Capítulo 15: Before You Go
⸙ Ángela ⸙
Suspiro mientras tacho con un marcador rojo otro empleo en el cual con solo escuchar mi nombre parece retractarse para darme trabajo, cuento sorpresivamente todas las líneas que he marcado y puedo ver como casi he manchado todo el periódico de arriba hacia abajo, de izquierda a derecha y de página de enfrente y por detrás.
Estoy cansada de seguir enviando currículos de los cuales ya tengo la idea de que no me llamaran pero me siento muy ingenua cada vez que sigo esperanzada al creer que mi celular sonará pero en fin, solo son más que otras notificaciones que no corresponden a darme respuesta sobre un posible empleo; la verdad es que a estas alturas ya no sé qué es lo peor... Lo digo porque además que mi reputación ha sido quebrantada por un mal entendido, también he sido insultada y señalada como una bocona que para satisfacer una ambición, entrego unas fotografías e hizo comentarios acerca de la relación de dos personas famosas que no solo el público aprecia sino que también defienden con dientes y garras; en sí, aunque no haya sido yo, la única evidencia que tengo son mis palabras mientras que en mi contra, se encuentran esas etiquetas con mi nombre que manifestaron ser que yo hice aquello solo por dinero.
Sin embargo, aunque yo hubiera tenido disponible comentarios, videos, fotografías o cualquier otro tipo de material audiovisual que confirmara que Andrew y Pearl estuvieron a punto de reconciliarse en la fiesta de Olly, no sería capaz de caer tan bajo con el único propósito de entregar aquel material solo por unos cuantos billetes que no me sostendrían ni para un año; pero aun así, termine por ser yo la malvada de la película al punto que todo el mundo parece detestarme y arruinarme mi vida a cada paso que quiero de nuevo recoger de nuevo mi dignidad después de haber sido pisoteada por Andrew.
A veces me pregunto si en realidad tanta ha sido la influencia de él que por venganza ha logrado hablar con todo medio público para que no me den empleo y así darme una lección que no me merezco pero aun así, creo que soy quien ha aprendido algo nuevo y es no volverme a involucrar con famosos que creen que estas a su lado solo para sacar de ellos una compensación barata y obtener fama por un par de semanas sin sentir que ya eres parte de la lista negra de miles de millones de personas.
Cansada de intentar otro día más en buscar un empleo, tiro el periódico a la papelería de mi habitación; me a recuesto en la silla y miro el techo mientras que me pregunto qué será de mí cuando me gradué y por mi reputación ya manchada, ni una organización, clínica, hospital, escuela... no me quieran dar empleo. ¿Hasta dónde podré llegar? ¿Tendré que cambiarme de nombre y apellido? ¿Pintarme el cabello? ¿Hacerme una cirugía estética de rostro para que todos olviden a Ángela García y pueda reiniciar una nueva vida?
La verdad, es que de todo ello, solo me alcanza para pintarme el cabello pero aun así, cualquiera me reconocería rápido y solo habré gastado sin sentido un dinero que pude haberlo ocupado para otra cosa; porque si ni tengo dinero suficiente para los papeles de cambio de nombre y apellido, de donde sacare para una cirugía de cambio de rostro si ya casi nada me alcanza.
Me paso la mano sobre mi rostro y vuelvo a recomponerme en la silla, enciendo la laptop y empiezo a buscar cosas sin sentido, dejando a un lado el historial de páginas de empleos en Los Ángeles y hasta el momento, de medio turno debido a que aún sigo estudiando y las últimas semanas que ya me faltan por terminar la universidad son las más cansadas.
Empiezo a leer varios blogs acerca de opiniones sobre creación de historias cuando pronto en una de ellas aparece un comentario de una persona la cual invita a todo tipo de escritores a un concurso de escritura; llamando pronto mi atención, ingreso a un link que me lleva hasta la página de una reconocida editorial que sin dudarlo en su portal además de darle publicidad a varios de sus libros, se encuentra a la vista la invitación de ver los bases del concurso.
