espero que su primo lo sea un poco.
Tarareo la canción que suena en el bar y miro las puntas de mi cabello. Tengo que comprarme una mascarilla y cortar un poco las puntas. ¿Será guapo el chico este? Ariadne siempre ha tenido buen gusto en cuanto a físico, pero en personalidad falla un poco. De sólo recordar a Jordan se me crispan los nervios. Maldito imbécil. Espero que no se le ocurra...
—Tú debes ser la pelirroja ardiente que es del tipo que llama mi atención.
Levanto la mirada y... ¡Wow! ¡Muy bien, Ariadne! Se ve muy alto. ¡Dios! Creo que puede llegar al metro noventa. Cabello castaño lacio, no muy corto, pero tampoco muy largo. Ojos oscuros y redondos. Cejas pobladas y nariz griega. Labios gruesos que son malditamente incitadores a besar. Tiene un ligero rastro de barba y los pómulos muy bien marcados. Hombros anchos y puedo ver unos brazos muy fuertes.
Exquisito el primo. Simplemente exquisito.
—Tú seguro eres el modelo sexy que va a gustarme y tiene un culo de infarto.
Sonríe y creo que podría estar babeando ahora mismo. Sexy y parece divertido. Bien, Ariadne, bien. Espero que no sea hueco y tenga buena personalidad. Besa mi mejilla antes de tomar la silla y ubicarla a un lado. Cercanía, me gusta.
—Dime, pelirroja ardiente. ¿Ya has pedido? —pregunta cuando se sienta y ojea el menú. Tiene muy buen perfil.
—Esperaba que vinieras. Si no lo hacías, iba a almorzar a lo de una amiga.
—Encantador. No me gustan las citas a ciegas, pero no iba a dejarte plantada —murmura llamando a una camarera—. Dejo otras cosas plantadas —dice mirándome con una sonrisa.
Rio y cuando llega la camarera pedimos nuestra orden. Estoy reducida a las malditas ensaladas por el traje de Black Widow.
—¿Me dirás tu nombre, modelo sexy?
Sonríe ladeando su cabeza y sus ojos me recorren.
—Kyle Eriksen —dice con un guiño—. Y dime, ardiente pelirroja. ¿A qué te dedicas?
Sonrío, sospecho que no me llamará por mi nombre ni cuando sepa cuál es.
—Drew Wood —aclaro notando que su pecho resalta bastante por sobre su camiseta—. Soy fotógrafa.
—¿Del tipo paparazzi?
—No del tipo farándula —Trueno mis dedos y ve mis manos por unos segundos antes de volver la vista a mis ojos—. Estoy en campañas de publicidad, galerías de arte y ahora estaba buscando para estar en alguna revista.
—¿Y no te interesaría ser modelo? —pregunta y alza una ceja. Muchas veces he oído esa misma pregunta—. Tienes buena postura y eres de lo más caliente.
—Prefiero capturar momentos —Me encojo de hombros y lo miro detalladamente—. Tú sí que tienes carisma para las fotos.
—¿Carisma?
—Sí, tu postura ahora mismo te haría salir bien. Estás en buena posición.
Sonríe y se aproxima a mi oído.
—Ardiente pelirroja, yo sé muchas buenas posiciones —Su voz es un susurro ronco que me eriza la piel. Este hombre parece saber tentar a cualquiera—. Puedo mostrarte cuando quieras.
Sonrío y me apoyo en el respaldar del asiento, percibo sus ojos un momento en mis pechos. No lo culpo, yo también estoy observando cierta zona en su pantalón.
—¿Tienes favorita?
Parece sorprendido, pero luego sonríe y se acerca de nuevo. No es como si yo fuera de esas mujeres que se avergüenzan a la hora de hablar de sexo.
—Me encantaría tenerte sobre mí ahora mismo.
Este hombre es muy sexy. Demasiado tentador. Sus ojos me miran brillantes y divertidos, aunque también los veo desviarse hacia mis labios. Mi mente se llena de agradables imágenes con este hombre y podría jurar por su mirar que la de él también. Se acerca y creo que va a besarme, pero entonces aparece la camarera con nuestros platos. Pienso que va a alejarse, pero me da un pico antes de enderezarse en la silla y comenzar a comer. Me sorprende un poco, pero finjo normalidad comenzando a comer de mi ensalada. Supongo que no le gusta quedarse con las ganas.
—¿Tú tienes una favorita?
—Yo soy más de mostrar que decir —comento con tranquilidad y bebiendo de mi refresco. Puedo sentir su mirada sobre mí y miro sus ojos con una pequeña sonrisa—. ¿Tienes un sitio favorito?
