Capítulo 17: We Are The Champions
⸙ Ángela ⸙
No dejo de ver las fotografías que se encuentran colgadas en un hilo cerca del espejo de mi tocador, cada una de ellas me ha dejado buenos recuerdos que aún puedo experimentarlos en mi mente con cada risa y travesura que ese día Andrew y yo llegamos a hacer en Disneyland. Lo más emocionante de ello no fue tener que subirnos a unas cuantas atracciones mecánicas del parque de diversiones, sino más bien ir a comer, charlar y por supuesto, ver los fuegos artificiales que finalizaron al terminar el día.
Sinceramente, será un día inolvidable porque desde hace mucho tiempo que no me divertía de esa forma a no ser que fuera una salida con mis amigas, pero en está ocasión al haber sido idea de Andrew, todo cambió de parecer, sin embargo, aunque hubiéramos querido que todo fuese normal, en sí, al menos intente que lo fuera al hacerle olvidar varias veces que habían personas que ya se habían tomado su tiempo en perseguirnos y tomarnos fotografías para pronto ser publicadas en varias redes sociales de las cuales observé apenas llegue a la habitación del hotel.
A estas alturas ya todo el mundo sabe que nuevamente Andrew y yo restablecimos nuestra amistad luego de que un periodista logró dejarme en mal ante muchos espectadores del famoso cantante de la época; pero gracias a Dios, luego de ser solucionado el problema, creo que ya no tendré que lidiar con todas esas personas que además de tildarme, ya habían buscado la forma de filtrarse en mis cuentas privadas para enviarme mensajes duros e imposibles de tratar de ignorarlos cuando eran demasiados.
Pero ahora, luego de todos estos días, las cosas mejoraron. Andrew parece haber recobrado la confianza conmigo y bueno, al menos también lo he empezado a hacer pero creo que lo especial de todo esto, es que por fin ha llegado el día de mi graduación y por si fuera poco, luego de haber terminado mi pasantía académica en psicología laboral en una editorial, me han dado la oportunidad de ser auxiliar en el área de recursos humanos, así que tengo trabajo temporal mientras consigo uno mejor o hasta que tenga un contrato oficial en el que permitan quedarme.
Por lo menos, todo está yendo bien en su momento y espero que así siga en un buen tiempo; agarro la toga y el birrete que se encuentran en mi cama para empezar a caminar en dirección a la sala en donde es probable que Heaven y Sabrine ya se encuentren esperándome para llevarme a la universidad. Apenas al verlas, ambas sacan un chillido de alegría, en donde se acercan a mí para darme un abrazo; mala suerte que, al estudiar en diferentes universidades, no tenemos el mismo día de graduación, así que me toca a mí ser la primera mientras que en las próximas seré su acompañante, así como lo están haciendo ellas hoy conmigo.
Sabrine empieza a manejar en donde no tardamos en llegar a la universidad; las invito para que puedan ir a tomar buenos lugares antes que los padres de otros compañeros lleguen y tomen los asientos adecuados, así que mientras ellas se van, me quedo esperando a mi tío —el hermano de mi madre —en la entrada principal de la universidad para acompañarlo en el recorrido que nos llevará hasta el auditorio en donde se dará el evento, ya que es probable que si no lo espero, termine por perderse y llegar tarde.
Sin embargo, quince minutos antes de que ya deba presentarme en el auditorio junto con mis otros compañeros, veo como él aparece con un enorme ramo de rosas rosadas y blancas; algo en mi interior se remueve al ver el detalle que me ha llevado y eso sin decir que, hay una enorme sonrisa en su rostro que demuestra ese orgullo al culminar otro de mis estudios que a pesar que fueron difíciles, al fin y al cabo, los llegue a terminar.
—Angie, ¡felicidades! —Me acerco a él y lo abrazo.
— ¡Me alegro que estés aquí tío! —Ninguno de los dos se llega a separar.
Me da un beso en la sien para después irse separando de mí y entregarme el ramo de rosas, apenas las tomo para olerlas y sentir como una de ellas moja la punta de mi nariz al estar recién cortada y todavía siendo algunas unos capullos.
—Ven acá, tienes el birrete de lado —mi tío me ajusta el birrete en mi cabeza.
—Mejor dime cómo me veo —le digo sonriendo al darme cuenta como observa cada detalle de mi vestuario.
