15. TE AMO TANTO
Taemin invitó a Minho a su departamento para cenar; necesitaba informarle lo que el abogado Hyukjae había averiguado respecto a su hija, y sobre la muerte de su madre cinco años atrás. De ahora en adelante le diría absolutamente todo. No quería que por algún malentendido su relación no fluyera como él deseaba.
Era sábado y como la vez anterior se levantó temprano para cocinar otros guisos que sabía que a Minho le gustaban. También le hornearía unos pastelillos como aquellos que, por su mala decisión, terminaron en las manos equivocadas. Se sentía tan feliz, por fin Minho era su...¿Qué es lo qué eran? Bueno, realmente no necesitaba ponerle una etiqueta a su relación; con saber que el hombre de sus sueños sentía algo por él, era más que suficiente para que su mundo fuera color de rosa.
No podrían tomar vino en la cena; ya que después del beso que se dieron, él también tenía que tomar medicamento para las amebas, ni modo, pero el beso nadie se lo quitaba; aunque no hubiese sido intenso, ni profundo, realmente sólo sus labios se juntaron por unos segundos. ¡Maldita sea! Con eso era dichoso. Ya le enseñaría a Minho como besarlo, o más bien como es que le gustaría que lo hiciera.
Minho ya estaba de vuelta en su trabajo; se encontraba acomodando un sin fin de mercancía, la cual se había acumulado dentro de la bodega; los otros empleados no eran tan eficientes como él, por lo tanto, no avanzaron mucho sin la ayuda de este. Le gustaba su trabajo, el ambiente siempre era cordial. BettyKey siempre tenía una sonrisa para todos sus trabajadores y a pesar de que Minho llevaba pocas semanas ahí, ella no hacía diferencias para con él.
– Minho, ¿Puedes venir un momento a la oficina? – La voz se escuchó por el altavoz del Mini Super.
Tocó antes de entrar en donde era requerido. – Toc..toc..toc.
– Pasa, por favor. – Era la voz de la señora Betty.
Minho entró. – Dígame, ¿En qué puedo ayudarla?
– No te voy a quitar mucho tiempo. Toma. – Ella estiró su mano, en la cual tenía una pequeña caja; se la ofreció a Minho.
Minho la revisó y se dio cuenta de que se trataba de un celular nuevo. – No entiendo Betty.
– No hay nada que entender, es tuyo. No quiero volver a tener un susto como el que nos diste, todo por no contar con un teléfono para contactarnos. Si no ha sido por el señor Taemin que fue a buscarte, no sé qué hubiera sido de ti.
– NNO, yo no...
– ¡Ayyy, no empieces! En primera, no te estoy preguntando si lo quieres; es una orden. En segunda, desde este momento, se incluye dentro de tus beneficios por trabajar conmigo. Ya está activado y prepagado por el primer mes. Tercera, vete a seguir trabajando. Ni creas que porque estuviste enfermo te vas a salvar de tus deberes.
Minho se le quedó mirando con un cariño infinito, sentía un nudo en su garganta. No cabía duda de que su vida era otra desde que salió de prisión. La gente bondadosa no paraba de aparecerse en su camino. Empezando por Taemin, quien era el principal responsable de este maravilloso y nuevo comienzo.
Ya faltaba poco para que Minho llegará, y el olor de la comida inundaba el departamento. Taemin ya tenía todo preparado, incluso ya había tomado una ducha. Quería estar impecable. Sería la primera cena que compartirían siendo algo más que amigos. Se sentó a esperar y mientras lo hacía recibió una llamada de su sobrino Kibum.
– ¡Hola, tío! ¿Van a venir mañana? – ¿Vamos?
– Sí, papá me dijo que el día de mi cumpleaños invitó al señor Minho, para que viniese contigo al almuerzo.
– ¡Ahhh! Bueno, no lo sé. Tengo que preguntarle, él estuvo enfermo hace unos días. Quizás no tenga ánimos para ser interrogado por el Servicio de Inteligencia. Jajajajajaja. – No lo creo tío, papá está muy avergonzado por su actitud con tu amigo. Dice que apenas pudo articular unas cuantas palabras, y que además estuvieron fuera de lugar. Mi mamá tuvo que decirle a su prima, que parece ser que ya estás fuera de circulación.
