– ¡Papi, papi Ming! No te vayas papi.

Minho volteó al escuchar esa dulce vocecita. – ¡Elsi, hija! – Se agachó un poco y extendió los brazos para recibir a su pequeña hija.

– Papi Ming, lo siento...yo sólo no supe qué hacer. Tengo mi cabeza hecha un lío, te extrañé tanto, cuando mi abuela dijo que habías muerto... yo quise irme contigo, todas las noches miraba al cielo y te pedía que vinieras por mí, para estar juntos.

– Pues aquí estoy hija, he venido para estar contigo, y te prometo que muy pronto estaremos viviendo juntos como una familia. – Sí, papi, te quiero mucho.

– Y yo a ti hija, eres mi pequeño tesoro.

Lloraron juntos un rato y después ya más calmados regresaron a la fiesta. Cuando entraron a la casa lo primero que vio Minho fue a Taemin, quien le guiñó un ojo. Lo sabía, sí que lo sabía, su novio había abogado por él. Cada vez estaba más seguro de que Taemin era un ángel mandado a la tierra para cuidarlo.

La siguiente semana estuvo muy complicada para Minho. Tuvo que renunciar a su empleo en el Mini Super y entrar a trabajar como ayudante de Taemin en el área de contabilidad. Se sentía raro pues no podían mencionar que eran novios, las políticas de la empresa no lo permitían; se consideraría nepotismo.

Minho se encontraba dando las gracias a su jefa. – Betty, no encuentro palabras para agradecer la oportunidad que me dio de trabajar con usted; sobre todo si tomamos en cuenta las circunstancias.

– Minho, no digas tonterías. La gente honrada y trabajadora como tú, siempre contará con un lugar en mi negocio; sabes que a mí no me importa en donde hayan estado antes. Todos merecemos una segunda oportunidad en la vida.

– Es usted una gran persona Betty. Gracias también por darles trabajo a Hee y a Yeye, ya verá que son unos buenos chicos; como le dije, han vivido mucho tiempo en la calle, pero no tienen vicios, son muy sanos. – No agradezcas; yo estoy encantada con ellos. Los tres días que tienen trabajando aquí han limpiado todo el lugar y están acomodando algunas cosas para que tengan mejor presentación. Son unos buenos empleados con grandes ideas. – Betty y Minho se despidieron con un gran abrazo y un beso; siempre contarían el uno con el otro.

Minho se mudó al departamento donde vivía Taemin, y el que él ocupaba se lo dejaron al par de chicos para que ya no estuvieran en la calle o en albergues.

Los sábados y domingos Elsi la pasaba con su papá y Taemin en el departamento. De lunes a viernes seguía con los Lee e iba a la escuela con Onew.

Para todos había significado un gran cambio, pero se estaban acostumbrando muy rápido. Hasta el momento no habían tenido ningún problema.

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Taemin tenía el cabello revuelto y su cuerpo todo sudoroso, su mente estaba de vacaciones y lo único que podía hacer en ese momento era gemir bajo el cuerpo caliente de su Minho. – ¡AHHHH, MINNN! – El día entero estuvo excitado, sólo de ver a Minho en traje paseándose por toda la maldita oficina es que había terminado bien caliente. Y obvio que en cuanto pusieron el primer pie dentro del departamento Taemin no esperó más y como pudo se desnudó en un tiempo récord; incitando a Minho a que hiciera lo mismo. --¡Apúrate Ming estoy muy cachondo! – Ya voy bebé.

– Min, ya...ya no aguanto; me voy a venir. – Hazlo hermoso. Te tengo aquí, conmigo.

Los sentidos de ambos se inundaron con el aroma a virilidad; la habitación olia a sexo, y eso hacía que se excitaran aún más. Taemin era inmensamente feliz sintiendo dentro de él ese miembro atacándole con dureza, abriéndolo sin ninguna contemplación. --Minho susurró en su oído.  – Ahora bebé, juntos...

Y unos gemidos salieron de sus bocas. – ¡Ahhhhhh! ¡Aghhhhhhh! – Minho se dejó caer contra él, apoyando la cabeza en el pecho ajeno. Taemin sintió los musculosos pectorales encima, los miembros de ambos ya flácidos se resguardaron en la unión de sus piernas. --Eres tan hermoso Tae, cada día me gustas más.

