Capítulo 12: Versace On The Floor
♫ Andrew ♫
Camine alrededor de toda la sala decorada de muebles y accesorios de color blanco, turquesa y marrón, de un candelabro de cristales, pinturas clásicas y grandes ventanales en donde se refleja la playa de Malibú; puedo ver a lo lejos pocas personas surfeando o practicando algún deporte de agua, como otras, que se encuentran caminando sobre la arena o la orilla donde terminan las olas con su respectiva pareja y otras acompañadas con sus hijos; el sol se ha posicionado en el centro del hemisferio, tanto que el calor que los rayos reflejan provocan calor que por lo menos no suele ser tan irritable, quizás por la brisa que rebota cuando las olas chocan o caen o porque quizás pronto será verano y es un buen efecto para decir que la primera estación del año está a punto de finalizar su curso.
Le doy una mirada a Olly y veo como sigue hablando con el organizador de la fiesta, quien se ha presentado hace un par de minutos para observar todos los preparativos y el trabajo que están haciendo sus empleados al ir de un lado a otro, arreglando lo que será la fiesta de cumpleaños de mi primo; la puerta se abre y entra uno de los encargados de traer el pastel hasta la mansión, así que antes que Olly pueda verlo, termino por correr hasta el chico quien espera que lo reciban, así que llegando hasta él, termino por indicarle donde debe de pasar para dejar el pastel.
Pronto, al llegar a la cocina, el chico termina por poner el pastel con mucho cuidado en la encimera; antes que pueda verlo, me aseguro que él le quite en par de cajas que lo traen cubierto al pasar una cuchilla por unos laterales donde está la cinta adhesiva. Es así como al quitar las cajas delgadas de cartón, se descubre el pastel, en el catálogo lo recordaba mucho más grande pero particularmente ahora que está aquí, parece tener las medidas exactas que el pastelero me comento, así que no tengo ningún problema con ello. Lo reviso por todo lugar y no veo ni un defecto, por lo cual, quedo tranquilo en saber que una parte esencial de la fiesta está a salvo y completa.
Le agradezco al chico y pronto él me da una factura hasta marcharse, así que guardando la repostería en una de las neveras, termino nuevamente en la sala, en donde ahora Olly se encuentra en el porche de la mansión, mirando hacia el horizonte del mar. Soy el siguiente en tomar la misma dirección mientras que intento no chocar con los decoradores quienes han comenzado a mover unas tumbonas azules y arreglar la pequeña fogata que se montara luego de las ocho de la noche.
—Te imaginas, veintiocho años... Dios mío, cada año me hago más viejo —niego mientras veo su rostro de preocupación.
—Aun eres joven, por un año más de vida no quiere decir que ya tengas arrugas y cabellos blancos —me apoyo en un barandal.
Realmente no deberíamos preocuparnos cuando también tendré veintiocho en un par de meses cuando lo importante es seguir teniendo salud, nuestra familia y poder seguir divirtiéndonos hasta que amanezca, aunque esto no se dé en todas las ocasiones pero por lo menos es una medida de decir que nada nos tiene atados a no seguir viviendo más experiencias que sabemos que un día no solo se las contaremos a nuestros hijos sino que nietos.
—Sí, pero quizás hoy obtenga mi primer cabello blanco por tu culpa —se dio la vuelta para verme —, dime ¿por qué invite a Pearl a mi fiesta de cumpleaños cuando no es de mi agrado? —puse los ojos en blanco.
No sé si sería correcto seguir tocando el mismo tema que para valga redundancia se ha seguido hablando durante toda la semana y a cada hora de comida o actividad. Eso hace que me frustre y sea yo quien quiera arrancarme los cabellos por tener que seguirle repitiendo la misma respuesta que en total aunque sea de su desagrado, no le toca que otra que aceptar por su beneficio propio y no necesariamente del mío porque es su fiesta y dudo que alguien en este mundo le fascine la idea o la sorpresa que alguien pueda venir a arruinarle su cumpleaños cuando lo único que desea es tener una magnifica celebración sin que se le presente un problema o inconveniente que logre ponerlo de mal humor.
—Mejor dime, ¿por qué invitaste a Ángela y su escuadrón suicida a tu fiesta? —le cuestioné.