—Hermosa. Sin dudarlo, la mujer más hermosa entre todas. —Veo lágrimas en sus ojos ante aquella respuesta.
Un nudo se forma en mi garganta porque sé que para ambos este día además de ser el más satisfactorio e importante, también es un recordatorio de lo que mi madre deseaba que sucediera. Solo imaginarme que desde dónde ella se encuentre junto con mi padre sé que deben de estar orgullosos al ver que he culminado otra etapa de mi vida, una que deja mi vida de estudiante para entrar al mundo laboral como profesional; sin dudarlo sé que mi madre es la persona que más deseaba ver este momento y no porque sea uno de los más importantes para un padre sino que ella siempre me dijo que luchara por todo aquello que amará y sobre todo, que no dejará de levantarme en cada caída que tuviera, porque de cada una de ellas, iba a ser un aprendizaje.
—Desearía que tu madre estuviera acá para verte como una mujer realizada —se le entrecorta las palabras a mi tío.
—Lo sé —parpadeo continuamente para no llorar —, he cumplido mi promesa, espero que tanto ella como mi padre puedan sentirse felices al ver que he logrado lo que me propuse en este tiempo. —Empecé a sollozar.
—Ellos siempre fueron felices desde el día en que te vieron nacer. —Quita una lágrima que se resbala en mi mejilla. —Así que, no dudes en ningún momento que, en este día, aunque ya no estén presentes a tu lado, al menos espiritualmente si lo estarán. —Menciona con tanta sutileza para no hacerme llorar más.
Doy un enorme respiro para poder controlar mis emociones y sentimientos en este instante. Este día no es de lágrimas, solo debe de haber sonrisas de las que me recuerden que todo mi desempeño y trabajo en la universidad, dieron buenos frutos, logrando que ahora pueda obtener aquello que tanto me esforcé durante cinco años y eso se llame, mi título de profesional.
Realmente no creí que llegaría este día, apenas recuerdo como fue el momento en que empecé a caminar por el campus mientras buscaba mi salón de clases, el nerviosismo se compartía con varios estudiantes nuevos de los que pasaban a mi lado, algunos con una gran confianza, otros con orgullo y simplemente unos animados porque sabían que este momento, iniciaría una nueva etapa de su vida. Puedo decir que lo que construí en cinco años ahora lo puedo ver más reflejado, ni siquiera sé en qué instante todo surgió tan rápido, aunque siendo sincera, en los días de exámenes parciales, practicas o tareas fueron los más lentos, pero ahora, todo está hecho y solo me queda recibir aquello por lo que luche.
—Deberías entrar ahora, es necesario que tomes un buen lugar, debido a que la ceremonia empezará pronto. —Mi tío suelta una enorme sonrisa.
—Tienes razón, además tengo que tomar algunas fotografías cuando te entreguen tu título, así que porque mejor, no proseguimos a entrar. —Me señala la entrada principal.
Miro unos instantes hacía atrás pensando que quizás llegaría a tiempo, pero mirando la hora de mi reloj me doy cuenta como falta menos de ocho minutos para que empiece la ceremonia y si no estoy en mi lugar, es probable que después sea difícil pasar entre mis compañeros cuando mi asiento está en medio y en la segunda fila. Suelto un suspiro porque empiezo a creer que Andrew olvido mi graduación, pero no tengo porque molestarme con él cuando sé que es una figura pública donde es probable que no se sienta cómodo al estar con personas que le pedirán una fotografía o un autógrafo, añadiendo que, si comienzan a fotografiarlo y a subir las fotos por las redes sociales, se enteraran de la razón por la que está acá.
— ¿Ángela? —Escucho como mi tío me llama.
—Voy.
Lo acompaño hacia el auditorio donde se realizará la ceremonia, mientras caminamos, le muestro donde se ubica los salones, los baños, la biblioteca y otras partes esenciales de la universidad, aquel momento parece ser más el de un recorrido que le estoy dando, pero para ser sincera, existe un orgullo dentro de mí que fue imposible no señalarle o mostrarle donde pase la mayor parte de mi tiempo. A veces hasta le revelaba historias que me sucedieron en los primeros años, como una de ellas que fue que me perdí de salón junto con Gwen e Irina, quienes gracias a Dios me acompañaron y juntas buscamos el lugar donde sería nuestra primera clase.