Taemin contestó haciendo un puchero. – Mentiroso.

– ¿Mentiroso? – Sí, porque la que cada día te gusta más es la sosa de Recursos Humanos.

– Jjajajjaja, ¿Estás celoso, bebé? No tienes porqué; ni siquiera hablo con ella, sólo la ví para firmar el contrato. – Pues la tal Juana anda diciendo lo contrario; según ella, son amigos íntimos.

– Joana, no Juana. Jajajajaja. – ¿Ves como si la conoces muy bien?

– Tae, mi amor; ella no es mi amiga y mucho menos me gusta. El único que me trae estúpido eres tú. – Pues no te creo. Te arreglas demasiado para ir a trabajar como ayudante de contador; andas exhibiendo el trasero por todos los pasillos, como diciendo "¡Ey chicas aquí estoy!"

Minho estampó su boca con la de Taemin para besarlo; sabía de antemano que esa era la única manera de que su novio dejara de pensar en tonterías. En realidad a él no le molestaba, pero no le gustaba ver sufrir a Tae por culpa de los celos. Sobre todo desde que había entrado a trabajar con él.

Minho era supervisado por Taemin y ya se iban a cumplir los seis meses para que le devolvieran absolutamente todas sus garantías. Iba a poder ejercer su carrera y ya tenía una primer cliente que le estaba esperando para que se convirtiera en su asesor financiero. Y esa persona era ni más ni menos que la señora BettyKey. Ella quería invertir algo de dinero para hacer crecer su negocio y poner otros Mini Supers en otras zonas de Busan.

Otra cosa que el juez le prometió fue que le regresaría la patria potestad de su pequeña Elsi. El abogado Lee había logrado encontrar a la ex-esposa Hyo-ri, quien ya había recibido un citatorio para asistir al juicio, y que explicara el abandono hacia su hija y por qué jamás volvió para hacerse cargo o simplemente saber cómo se encontraba la pequeña.

La mujer ahora vivía en una situación muy deplorable. Se dedicaba a la prostitución y había caído en el vicio de las drogas. Cuando se fue a Estados Unidos lo hizo para gozar del dinero que durante años le robo a Minho; pero pasado unos meses su amante la abandonó debido a que ella era muy inestable emocionalmente y varias veces lo azuzó con un cuchillo; por lo que Jun-Khan la dejó ahí en una fría habitación de hotel y en ese país al otro lado del mundo. 

El abogado Lee estaba seguro que en el juicio ella no se iría en blanco, casi imaginaba que pediría algo a cambio para que Minho se quedará con su hija. Y es que desgraciadamente a pesar de que Hyo-ri la abandonó, las leyes siempre daban prioridad a las madres arrepentidas. Pues ahora ese era el papel que ella jugaría ante la corte, sobre todo porque estaba necesitada de dinero, tenía deudas que debía pagar. Y no le importaba el bienestar de la pequeña Elsi, para la mujerzuela la adolescente era una muy buena moneda de cambio, una con bastante valor, sobre todo ahora que estaba enterada que Minho nuevamente comenzaba a ganar dinero. Ella era una zorra astuta que sabía por demás los alcances de su ex-esposo.

Siempre lo supo. Minho era muy inteligente, tenía el don para saber dónde exactamente se podía hacer dinero rápido y sin arriesgar tanto. Su único problema para él, fue confiar en ese par de alimañas que se hacían llamar esposa y amigo-socio. Pero ahora todo estaba siendo diferente; ya había aprendido y lo hizo a la mala, por lo tanto esta vez estaba siendo muy precavido en sus contactos y demasiado selectivo con sus clientes. No quería tener de qué lamentarse en un futuro. Ahora él tenía un Corazón Guerrero.

💖💖 La experiencia es la maestra más exigente. Primero te pone a prueba y después te enseña la lección. La vida está compuesta de capítulos. Un mal capítulo no significa que sea el final de la historia. Deja atrás los errores y toma sólo lo que has aprendido de ellos.💖💖

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