El timbre sonó. – Kibum, tengo que colgar. Mi prospecto de acompañante al almuerzo de mañana ha llegado.
– Está bien tío, que pasen una buenísima noche. – ¡Lee Kibum! – Y antes de que Taemin pudiese decir algo más el adolescente colgó.
Al abrir la puerta lo primero que vio fueron unas hermosas rosas rojas, Minho estaba parado ahí en su entrada y le llevaba esas flores de obsequio. – ¡Minho!
Taemin se llevó de inmediato la mano a su boca, acallando así un ligero gemido de emoción. Nadie le había regalado algo así, absolutamente nadie. Changmin sólo le entregaba una cada vez que tenían sus encuentros íntimos.
Quería llorar de la emoción, ese tipo de detalles era lo que siempre había anhelado que Minho algún día le diese. Y ahora mismo era un hecho. Tomó el ramo e invitó a Minho a pasar.
– Las voy a poner en un florero para que adornen la mesa mientras cenamos. Espero que tengas hambre, porque he cocinado toneladas de comida. – Claro que tengo, ni siquiera salí a mi hora de almuerzo. Me he estado saboreando todo el día, ¡Uhmmm! Huele delicioso, eres un buen cocinero.
Taemin iba a darse la vuelta, cuando Minho lo jaló del brazo, lo acercó a él y estrelló sus labios en los suyos, fue un beso casto. – Discúlpame Tae, soy algo torpe para esto. Creo que los años en confinamiento hicieron estragos en mi caballerosidad.
– No te preocupes Min, entiendo perfectamente. Tú no eres...
– Sht. – Minho calló las palabras con otro beso, sólo que a diferencia del otro, este sí duró un poco más, aunque tampoco fue profundo. Parecía ser que Choi no podía subir de nivel los besos, y Taemin no lo haría, no por ahora.
Tenía terror de que saliera corriendo por el susto, o por el asco. Entendía que Minho necesitaba espacio y tiempo. Él ya estaba más que entendido que eso era primordial, estaba tratando con todas sus fuerzas de no seguir siendo acosador y maníaco. Todo el tiempo se recordaba así mismo: "Minho no es gay".
Cenaron con tranquilidad y armonía. Otra vez Minho halagó los platillos. – Tae de verdad que no sé cómo le haces; sabes mis gustos y todo lo que has cocinado hoy ha estado exquisito, tiene un sazón increíble. Mereces un premio. – Los ojos de Taemin brillaron al oír eso.
– ¿Tú qué sugieres, Min?
– Mmm. Ya sé. En compensación yo cocinaré para ti la próxima vez. – La desilusión en Taemin no se hizo esperar, pero no lo demostró.
Él ya se estaba imaginando una película XXX. ¿Pero, cómo? Si ni siquiera habían pasado de un simple beso de adolescentes primerizos. – [[Aguanta Taemin, ya llegará ese momento; ya falta poco.]] – Mentira, a cómo se iban dando las cosas en la naciente relación todo indicaba que tendría que seguir esperando sentado.
Taemin llevó café y los pastelillos, con lo dulce de estos, pensó que sería menos amargo el enterarse de cómo estaba la situación con su hija, y la muerte de su madre.
Minho vio con sorpresa los postres. – ¡Wow, están lindos e imagino que deben estar sabrosos! ¿Sabes? Cuando estaba en la universidad, una vez una chica me regaló unos así, los recuerdo porque se parecen mucho a estos, sobre todo ese. – Minho tomó uno de limón, tenía forma de una ranita, le dio una mordida. – MMMM...MMMM....MMMM. Safbe igualf.
Taemin emocionado por ver la cara de Minho, le dijo. –¿Será porque los hizo la misma persona de entonces? – Minho pasó el bocado y se limpió las comisuras con una servilleta, pero se le quedó viendo a Taemin tratando de comprender. – ¿Conoces a la chica? ¿Le pediste que te hiciera unos?
