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Jiang Cheng acaricio la cabeza de su hijo. Hace unas horas había recibido la llamada de sus padres de que habían llegado, pero les dijo que JingYi tendría terapia para liberar la mucosa de sus pulmones y no podrían verlo, por lo que quedaron en ir cuando terminaran las terapias.

Jiang Cheng no queria preocupar a sus padres, no más de lo que ya estaban.

Un quejido hizo a Jiang Cheng salir de sus pensamientos.

─A-Die. ─JingYi susurro.

─Hola, hola cariño.

JingYi cerro sus ojos con fuerza y miro a su padre. ─¿Qué paso?

─Tus pulmones se llenaron de líquido, metieron un tubo y drenaron alrededor de un litro y medio, pero ya estas bien.

JingYi levando un poco su bata y vio las heridas. ─Duele.

─Lo sé amor, pero estoy seguro que pueden darte algo para el dolor. ─ Jiang Cheng le sonrió.

JingYi sintió sus ojos llenarse de lágrimas y Jiang Cheng lo sostuvo de las mejillas.

─Está bien A-Yi, eres muy valiente. Fuiste muy valiente. ─JingYi rompió en llanto y Jiang Cheng sorbio su nariz. ─Tranquilo cariño, no tienes que temer, el doctor Lan dijo que estas bien, estamos en terapia intensiva, pero en tres días volveremos a tu habitación. No te preocupes. ─JingYi sollozo y Jiang Cheng limpio las lágrimas. ─Cariño.

─Perdóname.

Jiang Cheng se quedó helado al oír sus palabras. ─¿Por qué? ─Pregunto.

JingYi miro a su padre y sorbio su nariz. ─Por esto, por nacer enfermo, por darte más trabajo del que necesitas.

Jiang Cheng negó. ─No digas eso, yo lo hago con todo mi amor. Lo sabes.

─Tengo miedo.

─¿De que tienes miedo?

─De que yo muera y tu quedes con una deuda que no podrás pagar jamás.

Jiang Cheng miro a su hijo. ─No importa, escúchame, aunque tenga que pasar mi vida entera trabajando para pagar el tratamiento que te va a salvar, no importa, lo hare con todo el gusto, mi amor.

JingYi negó. ─Quiero morirme.

Jiang Cheng negó. ─No, no aun no, cariño, aun no. Tú tienes que vivir, no pienses eso.

─No tenemos dinero, no quiero que se haga más grande los costos, quiero que pare ya, papá. Por favor, llévame a casa.

Jiang Cheng sintió su corazón romperse. ─No, no mi amor, no aun no podemos irnos, aun no.

JingYi negó llorando. ─Quiero ir a casa papá, quiero volver, por favor, llévame a casa.

Jiang Cheng lo abrazo y dejo que llorara, incluso él lloro en silencio.

Ese día RuSong no queria ver a nadie, pero estaba claro que sus deseos no serian respetados.

─Buenos días. ─Nie MingJue entro a la habitación. Traía un pequeño pastel y un par de bolsas de regalos.

RuSong no le dijo nada solo desvio la mirada.

─Te traje tu pastel favorito, el de limón. ─el destapo el pequeño pastel y lo puso en la mesa.

RuSong sentía hervir su sangre. ─Déjame solo, quiero que te vayas.

─Por favor hijo, es tu cumpleaños, al menos abre los regalos y sopla las velas de tu cumpleaños. ─MingJue se volteo para poner unas velas son el número 17, encendió las velas.

RuSong no aguanto más, tomo el pastel y lo tiro al piso.

─¡Ya basta! ─grito llorando. ─Quiero que te largues, quiero que largues y me dejes en paz. ─RuSong se abrazo. ─Ya no puedo con esto, ya no puedo más. ─se restregó la cara con frustración mientras dejaba caer sus lágrimas.

─A-Song por favor.

RuSong lo miro y negó. ─Te odio, no sabes cuanto te odio y cuanto te odiare hasta el día que me muera.

MingJue sintió una presión en su pecho. Miro el pastel que compro en el suelo hecho pedazos. Ya no sabia que hacer para ayudar a su hijo.

─No quiero festejar, lo que quiero es morirme de una vez por todas para que me dejes en paz. ─Lloro. ─Lárgate de aquí, déjame en paz.

MingJue dio un paso hacia atrás y salió de la habitación.

RuSong sintió una presión en su pecho y se dejo caer en la cama sollozando.

El resto del día recibió la visita de Wei Wuxian y Lan Wangji, quienes le dejaron un par de regalos, eran unos libros y unos nuevos audífonos. Se los agradeció, por mucho que quisiera ser groseros con ellos por este día sabe que no es justo, no es justo desquitarse.

Lan XiChen también hizo su aparición.

─Espero que te guste. ─le tendió un regalo.

