10. Conejita
Capítulo 10: Conejita
—¿Este es tu concepto de una cita normal? —pregunto mientras me pone una mezcla para mascarillas en el rostro.
—Pelirroja ardiente, tienes que admitir que soy original —dice con una sonrisa y es raro, pero aun con esa mascarilla verde cubriendo su rostro se sigue viendo sexy—. Estoy seguro de que jamás has tenido una cita así.
—Es diferente, pero no sé si haría esto con un hombre —admito y me frunce un poco el ceño—. Suelo hacer esto con las chicas y…
—¿Qué tiene de malo que lo hagas conmigo? —Pasa la brocha por mi nariz y no puedo evitar fruncirla un poco—. Es más divertido que cuando lo haces sola.
—Pero es extraño.
—Pelirroja ardiente, estoy seguro de que todos tus exs debían tener un cutis horrible y seguramente tenían espinillas en la nariz —Rio por su comentario y se detiene esperando que relaje el rostro para seguir colocando la mascarilla en mi rostro—. Además, si le ves el lado bueno, estoy cuidando tu ardiente y preciosa piel.
—¿Intentas decir que mi piel era horrible antes de que me pusieras esta cosa?
—No, solo te ayudo a mantenerla bonita.
Deja el bol con la mascarilla a un lado y luego me mira con una sonrisa antes de besar mis labios cortamente. Observa mi cabello que está sujeto en una coleta alta y una vincha impide que se escapen algunos hacia mi rostro. Él también tiene una y lo hace ver muy gracioso.
—¿Qué pasa ahora, Kyle?
—Tu cabello es precioso —Ruedo los ojos, van muchas veces que lo menciona. Parece que está algo fascinado por él y lo ignoro mientras me recuesto en el sofá—. ¿Sabes en qué pensaba? —pregunta haciendo que cierre mis ojos y colocando rodajas de pepinos en mis párpados.
—Estoy segura de que pensabas en mí, pero dime exactamente en qué.
Lo escucho reír y sonrío ligeramente. Me gusta escuchar su risa, es relajante y melódica.
—Sí, pelirroja ardiente. Pensaba en ti —murmura y siento que acaricia mi vientre con sus dedos sobre la camisa—. Pensaba en tu cabello pelirrojo y largo, en tus increíbles ojos verdes, en tus labios carnosos…
—Al grano, Kyle.
—¿Nunca te han dicho que te pareces a Jessica Rabbit?
Subo los pepinos y lo miro con el ceño fruncido. ¿Que me parezco a esa caricatura? Creo que él es como un niño, mira muchas caricaturas.
—¿Por qué me comparas con un dibujo animado?
—No es cualquier dibujo animado —asegura y vuelve a colocar los pepinos sobre mis párpados—. Es Jessica Rabbit. La sensual y ardiente Jessica Rabbit.
—No entiendo a dónde se supone que va esta conversación.
—También he visto que tienes un cuerpo de infarto como ella y unas medidas que podrían convertirte en una conejita Playboy.
—Oh… —murmuro comprendiendo su punto y ahora siento sus dedos acariciar mi brazo—. ¿Tienes una fantasía en la que me vista como conejita y tú como ese viejo baboso?
Ríe y besa mi mano antes de jugar con mis dedos.
—Esa fantasía suena interesante, pero no es en lo que estaba pensando —dice y escucho su voz cerca de mi oído—. Supongo que podríamos comenzar a usar disfraces —propone y sonrío. Eso suena muy interesante—. Te veías caliente de Black Widow —Siento un mordisco en el lóbulo de mi oreja y eso hace que jadee—. Siempre te ves caliente, conejita.
—¿Conejita?
—Pelirroja ardiente es demasiado largo y no te gusta mucho que te llame por tu nombre —Entonces todo esto se trataba del nuevo apodo que tiene para mí—. ¿Qué opinas?
—¿Me estás preguntando si me gusta el apodo que me has puesto? —pregunto sintiendo sus dedos entrelazarse con los míos—. ¿No se supone que los apodos simplemente se dan y no se preguntan?