Apenas llegamos al auditorio cuando entre todas las personas observamos a padres u otros familiares de varios alumnos que están por graduarse, varios de mis compañeros me saludan y pasan a mi lado para comenzar a tomar sus lugares así que cuando veo a mis amigas, ellas se acercan a mí, saludan a mi tío y pronto empezamos a elogiarnos sobre el vestido que hemos optado para llevar y mostrar cuando subamos al escenario para darle la mano a los docentes, decano y director de la universidad, y por supuesto, a tomar nuestro título.
Mi tío hace que nos acerquemos para tomarnos un par de fotografías en las que no sólo tomamos poses con seriedad, sino que unas divertidas llenas de muecas y risas que cuando tomamos la cámara para verlas, optamos por varias para no sólo imprimirlas, sino que también, subirlas a Instagram, Facebook, Twitter u otra red social en la que podamos compartir este maravilloso momento.
Cuando escuchamos que empiezan a decir que se dará inicio a la ceremonia, apenas me queda tiempo de saludar a los padres, hermanos y abuelos de mis amigas; ya que pronto Lily intenta apartar nuestros lugares mientras que Gwen toma mi muñeca para llevarme hasta los asientos e Irina quien me ayuda a no tropezarse con la alfombra por los zapatos de tacón que llevo.
Las cuatro nos sentamos juntas y me doy una media vuelta para buscar a mi tío quien debe de encontrarse junto con Heaven y Sabrina, sin embargo, no me tardo mucho tiempo en encontrarlo debido a que, alza su mano hacia arriba para que pueda ubicarlo; con una sonrisa y tirándose un beso, me despido momentáneamente de él antes de que tenga que poner atención a las primeras palabras del director quien dará un discurso sobre los futuros profesionales, como también, pasaran un breve vídeo sobre algunas actividades que realizamos en grupo desde el primer año; seguidamente de ello irá el discurso del alumno por excelencia y al final, partirán a la entrega de los títulos.
El director se prepara para empezar a decir un largo discurso acerca de la formación profesional, sobre nuestro deber como futuros psicólogos y psicólogas y desde luego, de siempre apoyar al ser humano desde una parte ética, moral y genuina. La mayoría de mis compañeros se encuentran atentos a las palabras del director de la universidad, sin embargo, hay otros que bueno, han comenzado a distraerse con poner estados o subir las primeras fotografías del gran día.
Cuando el discurso termina, una de nuestras compañeras sube al escenario y se acerca al podio para anunciar el vídeo sorpresa que tienen para nosotros, así que, mientras vemos como una pantalla baja por la parte de arriba de los telones, la luz del auditorio se va a apagando hasta dejarnos en la oscuridad, logrando que se empiece a reproducir un vídeo, que empieza con una cuenta regresiva al estilo clásico donde al llegar al uno, se empiezan a manifestar las primeras fotografías.
Varios de mis compañeros o padres de familia suelen sacar alguna risa cuando aparecen fotografías graciosas o cómicas, eso sin decir que a veces varios de nosotros se sienten un tanto avergonzados porque quizás no recordábamos ese momento. Como por ejemplo, cuando tuvimos que realizar talleres de cuerdas bajas para fortalecer habilidades de algunos empleados de una empresa. Fue entonces, que en ellas me vi en varias junto con Gwen, Lily e Irina; todas a pesar de estar avergonzadas a veces sacábamos varias risas porque realmente a pesar que fue inesperado sé que no olvidaremos lo que sucedió ese día.
Realmente reconocí que mediante las fotos fueron pasando pude ver el crecimiento que todos tuvimos, como a su vez, aquellos compañeros que con el tiempo nos fueron dejando. Es duro, pero no tengo duda que ellos volverán a alcanzar sus sueños y llegar al éxito.
Después del vídeo de unos ocho a diez minutos, las luces volvieron y observe como algunos de mis compañeros ya se habían puesto melancólicos al ver el vídeo, no obstante, se les paso rápido cuando se dieron cuenta que el alumno estrella de la clase, se levantó para ir directamente al podio y dejar unas hojas en este mismo antes de comenzar con su discurso.
—Ojalá Robin tenga un buen discurso sino me voy a molestar —mencionó Irina.
—Mejor deberías decir que no sea aburrido sino todos comenzaremos a dormirnos —solté una leve risa ante el comentario de Lily.
— ¿Creen haya planeado algo diferente? —Pregunto Gwen.