RuSong lo tomo y lo abrió sin mucha emoción. Encontró un hermoso marco para fotografías y un libro.

─Así tu foto durara más.

RuSong sonrió levemente. ─Muchas gracias.

─No es nada, por cierto, Gracias por haber avisado. ─Lan XiChen le hablo a RuSong.

─¿Esta bien? ─pregunto preocupado.

─Estará bien ¿Cómo te sientes tú?

─Los temblores son más fuertes.

─Lo lamento, tuvimos que darte medicamentos más fuertes, tu cuerpo está rechazando los otros.

─Hay que hacerle caso al cuerpo, doctor Lan.

─A-Song no has querido ver a tu psicólogo ¿Por qué no hablas con él?

RuSong negó. ─No quiero, quiero estar así.

─RuSong sabes que te haría bien.

─Yo... yo quiero morir doctor, no cuestione mi deseo porque soy joven.

─Aun hay mucho RuSong, tienes que personas que te aman.

RuSong apretó sus labios y dejo salir un par de lágrimas. ─Pero no la persona que yo amo.

─Escúchame, mi hermano y yo lo estamos buscando. Pronto daremos con él, estoy seguro que volverá a ti, de seguro te extraña, pero tiene miedo de que lo rechaces.

RuSong apretó sus labios y asintió. ─Se lo agradezco.

─Por favor piénsalo.

Lan XiChen se despidió y salió de habitación. RuSong tomo la fotografía que tenia y acaricio el rostro.

─¿De verdad volverías por mi? ─Se pregunto. ─Deberías darte prisa, porque tengo mucho esperándote. ─su voz se rompió y dejo caer un par de lágrimas.

JinXin sabía que podía ir a la cárcel, pero no podía dejar de ir hoy. hoy especialmente tenia que ver a RuSong.

El dinero si podía abrir puertas, eso era seguro, de lo contrario no estaría de camino a la habitación del jovencito.

Camino a pasos apresurados hasta el pasillo por donde estaba su habitación. Fue entonces que lo encontró, estaba mirando el cielo, su cuarto estaba lleno de regalos sin abrir, como si no le importara.

Entro y cerro la puerta, pero el joven ni siquiera se volteo.

─No quiero pelear más papá, por favor, quiero que salgas de aquí, déjame tranquilo hoy.

─A-Song. ─hablo susurrando.

RuSong levanto la mirada y su respiración paro al ver al hombre frente a él.

─Señor JinXin.

JinXin se acercó a él y lo abrazo, RuSong se quedo en shock.

─No podía faltar hoy.

RuSong rompió en llanto, era un llanto desesperado, pero no lo abrazo.

─Esta bien, no te preocupes, no te preocupes. ─Se separo y RuSong lloro. JinXin secó las lágrimas. ─Tranquilo, no debería estar aquí, pero no podía no verte hoy.

RuSong bajo la mirada y lloro apretando el peluche de medusa.

─Tranquilo, no te hare daño.

La puerta se abrió dejando ver a MingJue y a los hermanos Lan.

─¿Qué demonios haces aquí? ─MingJue hablo alarmado. ─¡Aléjate de mi hijo! ─grito.

RuSong lloro mirando a su padre y negó.

─¿Quién es usted y como entro aquí? ─Lan Wangji hablo molesto.

─Voy a llamar a la policía y te juro que te voy a unir en la cárcel. ─MingJue hablo molesto.

─Tú no harás nada. ─RuSong hablo entre sollozos. ─No harás nada, porque te juro que no respondo.

Todos los miraron. ─Es mi cumpleaños y quiero tenerlo aquí, no quiero que se vaya. Quiero que este solo conmigo así que salgan de aquí.

─RuSong. ─MingJue lo miro sorprendido.

─Quiero que salgan todos. Doctores Lan, por favor. ─hablo suplicante.

Los hermanos Lan se miraron. Y Lan Wangji hablo.

─10 minutos, es todo lo que te puedo ofrecer.

─Es suficiente. ─JinXin hablo.

MingJue accedió al ver la mirada suplicante de su hijo, salió de la habitación junto a los hermanos Lan. RuSong se recostó y JinXin acaricio su rostro.

─Es hoy. ─hablo RuSong.

─Lo sé, no queria dejarte hoy en tu cumpleaños.

─Quiero que se acabe este día. Detesto este día.

─Lo sé campeón, sé que lo odias, pero no podía dejar de traerte algo. ─le extendió un regalo.

RuSong tomo el regalo y lo abrió, era una libreta de cuero.

─Úsala cuando te sientas solo, sé que te ayudaría.

RuSong asintió y a abrazo. ─gracias, significa mucho para mi.

Cuando JinXin se despidió MingJue lo tomo de la camisa, fueron separados por los hermanos Lan.

─No puedes hacer esto. ─XiChen le hablo.

─No tienes nada que hacer aquí, agradece que no llame a la policía.

