27. JUICIO
Y tal como lo había pronosticado el abogado Lee Hyukjae, Hyo-ri estaba representando a la perfección su papel de madre arrepentida; que según sus palabras textuales tuvo que dejar a su pequeña de cinco años a los cuidados de la abuela paterna, porque según ella estaba amenazada de muerte. Ella iba vestida con un traje sastre de mediana calidad, llevaba zapatillas con un discreto tacón, un bolso que tuvo mejores tiempos, su cabello con algunas canas estaba recogido con un moño y sólo traía brillo labial. En conclusión, era la abnegación en persona. El juez Cho le preguntó. – ¿Señora Ong Hyo-ri, quiere ser más específica con lo referente a las amenazas?
– Sí, señor juez. Desde que sentenciaron a mi ex-esposo Choi Minho, yo comencé a recibir anónimos y llamadas telefónicas en donde me advertían que tenía que irme del país sin mi hija, si es que no quería morir. – ¿Tiene pruebas de eso? – Habló el juez.
– No...yo...perdí ese celular, y los anónimos siempre los tiré. Pero un día se presentó en la puerta de mi casa un tipo mal encarado y de cuerpo grande; él dijo que iba de parte de Choi Minho y que era la última oportunidad que me daban para largarme, antes de que me mandaran al otro mundo. Ese tipo me dio un par de golpes en el estómago y me quedé tirada en el piso. Se marchó diciéndome "un día, tienes un sólo día". Yo me asusté mucho y lo único que hice fue meter algo de ropa en una maleta e irme lejos. Pero con todo el dolor que una madre puede sentir, tuve que renunciar a mi pequeña Elsi, al amor de mi niña. – En ese momento Hyo-ri comenzó a derramar unas cuantas lágrimas, agachó la cabeza en señal de total abatimiento. Su abogado le acercó un pañuelo para que limpiara su supuesta tristeza.
– ¿Se siente bien para continuar? – Preguntó el juez.
– Sí...sí...es sólo que recordar me duele y siento que debí haber puesto una denuncia, pero le juro que esos golpes me hicieron salir huyendo del país.
– Entonces continúe.
– Antes de irme le llevé a mi hija a la señora Choi, quien era mi suegra en aquel entonces, le comenté lo que pasaba y prometió que la cuidaría con su vida. Yo al principio hablaba para preguntar por mi pequeña, pero luego un día ya nadie contestó mis llamadas y por una amistad me enteré que la señora se fue con mi niña a Japón y por más que intenté encontrarlas todo fue inútil. Y sólo hasta hace poco que me enteré de su muerte y que Elsi está ahora en una casa de acogida con la familia Lee.
– ¿No está enterada que la niña vivió situación de calle?
– ¿Cómo? No...yo no sabía eso.
– Señora eso está en el expediente que se le entregó a su abogado, ¿No lo leyó? --Mencionó molesto el juez. – Es que...trabajo todo el día y no pude hacerlo.
– Si trabaja todo el día, ¿Cómo piensa cuidar a su hija?
– Yo podría hacerlo los sábados y domingos, mientras encuentro otro trabajo de medio tiempo. Elsi puede seguir con la familia Lee de lunes a viernes.
Los murmullos de los presentes no se hicieron esperar, estos eran en total desacuerdo con la mujer. – Silencio. – Amonestó el juez.
– Ya entendí su situación tan penosa señora Hyo-ri. – El juez hizo unas comillas en el aire.
– Haremos esto sencillo y sobre todo para beneficio de la menor. Usted firma la custodia compartida con el Señor Choi Minho y a cambio obtendrá un apoyo económico para cuando la niña esté con usted. Sólo con el fin de que ella no pase penurias esos días. El mismo Señor Choi lo ofreció, así que sea decente y agradézcale.
– Señor juez yo quisiera que también me apoyaran con mis medicamentos; yo estoy enferma de los nervios y ...
– Señora más le vale que no esté metida en drogas ilegales, porque entonces todo cambiaría para usted. ¿Me ha entendido?
– Sí...pero yo necesito de verdad mis medicinas. – El abogado de ella la miraba con unos ojos de..."¡Ya cállese señora!"
Entonces ella rectificó. – Lo siento, está bien con lo que me ofrece Minho. – Ya luego vería la manera de cómo sacarle algo más al idiota de Choi. Ella sabía muy bien cómo manejarlo, o al menos eso es lo que pensaba.
El juicio se dio por terminado; Minho obtuvo la custodia compartida. Y todos se encontraban felices porque al final Elsi ya podía vivir con él. Ya verían más adelante cómo limitar las estadías con su madre.