—Pero yo quiero saber qué opinas, conejita.
Suspiro pensando en ello. No puedo creer que me pregunte por esto, me parece un poco ridículo, pero Kyle es considerado y siempre me pide opinión. Hace unos días que fue la fiesta y estamos saliendo como él dijo, no hubo sexo en todos ellos, pero supongo que estoy bien por ahora. Esto va a durar hasta que Kyle demuestre su punto.
—Suena sexy —No sé bien qué decir—. ¿Tú quieres que busque un apodo para ti?
—No. Me gusta la entonación que tienes al pronunciarlo y cuando lo dices con lentitud es tan delicado que…
—No me interesa mucho toda esa explicación. Dejé de escucharte luego del “no”.
Siento un mordisco en mi hombro y salto de la sorpresa. No lo veo y no lo esperaba.
—Eres una irrespetuosa, conejita —Sonrío acariciando sus dedos—. Ahora que no estás con esa dieta de ensalada podemos pedir una pizza mientras vemos tu serie.
—No lo sé… Quiero respetar tus dietas también —Me burlo y muerde mi mano haciendo que ría—. ¡Deja de morderme!
—Deja de reírte de mí —reclama y siento sus dedos deslizarse por mi muslo. Dejo de reírme porque creo que esto va en serio—. No estoy haciendo dieta, así que podemos pedir una pizza.
—¿Seguro que quieres ver American Horror Story? —inquiero algo desconfiada—. No quiero que orines tus pantalones.
—¿Desde cuándo tú me haces bullying por absolutamente todo lo que digo?
—Desde que has comenzado a tacañear el sexo.
Ríe, pero yo no lo hago. Prácticamente nos vemos casi todos los días, pero Kyle quiere demostrar que no solo quiere sexo conmigo, así que las maratones de sexo se han reducido a la mitad. Realmente me gustaba el ritmo que teníamos antes.
—¿Estás enojada porque tenemos menos sexo que antes?
Bufo. ¡Como si eso no fuera obvio! Kyle es un poco lento a veces.
—No había necesidad de hacer nuestro ritmo más lento. A mí me gustaba acostarme casi todo el tiempo contigo y ahora tengo que conformarme con hacerlo dos veces a la semana.
—Entonces estás frustrada porque no nos acostamos con la misma frecuencia que antes —dice y suspiro asintiendo—. Y esta noche planeas seducirme porque te has puesto esa tanga que me gusta.
—¿En qué momento miraste mi ropa interior?
—Cuando te estabas cambiando —Quita los pepinos de mis ojos y parpadeo antes de mirarlo a los ojos—. Ahora tienes los ojos más descansados. Debes cuidarlos porque son tu trabajo, así que deberíamos hacer esto una vez a la semana.
—¿Lo dices en serio?
—Sí, tus ojos son importantes porque…
—¿Quieres que nos veamos una vez a la semana para hacer esto? —interrumpo y él asiente. Frunzo el ceño, Kyle es muy diferente a todos los hombres con los que he tratado—. Eres raro.
—Me hace sentir mejor saber que no soy el único que no sabe hacer cumplidos.
—No era un cumplido.
—Para mí lo es —dice besando mis labios antes de ponerse en pie y tirar de mi mano—. Ven, ya debemos quitarnos esto.
Ruedo los ojos, pero lo sigo al baño de su habitación. Kyle se quita la suya primero y yo me siento sobre el retrete admirando su cuerpo. Es muy caliente. Kyle podría ser el mejor hombre con el que me he acostado. Es atractivo por donde se lo mire. Le doy un apretón en su culo respingón y salta de la sorpresa antes de reírse.
—¡Qué traviesa eres, conejita!
—A ti te gusta que lo sea —murmuro viendo que lava su rostro con agua—. La otra vez me dejaste chupetones en el cuello y tuve que soportar las burlas de las chicas durante toda la semana.
Ríe secando su rostro con una toalla y luego me mira. Toma unas toallitas húmedas y comienza a quitarme la mascarilla del rostro con delicadeza. Cierro los ojos disfrutando de su suavidad.