Por un lado, me entra una motivación acerca de lo que trata aquel sorteo, pero también, una pequeña pizca de decepción comienza a surgir en mi interior cuando recuerdo como hace ya tres años he intentado ganar este tipo de concursos y con la misma suerte, no lo he logrado. Pero aun así, dejando a un lado mi pasado, descargo el documento de las bases del concurso para así empezar a leer cada hoja, llegando a la conclusión que la última entrega de un manuscrito es dentro de seis meses, que puede ser de cualquier género literario y que el ganador obtendrá diez mil dólares; publicando cinco mil ejemplares, promocionando la historia y otorgando un contrato al escritor o escritora para formar parte del equipo de la editorial.
La ilusión fue como un brote de esperanza que lleno mi cuerpo; no solo es una oportunidad para formar parte de una editorial reconocida sino que para que publiquen uno de mis libros... Me muerdo el labio y empiezo a inhalar el suficiente aire para creerme aquella realidad que no a cualquier escritor le ofrecerían. La idea es tan comprometedora que no tardo en agarrar mi cuadernillo en donde anoto todas las ideas que tengo sobre mis futuras novelas, para luego anotar lo que debe tener la historia y así, poder irme preparando a pesar que la duda llega a mi mente sobre sí podré terminar una historia en menos de seis meses cuando lo eventual es que siempre me tomo mi tiempo para escribir e ir formulando muy bien las ideas de mi novela para darle un buen inicio, nudo y desenlace... Será un reto aunque también tendré que medir muy bien el tiempo cuando deberé revisar su ortografía y gramática, eso sin dejar a un lado los detalles bien definidos de la novela, su buen contenido y el plasmar la pasión y los sentimientos para que se vuelva algo más real.
Es una esperanza que no debo dejar escapar... No perdería nada intentándolo una vez más. Además, los escritorios nunca se rinden, siguen adelante hasta que un día les llega la oportunidad. Si las cosas no fuesen así, J.K. Rowling nunca hubiera publicado toda la saga de Harry Potter, o de Stephen King quien destruyó su primera novela luego de que ésta fuera rechazada, y la segunda tampoco fue apreciada por las editoriales hasta que su tercer libro llamado "Carrie" fue el primero en venderse; añadiendo el Diario de Ana Frank, que casi quince editoriales creían que las palabras de ella en su diario no eran de mucho interés y hoy en día ha sido uno de los libros más sobresalientes e inspiradores de la historia de la Segunda Guerra Mundial y la supervivencia que los judíos tomaron al sentirse atacados y amenazados por la alianza Nazi; o Agatha Christie que lucho durante cuatro años para que su primer libro fuese publicado.
Por decirlo así, eso es poco cuando otros escritores y también poetas le han sucedido lo mismo, así que... ¿Por qué ser negativa cuando quizás pueda lograrlo está vez? Solo es de tener confianza en mí y en mi historia. Aunque por obvias razones, la novela debe ser atrayente para el público y más el juvenil que es el más aclamado. Lo cual, debo de pensar muy bien en que historia proponer y crear, porque ahora que he hecho la lista de las que tengo, ninguna de ellas me convence...
Me levanto de la silla y empiezo a caminar en círculos por toda mi habitación mientras intento que se me ocurra una idea, que sea original y sorprendente, que sea narrada de una forma que uno pueda entrar en la historia y sienta como si formara parte de ella al vivir las experiencias de sus personajes y por supuesto, que además que tenga emoción y un buen trama, que todos los lectores al leerla puedan experimentar diferentes emociones.
Derrotada caigo en la cama sin una buena idea que no sea el simple cliché que todos encuentran últimamente en las historias...
A este paso, tendré que necesitar una fuente de inspiración que me ayude a crear una novela en seis meses que pueda ser la electa para ganar.
Salgo de mi habitación y corro para entrar a la sala y de ella pasar a la cocina para sacar una lata de té de limón y una barra de chocolate blanco que he dejado en el congelador de la nevera.
—Wow... Tranquila Angie. ¿A dónde vas con eso? —me descubre Sabrine al agarrar ambos alimentos con mucha grasa pero que sé que me servirá para tener energía.
—Nada fuera de lo normal, solo a alimentarme un poco —encojo los hombros y empiezo a salir de la cocina cuando alguien toca el timbre.