—De Robin, podemos esperarnos cualquier cosa. —Todas aprobamos esas palabras de Lily.
Nos dimos cuenta como Robin empezó con un discurso que para ser verdad en vez de incluir un buen interés empezó a hablar de forma muy filosófica y formal que a veces me hacía sentir en otra galaxia, como también, perdida en lo que trataba de decir. Quise entender a que hacía referencia con algunos términos o por lo menos de poder mantener mi concentración si no fuese porque cuando entro a hablar sobre lo que nos espera en adelante, no hubiera dejado su lado técnico para ser realista. Fue entonces, que antes de caer del sueño, se empezaron a escuchar ciertos murmullos, logrando que, al ver hacia los lados, me diera cuenta como varios de mis compañeros sin importar si son hombres o mujeres dirigieron su mirada hacia atrás, mientras que se asombraban, hablaban por lo bajo o me daban miradas de las que no comprendía.
— ¡Oh Dios mío! —Chilló Gwen de la emoción.
— ¡Angie mira! —Dijo Lily con una enorme sonrisa en su rostro.
—Esto se volvió interesante. —Aseguró Irina mientras se cubría la boca para contener la alegría.
Sin pensar en lo que ellas hablaban simplemente me di la vuelta para abrir mis ojos en el instante de que observo como Andrew y Olly empiezan a buscar asientos libres en la parte de atrás del auditorio; ambos intentan agilizar sus pasos, pero se les hace imposible cuando intentan evadir ser el centro de atención, pero, en fin, aunque ellos suponían que nadie se daría cuenta de su presencia, termino por ser lo contrario. Me di cuenta como Andrew se terminó por sentar haciendo que viera como tiene en sus manos un enorme ramo de flores, sin dudarlo, se quitó las gafas de sol y pareció buscarme. Quise levantarle la mano, pero iba a ser muy obvio mi gesto, pero sin dudarlo, no tardo en ubicarme cuando levanto un poco su mano y me saludo, haciendo que realizará el mismo gesto.
— ¡Eres una gran suertuda! —Declaro Lily.
—Es cierto, tú día mejoro con esta llegada —añade Gwen.
—Esto es increíble, ¡vino a verte! —Aplaudió suave Irina.
—Ya chicas, me van a sonrojar. —Les advertí.
—Pero, ¿qué no tienes unos buenos motivos para hacerlo? —Sonrió de forma pícara Gwen.
Escuchamos como Robin empezó a darle golpecitos al micrófono para que nuevamente le pusiéramos atención, así que, volviendo nuevamente al discurso en donde todos dejaron de murmurar y de ver hacia atrás, otra vez focalizamos la atención en el estudiante que siempre obtuvo calificaciones honoríficas.
—Ajem... —Robin hizo un ruido a fin de llamar la atención de todos. —Volviendo al discurso luego de que el amigo de la señorita García llegará... —Hago una mueca.
Mis amigas soltaron un par de risas mientras me cubría el rostro con una mano al ver como otra vez, varios compañeros dirigieron su mirada en mí ante el imprescindible comentario de Robin.
—Para no alargar más el discurso —Robin nos dio una mirada a todos —, puedo decir que a pesar que no con todos tuve una larga, bonita y comunicativa amistad, estamos de acuerdo que vivimos grandes momentos, llenos de alegrías, enojos, estrés, ansiedad, problemas de sueño, problemas digestivos... —Robin movió sus manos mientras reía al ver que varios de nuestros compañeros empezaban a reprochar sobre que de nuevo se estaba yendo del camino —Entre muchas otras cosas más de las que llegamos a superar. —Suspiró. —Sin embargo, a lo que voy con todo esto, es que todos llegamos a afrontar cada dificultad que se nos interpuso en el camino, a sobrellevar cada reto, a mejorar cuando lo necesitábamos, a valorar consejos que nos convirtieron a ser mejores estudiantes, a superar miedos que en cuestión de tiempo nos provocaron desconfianza y a esforzarnos por alcanzar un mismo sueño. —Robin respiro un instante antes de continuar. —Oh sí, y a trabajar con personas de las que nunca imaginamos al estar en su grupo... Bueno, excepto ese cuarteto que ven allá —Robin nos señaló —... Créame que esas chicas son una molestia y por más que intenten separarlas de alguna forma siempre volverán a estar juntas —Irina gruñó al ver como todos de nuevo se enfocaban en nosotras —, me cortaría la lengua por lo que diré pero debo de aceptar la verdad y llegar a decir que, nunca he visto un grupo tan fiel como ellas y sin dudarlo, son una perfecta mezcla que a pesar que las cuatro sean diferentes, no sé imaginan la fusión que hacen juntas. —Ese halago nos gustó a todas. —En fin, no me gusta cortejar a otros que no sea yo. —Rodé los ojos porque terminó el buen momento. —Nada más decir que, a partir de hoy no olviden quienes son y tampoco dejen de aprender, que todos los días debemos de seguirnos moldeando como profesionales y sin olvidar, ser buenas personas, con valores y ética. Recuerden que está vida no siempre será perfecta, a veces nos llegaremos a tropezar y a creer que no podremos levantarnos de ello, pero recuerden, somos seres humanos y aprendemos de nuestros errores. Cada quien tomará su propio camino ahora, y no sé cómo se verán en unos diez o veinte años, pero deseo que, a todos, les vaya muy bien y que sigan persiguiendo cualquier meta que tengan. Que tengan mucha suerte y no olviden todo lo que aprendimos y añadiendo que todos nosotros somos unos campeones a partir de hoy. —Concluyó Robin.