—Tú no puedes dejarme rasguños en el culo o la espalda. No me interesa si los chicos se ríen, pero no se verá bien en las fotografías y sabes que es mi trabajo —dice y hago un sonido de afirmación. No puedo verlo, pero estoy segura de que sonríe—. ¿A dónde quieres ir mañana?
—¿Me toca elegir?
—Sí, supongo que algún plan tendrás.
—¿Quieres ir a la playa de noche? —pregunto sintiendo que pasa otra toallita húmeda y que ya no hay casi rastros de la mascarilla—. Haríamos un picnic. Es romántico como te gusta.
—¿Usarás bikini?
—¿Cuál es el punto si ya conoces lo que hay debajo?
—Me gusta la seducción —Ruedo los ojos, pero asiento y besa mis labios con lentitud. Suspiro y me aferro a sus hombros. Estoy segura de que esta noche tendré acción—. Puedo usar una zunga para ti.
Sonrío de lado y vuelve a besarme. Acaricio su suave cabello y disfruto del beso sin prisas.
—Tienes que lavarte la cara antes de que se sequen los restos —dice poniéndome en pie y yo lavo mi cara mientras percibo que se mira en el espejo. Acomoda su cabello luego de quitarse la vincha y sonrío. Es coqueto—. ¿Qué harías si vamos a Las Vegas, nos emborrachamos y terminamos casados?
Frunzo el ceño antes de secar mi rostro con la toalla.
—Eso es tan cliché —murmuro sobre la toalla—. ¿Quieres ir a Las Vegas y casarte conmigo?
—Ya que me lo propones tan románticamente, diré que sí —Golpeo su brazo y se ríe mientras yo sigo secando mi rostro y me miro en el espejo para asegurarme de que no tengo nada de la mascarilla—. No has respondido mi pregunta.
—Me estás preguntando qué haría si estuviéramos casados.
—Luego de una borrachera —puntualiza señalándome.
—Bueno, si sucede al despertarnos, te pediría que me llevaras el desayuno a la cama como un buen esposo. No puedo pensar con el estómago vacío —murmuro y lo escucho reír. Me quito la vincha e inspecciono mi cabello—. Luego de que me cumplas un par de caprichos, llamaría a Sel para que se fije de la legalidad de los papeles y del matrimonio.
—Muy sensato —halaga y sonrío volteando a verlo—. ¿Y si fuera legal? ¿Si realmente estuviéramos casados?
—Dime que no nos hemos casado mientras estaba inconsciente —Ríe y niega con su cabeza—. Bueno, si estuviéramos casados legalmente, hablaría contigo respecto a eso. Intentaría averiguar cómo acabamos casados y luego de saber todo ese proceso, supongo que tú y yo llegaríamos a una solución.
Asiente lentamente con su cabeza y se acerca hasta apretarme contra el mueble. Es alto, muy alto y eso me encanta.
—¿Te divorciarías de mí, conejita?
—Depende.
—¿De qué?
—De nuestra relación. Si fuera ahora, probablemente lo haría, pero si fuera dentro de unos años cuando tú y yo somos completamente serios y tenemos un compromiso grande, es posible que no lo hiciera —digo encogiéndome de hombros. Me mira fijamente y yo tampoco aparto la mirada—. ¿Tú te divorciarías de mí?
—Yo te pediría un plazo —Frunzo el ceño sin comprender y siento sus manos en mis caderas—. Quizás unos dos meses para probar si funcionaríamos como un matrimonio o no, si realmente puedo verme contigo así.
—¿Y si no resultara?
—Haría lo que tú quisieras —Respiro hondo. Dejaría la decisión en mis manos—. No tienes que preocuparte, no planeo ir a Las Vegas contigo por el momento.
—¿Y si yo te dijera que quiero el divorcio, pero también terminar nuestra relación? —pregunto totalmente intrigada. Dijo que haría lo que quisiera y necesito saber los detalles de esto. Es una conversación extraña, pero de alguna forma es preguntar por si ambos nos vemos juntos en el futuro. No voy a negar que me encantaría verlo en mi futuro, pero no sé si será así.