Estoy a punto de regresar a mi habitación cuando la voz de Heaven interrumpe mi camino, logrando que me tenga que dar la vuelta y empiece a maldecir por la idea que se me acaba de cruzar a la cabeza al imaginar la razón por la que me ha llamado; así que suspirando y yendo a la puerta del apartamento, me encuentro a Heaven ajustándose sus anteojos para hacerme una señal a que corresponda el nuevo paquete que me han enviado.
— ¡Ah! ¡Cuando se va a rendir!
Molesta, dejo la lata de té y la barra de chocolate blanco en la pequeña mesa d madera de la sala para poder ver a un florista quien ahora trae un enorme ramillete de todo tipo de flores.
—No las quiero, puede llevárselas —estoy a punto de cerrarle la puerta en la cara al florista cuando Heaven me detiene.
—Se cortés. —Murmura ella molesta.
Bien, sí... Quizás últimamente me estoy desquitando mi enojo con los floristas, carteros o entregadores de paquetes quienes no tienen la culpa de estar cumpliendo con su deber mientras reciben a una chica molesta que solo intenta ignorar los regalos y devolverlos a la persona que los compra; pero a estas alturas la casa se convertirá en nada más y menos que un jardín botánico si Andrew sigue mandándome flores cada tres a cinco veces por día todo tipo de flores de las cuales he tenido que regalar o botar porque ya el apartamento no solo se ha llenado de flores sino que de hojas esparcidas por todos lados, todo tipo de perfume y varios colores que ya parecen iluminar el lugar.
—Pero es que no las quiero —reniego en frente de Heaven.
Quejándome como una niña de cuatro años que no quiere ir a la escuela, le hago ver a Heaven que no quiero más regalos de Andrew en forma de disculpas... Pero como si la palabra «regalo» fuera mágica, pronto aparece un chico con cuatro paquetes, tres redondo cubierto con mucho papel craft y el otro, uno rectangular.
—Entrega para Ángela García —dijo el chico con una linda sonrisa en el rostro.
Respire con mucha profundidad mientras me acariciaba la cabeza e intentaba tampoco responderle de mala forma al darme cuenta que Andrew cada vez se esmera más en quitarme la paciencia, si no estuviera tan herida todavía por sus palabras lo desbloqueara y le haría una llamada corta diciendo que no quiero nada de él pero en realidad, ni siquiera quiero escuchar su voz o verlo en fotografía cuando aún puedo sentir su mirada fría y sus crudas palabras pasar por mi mente como si todo hubiera sucedido hace unas horas.
—Es ella. —Me señala Heaven.
—Tiene que firmar aquí, señorita García. —Me entrega un papel el chico.
—Pero es que yo no... —Sabrine llega y me hace a un lado.
— ¡Pero Ángela! Son donas de Dunkin Donuts y mira... ¡Helado de Ben & Jerry's! —Sabrine toma los paquetes y se los lleva para dejarlos en la cocina.
— ¡Sabrine! —maldije al ver que ella ya había agarrado una dona.
—Creo que tendrás que aceptar todo. —Heaven me dio una mirada aprobatoria.
Murmure varias maldiciones y palabras soez al ver que tendría que aceptar los regalos de Andrew luego de ver que Sabrine ya ha destapado los tres botes de helado; así que firmando la entrega del paquete y haciendo lo mismo con el ramillo de flores, entro a casa pero otra voz masculina interrumpe mis motivos de querer tirar todo a la basura.
—Ángela, esto ha llegado para ti. —Dice uno de mis vecinos.
Heaven quien se encuentra cerca de la puerta, toma un sobre y sin saberlo, deja ir una pequeña risa.
—Volvió. —Abro los ojos en grande.
—Idiota. —Suelto ya hastiada de enviar a cada dos veces por semana el mismo sobre que me llega a mis manos las mismas veces por las que lo envió.
Heaven le agradece a nuestro vecino y cierra la puerta mientras deja el sobre en la encimera de la cocina. Sabrine aprovechando el momento, sigue comiendo una de las donas que han venido de la caja mientras prepara café.
—Tres sabores diferentes, cada día me sorprende —menciona alegre.
Sin querer saber nada de los regalos, termino por botar el ramillo de flores en un bote de basura y seguido de ello, tomar uno de los botes de helado pero Heaven me detiene mientras que Sabrine al descubrir mis intenciones, toma la caja de donas y otro de los botes de helado para alejarse de mí.