Creería que es una buena táctica para evitar la respuesta pero esta vez no hay temor porque ya la sabe cuándo por lo contrario sigo sin comprender y saber la razón por la que Olly invito a cuatro chicas que son muy desconocidas para él y apenas estuvo compartiendo con cada una de ellas un aproximado de ocho horas luego de darse cuenta que Ivonne lo engañaba con un hijo de papi y mami que pronto que es probable que se aburra de ella y la dejé botada a su suerte.
—Es una sencilla palabra y que te la voy a deletrear... —empezó a deletrear la palabra hasta formarla haciendo que otra vez pusiera los ojos en blanco — ¿Entendiste? —Asiento.
— ¿En serio? ¿Por qué te agradan? —No le encontraba sentido. —Y ¿por qué no te agrada, Pearl? —se mordió el labio.
Debería considerar muy bien su respuesta cuando no tiene buenos motivos para decirme la razón exacta y precisa por la cual mi ex novia no le agrada. Es decir, Pearl nunca me engaño, tampoco me ha dejado ver mal ante el público que soy una mala persona o que fui un mal novio, como también, que ella me decepcionó o buscó una forma de hacerme daño o aplastar mi fama. Por eso digo, que no tienen sentido que Olly le haya agradado cuatro chicas de un día a otro cuando conoció más a Pearl por dos años y desde los primeros meses que empecé a salir con ella pude manifestar como mi primo no se guardaba sus sarcasmos y expresiones faciales al demostrar su molestia con ella.
—Simplemente su actitud ambiciosa, egoísta y narcisista me dan náuseas —resoplé.
Y ahí está esa sinceridad que nunca esconde sin importar si daña o una persona; de verdad quisiera de todo corazón poder comprenderlo pero de Pearl no encuentro eso o es que en serio necesito unos anteojos para poder admirar lo monstruo que es ella a mis espaldas porque la misma actitud toman mis hermanos y mi sobrina al verla, eso sin añadir a mis padres que tampoco aprobaron nuestra relación. No creo que tenga un problema visual ya que ella es una mujer dulce, empática e inteligente que hasta el momento, no me ha dado motivos para pensar mal de su imagen.
—Solo, no la trates mal. A ti tampoco te gustaría que te traten diferente que los demás, ¿no? —murmuro algo que no fue muy audible para mí.
—Bueno. —Dio por terminada esa conversación.
Sacó su celular del bolsillo trasero de su pantalón para verificar la notificación que acaba de caerle, así que mientras que desbloqueaba su IPhone y leía lo que fuera que estuviera leyendo además de los muchos saludos y deseos que le han enviado desde la mañana por su cumpleaños, dejé que se concentrara en lo suyo mientras que me entretengo viendo correr a un niño con su cometa de colores, la cual se agita de un lado hacia el otro.
Olly se aleja de mí para contestar una llamada, veo que es mucho de su interés cuando cubre uno de sus oídos para escuchar mejor el mensaje que le está diciendo la persona que está en la otra línea; no comprendo mucho de lo que está hablando cuando solo usa palabras cortas y poco significativas que no logran que coincida con alguna idea, así que prefiero ignorarlo para seguir admirando el paisaje que proporciona la playa.
—Adivina —se vuelve a acercar a mí mientras corta la llamada.
—Odio las adivinanzas —me refiero pronto a tener que adivinar lo que estuvo hablando.
—Ya están las entradas para el Spring Live que será en Florida —me anuncia, Olly.
— ¿Nos darán entradas? O ¿Todas van para la venta? —Le pregunto.
El inesperado Spring Live al que todos han empezado a hablar será dentro de un mes y apenas haberlo anunciado se escuchó que muchas personas empezaron a comprar las entradas a uno de los festivales de primavera que se llevara a cabo en Orlando. De último momento fui notificador y sabedor que formare parte de los artistas que cantaran en dicho show, por lo cual últimamente he tenido que estar ensayando con mi banda y optando por canciones que al público no solo le anime en participar sino que también puedan disfrutar de ellas. Además tengo que hacer un buen trabajo cuando formare parte de grandes artistas de la industria musical, ya que por un lado no quiero sentirme pequeño entre todos con su gran experiencia como también, arruinar el espectáculo.
—Tenemos veinticinco entradas para nosotros. Lo cual ya sabes que podemos sortearlas o venderlas en tu página oficial de Internet —encogió sus brazos.
