Corazones en Altamar
[...]
El mar...
Gran cuerpo susurrante, cómo una canción de cuna frente a las estrellas, cómo una danza, un vaivén sin final frente al vasto cielo.
Existiendo en aquel sitio cómo una obra natural.
Una chica caminaba tranquilamente a la orilla del mar, sus verdes y largos cabellos se mecían con ligereza por la brisa y el efecto de sus pasos, mientras el oleaje rozaba sus pies delicadamente.
En silencio contemplaba el panorama que la rodeaba, sus oídos eran inundados por el hipnótico choque de las olas, mientras que su mente se iba sumergiendo en aquel rincón oculto para todos.
Aquel sitio que visitaba con regularidad, el refugio de sus recuerdos donde la paz, era protagonista tanto cómo lo era en ese presente.
Volviendo la atención a la realidad, su caminar se detuvo al ver a quién allí se encontraba.
Un chico veía el horizonte, sus marcados brazos reposaban en sus piernas mientras estaba sentado. Sus ojos, de un color esmeralda veían todo con serenidad.
Al cabo de unos segundos, su vista cambió de objetivo al sentir la llegada de alguien al lugar, volteó hacia un costado encontrándose con la recién llegada, a quien, con una sonrisa le hizo una seña.
Ella se acercó más a el, hasta llegar a su lado para luego también sentarse.
Ninguno de los dos emitía palabra alguna, solo el sonido de los alrededores y el oleaje que rompía a la lejanía, la naturaleza mantenía una tonada tropical que los envolvía con el correr de los segundos.
La chica tomó la iniciativa, y empezó a hablar.
La vista es agradable... ¿No lo crees?— Pregunto mientras aún contemplaba el mar.
Hubo un corto silencio.
Bastante. A veces vengo cuando quiero descansar y pensar un poco.— respondió el chico tranquilamente.
Y... en que piensas en esta momento, Izuku?—Sus ojos voltearon al verlo, el hizo lo mismo al escucharla decir su nombre.
...No te lo ocultare—dijo en respuesta.
«Desde que las cosas empezaron para mi en UA, mi vida no paró de dar giros en todos los aspectos, y sin darme cuenta había estado adoptando un estilo de vida más desapegado y frenético donde... no me había detenido a observar los cambios significativos que había estado teniendo. El festival deportivo fue uno de ellos.
Todavía recuerdo eso, recuerdo a alguien con muchos dedos rotos.—decía ella con una ligera risa entre labios, el chico se apenó un poco recordando aquel día donde su imprudencia y sentido del deber fueron más grandes que su sentido común.
«Estuviste involucrándote cada vez más en momentos de riesgo después de eso.
Si, de eso hablo, luego empezaron las pasantias y el encuentro con Stain no mucho después, luego el ataque al campamento... Y la lista se hace cada vez más grande.
Ese día nunca lo olvidaré, el estruendo que se formó en las montañas fue de lo peor— Recordaba el miedo y el riesgo en el que estaban sumergidos todos ese día.
«Quien diría que había sido causado por un chico de apenas 15 años y uno de los criminales mas buscados— Dijo con algo de gracia y admiración, había quedado sorprendida al enterarse de que mientras todos estaban acorralados, el estaba luchando contra el gigante asesino de fibras.
Estaba atónita de solo pensarlo, y mientras tanto ella estaba fuera de combate..
Ese día no pude hacer mucho... Un humo morado me dejó inconsciente luego de aparecer cerca de nosotros.— concluyó decepcionada de no haber podido ayudar.
Ni yo me lo creí después, la adrenalina me mantuvo concentrado en no morir... Y descuida, en ese momento nadie se esperaba un ataque.—Comentó el tratando de animarla.
«Luego tuvimos que quedarnos en los dormitorios.
!Si¡ ahí fue cuando nos conocimos.—Los ánimos de la joven regresaron al recordar ese momento, a pesar de la situación los lazos entre compañeros se fortalecieron al tener que convivir más seguido.
Ese día no lo olvido, luego de eso empezamos a vernos cada vez más seguido, y de un momento a otro eramos muy unidos—Una sonrisa apareció en sus labios.
«Y durante esos años, a pesar de que el trabajo y las situaciones nos mantenían ocupados, tu nunca te alejaste de mi.
¿Y quién lo haría?— Ella también sonrío, ahora viéndose el uno al otro.
Desde que te conocí, no solo pude ver a aquel chico que rompía sus huesos con tal de ayudar a otros. Conocí a un chico maravilloso y dulce con un corazón tan fuerte y valeroso como nadie más, con el tiempo fui aprendiendo cosas nuevas gracias a ti, fui mejorando y aprendiendo a ser cada vez mejor, y mientras todo esto sucedía tu me alentabas a seguir adelante, mis logros siendo pequeños o grandes eran celebrados por ti, y empecé a disfrutar de eso.—Su sonrisa creció a lo largo de sus palabras.
«Mi corazón se alegraba cuando tu sonrisa me hacía saber que las cosas estaban yendo bien.
...En serio,¿ lo sientes así?—No salía de su estupor, todo lo que decía ella lo bañaba de una sensación indescriptible, su corazón latía con firmeza y sus labios como podían preguntaban si era real.
Lo siento así, y nunca dudes de ello.— Dijo dulcemente llegando a tocar suavemente el corazón del chico.
Me hubiese gustado... que ella también lo hubiese visto de ese modo.— Su sonrisa se apago, y su mirada cayó tras empezar a recordar.
«Ya han pasado 5 meses... Y a pesar de que todo ya quedó en el pasado, todavía conservo ese vacío dentro de mí.
Ella... solo te lastimó.—Su rostro pasó a una expresión seria.