—Ahora mismo podría ser la mesa de un bar —Caliente. Muy caliente. Sonrío comiendo otro poco—. No deberíamos provocar cosas que luego no podremos solucionar.
Me acerco a su oído con lentitud como hizo él.
—¿Quién dice que luego no podremos solucionarlas? —susurro mordiendo el lóbulo de su oreja y lo escucho jadear.
—¡Puta madre! —exclama volteando a verme cuando me alejo—. ¿En serio estás soltera?
Rio y asiento dando otro bocado a mi ensalada. Estúpido disfraz. Lo que daría por comer una pizza ahora mismo.
—No me va ser infiel —Pasa una mano por su rostro y luego cierra los ojos respirando hondo. Sonrío cuando soy capaz de detectar qué cosa quiere calmar de él—. ¿Y qué tipo de modelo eres?
La conversación es agradable mientras me cuenta sobre su sueño de llegar más alto en la industria del modelaje. Su entusiasmo es tan contagioso que en un momento me encuentro pensando en el hecho de entrar a una academia de modelos. Me cuenta que sabe hablar cuatro idiomas; danés, inglés, francés y un poco de español. Estoy bastante sorprendida y cuando me dice un par de palabras no entiendo absolutamente nada, pero me parece sexy su pronunciación y la forma en que su boca se mueve.
—Si quieres comerme la boca, hazlo de una vez —interrumpe haciéndome reír.
Me acerco lentamente y estoy por probar sus labios cuando la camarera viene a cobrarnos. Me aparto y cada uno paga lo suyo; porque definitivamente no voy a dejar que pague mis cosas. Supongo que la cita ha terminado. No me la pasé mal. Ari eligió muy bien. Guapo, con cerebro y con sentido del humor. Cuando me pongo en pie compruebo que es tan alto como pensaba. Llego a la altura de sus labios y eso es porque tengo sandalias con tacón, aunque sin ellas seguro llegaría a su barbilla. Soy bastante alta.
Salimos del lugar y siento que la cita ha terminado demasiado rápido. Me giro hacia él para proponer ir caminando o algo. Cuando estoy por abrir la boca sonríe, toma mi rostro en sus manos y me besa. Sus labios se mueven sobre los míos y no puedo evitar suspirar mientras me sujeto de su camisa. Muerde mi labio inferior haciéndome jadear y su lengua se adentra en mi boca. Siento sus manos en mi cabello y se las aparto haciendo que me tome de la cintura y me acerque más a él. Estoy notando algo bastante grande presionándome. También deslizo mis manos por su cuerpo y las dejo descansar en su trasero. ¡Qué buen culo! Doy un pequeño apretón y lo escucho jadear. Sonrío porque este beso es muy caliente.
—Pelirroja ardiente, tú eres una pervertida —dice y yo río apartándome un poco de él. Sus ojos me ven brillantes y sus labios están hinchados. Es una suerte que no haya usado labial, sino sería un completo desastre en este momento—. ¿Quieres ver una película? Allí los niños no presenciarán lo que hacen tus juguetonas manos —Mira detrás de mí y cuando volteo veo a una mujer tirando de dos niños que nos miran con los ojos abiertos.
—¿Eso quiere decir que te ha gustado esta cita a ciegas?
—No, sólo quiero que sigas tocándome el trasero.
Rio y niega con su cabeza, pero sonríe. Tiene una sonrisa muy caliente. Se inclina y vuelve a besarme. Lento, saboreando mi boca y ahora mis manos se adentran en su cabellera. Su cabello es tan suave y sedoso. Sus manos sólo se mantienen en mi cintura y ni siquiera intenta tocarme como lo he hecho yo. Parece ser un caballero. Espero que no sea de pensamiento anticuado.
—¿Y qué tipo de películas te gustan? —pregunta cuando se aparta y me da un empujón para que camine con él.
Es confiado, no se ha puesto nervioso en ningún momento y se desenvuelve con una naturalidad que me agrada. Sabe lo que quiere y lo que hace.
—Las de acción —digo caminando a su lado por la acera—. Aunque de vez en cuando miro alguna comedia romántica. ¿Y a ti cuáles te gustan?
—Me gustan más las series, pero suelo ver películas de misterio o acción —Mira a los lados antes de que crucemos—. Podemos ver una comedia romántica si quieres.
—Mejor veamos una de terror —propongo y sonríe asintiendo—. No soy asustadiza, así que no gritaré ni nada por el estilo.
—Oh y yo que quería consolarte en mis fuertes brazos —bromea y sonrío negando—. Supongo que tú si puedes consolarme con tus juguetonas manos.
—¿Te asustan las películas de terror? —Asiente y yo niego con mi cabeza—. ¡Pero si es todo falso! Hasta se puede ver el exceso de maquillaje en algunas escenas sangrientas.