Realmente sería mejor sortearlas, de todas formas el evento ya ha tenido mucha publicidad y siempre nos dan una cierta cantidad de entradas que están a nuestra disposición de hacer lo que queramos con ellas sin tener cualquier tipo de problema.
—Busquemos una forma en como sortearlas, he escuchado que muchos se han quedado sin poder comprarlas, así que sería una buena idea atraer a los fans con eso —di mi punto de vista.
—Hablare con Willow, ella sabrá qué estrategia utilizar en este caso —asiento.
Antes que se marche para poder seguir pendiente de la organización de su fiesta, de forma inesperada termino por agarrarle el brazo para que se detenga, solo espero que aquella idea que ha aparecido en mi cabeza no sea un error por no tener muy claras las cosas y que también no lo esté haciendo como una corazonada.
— ¿Habrá acceso VIP? —Sé la respuesta pero aun así, quiero confirmarla.
—Sí, aunque sabes que solo pueden estar tres personas como máximo en el backstage —confirma mi duda.
— ¿Te entregara hoy las entradas y los accesos? —dije con incertidumbre.
—Sí, dentro de un par de horas vendrán a dejarlas personalmente —empiezo a detectar por su voz que ha empezado a tener dudas con mi cuestionamiento.
—Bien, aparta una de ambas. Las demás te las dejó a ti y a Willow —empecé a bajar unos escalones para ir a la playa.
— ¿Qué? Andrew, ¿no estarás pensando en...? —dice con una sonrisa en su rostro.
—Iré a caminar, creo que lo necesito. —Mencione antes de darle la espalda y seguir caminando.
Espero no estar tomando una mala decisión precipitada, por lo menos esta vez no solo confiaré en las palabras de Olly y Eleanor, sino que también confiare en Ángela y en mí.
(...)
Me quede hablando con un pequeño grupo de amigos mientras la noche seguía corriendo y todos los invitados empezaban a disfrutar de la música, comida y de algunos juegos que suelen hacer en cualquier tipo de celebraciones; hasta el momento todo se ha mantenido en un buen curso, tanto que a veces, puede entrarme un poco de pánico que todo pueda estar yendo de maravilla cuando algo pueda cambiarlo.
La sonrisa que aparece en la boca de Olly en cada minuto me hace ver que está feliz, no lo digo porque lo conozca y sea su familiar más cercano, sino porque sabe que todas las personas que están a su alrededor, son aquellas que no lo han abandonado y siempre han estado a su lado en cualquier dificultad, además, aunque una parte de los invitados sea nuestra familia, también lo hace sentirse en casa, ya que aunque no lo quiera admitir, sé que le duele saber que por motivos laborales, mis tíos no pudieron tomar un vuelo para celebrar su cumpleaños, aunque debo de aceptar que aunque sus padres vendrán en unos días, podrá celebrarlos con ellos de otra forma.
A lo lejos puedo observar como unas primas bailan por toda la pista de baile, las luces neón se reflejan por toda la sala cubriendo todo tipo de luces hasta que empieza a funcionar la máquina de burbujas y humo logrando que varias personas que se encuentran en la pista, dejen ir un grito cuando el Dj comienza a cambiar el ritmo de la música al punto de que otros invitados más se integran en la pista de baile.
Dejo ir una carcajada en el momento en que Rony termina por contar uno de sus chistes, mientras todos nos reímos, él se da un descanso para recuperar el aire y poder refrescar su garganta tomando un poco de cerveza que le sirve para relamerse los labios y prepararse para seguir contando otro par de chistes más que al final parece ser de su especialidad.
Pero ni siquiera alcanzo en secarme las lágrimas que aparecieron momentáneamente por reír mucho cuando alguien me agarra de mi antebrazo y me alegra del grupo de amigos de la escuela para dejarme cerca de la puerta de vidrio deslizante.
—Ay Olly, quería seguirme riendo —proteste al ver que él se puso serio.
—Deberías recibir a tu invitada —me hace un gesto con la cabeza.
Unos guardias que se han quedado en la puerta, le dan la bienvenida a Pearl y un par de amigas que ha traído con ella; desde lo lejos puedo ver como ella observada cada parte de la fiesta, como también de la casa. Una de sus amigas le susurra algo al oído haciendo que ella ría y pronto mire hacía los escalones de la entrada de la sala para no tropezarse o chocar con cualquier objeto que pueda ser de interferencia en su camino.