—Entonces dejaríamos de ser esposos y novios —dice con seguridad y sus ojos castaños parecen un poco más claros—. No te forzaría a continuar algo que no quisieras, pero como no me gustaría perderte del todo, te pediría que fuéramos amigos.
—¿Te conformarías con ser mi amigo, aunque estuvieras completamente enamorado de mí?
—Claro. Entonces no tendrás excusas para vernos y usar mascarillas faciales —Sonrío de lado y se inclina para besarme—. ¿Tú me dejarías ser tu amigo?
—En ese caso, sí —murmuro acariciando su pecho desnudo—. En este caso, no. Mis amigos no me gustan como tú.
—Oh, estás siendo tierna conmigo —musita haciendo que ruede los ojos y luego me besa acariciando mi boca con la suya—. Estoy seguro de que quieres hacerlo en la ducha —Río sobre sus labios. ¡Atrapada! Bueno, no me importa.
—Cállate y dame sexo como el buen lo que sea que eres.
Ríe y toma mis muslos para alzarme y hacer que enrede mis piernas en su cintura. No deja de besarme y aprieta mi trasero mientras se acerca a la puerta y le pone el seguro. Luego nos lleva hacia la ducha y finalmente consigo acción luego de tres días en abstinencia.
Sonrío viendo a Kyle dormir sobre mi estómago. Una vez más estamos teniendo una cita de mascarillas y American Horror Story. Por suerte, Kyle se durmió a los quince minutos. Se ve que estaba muy cansado por toda la cosa de la audición. Acaricio su cabello y suspiro. No puedo negar que me gusta mucho más que antes y él me ha demostrado que no quiere solo sexo conmigo.
Hemos tenido citas muy extrañas como cuando fuimos a un spa, a un curso de cocina que acabó con él cocinando prácticamente todo porque no me gusta tanto cocinar, luego una cita doble con Dylan porque quería que conociera mejor a mi cuñado. También nos hemos reunido muchas veces con las chicas y con Ashton y Dylan, realmente me gusta que ellos se hayan integrado de una forma tan rápida y fácil. Pienso que a las chicas les cae muy bien y él parece gustarle las chicas. Ashton y Dylan me caen muy bien, tratan a mis amigas muy bien y veo a las chicas muy contentas.
Pienso que él podría llegar a cambiar un poco por la influencia de la fama o que podría conocer a chicas mucho más interesantes y simpáticas. Me gusta n todas las citas que hemos tenido y todas las que me promete que tendremos. Sexo ha vuelto a ser constante, pero las charlas profundas han aumentado mucho más. Kyle siempre me está contando lo que piensa, lo que sueña, sus planes a futuro y todas esas cosas.
—Conejita… —murmura y acaricia mi estómago mientras se remueve.
—¿Qué?
—Me gusta que te quedes a dormir —susurra con voz somnolienta y restregando su mejilla en mi vientre.
—A ti te gusta lo que hacemos antes y después de dormir.
Ríe y abre sus ojos para verme. Suspira y estira su mano para acariciar mi mejilla.
—No negaré que eso me gusta, pero me refería a que me gusta dormir junto a ti y verte al despertar —Respiro hondo, él siempre tiene este tipo de cosas para decirme—. Me gusta dormir contigo.
—Pese a que roncas, me gusta que me abraces al dormir.
Ríe y sonrío de lado acariciando su cabello.
—¿Siempre debes poner un contra a tu pro?
—Eso lo hace divertido, cielito —bromeo y sonríe besando mi brazo—. En las sesiones conocerás modelos mucho más bonitas y simpáticas que yo.
Frunce el ceño y se incorpora sin dejar de mirarme. Estamos en su habitación, en su cama, así que no me preocupa el tema de privacidad porque sé que las chicas andan por departamento, pero cada una tiene su entretenimiento.
—¿Qué quieres decir?
—No creo que sea conveniente que comiences una relación cuando tu carrera está a punto de elevarse.
