22.LA SANGRE LLAMA
Taemin se encontraba más que feliz; Minho lo había llevado a cenar a un lindo restaurante, era acogedor y la comida estaba muy buena. Tae sabía que su ahora novio no contaba con mucho dinero, así que pidió algo accesible. En un momento se ofreció a pagar su parte; muchas parejas lo hacían y no se veía mal el hacerlo.
– No, hermoso; yo te invité y pagaré lo que consumas. He podido ahorrar las propinas; no te preocupes, jamás permitiría que mi novio pague en nuestra primera cita oficial.
Taemin sonrió, [[hermoso]] se escuchaba tan bien en los labios de su Minho, más dichoso no podía estar. Quería que todo mundo se diera cuenta de que ese hombre guapo era suyo. Movía su mano de tal manera que su anillo se podía apreciar desde cualquier ángulo. Total, que estaba vuelto loco, loco de amor.
Cuando llegaron de nuevo a la casa, Minho le comentó si estaba enterado de la boda de Corazón Perdido, con Corazón Travieso. – No, en realidad ya no he escuchado el programa. – Dijo Taemin con algo de pena.
– ¿Por qué? Pensé que jamás te lo perdías.
– Sí, así era, pero después de que nos distanciamos, sólo creí que era lo mejor. Quería alejarme de todo lo que me llevaba a ti; entendí que he sido un acosador contigo.
– Hermoso, perdóname yo tengo la culpa, te hice sentir así, todo por no aclarar las cosas.
– No Min, tengo que dejar de querer arreglar toda tu vida, creo que crucé los límites y eso no es correcto por donde lo veas eso es obsesión. Tengo que aprender que somos seres independientes, y que si necesitas algo ahí estaré. Pero ya no tomaré decisiones por ti. Eso no significa que te ame menos, simplemente quiero caminar a tu lado tomados de la mano, apoyarnos mutuamente, platicar las cosas y entre los dos encontrar la solución.
– Tae, el día que no pude acompañarte a la casa de tu hermano; de verdad tenía una cita con un viejo amigo. Fui al cementerio a visitar la tumba de mi padre. – ¡Ohhh! ¿Por qué no me lo dijiste? Yo sé entender. Pensé que ya estabas harto de mi hostigamiento, creí que te estaba orillando a que estuvieras conmigo por puro agradecimiento. Me sentí miserable, por eso tomé mis vacaciones para dejarte respirar.
Minho tomó de las manos a Taemin posicionándose frente a frente, acercó sus labios y lo besó dulcemente. – Hermoso, te propongo algo. Vamos a empezar de cero nuestro noviazgo. Olvida al Minho que conociste hace veinte años. Quiero que descubras al verdadero Choi Minho; que te enamores de este que soy hoy y que nada tiene que ver con ese otro. Porque mi vida comienza a partir de ti.
– Acepto Min; creo que a los dos nos sentará bien olvidar el pasado. – Sellaron ese nuevo compromiso con una sesión de besos, esos mismos que a Taemin lo hacían sentir en las nubes.
Antes de irse a dormir quedaron de levantarse temprano e ir de regreso a Busan; habían decidido asistir a la boda anunciada en Corazones Solitarios. Querían ser testigos presenciales en tan importante evento, ellos sentían que eran parte de esa dicha y como tal asistirían para felicitar a esos Corazones que encontraron su otra mitad.
Taemin continuaba sintiéndose soñado. Cuando llegaron a Yongdusan Park ya había mucha gente. El poder de convocatoria del programa de Jonghyun era de admirar. La mayoría llevaba globos, flores y peluches. Todo era para decorar el área en donde se llevaría a cabo la celebración. Algunas mesas estaban dispuestas con bocadillos y refrescos. La algarabía era total.
Minho y Taemin ayudaron en todo lo que se necesitó, y mientras se llevaba a cabo la ceremonia ellos estuvieron agarrados de las manos todo el tiempo y de vez en cuando se volteaban a ver otorgándose una linda sonrisa de complicidad. Quizás como tratando de decir con eso..."Algún día tú y yo estaremos haciendo lo mismo".
Ya era tarde cuando Minho fue a dejar hasta la puerta de su departamento a Taemin. Se despidieron como dos adolescentes con unos ricos besos y un "hasta mañana"; por el momento, con eso estaban siendo dichosos. Para ambos esa relación resultaba primeriza; para Taemin él era su primer novio y para Minho también; sólo que en él con un hombre. ¡Y que hombre!...Hermoso en todos los aspectos.
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UN MES DESPUÉS
Minho se encontraba recibiendo mercancía en la zona de descarga del Mini Super; cuando de repente escuchó unas voces conocidas que le gritaban con desesperación.
– ¡Señor Minho, señor Minho! – Eran los chicos Hee y Yeye.
Minho volteó con preocupación, pues ambos se veían sumamente asustados.
– ¿Qué sucede chicos? ¿Por qué los gritos?
– Es Dreams*. Ella, ella está muy enferma. – Dijo Hee.