«Se que no es fácil dejar ir todo lo que viviste, pero tienes que dejar volar esa etapa en el pasado, ella no vale tu tristeza, y no merece nada de todo lo bueno que puedes dar—Decía con compresión y un tono cálido.
Lo entiendo muy bien... En parte, ya no me afecta tanto como los primeros días.—Decía recordando aquellos momentos, donde se encontraba devastado sin poder comprender porque tenía que pasar aquello.
Y mientras eso pasaba, Ibara lo consolaba y acompañaba tratando de hacerlo sentir mejor.
...Gracias por haberme ayudado en aquel entonces.—Decía con una leve sonrisa tintadas con tristeza en su rostro.
No me agradezcas... mientras yo esté, no dejaré que nada ni nadie eclipse esa sonrisa que tanto me encanta.—dijo sonriendo abiertamente para el chico, quien se quedó contemplando aquella bella sonrisa.
La luna llena y el manto estelar que los cubría aquella noche eran un espectáculo, junto a ella que se veía increíblemente radiante, sus cabellos sueltos y la sinceridad de sus sentimientos hacían vibrar su corazón y enrojecer tu tez que.
Eres... Muy Hermosa.—Dijo sin desviar su mirada de ella,
«No entiendo cómo, sigues estando fuera de una relación.—Mencionó acompañado de una risa con nervios, el comentario salió por impulso.
G-gracias... digamos que, hay alguien cerca... pero no importa que tantas señales tenga, no es capaz de darse cuenta.—Dijo con el rostro enrojecido siguiendo su comentario, sus impulsos también la habían hecho hablar.
Tu no te quedas atrás, eres un chico lindo y atento, estarías en una relación en cualquier momento.— Su corazón latía con rapidez por lo que estaba diciendo, no podía detenerse.
Ya lo intenté una vez... y sabes como termino, no tengo ganas de volver a pasar por lo mismo.—No estaba convencido de volver a ello.
¿Enserio piensas así?—Dijo en un tono bajo, para acto seguido levantarse del suelo.
«Levantate.
El la vio hacerle señas para que se moviese, así que sin más decidió por fin moverse del sitio en el que había estado un gran rato.
Listo, ¿Y ahora?.—Dijo ya estando de pie junto a ella.
Cierra los ojos.—Dicho eso y sin preguntar mucho lo hizo.
«Y estando así, piensa en lo que dijiste y cuando termines me dices si sigues pensando igual.
Esta, ¿bien?— Con extrañeza de los pasos, empezó a seguirlos, acto seguido cerró los ojos y empezó a deambular entre sus pensamientos.
Al cabo de unos segundos, volvió a la realidad e iba a dar su respuesta.
«Aunque hiciese esto, sigo pensado qu— Su respuesta fue interrumpida por un par de cálidos labios que se pegaban a los suyos.
Ella rápidamente había tomado su rostro entre sus manos para luego besarlo.
El aún con los ojos cerrados había quedado en estado de shock por el repentino choque... Hasta sentir que ella se separaba.
Eres... esa dulce persona, que ya no puedo ocultar.— Dijo suavemente
Se que aún estas mal por lo que viviste con ella... pero, si ese es el caso, quiero ayudar a sanar tu corazón.... quiero remplazar todas las malas experiencias que viviste y hacer que verdaderamente seas feliz. Quiero hacer que lentamente, te enamores de mí.— Su tono fue decidido, sus sentimientos estaban más sólidos que nunca y se los transmitiría ahí.
Quiero ser feliz junto a ti... Izuku Midoriya.—Dijo dejando al descubierto todos sus sentimientos.
Después de aquello, se formó un silencio, donde ninguna palabra había sido dicha... aquello para ella se volvió incómodo, y temía que lo peor hubiese pasado.
El no sentía lo mismo.
Su corazón se arrugó, lentamente se separó de el, pero antes de hacer otro movimiento, las palabras empezaron a salir de el.
Sinceramente, no podría contabilizar la cantidad de problemas que genero, a veces me carcomen por dentro y muchas veces puedo fallar, estoy mal, y "eso" no lo puedo olvidar con facilidad... pero, aún con eso, creo que no puedo ocultar esto más.—Dijo para acercarla el nuevamente.
Y una vez más, sus labios volvieron a encontrarse... El corazón de Ibara se estremeció como nunca, y rápidamente correspondió disfrutando la ola de besos que iban con fluidez.
«Te amo, Ibara Shiozaki.— Dijo dedicándole una sonrisa-
«Eres aquella chica... con quiero experimentar todas estas sensaciones y momentos únicos.
Al escuchar aquellas palabras, sus ojos se cristalizaron rompiendo en lagrimas, pero no de tristeza... si no de felicidad.
Y una muy incontenible.
Uno de sus sueños se había hecho realidad, su amor fue correspondido, y contestó.
Tu también eres ese chico, con quien quiero seguir aprendiendo cosas, con quien quiero experimentar muchas nuevas experiencias... Y con quien quiero compartir mi felicidad.— Dijo para luego seguir besándolo y el a ella.
Sus almas conectaban y se enlazaban al compás de las olas y las sensaciones que ambos se generaban.
Entre recuerdos que de a poco se irán borrando y un inmenso amor por cultivar, su camino estaba empezando, y ambos se encargarían de hacerlo crecer grande y sano.
Los únicos que fueron testigos de aquella unión, y de como ambos fundieron sus corazones, fueron.
La Luna que feliz y fría alumbraba, las estrellas y el oleaje que los felicitaba y tocaba ligeramente.
Ese momento quedará grabado en el firmamento, hasta el fin de los tiempos.
Dando a conocer que...
Estos son
Corazones en Altamar
♡
Fin.
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