— ¿Qué haces? —me pregunta Heaven.
— ¿Qué más estoy haciendo? ¡Me deshago de todo! —elevo mi tono de voz ya furiosa de ver a que nos ha llevado esto.
—Una cosa es que tú no las quieras pero para eso estamos Sabrine y yo —agito mi cabeza para entender aquello.
— ¿Qué no eras tú la que decía que no debería agarrar sus obsequios? —Heaven encogió los hombros.
—Bueno... Sí, pero o sea... Esto es comida y no podemos desperdiciarla. —Dice justificando su respuesta. —Además tienes en manos el sabor más delicioso.
Registro la etiqueta del helado y me doy cuenta que dice Chocolate Chip Cookie Dough... Suspiro al saber que es mi helado preferido, el de helado de vainilla con galleta. Haciendo una mueca, dejo el helado en la encimera, mientras que veo que el otro helado es de Chunky Monkey, que es de sabor de banana con trozos de chocolate obscuro y nueces.
— ¿Qué sabor es ese? —le pregunto a Sabrine.
—Mantequilla de maní con remolinos de pretzel dulce y salado y brownie de chocolate... Se llama Netflix & Chilll'd. —Dice Sabrine leyéndola etiqueta. —Oh mira, trae una nota. —Me entrega un pequeño post-it amarillo.
Leo la nota y esta vez, no soy consumida por el enojo, sino más bien, por un dolor en el pecho que logra que me tenga que tragarme un par de lágrimas mientras dejo pasar el nudo de emociones que atraviesan mi cuerpo al recordar sus palabras.
— "Espero que la mantequilla de maní pueda recordarte los buenos momentos que atravesamos ese día" —Repitió Heaven al quitarme la nota y leerla.
— ¿Ángela? —me llamó Sabrine.
—Estoy bien, solo es el bendito período que me hace sentir frágil y tonta. —Digo antes de marcharme a mi habitación.
¿Quién se cree que es Andrew al enviarme notas como esa? Lo que puedo decir es que todo este tiempo quizás estuve engañada creyendo que éramos amigos cuando fue él quien me dio la espalda y me humillo entre personas que nos grabaron y subieron un avergonzaste video a YouTube que logro quitarme la paz y tranquilidad que no había tenido hace años.
Por más que intente disculparse de esa forma, no puedo perdonarlo. El daño es irreversible y más al seguirme sintiendo vulnerable cuando hay personas que me siguen tildando como indiscreta o bocazas.
Ha pasado ya una semana desde que estuvo aquí en mi casa tratando de disculparse conmigo, a partir de ese día parece hacerme la vida imposible. Me pide disculpas de toda forma, entregándome regalos, enviándome mensajes, dejando notas... Solo falta que haga algo más público para que las cosas empeoren.
Me acuesto en mi cama e intento pensar en otra cosa que no sea en lo sucedido pero alguien interrumpe mis pensamientos al abrir la puerta de mi habitación y pronto sentarse a una esquina de mi cama.
— ¿Todo bien? —me doy la vuelta y veo a Heaven.
Hago una mueca y termino por sentarme mientras juego con un hilo que se ha salido de mis calcetas.
—Sabes que puedes decirme —asiento.
—Estoy cansada, solo quiero que esto termine. —Suspiro. —Han sido unas semanas horribles que la verdad, ya no quiero más dramas en mi vida, solo quiero terminar la universidad, conseguir un nuevo empleo y buscar un lugar donde pronto quedarme. —Pongo mis piernas cerca de mi pecho.
—Y, ¿sí tu tío te ayuda? O ¿no has visto la posibilidad de irte a Boston a vivir con él? —menciona esa alternativa que hace tiempo ya había pensado.
—No sé, es que estoy acostumbrada al ambiente en Los Ángeles y ya tenía muchas cosas planificadas aquí... Además, aunque mi tío me quiera ayudar económicamente y ofreciéndome una estancia en su casa, en realidad, siento que seré un estorbo temporal cuando apenas él puede mantenerse con lo que trabaja y sale adelante. —Heaven termina por quedarse pensando.
En realidad, no he querido tomar esa opción como la más segura a pesar que sea no solo la más conveniente sino ye también la única que tengo por el momento.
