– Buenas noches, bienvenidos a este su programa favorito de la radio:💖💖 Corazones Solitarios💖💖. Hoy es una noche especial, pues 💖Corazón Perdido, nos ha invitado a todos a su boda con 💖 Corazón Travieso: la ceremonia se llevará a cabo el próximo domingo en Yongdusan Park a las doce del día; en el área del lago, zona norte. Pueden asistir todos los que quieran acompañarlos y felicitarlos por tan importante decisión.

Minho escuchaba con atención; le gustaba demasiado cuando el locutor Jonghyun daba este tipo de noticias en donde dos corazones por fin alcanzaban la felicidad anhelada. Siempre pensaba, si es que él y Taemin algún día podrían informar a los demás que estaban juntos como pareja.

Tomó el celular en sus manos. Llamaría a la estación y daría a Taemin un pequeño adelanto sobre cómo es que se estaba sintiendo, decirle al aire que necesitaba algo de tiempo para poder ofrecerle lo que él se merecía. Sabía que nunca se perdía el programa, aprovecharía que ya tenía un teléfono gracias a Betty, para toda esa semana ofrecerle a Tae algunos pensamientos escritos por él mismo.

Quería que todo mundo supiera cómo es que se sentía, que esos corazones solitarios lo comprendieran, estaba seguro que había muchos otros que pasaban por lo mismo: no saber cómo llevar una relación hombre con hombre; porque es así como él la veía y sentía, no quería etiquetarla como gay, homosexual, o bisexual. No; porque de algo sí estaba más que seguro: él sólo se sentía atraído por Taemin, no por otros hombres, su corazón únicamente latía por la presencia del rubio.

Al término de la última canción y poco antes de que se terminara el programa, Minho se comunicó. Estaba nervioso, como siempre que llamaba, pero también estaba listo para mostrar sus emociones. Abrirse al mundo, y sobre todo, a Taemin.

– ¡Alo! ¿A quién tenemos en la línea?

– Min...Soy 💖Corazón Abandonado. Pero espero que pronto pueda ser otro. Estoy intentando que 💖Corazón Enamorado entienda cómo es que me siento. Este lío que traigo dentro de mi cabeza no me ha permitido demostrarle todo mi afecto. Yo le quiero, pero no sé cómo decírselo; por eso quiero hacerlo con unos pensamientos.

– ¡Ahhhh! Me gusta que seas arrojado, y que quieras manifestar tus emociones hacía 💖Corazón Enamorado. Te escuchamos.

💖💖He aprendido que después de ti no hay nadie más. Eres mi ilusión, mi dicha y mi deseo. No hay otro como tú. No sabes lo feliz que soy cuando estamos juntos, eres a quien anhelo besar, eres el hombre que llena mi día de emoción.

Me urge besarte. Tu piel y mis labios tienen una cita, unas caricias y una vida por delante. La otra noche pensé que mi día había terminado, pero te vi abrir la puerta y entendí que en realidad había comenzado. Me declaro culpable de que seas un Corazón Enamorado, y te pido perdones mi falta de experiencia para poder tratarte como tú lo mereces. 

En este corto tiempo me has cautivado con tu aguerrida personalidad; no hay imposibles para ti, todo lo puedes y tu infinita bondad no conoce límite alguno; es por eso que me atrevo a pedirte un poco de tiempo, para sacar de mi tonta cabeza las trabas que me están encadenando al absurdo de los prejuicios. Por favor sigue resguardando mi corazón; te pertenece.💖💖

Jonghyun no sabía si era porque esa noche se encontraba melancólico, o es que esos pensamientos habían sido escritos con una carga emocional muy densa; apenas y pudo despedir el programa sin que sus radioescuchas se dieran cuenta de que se encontraba llorando.

Listo. Ya lo había dicho, sólo esperaba que Taemin lo entendiera y no se fuera a molestar por no expresarle su sentir cara a cara, frente a frente. Por el momento eso es lo que podía ofrecer. Sabía que no era mucho, pero intentaría hacerlo mejor la próxima vez.

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La llegada al pintoresco pueblo distrajo un poco de sus pensamientos a Taemin. Las casas pintadas todas de blanco con sus tejabanes rojos y las innumerables macetas con flores multicolores hacían que sus ojos se llenaran de esa belleza inusual que era el centro de Busan. No lograba entender cómo es que la gente podía cuidar una gran cantidad de plantas, él no podía, ya lo había comprobado y el resultado no fue bueno. Una ocasión, su cuñada le obsequió un pequeño tiesto con una hermosa peonía. – Para que adornes tu cocina. – Le dijo. Y la ingrata planta sólo alcanzó a sobrevivir una miserable semana. Una noche cuando llegó de trabajar observó que solamente quedaba un tallo seco, las hojas se habían ido a quién sabe dónde. 

– Las plantas necesitan agua, jefe. – Eso le dijo su secretaria Yuri cuando le comentó su nula experiencia como jardinero. ¿Y cómo jodidos iba él a saber? Si toda su vida lo único que conocía era sobre números.

– Llegamos cariño. – Anunció Changmin, acariciando la mejilla de Tae.

Taemin le devolvió el gesto con una media sonrisa; a pesar de todo, la compañía de Shim siempre le traía confort. En los dos años que duraron como amantes el cardiólogo siempre lo trató con respeto, lo dejó ser,  y sobre todo, lo entendió. Nunca le exigió más de lo que el mismo Taemin ofreció darle: amistad, compañía y buen sexo.

Ahora que ya no eran más que amigos, Taemin se instaló en una de las habitaciones secundarias. Changmin se quedaría en la suya, que era la principal. – ¿Qué quieres cenar cariño? ¿Japonesa o Thai?

– Japonesa. – Ok.

– Changmin, voy a darme una ducha mientras llega la comida. – Él asintió, en lo que hacía el pedido.

El agua caliente le cayó de maravilla. Estaba haciendo un poco de fresco, era natural, por el día mucho calor y por las noches algo de frío, pero nada que un buen edredón no lo arregle.

– Ya está la cena Tae. – Changmin le avisó tras la puerta de la recamara.

– Salgo enseguida.

Taemin se había puesto una piyama felpuda de color azul cielo, su cabello aún goteaba y llevaba la toalla por encima de los hombros. – Siéntate, te pedí tus favoritos: Sashimi, Tamagoyaki y Suriyaki.

– ¡Wow! Se ve delicioso, ¿Es del restaurante del Señor Takama? – Sí, te manda saludos.

Comieron con gusto, tenían mucha hambre, no habían almorzado. Después de cenar, cada uno se retiró a su habitación.

– Gracias Chang. Eres un buen amigo, siempre estás cuando más lo necesito.

– Descansa cariño. –Changmin besó su frente, con mucho cariño.

Ya eran más de las diez de la noche y esta vez no le importó haberse perdido su programa favorito de Corazones Solitarios. Es más, había decidido por voluntad propia, y por sanidad mental, que ya no lo volvería a oír. Sobre todo si quería sacar a Minho para siempre de su vida; lo mejor era, como solía decir su abuela: "cortar de tajo lo que hace daño". Eso le dolía como el demonio, pero al final era lo mejor para ambos.

Revisó su celular, quizás, con una muy lejana esperanza de algún mensaje despistado, pero no había nada; entonces consideró que lo que estaba haciendo era lo correcto, no tenía por qué sentir arrepentimiento alguno. Se despidió de la imagen que tuvo por más de 20 años y le dio "borrar", después buscó otra cualquiera y la puso.

Se metió entre la mullida cama, y cerró los ojos para tratar de dormir. Sería una larga noche. Y la vida seguía.

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