– Por favor señor, ayúdenos; no tenemos a nadie más. Prometo ya no hacerle malas caras a usted, pero sálvela. – Manifestó Yeye.
– ¿En dónde está?
– En la casona abandonada al final del parque, en donde comimos el pastel. Allí vivimos señor. – Contestó Hee.
– Esperen aquí voy a avisar a mi jefa, mientras vigilen que los cargadores bajen las cajas. Vayan anotándolas en esta carpeta. – Sí, señor, pero dese prisa ella tiene mucha fiebre y no ha parado de vomitar de color verde.
Betty le dio permiso enseguida y le pidió le informara de la salud de "su sobrina". Los tres se fueron en la bicicleta de entregas. Parecían malabaristas del circo, sorteando infinidad de obstáculos. Al llegar al lugar indicado Minho se quedó paralizado al ver en las condiciones tan insalubres en las que vivían los adolescentes.
– Es por aquí arriba. – Señaló Hee.
Subieron por unas escaleras, las cuales estaban a punto de derrumbarse. En ese preciso momento se escuchó un grito desgarrador por parte de la pequeña Dreams*.
Minho corrió hasta donde yacía recostada; estaba literalmente en el suelo, encima de unos cartones y cubierta por una vieja y apestosa cobija. Sintió una opresión en su corazón de ver como unos jovencitos podían sobrevivir en esas circunstancias tan deplorables.
Tocó la frente sudorosa; estaba caliente. – ¿Qué te duele pequeña? – Ella apenas podía hablar. – ...Me...me duele...m...mi...estómago. – Subió su andrajosa camiseta y dejó al descubierto su abdomen el cual mostraba una protuberancia del tamaño de una bola de ping-pong del lado derecho.
Con lágrimas en los ojos Yeye comentó. – Le hizo daño lo que comimos ayer, seguro que estaba podrido; pero como teníamos mucha hambre ni cuenta nos dimos.
– ¿Pues qué fue lo que comieron?
Hee contestó. – Unas pizzas que dejaron unos riquillos en las mesas del centro comercial, pensamos que estaban buenas, o a lo mejor le pusieron algo para envenenarnos. Porque cuando se fueron nos dijeron que podíamos comerlas, que para ellos ya eran sobras.
– Hay que llevarla al hospital, voy a llamar a mi novio para que nos ayude.
Minho le explicó a groso modo a Taemin lo que sucedía, y este le pidió que la llevará al hospital en él que lo atendieron cuando lo de las amebas. Y que allá lo alcanzaba, sólo avisaría a su trabajo. También les pidió un taxi para que los recogiera.
Cuando llegaron ya los estaban esperando en la puerta del hospital con una camilla, y de inmediato trasladaron a la pequeña a urgencias. Esa era una de las ventajas de ser amigo de uno de los médicos. Una enfermera, que les pidió todos los datos que pudieran dar con respecto a lo que sucedió, les informó que tenían que permanecer en la sala de espera mientras los doctores hacían su trabajo.
Taemin llegó corriendo y abrazó a Minho quien se notaba consternado. – Min, no te preocupes todo va a estar bien, "¿Con tu sobrina dices?"
– Gracias por venir y por todo. Hermoso.
– Mira, ella no es mi sobrina real, es mi sobrina adoptiva al igual que estos dos caballeros que están aquí; te presento a Hee y a Yeye ellos son hermanos de Dreams*.
Taemin los saludó a ambos con una enorme sonrisa y una pequeña reverencia.
Mientras esperaban las noticias sobre el estado de salud de la adolescente; entre los tres platicaron a Taemin cómo fue que se conocieron. – Vaya chicos, deben agradecer que Minho no los acusó con la dueña del Mini Super. – Sí, le agradecimos. Compartimos el pastel con él, para que no dijera que somos envidiosos. – ¡Cállate Yeye! El señor Taemin tiene razón; pero la verdad es que nadie quiere darnos trabajo porque somos menores de edad. – Comentó muy triste Hee.
Taemin iba a decir algo cuando salió una enfermera para informar que la pequeña sería sometida a una cirugía de emergencia; se le había perforado el intestino a causa de una obstrucción por parásitos. El problema era que necesitaban sangre y en el hospital no tenían el tipo, que era muy rara. AB. Necesitaban a un donador con urgencia o la vida de Dreams* estaría en peligro.
Todos se quedaron viendo entre sí. La enfermera preguntó si ellos eran realmente hermanos de la adolescente, pero ellos lo negaron. – No, no lo somos de sangre. Somos hermanos de la calle.
– Yo, yo puedo donar; tengo ese tipo de sangre.
– Venga conmigo por favor señor; ya está todo listo para la operación. – Y de inmediato Minho fue conducido hasta el interior de urgencias. No había tiempo que perder.
Sólo se despidió de Taemin con un beso. – Regreso en un rato hermoso.
– Que todo salga bien Min. Aquí estaremos esperando.
– Gracias señor Minho. – Dijeron ambos chicos llorando.
Minho sólo levantó su pulgar, para tranquilizarlos.
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