Pronto, nuestros ojos terminan por encontrarse, ella deja ir una sonrisa y deja a sus amigas atrás hasta que empieza a caminar donde me encuentro, puedo ver la cara irritada de Olly quien quisiera desaparecer en ese momento pero por discreción y cortesía ha preferido quedarse cuando sabe que él es el cumpleañero y tiene que saludar y agradecer a sus invitados por su llegada. Así que preparándose con una sonrisa falsa, empieza a tomar aire y reflejar serenidad como si no sintiera incomodidad en ver a mi ex novia en su propia fiesta.
— ¡Andrew! ¡Hola! —Saluda Pearl. —Olly, ¡feliz cumpleaños! Y gracias por la invitación —Pearl le pone su mano en el hombro de mi primo logrando que él se ponga tenso.
—Gracias y ha sido un placer —y ahí está, la conmovedora sonrisa falsa.
Pearl le entrega un sostificado y pequeño regalo a Olly, quien él sin motivación, tarda en tomarlo hasta que lo deja bajo su brazo sin leer la etiqueta.
—Ellas son Annabelle y Elizabeth —Pearl nos presenta a sus amigas.
—Es un placer —dicen ambas al mismo tiempo.
—Lo mismo digo —correspondo el saludo a lo que Olly, lo hace después.
Todos nos quedamos callados mientras escuchábamos risas, música y el sonido de las olas provenir por nuestros alrededores; estaría bien que alguno empezara a hablar pero dudo que encontrara un tema interesante para discutir cuando puedo sentir esa tensión que hay entre Olly y Pearl; Annabelle y Elizabeth se miran por unos momentos como si se estuvieran comunicando con la mirada y aunque suene extraño, es probable que estén pensando ir a la pista, pero siguen esperando a que Pearl diga algo o por lo menos se llegue a mover, pero dada la casualidad no lo hace, simplemente se ha quedado ahí, sonriéndome y dándome miradas que van de arriba hacia abajo, así como también lo he hecho desde el momento en que la vi entrar a la mansión.
Se ve muy hermosa con ese vestido negro con dorado que sin dudarlo por su estilo y calidad de tela se puede tratar de un vestido Versace; mayormente ella es colaboradora y patrocinadora de dicha marca de ropa, así que no me sorprende que ahora este modelando un vestido que puede ser de temporada y muy moderno.
Estoy a punto de decirle algo a ella, como un qué hermosas te vez cuando Olly interfiere en nuestro ángulo de poder observarnos por darme un golpe en el pecho y poner su mano en mi hombro, consiguiendo que me moleste por su gesto y pronto termine por escuchar unas palabras que al principio no las había escuchado por estar absorto en ver a Pearl.
—Iré a saludar a las invitadas —me guiña el ojo y se marcha sin despedirse.
Soy consciente que a veces mi propio primo puede llegar a ser un maleducado con las personas que le suelen caer mal pero está vez, me he sentido avergonzado, por cómo nos dejó a todos en aquel lugar por saludar a los nuevos invitados que se han presentado en la fiesta. Suspiro y veo como Pearl les ha empezado a decir algo a sus amigas a punto de que ellas se marchan y está vez nos dejan solos, así que arreglándome la camisa polo como una distracción, puedo escuchar como los tacones de Pearl golpean el piso de madera del porche, al punto que ella se acerca a mí y su mano entra en un hueco de mi brazo para que al final además de que nuestros brazos se entrelacen, nuestros cuerpos se empiecen a rozar.
Le doy una mirada y ella intenta a recostarse en mi hombro, siento como mi corazón empieza a palpitar rápido o de cómo me he puesto nervioso al no saber qué hacer o cómo reaccionar ante aquella muestra de cariño; intentaría decirle que sí quiere caminar en la playa y pasar un momento a solas pero temó que pronto se puedan crear rumores sobre una reconciliación cuando no es lo que ambos queremos por ahora.
— ¿Estas temblando? —la escucho reír.
—No... Creo que he tomado mucha cerveza... —Finjo verme ebrio cuando no lo estoy y apenas he tomado tres latas de cerveza.