Todos empezamos a aplaudir mientras que algunos compañeros terminaron por empezar a silbar o a levantarse; realmente Robin como todo un narcisista falso, empezó a hacer reverencias de agradecimiento mientras que tiraba besos al público, provocando que las chicas y yo, solo hicieramos muecas de las que preferimos mejor no hacer cualquier comentario. No obstante, antes de que Robin se bajara del escenario, vimos como rápido regreso al podio y de nuevo se acercó al micrófono hasta decir unas últimas palabras de las que hicieron avergonzar a Lily, logrando que ella murmurará maldiciones e intentará esconderse.
—Y Lily, cada vez te miras más hermosa. Recuerda que sigo soltero y enamorado de ti, así que cuando quieras, acepto de tu parte una cita. A ver si por fin aceptas ser mi novia.
(...)
—Madeline Gabriela Jackson López.
Las manos comenzaban a picarme de tanto aplaudir cada vez que llamaban a mis compañeros; espero con entusiasmo a que llamen mi nombre pero sigo escuchando el de otras personas de las que pensé que podían ir de último, aunque también, pensé que podían ir primero cuando creí que las llamarían por orden de alfabético de apellido o nombre, pero a la octava vez, me di cuenta que en fin, no sería como había imaginado, ya que en sí, los diplomas se encuentran desordenados por lo que nunca sabré en qué momento me tocará levantarme e ir al escenario.
—Lily Stella Grey Howard.
En dicha ocasión, no me dolió ni me pico la mano al tener que aplaudir fuerte y rápido cuando la primera que llamaron fue a Lily; ella se levantó y empezó a caminar hasta el escenario pero tuvo cuidado en el momento de subir unas escaleras para poder llegar hasta la mesa de honor en donde estrecho su mano con la de algunos representantes de la universidad y por supuesto, de la facultad y la carrera de psicología. Pude ver como Lily recibió su diploma de profesional para empezar a darle una mirada y ver como se emocionaba al tener aquello por lo que tanto se esforzó.
—Rosaline Iveth Watson Morgan.
A lo lejos observamos como la madre de Lily se acercó a ella para tomarle unas fotografías antes de bajarse del escenario, en donde al capturar aquel momento, una de mis mejores amigas, le dijo unas palabras a su madre antes de abrazarla y regresar a su asiento, en donde empezamos a elogiarla y a felicitarla.
—Gwendolyn Alessandra Harris Rivera.
Gwen fue la siguiente en levantarse sin antes dejar ir un grito de felicidad porque por fin había llegado también su momento, así que mientras ella se dirigió al escenario, me di media vuelta para ver Andrew y Olly, quien esté último se le vio más emocionado en el instante de que también mi otra mejor amiga, recibía su diploma.
Después de Gwen pasaron otros cuatro compañeros más quienes recibieron su título, logrando que empezará a ponerme impaciente al ver que seguían sin llamarme, a Irina le fue fácil distraerse ya que empezó a ver los diplomas de Gwen y Lily, logrando que halagará a ambas por como se miraban en sus fotografías.
—Peyton Irina Hughes King.
