♥En Una Cita💥

Algo que Capcom no nos ha dado (?)

Palabras en total: 1169

Phoenix finalmente lo hizo. Hizo lo que más miedo le daba en este mundo y lo que menos esperaba hacer en toda su vida.
Llegó a la oficina del fiscal, Edgeworth le dejo pasar; al entrar estaba en fiscal sentado en su escritorio leyendo un archivo.

-Wrigth, que sorpresa ¿Qué pasa?- dice sin despegar la mirada del papel.

-Edgeworth...-dice con un poco de nerviosismo disfrazado bajo sus palabras- n-necesito preguntarte algo, es muy importante.

-Adelante -sigue sin mirarlo a los ojos.

-¿Crees...estar ocupado el sábado?- ya está, no había vuelta atrás, si o sí iba a decirlo.

-No, no tengo nada programado para el sábado ¿Porque la pregunta?- baja el documento para mirarlo a los ojos.

-Pues...-Phoenix desvía la mirada sonrojado, ahora los nervios se le han subido hasta la espina dorsal- m-me gustaría invitarte...a un n-nuevo restaurante que abrieron cerca de aquí...

Edgeworth entendió las palabras pero seguía confundido. No era la primera vez que salía con Wright, pero era acompañado de Maya, Gumshoe y Larry.

-¿Sólo... nosotros 2?

-Si, claro si no quieres ir lo comprendo...

-Bueno, he estado un poco estresado con el trabajo, una salida no me vendrá mal- dice con una pequeña sonrisa- el sábado...¿A qué hora?

-A las 7:00 ¿Te parece?

-Si...- por alguna extraña razón, la sonrisa de Edgeworth no se podía borrar de su cara, esa salida con Wrigth le emociona de cierta manera.

Phoenix también sonrió y se fue de la oficina con una boca sonrisa en su cara. Estaba feliz, muy feliz.
Era de esperar ¿No? Phoenix Wright estaba más que enamorado de Miles Edgeworth; siempre sentía esa necesidad de protegerlo, de que sea feliz. De ayudarlo cuando más lo necesita y verle sonreír.

No buscaba ser su pareja, sólo acercarse un poco a él.
Con las mejores intenciones.

Estuvo los últimos días arreglando todo para que sea perfecto. Mandó su traje a la tintorería. Reservó la mejor mesa. Limpio el baño, nada que ver pero lo hizo. Y rentó un auto, el mejor de todo.

Una vez llegado la noche Phoenix rezo para que todo saliera bien. Incluso se armaría de valor para confesar sus sentimientos; ya había dejado pasar muchas oportunidades y está vez no iba a dejar pasar esta. Le envío un mensaje a Edgeworth para avisar que ya pasaría por él. Entro en su auto y conducio al departamento del fiscal.

Edgeworth por su parte comprobaba una y otra vez que estuviera impecable. Para que negarlo, sabía que se veía bien y sabía que Wright se lo reconocería. Lo conoce muy bien como para no saber que es lo que llama su atención. Aquel abogado no hacía más que revolver su cabeza y hacerle sentir extraño. Siempre pensaba que sólo era el sentimiento de nostalgia debido a que eran amigos de la infancia.

...pero ya no estaba tan seguro...

Estaba tan concentrado en su reflejo que se asustó un poco al oír los golpes en su puerta.
Soltó un enorme suspiro y se dirigió a abrir la puerta. Cómo era obvio, era Phoenix. También estaba impecable cuanto a vestimenta se refiere. No pensaba que Wright podía verse....¿Tan bien?

-Que puntual Wright- comenta el fiscal.

-Lo mismo digo Edgeworth, de seguro has pasado horas mirándote al espejo.

-¿Y si así fuera qué?- dice con una sonrisa burlona.

Pero si hay algo que tomó por sorpresa a Edgeworth fue el auto de Nick. Era obvio que no era suyo pero el simple hecho de que Phoenix rentó uno era de agradecer.