—¿Quieres dejar de verme porque estoy a punto de pertenecer a una marca importante? —pregunta sentándose frente a mí y yo también me siento para mirarlo a los ojos.
—No quiero que creas que quiero de colgarme de tu fama y tampoco quiero ser cornuda cuando veas a una modelo mucho más bonita y simpática. Puede que hasta chicas más románticas y dulces.
—No entiendo.
Ruedo los ojos y me bajo de la cama buscando mis cosas. Supongo que debería volver a mi departamento, de nada sirve quedarme si el ambiente se torna tenso por acabar esto. Toma mi mano y tira hasta que me siento en la cama de nuevo. Me mira a los ojos esperando que me explique un poco más.
—Has demostrado tu punto, entendí que no quieres solo sexo conmigo —digo con la voz calmada y mirando sus ojos. Esos preciosos ojos que estoy segura voy a extrañar cuando me vaya—, pero estoy segura de que conocerás muchas otras chicas que encajarían mejor contigo y serían mejores compañías. Podemos ser amigos.
Su mano cubre mi mejilla y acaricia con su pulgar limpiando una lágrima que cayó. Se acerca y besa mis labios con ternura. No puedo evitar pensar en que sabe a un beso de despedida. La caricia de sus dedos en mi mejilla me conmueve y llevo mi mano a su cuello para mantener el beso un largo rato. Cuando se aparta, suspiro aún con los ojos cerrados.
—Eres tan tonta, Drew —Su pulgar se desliza hasta mis labios y los acaricia con dulzura. Siento su frente contra la mí y acaricio el cabello de su nuca—. Tan tonta —susurra cerca de mí—. No voy a alejarme de ti porque haya chicas simpáticas y bonitas, tampoco porque mi trabajo será mejor apreciado y pagado.
—Kyle…
—¿Tienes miedo?
Suspiro. Él debería decirme que está bien y podemos ser amigos, pero no. Él siempre intenta comprenderme y no puedo negar que eso me gusta.
—Un poco.
—No seré infiel y la fama no se me subirá a la cabeza. Lo prometo.
—No puedes serme infiel porque no somos nada —digo abriendo los ojos y alejándome de él—. Es mejor dejarlo, Kyle.
—Las cosas no cambiarán con este empleo. Solo tendré más dinero y puede que un poco menos de tiempo, pero no cambiará nada entre nosotros —Suspiro y aparto la mirada. Todo va a cambiar y no quiero que rompa mi corazón cuando los sentimientos sean mucho mayores—. ¿En serio quieres dejarlo cuando estamos tan bien?
—No quiero sufrir, Kyle.
—Y no lo harás, Conejita —asegura alzando mi barbilla para que lo vea a los ojos—. No voy a lastimarte —Sus ojos se ven serios y sé que no está mintiendo—. Quizás haya chicas que tengan una sonrisa adherida a sus rostros todo el día, que sean amables y cuenten chistes, que les guste el romance y sean tan dulces como un algodón de azúcar, pero ninguna de ellas lograría quitarte de mi cabeza. Te lo aseguro —Ni siquiera sonríe y no lo había visto tan serio antes—. Y te equivocas, sí somos algo. Así que hay probabilidades de ser infiel de ambas partes, pero no necesito a ninguna otra chica porque tú eres todo lo que me gusta y me tienes hipnotizado.
—Kyle…
—¿Sabes qué? Voy a darte una garantía —dice y frunzo el ceño no entendiendo su punto. Se aparta y abre el cajón de su mesa de luz. Regresa con un estuche de terciopelo rojo. Lo miro con curiosidad y lo tomo cuando me lo tiende—. Quería ser mucho más romántico que esto, pero a ti te gusta sabotearme siempre. Supongo que sigue siendo tierno el gesto, aunque perdiera el encanto de la sorpresa.
Lo abro lentamente y me sorprendo al encontrar una pulsera de cadena fina con el dije de una cámara y otro de una araña. Sonrío acariciando la delicada joya aún en el estuche.