─No me importa, has lo que se te de la gana. ─hablo molesto.

La mirada de ambos era de odio profundo.

─Te quiero lejos de mi hijo, el daño que le hiciste.

─No le hice ni un daño y lo sabes. Le di alivio, aunque te cueste creerlo. ─su voz se rompió. JinXin miro a los hermanos Lan. ─Sé que lo están buscando, si quieren saber dónde esta, estoy seguro que el señor Nie puede darles esa respuesta.

JinXin se retiró y Lan XiChen no pudo evitar la pregunta.

─MingJue. ─su amigo lo miro. ─¿Dónde está Meng Yao? ¿Dónde esta el papá de RuSong?

─Él lo abandono, no sé dónde esta y no me interesa, así que hagan su trabajo y curen a mi hijo.

MingJue se alejo dejando a los dos hermanos Lan.

Cuando JingYi volvió a la habitación Jiang Cheng lo ayudo a subirse a la cama.

─¿Dónde esta?

─Se fue, hubo una emergencia con su hijo menor. Lo siento cariño

JingYi negó y se recostó. ─Es lo mejor, la abuela lo hubiera matado.

─Sí, estoy seguro que sí. ─ Jiang Cheng rio. ─Lan XiChen dijo que no habría complicaciones, por lo que yo iré a trabajar hoy, lamento dejarte, pero tus abuelos llegaran en cualquier momento.

JingYi asintió y tomo la mano de su padre. ─Por favor, considéralo.

─No tengo que considerarlo cariño, no volveremos, tienes que quedarte. ─ Jiang Cheng le dio un beso en la mano.

─No estoy de acuerdo.

─Lo sé, pero no tenemos de otra, cariño.

JingYi desvio la mirada y lo soltó.

─Escuchamos que alguien cumplirá años mañana.

JingYi y Jiang Cheng miraron a la puerta y vieron al Jiang FengMian y junto a Madam Yu en la puerta.

Ambos sonreían y sostenían varias bolsas.

─NaiNai, YeYe. ─JingYi grito al verlos.

Ellos se acercaron y lo abrazaron enseguida.

─No sabes cuanto te hemos extrañado. ─Jiang FengMian le dio un beso en la frente.

─Espero que nos hayas extrañado. ─Madam Yu hablo.

Ambos se separaron y luego abrazaron a su hijo.

─Los hemos extrañado. A ambos. ─Madam Yu hablo sonriéndoles.

─Te hemos traído muchos regalos, de parte de tu tía, tío y primo tambien. Sé que mañana es tu cumpleaños, pero abrámoslo ahora. ─FengMian hablo sonriendo.

─A-Feng quédate abriendo los regalos, me muero por un café. A-Cheng por favor llévame.

Madam Yu salió con su hijo y al alejarse un poco ella le toco el rostro.

─Te ves cansado.

─Lo estoy, pero tengo que trabajar.

─¿Qué paso? No me engañas Jiang Cheng, sé que algo paso.

─Nunca te puedo engañar. ─sorbio su nariz. ─Todo pasa mamá, las facturas del hospital son muy altas, aunque los médicos están donando su tiempo todo es alto. ─su voz se rompió. ─ZhuLiu se divorció de mi a pesar de saber que eso afectaría a nuestro hijo. JingYi por ser mi hijo, por ser hijo de un doncel divorciado no tiene derecho a salud pública, tiene que pagar.

─Ese maldito idiota.

─JingYi escucho eso y se puso mal, estuvo unos días en terapia intensiva, no queria que lo vieran así, por eso no se los dije. ─Jiang Cheng sollozo. ─Quiere irse mamá.

─¿Qué?

─JingYi, JingYi quiere regresar a casa, dice que... que tiene miedo de morir y dejarme una gran deuda. ─rompió en llanto y su madre seco sus lágrimas. ─¿Cómo me tengo que sentir cuando mi hijo prefiere morir que dejarme una deuda?

─No lo llevaras a casa ¿Verdad?

Jiang Cheng negó. ─Ya perdi a LianYu, mamá, al perder a mi bebé... perdí una parte de mi, una parte de mi alma se fue con mi bebé, si pierdo a JingYi, abre perdido todo y no puedo. No lo voy a soportar mamá, no soportare perder a mi hijo. Puedo hacer todo, menos ver un mundo donde la sonrisa de mi A-Yi no este.

─Ya veremos como hacemos, tenemos algo ahorrado.

─No mamá.

─Mamá sí, es necesario. Esto es necesario y haremos todo por ayudar a JingYi.

Jiang Cheng se dejo abrazar por su madre.

RuSong nuevamente había escuchado aquella conversación.

RuSong miro la puerta de su habitación y sonrió a ver a JingYi.

─tenemos mucho que no nos reunimos. ─sonrió.

JingYi iba en una silla de ruedas junto a dos señores.