Respiro profundamente mientras alejo la mirada de ella, tengo que ser conciente de dos cosas, la primera que me prometí estar cuerdo esta noche para no hacer una tontería y la segunda, tener control sobre mi cuerpo para no caer en los encantos que tiene Pearl conmigo, debido a que a veces siento que al estar a su lado, puedo convertirme en un ser vulnerable logrando que caiga al suelo por ella.
Me entretuve mirando a cada lugar hasta que alguien termino por llamarme la atención y a pesar de la distancia en que nos encontramos y la poca visibilidad que hay dentro de la casa por las luces de la disco; mis ojos por fin reconocen a uno de los invitados que se acaba de presentar en la fiesta.
Ángela.
— ¿Andrew? —unas manos que se mantienen cálidas intentan entrecruzarse con las mías — ¿Vamos a bailar? —Pearl me hala hasta la pista de baile y termino por ver a Ángela, un poco más de cerca.
A pesar que la música suele ser rítmica, sigo teniendo dos pies izquierdos los cuales no puedo usar en estas ocasiones, así que me siento un torpe teniendo que bailar entre todos los invitados, cuando la mayoría de ellos, por lo menos pueden seguir el ritmo de la música con cualquier tipo de paso de baile.
Intento buscar a Ángela con la mirada pero pronto la pierdo de vista, pero su distinguido cabello rizado y aquel jumpsuit corto de color rosa con líneas diagonales de color plata, también es fácil de encontrar entre la multitud de personas que pasan de un lado a otro cerca de ella; puedo ver como saluda a Olly y le entrega un regalo, hasta que su amiga es la siguiente en hacer el mismo procedimiento en donde está vez me admiro en ver que en vez que la chica sea quien acorrale a Olly para no dejarlo de abrazar, parece ser mi primo quien lo hace.
Tengo un irreversible deseo de acercarme a ellos para poder saber de qué hablan tanto pero no me puedo mover de mi lugar cuando Pearl ha empezado a bailarme de forma provocativa sin que me diera cuenta, es así como todo lo mano empieza a sucederme cuando Ángela mira en mi dirección y parece encontrarme logrando que se quede asombrada y aunque parece no asimilar lo que sucede en aquellos momento, termina por levantar su mano en forma de saludo, como aquella vez en la que me presente a la cafetería con la esperanza que siguiéramos siendo amigos.
Le respondo con el mismo gesto pero pronto se pone cabizbaja y se quita unos cabello de su rostro intentando poner nuevamente atención a la conversación que Olly mantiene con ella y su amiga, es ahí, en donde me doy cuenta que algo le incómodo para apartar su mirada y es que Pearl ha tomado mis manos y las ha dejado en mi cintura.
—Pearl... —me atrevo a regañarla de forma pasiva.
—Lo sé... —Suspira pero no sé va, en vez de eso, se da la vuelta para intentar hacerme bailar.
Sin muchas ganas de querer bailar o montar una escena que pueda ser que me lleve a desear algo más, simplemente intento moverme y cuando busco Ángela de nuevo, ella ya ha desaparecido de la sala y está vez al no encontrarla por mis alrededores, se me hace difícil poder saber dónde se encuentra.
— ¡Me gusta está canción! —Grita Pearl. — ¡Vamos baila, Andrew!
—Claro... —Ahora termino por ser quien finge una sonrisa agradable cuando Pearl sabe muy bien que odio bailar música que no está a mí conocer de cómo moverme.
(...)
Una hora y media después no supe como termine por zafarme un momento de Pearl, quizás sea probable porque ella se encontró a un conocido de su círculo social con quien se quedó hablando y tome la oportunidad para dejarlos conversando mientras que yo me muevo de un lado a otro buscando a Ángela que hasta el momento no la he llegado a ver de nuevo, haciendo preguntar acerca de dónde estará o mejor dicho, con quién puede llegar a estar.
Salgo de la casa para pasar por el porche y ver como cerca de la fogata, Olly y la amiga de Ángela se han quedado hablando, ambos parecen estar muy sumergidos en la conversación que me hace preguntar sobre qué tanto estarán hablando para que no se cansen. La chica no deja de ponerle atención a Olly a pesar que en su alrededor haya muchas distracciones y ruidos y eso sin decir de mi primo, quien con muchos ánimos sigue contando algo que a ambos les termina por dar risa; así que prefiriendo no interrumpirlos sigo con mi búsqueda en encontrar a Ángela.