—En nuestra familia tenemos una tradición —dice sacando la pulsera del estuche y extiendo mi brazo para que la coloque en mi muñeca—. Cuando una chica se vuelve especial y entra a la familia, se le regala una joya para simbolizar la importancia que ella tiene para el miembro de la familia —Intenta enganchar la pulsera, pero tarda unos tres intentos lograrlo.
—¿Y si es un chico el que se vuelve especial y entra a su familia?
—Se le regala un reloj o alguna otra joya —explica entrelazando los dedos de mi mano con la suya y el brillo de la pulsera me distrae unos cuantos minutos—. Se supone que iba a ser mucho más especial porque iba a dártelo en una cena romántica luego de la exposición del fotógrafo que amas, pero no había necesidad de esperar más y hacerlo especial. Tú eres lo suficientemente especial como para convertir cualquier momento en uno único y maravilloso.
—Cuando me dices especial lo haces sonar como si tuviera un retraso mental.
—¡Oh Dios! —Niega con su cabeza y el ceño fruncido—. ¡Deja de sabotearme! ¡Intento ser romántico!
Sonrío. No pudo haber sido más romántico en ese discurso.
—¿Se supone que esto es como un anillo de compromiso? —pregunto mirando la pulsera.
—Algo así, pero es de noviazgo.
—Entonces al darme esto me estás haciendo tu novia —digo y él asiente. Miro la pulsera en mi mano. Me encanta el diseño de la cámara y la araña se ve muy bien—. Y ahora soy tu novia.
—No, eres mi sexy novia pelirroja —musita besando mi mejilla y sonrío—. La araña es por tu disfraz de San Valentín.
—¿La cámara porque soy fotógrafa?
—Algo así —murmura acariciando mi brazo—. Pienso que las cámaras son lo que tenemos en común. Tú estás detrás del lente tomando fotos y haciendo que todo el mundo se vea genial y yo estoy frente a él intentando verme genial y mostrando cosas geniales.
—¿Y cómo sabes si yo quiero ser tu novia?
—No es si quieres ser, lo eres —corrige dando un pequeño golpe en mi nariz y luego siento que caricia mi cabello. Me tenso y él sonríe—. Piensa en las ventajas; me gusta cocinar, soy caliente y bueno en la cama, puedo ser tu modelo para cuando necesites alguien a quien tomar fotografías, correspondo tus sentimientos, te hago reír bastante…
—¿Vas a cantarme canciones sucias como en San Valentín?
Asiente con una sonrisa y cierra el estuche de mis manos para luego dejarlo sobre la mesa de luz.
—También puedo hacerte bailes de striptease, puedo darte sexo donde sea que quieras, soy danés y sé que mi acento te derrite.
—¿Quién te asegura eso?
—Mojas tus tangas cuando me escuchas hablarte en otro idioma, te muerdes el labio inferior y me miras como una depredadora sexual —declara totalmente seguro y estallo en carcajadas. Me encanta que sea tan frontal en estos temas—. Tú eres todo lo que me gusta y yo soy todo lo que te gusta.
—¿Y eso nos vuelve novios?
—Por supuesto —dice besando mi mejilla y haciendo que me acueste en la cama lentamente—. Además, los chicos saben que eres mi novia, no podría ser de otra manera.
—¿Y les gusta la idea?
—Sí, pero no me importa lo que ellos piensan —murmura besando mi cuello y siento sus manos adentrarse en mi camiseta. Respiro hondo y giro mi cuello para que tenga más acceso—. ¡Dios, Conejita!
—¿Qué?
Estoy segura de que no hice nada como para que se detenga.
—Tócame el culo de una vez.
Río y paso mis manos por debajo de su pantalón de franela acariciando su piel. Me encanta su maldito trasero. Le doy un apretón y puedo ver su sonrisa antes de que me bese y sus manos lleguen a mis tetas. Sonrío y lo beso con más intensidad. Estoy segura de que Kyle como novio va a gustarme mucho.
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#Krew
So cute <3
No olviden seguirme en la cuenta de ig de mis novelas:
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