21. SÍ, QUIERO.
Taemin lo miraba con sorpresa, casi no podía creer lo que estaba escuchando. Su Minho por fin se había fijado en él, y, lo mejor, lo quería. Síii, lo quería.
Minho acercó sus labios hasta posarlos sobre los de Taemin, y este tímido, cerró los ojos. Ambos abrieron sus bocas, y con las lenguas descubrieron las profundidades de estas, deleitándose con el sabor a miel que resultaba ser ese beso.
Las manos de Minho acunaron el rostro suave y caliente de Taemin, mientras continuaba con el beso, ese beso que tanto anheló el rubio. Profundo y demandante. Estaba resultando mejor de lo que siempre imaginó que sería al ser besado por su amor platónico. Tae suspiró con entusiasmo. – ¡Dios! Adoro tu sabor. – Exclamó sin alejarse de su amado.
Minho se tensó y sintió dolor en cierta parte del cuerpo, pero de pronto se dio cuenta que no era dolor, era...otra cosa. ¡Mierda! Estaba duro. Por un simple beso, se puso caliente. Su imaginación comenzó a trabajar al mil. Taemin arrodillado sobre la cama y su cabeza presionando sobre la almohada, la imagen no podía ser más erótica. Se asustó de sus pensamientos y trató de cambiar la situación.
– Tae, ¿Me permites entrar al baño? He estado afuera mucho tiempo y necesito...
– ¡Ohhh! Claro, es aquella puerta. Mientras pondré algo de café.
Minho tuvo que hacer su trabajo manual lo más rápido posible; puso una toalla de manos en su boca para no dejar salir sus gemidos. Una vez que terminó de masturbarse, se limpió y lavó muy bien sus manos. No quería que Taemin sospechara lo que estuvo haciendo realmente dentro del baño. ¡Qué vergüenza! – Pensó.
Cuando salió ya lo esperaba una taza de café humeante, pan tostado con mantequilla y mermelada. – Min siéntate, preparé algo. – Taemin señaló lo que estaba encima de la barra de la cocineta.
– Huele bien. – Dijo Minho.
– Nah, sólo es café. – Pero insisto, huele bien. – Taemin sonrió.
Mientras desayunaban, Taemin le preguntó con algo de pena. – ¿Min? ¿Cómo es qué supiste en dónde estaba?
– Tae desde hoy voy a ser lo más sincero posible y prometo nunca más guardarme lo que siento o pienso sobre nuestra relación. [[¿Nuestra relación?]] [[Pero ni yo sé que es lo que somos realmente]] – Todo esto sólo lo pensó, jamás lo diría en voz alta, era mejor si Minho lo aclaraba.
– Fue el doctor Shim quien me hizo abrir los ojos a la verdad. Mi concepto con respecto a las preferencias sexuales se vio rebasado cuando te conocí. Él mencionó algunas cosas que yo ignoraba por completo, y que me hacían sentir raro, pensar erróneamente. ¿Sabes que me gustas sólo tú y nadie más? Estaba confundiendo todo, pero cuando él me dio la información lo primero que hice fue buscar en internet en una página oficial. Leí algunas cosas. Igualmente tengo ya una cita con un terapeuta para que me explique mejor, no quiero seguir cometiendo equivocaciones y lastimar tu corazón.
– ¿Así que el buen Changmin, eh? Siempre ha sido un amigo incondicional. ¿Ya no sientes celos de él?
– Un poco sí, pero debo entender que lo de ustedes terminó cuando salí de prisión.
– ¿Eso también te lo dijo el bocón? – Sí.
– Estoy seguro que te contó más cosas, pero prefiero que no me las digas, porque cuando lo vuelva a ver lo voy a matar. – No Tae, no lo hizo con mala intención, ahora lo entiendo fue para que tú y yo estemos juntos.
– Lo sé Min, él jamás haría nada que me ocasionara algún mal.