Por lo que veo, seré de las últimas que le entreguen el título. Irina es la siguiente en proseguir a traer su diploma mientras vemos como sube al escenario para empezar a estrechar su mano entre todos los que se encuentran en la mesa de honor; cuando tiene su título en sus manos, puedo ver como se pone un poco nostálgica haciendo que tenga que contener las impactantes lágrimas que están a punto de salirse de sus ojos; inhala un poco de aire y se recompone mientras que no quita la sonrisa de su boca para proseguir a tomarse unas fotografías y por supuesto, ir a su asiento.
—Que cruel que te hayan dejado de último. —Murmura Gwen.
—Exacto, muy injusto. —La apoya Lily.
—Espero que seas la siguiente después de Anthony. —Menciona Irina.
Siendo sincera, cada vez había dejado de poner atención lo que sucedía a mi alrededor a fin de poder escuchar mi nombre, pero después de Irina, pasaron siete compañeros más logrando que empezará a rendirme a punto de creer que sería la última, ya que no quería tener en mi mente ese pensamiento angustiante de imaginar que se les había olvidado mi título.
—Ángela Valerie García Méndez.
En el instante que escuche mi nombre fue increíble tanto que, en vez de ir a correr para tomar mi título me quede asombrada y petrificada en mi asiento logrando que mis amigas empezaran a hablarme y a tomarme de los brazos para que me levantará. Parpadeé varias veces reaccionando mientras que empezaba a levantarme y moverme en dirección al escenario, escuchaba varios aplausos, palabras de felicitaciones y aliento que varios de mis compañeros me daban haciendo que apenas musitara varias gracias ya que seguía sin creer lo que está pasando. En el momento en que me acerqué a la mesa de honor, observé como el director fue quien me entrego mi título donde al tenerlo en mis manos, fue sentir algo tan glorioso como si me acabará de ganar la lotería.
—Felicidades señorita García.
—Muchas gracias.
Correspondí cada una de las felicitaciones mientras que estrechaba mis manos con todas esas personas que conocí estos cinco años; la alegría fue tan inmensa que en el momento de haber terminado, ni siquiera pude contener la emoción que aviva mi cuerpo al saber que he obtenido aquello por lo que tanto luche y le prometí a mis padres que sacrificaría para tenerlo. Antes de bajar del escenario, mi tío ya se encuentra cerca de las escaleras para bajar, me hace un gesto para que me detenga y pronto sonriendo a la cámara, veo como toma unas cuántas fotografías de las que van con y sin flash.
Al terminar, se acerca a mí para darme un abrazo y felicitarme por mi nuevo y gran logro; eso solo hizo que me pusiera más melancólica, más al recordar lo orgullosos que deben de estar mis padres donde quieran que estén.
Voy a los asientos y pronto mis amigas se animan a que les enseñe mi título, por lo que al entregárselos ellas no dejan de admirarlo y luego poner todos los diplomas juntos para tomarles unas fotografías. Me doy la vuelta nuevamente para mirar en dirección a Andrew quien no deja de aplaudir hasta que termina por hacer un guiñó que me hace sonreír, más en el momento en que pude leer sus labios al decir un «Felicidades».
(...)
La mayoría de padres y alumnos comienzan a marcharse para hacer su propia fiesta o reunión en modo de celebración por la graduación, después de que mis amigas y yo nos tomamos varias fotos, también fueron las siguientes en marcharse con su familia, haciendo que me quedará con mi tío, Heaven y Sabrina quienes no parecen cansarse en tener que tomarme varias fotografías. Las comisuras de mis labios empiezan a temblar a punto de que la última foto logra que tenga que hacerme masajes en mis mejillas luego de los calambres que he obtenido.
—En todas te ves preciosa. —Mi tío se acerca para mostrarme las fotografías en su cámara.
Realmente será difícil tener que seleccionar alguna de ellas cuando todas tienen diferentes posiciones, sonrisas y lugares, así que, sintiéndome feliz porque muchas de ellas comienzan a ser mis favoritas, termino por quitar la mirada de la cámara para levantar mi rostro y darme cuenta como Andrew junto con Olly han empezado a acercarse a mí, provocando que no sólo llame la atención de un par de compañeros que aún se encuentran en el auditorio sino que esencialmente la de mi tío quien quito su sonrisa para mostrar una cara de extrañez.