Suspiro y pronto empiezo a caminar en dirección a la playa logrando que mis zapatos empiecen a cubrirse de arena; doy unas mirada de izquierda a derecha hasta que a lo lejos termino por encontrar a una persona quien camina por todo el territorio privado de la zona, lleva sus zapatos en la mano y cuando parece estar muy lejos de la fiesta, se queda parada y observa el horizonte del mar, en donde empiezan a formarse las olas; así que caminando a esa misma dirección, cada vez puedo ver más la figura de una mujer y no solo eso, sino que por el estilo y color inigualable de jumpsuit.
Quizás al estar a unos cinco a seis metros de ella, estoy a punto de llamarla pero quito la idea de mi cabeza al verla sumergida en sus propios pensamientos mientras observa el mar, ha cruzado sus brazos y su mirada no despeja aquel punto que es probable que le haya llamado la atención, ni siquiera escucha mis pasos a pesar que sean los únicos luego de darme cuenta que desde la distancia en que nos encontramos, el sonido de la música de la casa suele ser menor.
La observo detenidamente hasta que arruino el momento cuando dejo ir un ruido al tropezar con una roca de mar. Agito mis brazos para poder recuperar el equilibrio de mi cuerpo y no caer en la arena, así que obteniendo ese resultado, suelto el aire de mis pulmones y mis ojos pronto se dirigen a Ángela quien se ha cubierto la boca para reír.
— ¿Qué haces aquí? —quita su mano de sus labios para hablar.
—Eso mismo vengo a preguntarte —encoge los hombros.
Me acerco cada vez más a ella y puedo ver como la brisa mueve sus rizados cabellos a punto de pegarse en su rostro, aun sus manos sostienen lo que parecen ser unos incomodos zapatos de tacón de aguja, algo que rara vez he visto que ella use sino es para una ocasión de alguna presentación de universidad.
—Esté lugar es lindo, trae mucha paz —comenta mientras me quedo a su lado.
Y claro que le doy la razón cuando el único sonido que se aprecia es el de las olas.
— ¿Qué es lo que hacías? —le pregunte interesado.
— ¿En serio quieres saber? —elevó una ceja con risa.
—Mmm no estuve a punto de tropezarme con una roca para no saber la respuesta, ¿no? —relamió sus labios para no seguir burlándose de mí.
—Ejercicios de respiración. —Pronunció mientras que la miraba extrañado. —Ves, te dije que si en serio querías saber. —Dijo tímida.
Bueno, cada día aprendo más de ella y sus extrañas formas de comportarse que no dejan de llamarme la atención, quizás porque no es de las chicas normales que por lo menos se ponen a pensar en alguien o en una mala experiencia que le esté haciendo reflexionar en este momento.
—Eres rara. —Suelto sin pensarlo.
Ella suelta un risa encontrándole gracias a mis palabras, pero no es lo que me impresiona sino que es una frase que termina por sobresalir de sus labios color rosa y en forma de corazón.
—Gabriel García Márquez decía: "Me gustan las personas raras esas que bailan con la vida sin importarles quien los esté mirando... Esas que se ríen de sí mismos con tal de sacarte una sonrisa" —Comentó.
Dejé ir una sonrisa no por su frase sino porque ella es de ese tipo de personas que pueden transformar una palabra, cosas o acción mala por una buena.
— ¿Te pondrás así de reflexiva? —Le pregunto mientras veo como sus pies juegan con la arena.
—Soy una persona reflexiva por si no sabías —inquiere.
—Hay muchas cosas que no se de ti —sus ojos marrones pronto se dirigen a mí.
—Como yo de ti —guardo otra sonrisa porque tiene razón.
Es probable que si tuviera puesto los tacones, su altura me alcanzaría hasta el cuello, pero sin ellos, puedo ver como su estatura llega hasta unos dos o tres centímetros bajo mi hombro; me suele resultar gracioso que una chica pueda ser tan pequeña cuando lo que provoca es ternura; además en todo este tiempo, he conocido mujeres que son tanto de mi estatura como pueden ser más altas pero creo que Ángela se ha ganado ese honor de ser la primer chica pequeña que me causa ese efecto de dulzura.
—Sabes, podrías ser más hermosa sino fueras tan rara —arqueó una ceja.
—Y tú, podrías ser más cautivador sino fueras tan normal —reprimí una carcajada.