En ese momento Minho se levantó de su asiento y se acercó a Taemin, lo rodeó con sus brazos por la cintura. Y así, sin más, juntó sus labios con una suave presión, las manos del rubio jalaron su camisa. Ambos abrieron sus bocas y cerraron los ojos, mientras sus lenguas decidieron danzar abrazadas, conocerse un poco más. Sintiendo el sabor que seguía siendo dulce como en el primero. Su respiración comenzaba a ser agitada porque los besos estaban dados con ganas, mordidas leves y chupones.
Taemin dio un gemido casi inaudible, pero Minho alcanzó a escucharlo. Y sonrió coqueto. Tae lo vio y eso bastó para que su cerebro se fuera de viaje. En ese momento seguro que ni su nombre podría decir.
– Puedes tocarme, hermoso.
Taemin abrió más grande sus ojos verdes. – ¿C...cómo?
– Que puedes soltar mi camisa, y poner tus manos en alguna otra parte de mi cuerpo, no me voy a molestar, al contrario me agradaría mucho que me acariciaras. – Taemin sintió que el piso se hundió bajo sus pies. No podía hacerlo, simplemente no podía. Tantos años deseando que llegara ese momento en que pudiera recorrer todo el cuerpo de Minho, y ahora mismo eso era imposible. Se estaba dando cuenta por increíble que pareciera, que no se tenían la confianza para eso.
Entendía que eran hombres adultos, pero comprendía que Minho ni siquiera lo conocía lo más mínimo para saber que le gustaba o que no. Y él, él sabía aparentemente todo en la vida de Choi, pero la verdad es que ignoraba sus gustos y comportamientos en la intimidad.
Minho lo notó pensativo. – ¿Qué sucede Tae? ¿Hice o dije algo impropio?
– No Min, es sólo que pensé que cuando estuviésemos así como ahora, todo se daría de forma natural, sin inhibiciones, sin cuestionamientos, y creo que eso no es así. Discúlpame, sé que soy una persona de 40 años, pero en este momento me estoy sintiendo como si tuviese 20. Minho estoy enamorado de ti, como no te lo imaginas, pero me acabo de dar cuenta que somos extraños uno del otro.
– Tae, sé perfectamente cuánto es que me amas, no soy ajeno a la situación, y también concuerdo con lo que dices, somos unos extraños en ambos lados. Pero en algún momento tenemos que empezar a conocernos, ¿No lo crees? Pero, mira, yo pensaba invitarte a cenar esta noche y demostrarte que de verdad me gustas, que me estoy enamorando como un loco. Pero en vista de las circunstancias, si adelanto algo de la sorpresa será mejor. No quiero seguir aplazando esto.
Taemin no lograba entender a qué se refería Minho, pero de pronto lo vio abrir la mochila que llevaba y sacar una bolsita de terciopelo.
Minho se hincó frente a él, abrió la bolsita y sacó un anillo hecho de puros corazones, era de plata; se había fijado que a Taemin le gustaba la joyería de ese metal precioso.
– ¿Hermoso, aceptarías ser mi novio? Entiendo que somos adultos y que quizá pienses que es demasiado cursi, pero yo...
–SÍÍÍ, SÍ QUIERO MIN, SÍ, Y MIL VECES SÍ. NO ME IMPORTA CUAN GRANDES SEAMOS, YO SÍ QUIERO SER TU NOVIO Y QUE TÚ SEAS MI NOVIO, Y QUE SEAMOS NOVIOS.
Minho estaba feliz por esa respuesta tan impetuosa y sincera, Taemin era alguien que no podía disfrazar sus sentimientos, y mucho menos los referentes al amor. Choi le colocó el anillo en el dedo y luego lo levantó de la cintura y comenzó a darle vueltas por la sala.
– Gracias, gracias hermoso. Te prometo que jamás tendrás quejas de mí, voy a amarte como lo mereces; eres un sol, eres la persona más buena del mundo. Te quiero mucho Lee Taemin.
Taemin reía alegre. – Jajajajajjjja Min, eres un loco, me voy a marear.
Minho lo bajó y de nuevo juntó su boca con la de Taemin. Y este le dijo en apenas un susurro... ¿Y sabes que yo te amo verdad Choi Minho?
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