—Y... Has pensado si regresas a... ¿El Salvador? —cierro los ojos.
La piel se me eriza y pronto mi subconsciente reacciona diciendo que ni siquiera tenga por seguro tomar esa opción, que si no soy capaz de tomar la primera que no opte ni por la segunda.
—No... La verdad, es que mi segundo país de origen no tendrá las mismas oportunidades que aquí y mi abuela y mis tíos creerán que es una locura total vivir allá cuando aquí encontrare un mejor trabajo y calidad de vida. —Heaven de nuevo se queda sin palabras.
En sí, quisiera tener muchos motivos por los cuales no regresar al país de donde provino mi padre, pero en sí, solo tengo tan solo un motivo por el cual todos los días deseo olvidar. Si regreso en ocasiones en algunas vacaciones es porque el tiempo es limitado, pero quedarme por mucho tiempo allá... No... creo que no podría.
—Pronto encontrare una solución... —Disimule una sonrisa. —Ahora, ¿podrías dejarme sola? Estoy cansada y necesito dormir un rato antes de leer unos folletos. —Le muestro una de mis tareas.
—Claro... Descansa amiga.
(...)
Me remuevo inquieta en mi cama mientras alguien intenta levantarme, dejo ir varios gruñidos, y seguido de ello, unas protestas en despertarme en un mal momento cuando he conciliado muy bien el sueño.
—Vamos Ángela, despierta ya.
Sabrine me da un golpe en la cara con la almohada hasta que logra despertarme pero enfadada estoy a punto de devolverle el golpe cuando me toma de la camisa y me hace acercarme a la ventana en donde ya se encuentra Heaven y no deja de ver algo que la tiene maravillada. Me levanto y pronto me acerco a la ventana y soy la siguiente en tener que rascarme los ojos para creer lo que mis ojos están admirando...
—Hoy se lució... —Dice Sabrine con una enorme sonrisa.
En toda la calle no solo hay varias velas que forman una oración corta que dice "Lo siento", sino que también en su alrededor hay varias rosas blancas aunque... lo único que no encaja aquí es que hace un carro de bomberos.
—Ángela...
— ¡Mierda!
Sabrine, Heaven y yo nos dimos un gran susto en el momento en que vimos a Andrew cerca de la ventana, pero en cambio estaba afuera y exactamente en la escalera del carro de bomberos.
— ¿Pero qué...? ¿Qué haces ahí? —le dije alterada.
Andrew toma su guitarra y empieza a tocar una melodía muy suave pero a la vez melancólica haciendo que al principio él mirara su instrumento de cuerda y pronto sus ojos fueron directo a los míos.
—Ni se te ocurra —lo sentencie.
Pronto cerró la boca y la melodía que empezaba a tocar termino por un ruido cortante cuando la púa se deslizo rápido por todas las cuerdas de la guitarra.
—Pero...
— ¡No Andrew!
Me retiro de la ventana y pronto cruzo los brazos mientras me quedo sentada en una esquina de la cama.
—Vamos Ángela, ¿qué debo hacer para que me perdones? —Se asomó a la ventana.
— ¡Desaparecer de mi vida! —le grito.
—Creo que eso será imposible —escucho cada vez su voz más cerca.
Miro a mi lado y me doy cuenta que Andrew ha entrado por la ventana de mi habitación y ahora ya se encuentra a unos metros de mí. Sabrine y Heaven se quedan petrificadas que no dicen o hacen algo para que se vaya, en vez de eso, pasan su mirada de Andrew hacia mí y luego retornan el camino por donde empezaron.
—Creo que ustedes necesitan hablar, ven Heaven. —Sabrine agarro del brazo a Heaven y pronto ambas desaparecieron de mi habitación corriendo.
Me muerdo el labio inferior y dejo ir una sonrisa desilusionada al ver que no tengo muchas alternativas de que Andrew no se vaya del apartamento sino es para hablar y dejar claro todo.
—Ángela...
—Sabes, estoy cansada de todo Andrew. De todo. —Me levanto de mi cama y me quedo al frente de él para enfrentarlo. — ¿Qué explicación tienes ante lo que me dijiste? —elevé mi ceja.