-Bonito auto Wright.

-Jeje lastima que no es mío- le abre la puerta del copiloto- adelante.

-¿Tú conduciras?

-Si, hace poco conseguí la licencia de conducir.

-Ya veo.

Entro en el asiento del copiloto y Phoenix del conductor. Comenzaron a ir al restaurante. Edgeworth no preguntó donde era ni nada porque sabía que Phoenix no le diría nada. Era entretenido mirar a Wright mientras conducía; ver su cara de expresión y sus manos en el volante era algo que Edgeworth pudo contemplar todo el recorrido.

Cuando llegaron Miles pudo ver que se trataba del restaurante "Beza Mee"; un restaurante estilo europeo. En comida era muy variado.
No tuvieron que hacer fila dado a que Wright tenía reservación. Entraron enseguida y los llevaron a una bonita mesa.

-Wrigth, esto debió costarte una fortuna- dice Edgeworth- no debiste tomarte tantas molestias.

-No fue tan difícil como parece, simplemente....quiero que todo te sea perfecto.

-Perfecto...-Hace mucho que no oía esa palabra-...no sabía que tenías gustos tan refinados Wright.

-Te parece...¿Si por hoy sólo nos llamamos por nuestro nombre?

-Wrigth...

-Tienes razón! E-es pronto para eso!- dice con una sonrisa nerviosa.

-Esta bien, somos colegas Phoenix, no hay nada de raro- dice con una sonrisa dulce- el menú es de lo más variado...

-Si...-toma la carta para mirarlo-pide lo que quieras Miles, yo te invité a fin de cuentas.

-Tampoco quiero que hipoteques tu casa por mi culpa.

-No es ningún problema hablo en serio, tampoco es que sea un pobre diablo.

-Ya veo...bueno, si insistes.

Phoenix sabía que el fiscal tenía gustos caros pero no sabía que TANTO. Literalmente siente la herida profunda en su billetera pero ahora no puede arrepentirse.
La comida era exquisita. Platicaron mucho, lo raro fue que no mencionaron el trabajo, hablaron del Samurai de Acero, de algunas películas y de otras comidas de la zona de Europa. Phoenix contaba varias anécdotas que hacían reír a Miles.
No pudo evitar soltar un comentario fuera de lugar.

-Tienes una bonita risa Miles, deberías reír más a menudo.

-¿Eh? No lo sabía...- sorprendentemente el comentario no lo incomodó, solo sonrió con gracia- muy pocas veces tengo la oportunidad de reír.

-Pues no te va mal.

-Phoenix...¿Porqué me invitaste? Podrías haber traído a Maya, le hubiera encantado el sitio.

No iba a mencionar que fue la propia Maya Fey quién le sugirió invitarle aquí.

-Quería pasar tiempo contigo nada más.

-¿Sólo eso?- dice mientras lo ve fijamente.

-¿A qué te refieres?

-Rentar un auto, reservar mesa, pedir que nos llámenos por nuestros nombres y decir que tengo bonita sonrisa.... llámame loco pero una salida esto no es.

Wright sólo mostró una sonrisa nerviosa. Llego la hora de la verdad. El momento por lo que sus esfuerzos valdría en vano o no.

-Sabia que no podía engañarte Miles- toma un poco de mosto de su copa- hay algo que tengo que decirte.

-Adelante.

-Solo...no me mires raro...

-Phoenix, después de lo que hemos pasado, no podría mirarte raro, ya has hecho muchas locuras.

-Bueno, el asunto es...que me gustas Miles...

-Phoenix...

-Solo quería decírtelo...no tienes porqué responder...

-Phoenix, no necesitas una respuesta- le toma la mano suavemente- también me gustas, no tuve el valor de decirlo primero.

-Miles...-muestra una sonrisa de alivio-...estoy...muy feliz...

Fin.

No sé acostumbren a los relatos largos XD XD

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top