—Hola. —Me saluda primero. —Buenas tardes. —Prosigue en saludar a mi tío.
—Tío, ellos son mis amigos Andrew y Olly. —Los presento a ambos. —Amigos, él es mi tío Mateo.
Veo como Andrew es el primero en alzar su mano para que fuese estrechada por la de mi tío, pero antes que sucediera, veo como el hermano de mi madre, le da una mirada a su mano.
—Lo recuerdo muy bien... —Cierro los ojos al saber lo que significa eso.
—Tío, ya quedó en el pasado —digo entre dientes.
—Quizás tú lo olvidaste querida sobrina, pero yo, no olvido quien te provocó daño y casi arruina tu reputación. —Murmura molesto.
Olly y yo nos damos una mirada para saber que el momento se ha vuelto incómodo, pero sabemos que el error que cometió Andrew no iba a poder ser olvidado por todos, ya que, si mis amigas no lo perdonaron rápido, quien dice que mi tío lo podrá hacer cuando él se entero por noticias la forma cruel en que mi amigo me habló y no solucionó el problema lo más pronto para aclarar que yo no había sido parte de aquellas fotografías que había salido en ese periódico y redes sociales.
—Sé, que lo que hice fue incorrecto, señor Méndez. —Empezó a decir Andrew. —Y sigo pagando muy caro por ello, créame que su sobrina sigue sin perdonarme del todo y aún estoy ganándome su confianza. —Explica. —Lo que más deseo es que el asunto no se vuelva a repetir, me dolería mucho perder a una persona muy valiosa y que he comprendido que ha sido muy fiel a nuestra amistad a pesar que la haya destruido. —Me da una mirada. —Sé que mis palabras no lo convencerán rápido, pero déjeme demostrarle que me interesa su sobrina y que ahora, ella es una de las personas más importantes para mí. —Intento ocultar mi sonrisa.
Mi tío se queda callado como si estuviera analizando cada palabra de Andrew, no sé que es lo que pueda llegar a suceder, pero si puedo decir, que tengo miedo que la situación siga poniéndose tensa a punto de que nada llegue a salir bien.
—Sus palabras se escuchan muy sinceras, sin embargo, lo seguiré poniendo a prueba hasta confirmar que no vuelva a hacerle daño a mi única sobrina. —Mi tío me abraza.
Al menos, eso puede relajarme por el momento; ya que en estos últimos días he podido notar el esfuerzo que ha estado haciendo Andrew para ganarse otra vez mi confianza, así que no dudo que pronto también mi tío confiará en él a punto de que ya no lo vea como un peligro para mí porque sé que ahora mismo así piensa de él.
—Es un placer conocerlo. —Mi tío por fin estrecha la mano de Andrew.
—Para mí, también ha sido un placer. —Sonríe él.
Olly también es el siguiente en presentarse y saludar a mi tío mientras que Andrew y yo nos quedamos mirando; gracias a Dios, el auditorio casi ha quedado solo por lo que puedo tener un poco más de tranquilidad al saber que todos podemos mantener una conversación más serena. Veo como Andrew, me da hace una señal con su cabeza para que podamos hablar a solas, así que Olly quien parece haber distraído a mi tío junto con Heaven y Sabrina al hablarle sobre su trabajo, termino por escaparme poco a poco hasta que con Andrew terminamos por caminar en dirección al escenario para ir detrás de los telones.
— ¿Quieres hablar conmigo? —Digo con inocencia.
—Sí —dice sonriendo —, pero déjame decirte primero que estás hermosa.
Abro la boca, pero de ella no sale nada, simplemente una risa nerviosa de la que me deja impresionada por escuchar esas palabras que nunca imagine que él me las diría.
—Muchas gracias. —Digo cabizbaja al sentirme tímida con este momento.
Siento como sus dedos se posicionan en mi barbilla para levantarla en el instante en que respondo su elogio, mis ojos terminan por chocar con los suyos hasta que por un momento, me quedo admirando ese par de zafiros que siempre me han encantado de él y que por mala suerte, nunca le he podido decir algo así al respecto, para no incomodarlo y por supuesto, hacerle creer que deseo algo más que una amistad con él.
—He traído un obsequio para ti. —Veo como me entrega el ramo de rosas azules.
—Son hermosas, ¿cómo las has conseguido? —Encoge los hombros.
—Tengo mis contactos. —Me guiña el ojo.