—No vengo a justificar mis acciones, sé lo que dije y la actitud que demostré contigo, fue la menos indicada para el momento. —Ladeo.
—Sí, la peor del mundo... —Mire el techo un instante hasta que de nuevo lo mire al rostro. —Me golpeaste en donde más me dolió, Andrew. Sabes que odio montar espectáculos y por supuesto, fui la exclusiva por todo el mundo en todo estos días. —Me acorrale con mis brazos. —No tienes ni la menor idea de cómo me he sentido estos días... ¿Tienes aunque sea un poco de conocimiento de ello? —Él abrió la boca pero pronto la cerró. —Claro que no... Como no fuiste invadido por críticas y desprecios que casi acabaron con tu seguridad. —Tire mis brazos a los lados.
—Sé que lo que hice no tiene un perdón Ángela. —Dio un paso adelante pero yo di uno hacia atrás. —Pero estaba cegado por el enojo que no me pude contener y... ya sabemos a dónde termino todo. —Apretó sus labios y pasó su mano repetidas veces en su cabello hasta morderlo. —Te juro que me di cuenta de mi error...
— ¿Por tu propia cuenta o por qué alguien te confronto e hizo abrirte los ojos? —Su mirada termino al suelo. —Sí, tenía que haberlo supuesto... —Dije decepcionada.
¿Qué debía de haber esperado? Que no se haya creído aquella pequeña nota periodística para que así tuviera la esperanza que no fui yo quien declaro aquello que desconocía la mayor parte y que no sería capaz de apuñalarlo así en la espalda solo para conseguir dinero. Ingenua hubiera sido si todavía tuviese esa esperanza que ahora mismo acaba de ser confirmada.
—He visto lo que te hacen... —Paso sus dedos por sus labios hasta que empezó a morderse las uñas. —No tenía idea hasta donde había llegado todo. No sabía nada del video y tampoco que, te habían despedido de tu trabajo. —Dijo avergonzado.
— ¿Ah sí? Pues te daré las primicias de mis semanas... Por el video, no he conseguido trabajo, nadie quiere darme empleo pensando que soy una bocazas. —Me acerque a él. —Y no solo eso, me has arruinado no solo económicamente sino como profesional. —Lo enfrente. —Mientras tú te quedabas en casa enojado, yo me he estado enfrentando a varias guerras, Andrew. —Tragó hondo. —No te juzgo por no haberte sentido enfadado al creer que una desconocida pudo invadir tu privacidad pero no justifico la forma en que me dejaste ver ante el mundo. —Sentí un nudo en la garganta.
—Lo sé... —le di un empujon.
— ¡No! ¡No lo sabes! —las lágrimas empezaron a asomarse. — ¡Me han señalado de maliciosa, avariciosa y repugnante! Me han agredido como no tienes idea, me han perseguido por todos lados haciéndome la vida imposible, han dejado notas en mis casilleros o han enviado cartas sobre amenazas... Por Dios, toda las personas me ven mal, ni siquiera a veces puedo sentirme bien caminando o quedándome en ciertos lugares sino es para criticarme o hablar a susurros de mí. —Dije recordando todo aquello. —Me has arruinado, mi vida no es la misma... Sin empleo, sin una buena reputación y con un futuro incierto. —Me pase las manos sobre el rostro.
—Puedo arreglarlo... —Dejé ir una risa fría.
—Sí, como para ti todo tiene solución. —Digo entre dientes. —No comprendes que estoy jodida, total y completamente jodida de cabeza a pies. —Mi labio empezó a temblar. — ¿Tú crees que después de esto, todos olvidaran el video y la nota de prensa? —me miró callado. —Algunos sí pero otros no. El problema Andrew, no se trata de solo conseguir un trabajo o limpiar mi nombre, sino que ¿cómo enfrentare esto cuando me gradué? Los psicólogos dependemos de la confianza de sus pacientes y con esto, yo quedo como una antiprofesional quien no puede guardar secretos y se los revela a todo el mundo sin importar lo que suceda. —Cruzo los brazos. — ¿Ahora ves la diferencia? —Baja la mirada. —Me duele porque no lo esperaba de ti, me duele porque me apuñalaste por la espalda y me duele que hayas dicho aquello sin tener suficientes pruebas... —Empecé a llorar. —Creí que eras mi amigo... Pero... Ahora me doy cuenta que nunca realmente nuestra amistad era una farsa. Porque a alguien no se le hace eso. —Me cubrí la boca para no sollozar.