El primer fin de semana llegó y la pequeña vería; no, más bien conocería a Hyo-ri, su madre. Su abuela le enseñó en una ocasión una fotografía de ella, pero esta se perdió y en su mente la imagen se fue desvaneciendo poco a poco, hasta desaparecer por completo dentro de sus lejanos recuerdos. Decidieron que fuese en un lugar neutro pues la trabajadora social así lo sugirió. Optaron porque el encuentro se llevara a cabo en un parque con el fin de no agobiarla; que se sintiera con un poco de libertad al estar en un lugar abierto.
Hyo-ri no puso objeción pues todavía estaban arreglando un poco los dos cuartos en donde vivía; sólo faltaba la conexión del agua caliente; se la instalarían en la semana. Claro está que todo esto lo mandó hacer Minho; pues cuando fue con Taemin a inspeccionar el lugar donde estaría Elsi, poco faltó para que vomitaran, el lugar estaba asquerosamente destruido. Era inhabitable para la niña. Recordó el momento que enfermó su hija y las condiciones de ese lugar eran similares, su corazón se estrujó nuevamente.
Por ningún motivo permitiría que la pequeña viviera nuevamente esa precariedad. Y aunque sabía que Hyo-ri salía ganando eso no le importaba; lo que anhelaba era la tranquilidad de saber que Elsi está en un lugar decente y aseado.
Taemin no lo entendía, ella le había robado millones de wones a Minho, ¿Qué carajos hizo con todo eso? Pero él nunca opinaba, sólo ayudaba en lo que podía.
El encuentro se llevó tranquilamente; Hyo-ri se comportó más o menos bien y Minho estuvo satisfecho que no se hablara nada del pasado, pues pensaba que lo importante era el futuro y este tenía que ser cordial para todos. Y a Elsi pareció darle igual si su mamá estaba o no. Simplemente le era indiferente toda la situación, y la trató con respeto por petición de Minho y Taemin.
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DOS MESES DESPUÉS.
– ¿Papá, de verdad tengo que ir con Hyo-ri este fin de semana?
– Hija, ya lo hemos hablado. Dile "mamá"; y sí, tienes que ir. No quiero que la trabajadora social me llamé la atención.
– Pero papi, yo no sé todavía a qué se supone que voy. Siempre le duele la cabeza y se encierra en su habitación y cuando por fin sale, es sólo para decirme lo enferma que está y que te diga que le des más dinero. Que se lo debes por haberte dado una hija y no sé cuántas tonterías más. Quiere un carro según para ir de paseo. Además la semana pasada llegó un tipo con cara de perro rabioso a decirle que si no pagaba lo que debía se cobraría de otra manera, y se volteó a verme cuando mencionó eso.
– ¿Quééé? ¿Elsi por qué lo mencionas hasta ahorita?
– Pues porque no me importan sus cosas, que resuelva sus problemas como quiera.
– Hija, no vas a volver nunca más con ella, no hay seguridad para ti en ese lugar. Ahorita le hablo al abogado Lee y a la trabajadora social; vas a tener que decirles exactamente lo que ha estado pasando todas las veces que vas a quedarte con ella. – Sí, papi.
El abogado Lee armó un buen caso y se logró comprobar que Hyo-ri consumía drogas aún cuando su hija estaba con ella. El peligro era inminente para la adolescente, por lo que el juez la mandó a rehabilitación como condición, además ella sería la que tendría que visitar a la pequeña en casa de Minho si es que quería seguir viéndola. Pero esta no aceptó pues dejaría de recibir dinero, y finalmente, como fue advertida; le quitaron todos los derechos y no podría acercarse nunca más a ella.
Taemin, Minho y Elsi estaban contentos con la resolución, pues ahora podrían salir de paseo los fines de semana. La vida de verdad que les estaba regresando con creces el sufrimiento que cada uno de los tres sufrió durante años.
Minho puso nuevamente una empresa de inversión, y ahora era Taemin quien trabajaba con él. No se firmaba ningún documento si antes no era escrupulosamente revisado por él.
Taemin era una persona desconfiada por naturaleza cuando había dinero ajeno involucrado, y sobre todo desde que Minho fue acusado de fraude. Por eso siempre tenía todo bajo llave en su oficina. La empresa realmente estaba conformada por la sociedad entre ambos y les estaba yendo de maravilla. Compraron una casa y dejaron el departamento, querían que Elsi tuviese un gran jardín con muchos árboles que a ella le encantaban.
💖💖 Sigue brillando, pequeña, el mundo necesita tu luz. Nunca olvides que eres fuerte, inteligente y hermosa. Mientras yo viva siempre estarás segura.💖💖
💖🥰💖🥰💖🥰💖🥰💖🥰💖🥰💖🥰
Sólo nos faltan un capítulo y el epílogo.
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