Sí, sabiendo que es un artista famoso y tiene muchos más contactos de los que podría contar con mis diez dedos de las manos, me termino por convencer que algún conocido lo ayudo a encontrar una de mis flores favoritas y por supuesto, que alguna de mis amigas lo debe de haber ayudado para decirle que estás me gustan, ya que no recuerdo haberle dicho que las rosas azules suelen ser una de mis favoritas.
—Pero también... —veo como dentro de su blazer saca una cajita —Tengo esto para ti.
Sin dudarlo, la marca de la cajita me hace dudar por un instante si tomar aquel obsequio que sé muy bien que es costoso; me tardo mucho en pensar si aceptarlo o mejor devolvérselo, pero me doy cuenta como él se pone impaciente a punto de que termina por hablarme para reaccionar ante aquel momento inesperado.
—No vengas a decirme que no lo aceptaras porque no me iré de acá hasta que lo lleves puesto. —Enarco la ceja.
Suelto un suspiro logrando que tome de forma insegura su segundo regalo, por lo que, al abrir la cajita me doy cuenta que se trata de un collar de plata en forma de un trébol de cuatro hojas, en donde cada una de ellas, por dentro lleva pequeñas piedras verdes que, suponiendo, pueden llegar a ser esmeraldas.
—Dios... Es... Hermoso —menciono admirada.
—Lamento tener que regalarte algo de mi cultura y no de la tuya, pero... —Lo interrumpo.
—Pues debo de informarte que, amo los tréboles. —Ahora él se sorprende con aquella revelación.
—¿Lo dices en serio? —Asiento. —¡Uf! Y yo que tenía miedo de que no te gustará —pone una mano en su pecho.
—Tienes mucho que conocerme, bueno, ambos tenemos que seguirnos conociendo, ¿no lo crees? —Suelta una sonrisa.
—Tienes razón —afirma —, pero quizás sea para otra ocasión, ahora tienes que disfrutar que tu tío está aquí contigo para verte. —Asiento.
— ¿Qué te parece si salimos de nuevo? —Inquiero.
—No sería mala idea, ¿quieres que busque algún torneo para hacer gelatina? —Cubro mi boca para no dejar salir una carcajada.
— ¿Quieres volver a intentarlo? —Veo como hace un gesto de pensar en dicha opción
—Piensa que podemos obtener el primer lugar esta vez. —Dice con posibilidades de ganar.
—Bien, veremos si hay un torneo para ese día, ¿sí? —Asiente. —Ahora, ¿me ayudas a ponérmelo? —Le enseño el collar.
Me doy cuenta como agarra el collar de la caja para después ponerse detrás de mí, con mis manos, pongo mi cabello en frente para que le sea más fácil abrir el pequeño broche y ponerme el objeto. Siento como mi corazón late demasiado rápido, más cuando sus dedos rozan la piel de mi nuca, cierro los ojos e inhalo aire lo más lento que pueda para que mis pulmones puedan tomar un poco más de oxígeno. No obstante, cuando el collar termina por quedarse en mi pecho, me doy cuenta como él ha terminado por ponérmelo, así que, dejando que mi cabello vuelva a su lugar, me doy la vuelta para poder verlo.
—Andrew, ¿cómo podré agradecértelo? Es hermoso, me encanta. —Le digo con sinceridad.
—No hay nada que agradecer, eres mi amiga y valoro mucho todo lo que haces por mí y nuestra amistad. —Sonreí.
Me acerco a él para empezar a abrazarlo a pesar que las rosas terminan de aplastarse un poco por la aproximación que tenemos en ese instante; por primera vez, puedo sentir como ya no hay alguna barrera entre nosotros y sin dudarlo, las cosas han empezado a aclararse.
—Tenemos que irnos, mi tío pensará que nos escapamos. —Ambos empezamos a reír por mi comentario.
—Nuevamente, felicitaciones. —Menciona alegre. —Ojalá este sea uno de los primeros logros que tengas el resto de tu vida. —Escuchar esas palabras no sólo provocan una alegría en mí, sino que también, una motivación. —Te mereces esto y mucho más Angie.
—Muchas gracias Andrew.
Con ese último agradecimiento, ambos volvimos a darnos otro abrazo y con ello, dando esa esperanza de que nuestra amistad seguirá en pie a pesar del primer tropiezo que haya llegado a tener.
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Continuará...
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