Su buen humor es un buen antídoto para los momentos duros y cansados, la verdad es que ella tiene un aura positiva aunque si le llego a decir eso, es posible que reciba un golpe en mi brazo, ya que odia que le mencione que es la persona más optimista que he conocido mi vida cuando muchas veces ella me ha dejado en claro que no lo es.
— ¿Me enseñaras el ejercicio de respiración? —ella parpadeo varias veces para poder comprender si mi pregunta fue real o no.
— ¿Para? —encogí los hombros.
—Quizás me ayude cuando me sienta nervioso, o ¿no sirve para eso? —ella rueda sus ojos con gracia.
—Sí... —Suspira. —Cierra los ojos. —Sin protestar hago lo que pide. —Ahora relaja tu cuerpo, no dejes que ningún pensamiento sin importar que sea malo o bueno entre en tu mente —permito concentrarme en sus palabras —, ahora, solo concéntrate en el sonido del choque de las olas... —Sigo escuchándola hasta que empiezo a despejarme de todo lo que se encuentra a mi alrededor. —Bien. Ahora, respira lento... Inhala... Deja que tu abdomen se llene de aire... Debes de retener unos segundos tu respiración... Así... No cuentes, solo mantén tu respiración hasta donde puedas... Ahora, exhala... Suave, soltando todo el aire sin acelerar tu respiración...
No supe cuantos minutos o cuantas veces hicimos el ejercicio repetidas veces pero cada vez, podía sentir como mi espalda dejaba de estar tensa, de cómo ya no se me perjudicaba respirar, de la paciencia que fui adquiriendo a cada segundo al controlar el aire que llenaba mi abdomen y mis pulmones y de cómo la voz de Ángela cada vez parecía estar más cerca...
Abrí un ojos y pude observar que ella hace lo mismo, sus ojos al encontrarse cerrados, dejaban ver el maquillaje sutil y suave que se encuentra en sus parpados, de cómo sus labios tiemblan y pronto una parte de sus orejas empieza a ponerse rojas. En aquel momento, puedo ver como una chica ordinaria se ha quedado a mi lado en silencio, su naturaleza sería insinuarme o usar una táctica de mujer atrevida para tratar de abrazarme o besarme, sin añadir que al estar solos, haría lo posible para compartir más tiempo conmigo de alguna forma, no de está que estoy protagonizando al verla callada, paciente y dulce, haciendo unos ejercicios de respiración para relajar nuestros cuerpos y dejando el tiempo pasar sin tener tan siquiera tocarnos...
—Si no dejas de verme, esto no funcionara —musita con un tono molesto del cual no se le da.
Y como poder dejar de verla, si al estar así, me parece una mujer preciosa. Demonios, sí que lo es, con aquellos labios fruncidos de temor y vergüenza, de los dedos de sus pies encogiéndose más entre la arena ocultando aquel tono azulado de sus uñas y de sus hermosos cabellos rizados que están hechos a la perfección.
Me acerco a ella y pronto, quito una pequeña melena de cabello de su cuello, el aroma a toronja y mandarina cubre mi nariz al punto de sentirme naufragado por una exquisita sensación con ese aroma dulce pero cítrico a la vez.
—No dejo de verte porque eres hermosa... —Suelta el aire de forma fuerte y brusca logrando que me separe de ella y ría al verla. —Vamos, es hora que Olly termine por partir el pastel. —Asiente, viendo como ahora su cara se torna roja. —Y una cosa antes, Ángela.
Se le dificulta elevar por un instante la mirada, lo cual me suena gracioso cuando no debería tener vergüenza que un hombre le diga esas palabras que son muy ciertas.
—Toma... —Le entrego un sobre al que toma y parece pedirme permiso con la mirada para saber si puede abrirlo. —Espero que vayas a verme, me daría un gusto poder tener a mi psicóloga preferida a mi lado. —Abre el sobre y se admira al encontrar la entrada del Spring Live y un gafete con el acceso VIP.
—Andrew... Yo...
—No me agradezcas, ¿sí? —puedo ver la felicidad en sus ojos. —Vamos, camina.
(...)