—Ángela... —Andrew se acercó a mí.
— Solo vete... Te odio. —Cerré los ojos.
—No me iré... —Lo interrumpí.
— ¡Pues bien! ¡Te perdono pero no te quiero ver más! —Le grite.
— ¡No es eso! No me iré de aquí porque no solo me di cuenta de que siempre estuve equivocado conmigo mismo sobre ti... Sino que también me di cuenta que eres una persona valiosa para mí, te extraño y no sabes lo arrepentido que estoy por haberte hecho daño. Y no solo eso, sino que todavía te quiero dentro de mi vida. —Me negué a creer aquello.
—No, todo es mentira... ¡Mentiroso! —lo acuse.
—Llámame cómo quieres, estás en tu derecho de no creerme pero es verdad —apunto.
La tensión se sentía demasiado y cualquier momento podía llegar a ser cortada con una tijera. Me acerque a él y empecé a empujarlo a la puerta porque ya no quería seguirlo escuchando y mirando, pero a medio camino, se detuvo y me atrajo a su cuerpo para abrazarme mientras forzaba por separarme al golpearlo y empujarlo para que se separara de mí. Empecé a decirle tantas cosas que no parecía no haber un final y más cuando mis lágrimas bajaban más rápido al sentir dolor en tener que recordar lo fuerte que he tenido que ser al recibir insultos, golpes y amenazas como si todos tuvieran derecho al juzgarme sin conocerme.
—Te odio, eres un idiota... ¡Un idiota mentiroso! —me apretó más a su cuerpo.
—Llámame lo que quieras porque es cierto. —Solloce más fuerte. —Lo siento Ángela, lo siento mucho... No tiene perdón lo que te hice. Merezco tu odio, tus golpes y tus palabras...
Me detuve y me agarre de su camisa, estuve a punto de separarme pero uno de sus brazos tomo mi cintura y me apretó más a su cuerpo mientras que la otra mano, me rodeo la nuca hasta que empezó a dejarme besos en mi sien y en mi cabeza.
—Te extraño y no sabes lo arrepentido que estoy por haberte hecho daño. Y no solo eso, sino que todavía te quiero dentro de mi vida. —Me susurro en mi oído.
Me acarició el cabello mientras intentaba recomponerme pero su embriagante perfume comenzaba a bajarme mi enojo para sentirme vulnerable.
Me soltó y pronto sus manos, tomaron mis mejillas y limpiaron unas lágrimas.
—No me perdonaré nunca lo que te hice pero entiende que no te quiero lejos de mí. —Suspire.
—No sé Andrew...
—No te pido que me perdones ahora, te seguiré dando tiempo pero quiero que sepas que haré lo que tenga en mis manos para que tu reputación quede limpia. —Dejo un beso en mi frente. —Lo siento hermosa, en serio, lo lamento... Me iré para que puedas estar más tranquila —Se separó de mí y empezó a marcharse de mi habitación.
—Andrew... —Se dio la vuelta antes de irse. —Antes de que te vayas. —Tome el sobre y se lo puse en frente. —No creo ir al Spring Live, deberías dárselo a alguien que se lo merece. —Él me dio una mirada pero no lo tomó.
—Es tuyo, preciosa. —Abrió la puerta. —Adentro esta también un boleto de viaje de ida y vuelta. Espero que llegues.
—Pero...
No me dejo decirle algo más porque se marchó, estuve a punto de perseguirlo pero ya estoy suficientemente cansada para seguir discutiendo. Hay mucho que pensar, reflexionar y creer; a estas alturas sé que Andrew fue sincero y sus palabras fueron reales y dolorosas, pero aún no creo poder volver a ser su amiga cuando no sé si este ciclo de desconfianza pueda seguir el mismo camino.
Miro el sobre y me entra la duda acerca de lo que debo hacer con él, solo espero no haber tomado la decisión incorrecta después de tirarlo en el bote de basura.
Lo siento Andrew, pero no estoy preparada aún para dejar todo atrás tan fácilmente.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top