♥Besándose💥
Una temática que ya quería escribir XD
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Phoenix y Miles estuvieron saliendo un par de veces. Claro que ninguno lo decía como tal; o son muy orgullosos o son muy tímidos. Puede que ambas.
Pero un día Maya soltó una frasesita que desencadenó una situación muy vergonzosa.
-¿Y cómo fue su primer beso?
Es humillante decir que estás saliendo con alguien y que no se hayan dado ni un triste beso.
Phoenix no tuvo muchas oportunidades para practicar eso. No es como si Dahlia Hawthorne haya sido alguien con quien se puede mostrar ese tipo de afecto ni cariños.
Y Edgeworth tampoco es muy distinto.
Le estuvo dando vueltas al asunto hasta que llegó a una para nada precipitada conclusión:
Lo besaría en su próxima cita.
De todas formas lo peor que puede pasar es que Edgeworth le de una bofetada cual princesa o le de un sonrojo violento cual colegiala.
Pero no lo pensó 2 veces, creo que ya era hora de llegar al siguiente paso por muy adolescente que sea. Así que le mandó un mensaje a Miles diciendo si le apetece ir a tomar un café o algo.
Miles acepto por supuesto.
Esa misma tarde quedaron para ese café. Edgeworth estuvo hablando mucho acerca del caso en el que estaba trabajando y cómo el abogado de dicho caso le estaba frustrando más de la cuenta.
-Parece algo agotador- dice Phoenix mientras bebe su taza.
-En fin ¿Cómo estuvo tú día?
-Solo estuve ayudando a Maya a redecorar la oficina, quedó bien, deberías verla.
-Conociéndote a tí y a Maya no puedo esperar mucho.
-Hey! Tengo un buen gusto aunque no lo creas...
-Dime un ejemplo de ello.
-Si no tuviera un buen gusto no estaría contigo Miles.
-Ya...-toma un sorbo del café- en eso tienes razón...
Phoenix solo sonrió acompañado con una risa. Su pareja podía ser un presumido de mucho cuidado pero en verdad cada segundo con él vale completamente la pena.
-Phoenix, tu café se enfría- dice Miles con una suave sonrisa- deja de mirarme y hazle caso a tu taza.
-Me resulta imposible... después de esto...¿Quieres ir a caminar por ahí?
-Suena bien, me gustaría olvidarme del trabajo un segundo...
Tras terminarse el café y pagar la cuenta, salieron y se dirigieron a un parque, ya estaba anocheciendo así que el cielo en tonada naranja, amarillo y rojo era encantador.
Phoenix seguía esperando la oportunidad perfecta, por dentro los nervios lo devoraban ¿Y si lo hace de forma patética? ¿Y si están hiendo demasiado rápido?
-Mira Phoenix- dice el fiscal- ¿Te apetece uno?
El fiscal señala a un puesto de dulces, ambos tenían que admitir que tenían buena pinta; Wright no pudo responder un "si" o "no" ya que Miles ya estaba comprando un par de dulces.
-No era necesario- dice el pelopincho.
-A Fransiska le encantan éstos- dice con un paquete de galletas en la mano- toma, se los puede dar a Maya.
Le ofrece un paquete de "pokis", esos palitos de chocolate muy famosos en Japón. Phoenix los toma y se le ocurre la mejor idea del mundo. Ya no tanto como una maniobra sino como un detalle.
-Miles -abre el paquete de pokis- ¿No quieres una?
-Wrigth son para Maya.
-Le daré estos- habla de otro paquete de galletas- Maya se come cualquier cosa con azúcar.
-Si tu lo dices...
-Ahora abre la boca!-dice con una pokis.
-Wrigth...aquí no...-dice con un pequeño sonrojo- no soy un niñ..
No termina de hablar pues Phoenix le pone un pokis en la boca. Edgeworth suelta un gruñido pero no se quita el dulce de los labios.
Pero sus ojos se abrieron como platos cuando Wright pone en sus labios el otro extremo del dulce. Afortunadamente no había nadie pues sería testigo de una escena altamente acaramelada.
Phoenix comenzó a morder el dulce acercando más su rostro a la de Edgeworth. Este por su parte estaba quieto sabiendo lo que pasaría.
Más
Y más
Cerca...
Ya a unos milímetros del beso, Edgeworth corto la distancia y unió sus labios con los de Wright.
Ambos cerraron los ojos y saborearon los labios del otro con suma pasión y detenimiento. Edgeworth no lo hacía nada mal, lo mismo se podía decir de Phoenix.
El abogado paseó sus manos en el rostro de su pareja y le desacomodo algunos cabellos. El fiscal solo tenías sus manos en los hombros del abogado; como si aquello fuese lo único en lo que podía aferrarse. Sentía que se moría de la felicidad.
-Miles...-susurra el abogado una vez faltando el oxígeno-...te amo..
-Yo también te amo Phoenix...
Y volvieron a besarse, de haber sabido que tales labios existían podrían haberse besado tras su primera cita. Sabían que si seguían por este camino terminarían en la cama así que decidieron parar.
Pasó por paso avanzarían en su relación.
Fin.
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