─Me alegra ver que estas bien. ─sonrió.

─gracias por salvarme, sé que por ti se dieron cuenta. ─Sonrió. ─Quiero que presentarte a unas personas.

─Claro.

JingYi sonrió y vio a sus abuelos. ─Ellos Jiang FengMian y Yu ZiYuan, mis abuelos.

─Es un placer conocerles señores Jiang.

─El placer es nuestro jovencito. ─FengMian sonrió.

─Hemos escuchado mucho de ti. ─Madam Yu sonrió.

─Y yo de ustedes.

─Oh por cierto, te hemos traído un regalo, esperamos que te guste.

Madam Yu le paso una bolsa y RuSong sonrió, abrió la bolsa y encontró un hermoso suéter tejido de color amarillo y sintió un nudo en su garganta.

─Les dije a mis abuelos que te gusta el amarillo. ─JingYi sonrió.

─Me encanta. ─hablo con la voz entre cortada.

─El abuelo FengMian lo hizo para ti.

RuSong miro al señor FengMian y le sonrió. ─Muchas gracias. ─sollozo.

─Oh campeón no llores, me alegra que te guste. Apenas supe que nuestro A-Yi hizo un amigo lo comencé.

─¿Qué edad tienes cariño? ─pregunto Madam Yu.

─Cumplí 17 hace tres días.

Oír eso dejo a todos helados.

─¿Cómo que es fue cumpleaños? ─Jiang JingYi lo miro sorprendido.

─Sí.

─Pero nunca dijiste nada.

─No me gustan mis cumpleaños, nunca los celebro.

─Todos debemos celebrar nuestros cumpleaños, aunque los odiemos. ─Yu ZiYuan le hablo. ─Que bueno que venimos preparadas.

Ella saco de una las que traía un topper con lo que parecían ser cupcakes, saco una pequeña vela y la puso en la mesa.

Ella encendió la vela y los tres Jiang comenzaron a cantar. RuSong no sintió molestia ante esto. Solo dejo que cantaran y sonrió.

─Ahora pide un deseo. ─Madam Yu le hablo.

RuSong miro la vela por un instante y luego cerro sus ojos soplándola, recibiendo una ola de aplausos.

─Muchas gracias por eso

─Prometo que tendré tu regalo pronto, no te dejare sin regalo. ─JingYi hablo.

─Tu amistad ya es mi regalo JingYi.

─Jejeje eres muy tierno, pero aun así te daré un regalo, no sé qué, pero sé que te gustara.

Cuando Jiang Cheng salió del trabajo y fue hasta el hospital ya era de noche. Había trabajado más horas para estar libre el diga siguiente por el cumpleaños de su hijo.

Mientras iba entrando, Jiang Cheng choco con alguien.

─Bueno es una sorpresa. ─Lan XiChen le sonrió.

─Me alegra verte.

─Lo mismo digo. Vi que tus padres estaban con JingYi y RuSong ¿Te parece si me aceptas una taza de café?

─Sí, claro. De hecho, me gustaría hablar contigo.

XiChen asintió y ambos fueron hasta la cafetería. Pidieron un par de cafés y se sentaron.

─Yo... queria disculparme, por lo que paso, todo el escándalo.

─Está bien Jiang Cheng, puedo comprenderlo, así que no te preocupes.

─Aun así no es bueno, lo siento mucho yo... perdí la razón.

─Sé que estas aterrado. Wei Wuxian hablo conmigo, claro que accedí a donar mi tiempo.

Jiang Cheng sonrió agradecido. ─Te lo agradezco mucho XiChen, estoy a punto de encontrar otro empleo.

─Sé que puede ser difícil, sobre todo porque eres padre soltero, solo quiero que sepas que si necesitas algo estoy aquí, tratare de hablar con la junta directiva de alguna manera haremos los costos más bajos.

─gracias, en serio, no tengo palabras para esto que haces, todo lo que haces por mi, por mi hijo yo... no tengo como agradecerte.

─Dejando de llorar, tienes ojos muy lindos como para verlos llenos de lágrimas.

Ese comentario hizo sonrojar a Jiang Cheng y a XiChen le causó gracia verlo así.

RuSong vio a Jiang Cheng abrazar a JingYi y como su familia reía. JingYi era afortunado, RuSong sabia eso.

JingYi era bueno, era alegre, era alguien que amaba y amaban. RuSong podía admitir que le tenia envidia, una envidia buena.

RuSong sabia que esa familia necesitaba una oportunidad. Miro aquella medusa de peluche y sonrió.

─Ellos merecen una oportunidad. ─Sonrió.

RuSong ya había tomado una decisión. 

Muchas gracias por leer, si te gusto no olvides recomendar, votar y sobre todo comentar, ya que tus comentarios me impulsan a seguir con este fanfic.

Les amo.