—¿Cómo eres capaz de ver ese tipo de detalles cuando un monstruo o asesino intenta hacer de las suyas?
—Soy fotógrafa. Prestar atención a los detalles es mi trabajo.
—¿Eso quiere decir que te ha gustado mi culo? —Rio y asiento. ¿Para qué negarlo? Además, no es un delito admitir que tiene buen culo—. Bueno, pelirroja ardiente, tus tetas también me han gustado.
La película es buena, en ciertos momentos hasta me hizo saltar. Buena producción y maquillaje. Diría que mi acompañante la disfrutó también, pero él no mentía cuando dijo que le daban miedo. Estaba inquieto y miraba para todos lados. Pese a que no dijo nada de querer irse o algo, sus movimientos me distraían de vez en cuando. Incluso tomó mi mano en una de las escenas más sangrientas mientras cerraba los ojos y respiraba un poco agitado. Realmente le daban nervios las películas de terror. Fui buena y lo besé de nuevo... Bueno, también quería hacerlo por mí, no solo por calmarlo. Nuevamente casi se nos va de las manos y un par de espectadores nos tiraron palomitas de maíz. Reímos y seguimos viendo, aunque no le quedaba mucho para el final.
Me acompaña hasta mi departamento y tengo cierta sensación de euforia al descubrir si este hombre no decepciona en la cama como en los besos. El pasillo se me hace interminable.
—¿Y de qué te disfrazarás? —pregunta metiendo las manos en sus bolsillos y yo saco mis llaves.
—Black Widow —Sonríe elevando las cejas. Sí, el disfraz es muy sugerente y sexy—. ¿Y tú?
—Creo que Ariadne dijo algo sobre Batman —Se apoya de lado en la pared y me observa con una sonrisa mientras abro mi puerta—. Nuestros disfraces no son de pareja, pero sé que los de ella y mi primo sí.
—Al menos el negro será nuestro color —murmuro empujando un poco mi puerta y volteando a verlo.
Sonríe y lo tomo de la camisa para besarlo. Parece sorprendido, pero corresponde tomándome de la cintura. Retrocedo un par de pasos llevándolo conmigo y cierro la puerta del departamento. Mis manos se enredan en su cabello de nuevo mientras lo empujo contra la pared. Jadea y adentro mi lengua en su boca. Siento su mano descender por mi cintura hasta posarse en mi cadera y sus dedos rozan mi trasero. Cuando se aparta tiene la respiración tan agitada como la mía y me aleja un poco con una sonrisa. Niega con su cabeza.
—Pelirroja ardiente eres toda una tentación —farfulla y sonrío acercándome para besarlo de nuevo. Quiero terminar lo que empecé. Niega con su cabeza y frunzo el ceño—. Por más que quiera no puedo.
—¿Lo dices en serio? —Estoy incrédula. ¿Ahora no quiere acostarse conmigo? ¡Después de todas esas insinuaciones! Asiente y bajo mis ojos a su entrepierna—. ¿Se te bajó?
Ríe y niega con su cabeza.
—Créeme que estoy completamente duro. Sería imperdonable que se me bajara contigo.
—¿Entonces?
—Es poco caballeroso de mi parte hacer esto en la primera cita.
Cruzo mis brazos y lo observo sin entender. ¿Esto es en serio? ¿De verdad no se acostará conmigo por ser la primera cita? Parece que al final sí es un poco anticuado y caballeroso. Suspiro resignándome al hecho de que no voy a conseguir orgasmos en esta ocasión. Me apoyo en la pared de enfrente y lo miro evaluativamente.
—Es poco caballeroso dejarme con las ganas —Se ríe y se acerca a mí—. Lo estoy diciendo en serio.
—Lo sé, pelirroja ardiente —Se inclina y besa mis labios con lentitud—. Pero en la próxima cita te prometo que podrás tocar cuanto quieras.
—¿Y cuándo será eso?
Me besa de nuevo y siento que me quita el móvil del bolsillo. Cuando se aleja me pide que se lo desbloquee y luego teclea con rapidez antes de dejarlo de nuevo en el bolsillo.
—Vamos a dejarlo al azar.
Me besa con lengua durante unos largos segundos y luego me guiña un ojo antes de irse. Muy bien, Ariadne. Quizás es un poco caballeroso y algo tierno, pero está muy bien. Definitivamente voy a regalarte chocolates después de esta cita.
************
#Krew
Iba a subir el viernes, pero no estaba segura de tener internet... Y si lo subía mi mánager, la nota de autor iba a ser horrible ahhskahahaha
Te quiero amiga🖤
Capítulo dedicado a mi mánager.
Besos🖤🖤🖤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top