Luego de haberle cantando a Olly la tradicional canción del feliz cumpleaños, se sorprendió ver que el pastel se trataba de nada más y menos que de su equipo favorito de futbol. Los Derby County. Así que al principio de la emoción no quiso partirlo pero por tradición a que todos debemos comer pastel, con tristeza tuvo que darle varios cortes como finalizando su día de cumpleaños, mientras todos les cantaban, aplaudían y por si fuera poco intentaron llenarle la cara de pastel pero al ser de fondant al final solo pudieron tirarle pan.
Mientras todos se enfocaban en bromear con Olly y a tomarle fotos de recuerdo, Pearl me tomo del brazo y pronto me llevo lejos de todas las personas, haciendo que subiéramos al segundo piso y pronto todo ruido comenzará a ser insonorizado por la lejanía en donde nos encontramos, ella miro a su alrededor y empujo una puerta que termino siendo una habitación grande con paredes blancas y muebles marrones; escuché como la puerta se cerraba detrás de ella y con unos pasos cortos se aproximó a mí, hasta que de forma inesperada empezó a besarme con furia y necesidad, tanto que las primeras veces que sus labios se movieron encima de los míos me dejo un poco desconcertado, permitiendo que mi cuerpo se bloqueara y no fuese capaz de ni siquiera ponerle un dedo encima.
— ¿Andrew? —Susurro mi nombre mientras mordía el lóbulo de mi oreja.
—Pearl... No... Creo que esto sea correcto... —Quise interferir pero ella no me lo permitía.
Su mano empezó a tocar mi pecho mientras sus labios besaban mi cuello y pronto su lengua rozaba la parte trasera de mi oreja; sentí como mi cuerpo se estremecía con esas sensaciones y más al ver que he empezado a perder nuevamente el control; mi mano sujeta su brazo permitiendo que ella se detenga para saber si me rehusaré nuevamente pero en vez de alejarla, termino por acercarla más a mí hasta que está vez mis labios chocan con los suyos.
No dejamos de besarnos ni de acariciarnos; su perfume empezó a invadir el aire que respiro y sus manos no dejaban de recorrer mi cuerpo mientras en ocasiones su cabello castaño me provocaba cosquillas al rozar mi piel; levanto mi camisa y la tiro a un lado, me dio empujón y caí encima de la cama mientras observaba como puso detrás sus manos para bajar el cierre de su vestido. Se quitó las mangas primero y empezó a quitárselo hasta que aquel vestido Versace termino en el suelo.
—Te extraño Andrew...
Se puso encima de mí y comenzó a besar mi cuello hasta que sus labios pasaron a mi clavícula, luego a mi pecho, abdomen y encima de la cinturilla de mi pantalón; dejé ir un gemido y ella volvió a recorrer el mismo camino solo que con su lengua hasta que termino por rozarla contra mis labios.
—Vamos Andrew... —gimió mi nombre al agarrar su cabello con fuerza.
Dejé su cuello expuesto y fui el siguiente en besar y lamer aquellos lugares que muchas veces deje distintos recorridos y mordidas; empuje su rostro hasta el mío y de nuevo nuestros labios estuvieron juntos, hasta que ella empezó a morderlos en el momento que me quitaba la hebilla del pantalón y...
—Oh Dios, lo siento...
Desperté de aquella nube de placer al ver como Ángela cerraba la puerta y salía corriendo después se haber visto aquella escena; la vergüenza llego a mi rostro y luego la culpa al haberme prometido no hacer este tipo de cosas en una fiesta con muchas personas que algunas suelen ser para mí unos desconocidos.
Levanto a Pearl y la dejo a un lado para ser el siguiente en levantarme, ajustar mi cinturón y tomar mi camisa para marcharme. Agarro el vestido Versace de Pearl y se lo entrego mientras me mira atónita.
— ¿Qué sucede? ¿Te vas? —dice molesta.
—Pearl, no aquí por favor. —Digo antes de darme la vuelta y esperar que se cambie.
Dos cosas son las que me permiten estar consciente aún de mis actos, la primera que estoy en un lugar ajeno y que lo único que deseo es respetarlo y dos, es la fiesta de mi primo, porque no estoy aquí para buscar sexo.
Ella molesta se aleja de mí y empieza a caminar fuera de la habitación, doy un enorme respiro y le pido a todos los santos que Ángela no haya visto mucho aunque lo dudo cuando tenía a Pearl semidesnuda y encima de mí... ¡Mierda! Sabía que algo no saldría bien está noche.
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Continuará...
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