Taemin sólo movió la cabeza en negación, y le ofreció una media sonrisa de lado. Hubo un silencio, pero después todo quedó claro para Minho.
– ¿Tú? ¿Tú los hiciste en aquella ocasión? ¿Cómo es qué... ?
– Fue una estupidez mía, como muchas otras que he cometido por mi maldita inseguridad, y nada ha cambiado, lo sigo siendo; sobre todo si te tengo cerca de mí, eres más de lo que puedo controlar Minho. Siempre ha sido así, cuando estoy junto a ti todo mi mundo colapsa. Yo le pedí a una alumna que te los diera en mi nombre, pero abusivamente te dijo que ella los había hecho para ti, hasta la llevaste al cine.
– Han pasado tantos años, pero el sabor de los pastelillos es único, delicioso. Jamás lo olvidé. Pero en mi defensa te digo que yo no lo supe. Pero alégrate, fue una de las peores citas. La chica parecía pulpo, me tuve que salir antes de que la película terminará, yo estaba sumamente avergonzado y molesto por su actitud de zorra.
Los dos se rieron al unísono. – Jajajajajajaajja.
– Gracias. – ¿De qué? – Preguntó Taemin.
– Por haber estado, por estar, y porque sé que seguirás estando. Tae, eres un ser excepcional, único. Y jamás me cansaré de agradecer al cielo el haberte conocido. Lo dije un día y lo repito, eres un ángel.
– Min. Tengo que decirte algo muy importante. En realidad son dos cosas. Quiero que pongas mucha atención y que me escuches sin interrupción. Quizás te enojes conmigo, y si lo haces espero que me puedas disculpar. Aunque yo apenas hace seis meses me enteré, y traté de hacer algo pero no pude. – No me asustes Tae, ¿Qué sucede?
– Tu mamá falleció hace cinco años. – Minho sintió que el suelo se hundía a sus pies, de pronto ya no se sentía tan bien. Comenzó a sudar frío. – Mi hija, ¿En dónde está mi hija? ¿Se la llevó Hyo-ri? Dime, ¿La tiene ella?
– Minho, tu mamá vivía en Japón, yo no volví a saber de ella, hasta hace poco que pude investigar. A la muerte de tu madre, mandaron de vuelta a Elsi a Corea; Servicios Sociales la dieron a una familia de acogida. Sólo que ella escapó de esa casa y ahora nadie sabe en dónde se encuentra. Se perdió tiempo, pues esas personas no denunciaron su desaparición. – Minho se levantó furioso de la silla, sacaba chispas por los ojos.
– Malditos, ¿Cómo puede haber gente tan desgraciada que sólo les importa el dinero? Siempre es el dinero antes de la verdad y la honestidad.
– Minho yo...yo lo siento, no pude...
– Calma Tae, tú menos que nadie debe disculparse, lo único que has hecho es ayudar a este idiota, siempre te estaré eternamente agradecido. – Minho jaló a Taemin y lo abrazó con fuerza, como si quisiera fundir su cuerpo con el de él. En ese momento necesitaba la fuerza de ese hombre que siempre lo había dado todo por él.
– El Abogado Hyukjae ya hizo la denuncia y la están buscando; sólo que ya sabes cómo son estas cosas; la burocracia es tardada. Pero tenemos a un investigador privado trabajando en ello. Yo confío en que pronto tendremos buenas noticias de la pequeña Elsi.
– Tae, ya no quiero que sigas gastando todo tu dinero en solucionar mis problemas. Por favor ya no me hagas sentir más miserable.
– Para eso es el dinero, para solventar los males. Y nunca me ha dolido hacerlo, porque te amo Minho, te amo tanto que me duele el alma.
– Tae no me digas eso, intento, pero no sé cómo corresponder ese amor tan grande.
– Sólo no te marches Minho. No te marches sin intentarlo.
💖💖Ama hasta que te duela, si te duele es buena señal. Uno está enamorado cuando se da cuenta que la otra persona es única. Ni la ausencia, ni el tiempo son nada cuando se ama.💖💖
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