Capítulo 1 "Hospital"

JingYi veía a su padre conducir con una sonrisa en su rostro. En la radio sonaba una canción en inglés de los años 80, y su padre la tarareaba mientras miraba el camino. JingYi tenía mucho sin ver una sonrisa en el rostro de su padre, al menos una sonrisa que fuera sincera.

─ ¿Te sientes bien, cariño? ─su padre le preguntó, viéndolo brevemente

─Sí, estoy bien, solo hace algo de frío.

Su padre lo miró preocupado. ─Déjame estacionar.

─No hace falta, papá.

─No hay problema, cariño, en serio.

Su padre estacionó el auto a un costado de la carretera, y JingYi suspiró al ver a su padre bajarse del auto. Jiang Cheng abrió el portamaletas y sacó una manta de lana hecha por su tía.

Jiang Cheng abrió la puerta del lado de JingYi y lo cubrió con la manta.

─Ahí está, cariño, prometo que mandaré a arreglar pronto la calefacción.

─Gracias, papá. Disculpa que te moleste.

─No es molestia, cariño. ─Le dio un beso en la frente y volvió al auto.

Llevaban al menos unas 13 horas desde que salieron de Hong Kong hacia Shanghái; les faltaban aún casi dos horas para llegar.
JingYi se concentró en el camino; le agradaba ver a su padre feliz.

Mientras JingYi comía algo de pollo al horno que su padre le había comprado cuando se detuvieron a descansar, el celular de su padre comenzó a sonar.

Jiang Cheng dejó de comer la pasta que tenía y contestó.

─Hola, Wei Wuxian, buenas tardes.

─Hola, Jiang Cheng. Solo te llamaba para saber si aún les falta mucho. Acabo de llegar al hospital y pediré que preparen la habitación de JingYi.

─Estaremos en media hora en el hospital. JingYi está emocionado por esto. ─Jiang Cheng miró a su hijo sonriendo, y JingYi le dio una de las tantas sonrisas falsas.

─Eso me parece genial. Sé que a JingYi le gustará este nuevo hospital.

─Eso espero.

─Entonces te llamaré dentro de poco. Tendremos todo listo.

─Sí, muchas gracias por esto; significa mucho.

─Yo solo hice mi trabajo como trabajador social, así que no te preocupes. Nos vemos.

La llamada se terminó y Jiang Cheng miró a su hijo jugar con su comida.

─No hay que jugar con la comida.

─Lo siento, solo estaba metido en mis pensamientos.

─ ¿Algo que compartir con la clase? ─Sonrió.

─Sé que te hace feliz, todo esto.

─Nos hace feliz, JingYi; es una buena oportunidad.

─Una oportunidad muy cara.

─No tienes que preocuparte por eso. Soy tu papá, estoy aquí para ayudarte. ─Jiang Cheng lo tomó de la mano. ─Vamos a salir bien de esto.

JingYi solo asintió.

Cuando JingYi vio el edificio, supo enseguida que era caro: "Hospital Universitario Lan Xiu".

-Mírate, han pasado solo dos meses desde que no te veo y parece que has crecido demasiado.

JingYi miró hacia la puerta y vio a Wei Wuxian salir con un grupo de internos.

-Buenas tardes, licenciado Wei.

-Ya lo hemos hablado, JingYi; puedes llamarme Wei Wuxian. -Les sonrió a ambos. -Quisiera presentarles al grupo de internos del doctor Lan. Ellos son los doctores Zhan, Luo y Wen. El doctor Wen se encargará de tu caso a pedido del doctor Lan, y los demás doctores estarán siempre al pendiente.

JingYi y Jiang Cheng saludaron. El doctor Wen le acercó una silla de ruedas y JingYi miró a su padre. Jiang Cheng asintió, consciente de que JingYi odiaba estar en las sillas, pero no había otra opción.

Hizo caso a lo que su padre le pidió, y todos entraron al edificio.

-Es un hospital muy grande -comentó JingYi.

-Lo es; es uno de los hospitales más grandes del país. Tiene muy buenos especialistas, y el doctor Lan es uno de los mejores -respondió Wei Wuxian.

Entraron en un ascensor que los llevó hasta el octavo piso. Al llegar, pasaron por una estación de enfermeras. JingYi intercambió miradas con algunas de ellas y sonrió tímidamente.

Finalmente llegaron a su habitación, la 312. La habitación era solo para él, lo que lo impresionó.

-La habitación tiene una vista hacia la ciudad y puedes decorarla como quieras -dijo Wei Wuxian, mientras ayudaba a dejar los bolsos en los muebles.

-Eso es impresionante -respondió JingYi, con poca energía, lo que preocupó a los presentes.

-Em, bueno, doctores, gracias. Me quedaré con el doctor Wen; por favor, díganle al doctor Lan que el paciente del que le hablé ya está en la habitación.

-Sí, licenciado -respondieron, y el resto de los doctores se retiró.

JingYi se acomodó en la cama.

-Doctor Wen, ¿podrías conseguir una nueva cánula para JingYi? ─le pidió Wei Wuxian con una sonrisa.

-Enseguida.

Wen Ning salió de la habitación y Jiang Cheng se sentó en la cama junto a su hijo.

-La habitación es muy grande. Estoy seguro de que podemos pedirle al abuelo que traiga algunos de tus cuadros aquí -le dijo Jiang Cheng con una sonrisa.

-¿Cuánto cuesta? -preguntó JingYi, mirando a Wei Wuxian. -Es una habitación privada en uno de los mejores hospitales del país. ¿Cuánto cuesta?

-JingYi, no seas grosero -le respondió Jiang Cheng con seriedad.

-No es ser grosero; solo quiero saber cuánto va a costar esto.

-Esto no es un chiste, JingYi; tu salud es lo más importante -intervino suavemente Wei Wuxian.

-Por favor, necesito la verdad.

-Basta, no más.

-Papá.

-Oye, estamos aquí, y se acabó. Haremos esto y tú estarás bien.

JingYi suspiró y desvió la mirada, sintiéndose frustrado.

-Comprendo tu descontento, JingYi, pero te aseguro que estoy moviendo mis hilos para que todo sea lo menos costoso posible y tú estés bien.

JingYi solo asintió, sintiéndose un poco más tranquilo.

-Tengo un caso que atender aquí enfrente, así que estaré cerca y vendré a hablar con ustedes cuando el doctor Lan llegue.

-Gracias, Wei Wuxian -respondió Jiang Cheng, agradecido.

-Es un placer.

Wei Wuxian salió de la habitación, y JingYi lo siguió con la mirada. Frente a su habitación, abrió una puerta, encendió las luces y levantó las persianas.

-Ya lo hemos hablado, RuSong; nada de puertas cerradas ni persianas abajo. Tenemos que asegurarnos de que estás bien.

-Creí que tenía privilegios -dijo, ocultándose bajo las sábanas.

Wei Wuxian le quitó las sábanas y lo ayudó a sentarse bien. JingYi vio a un joven de cabello rubio, que tenía varios pendientes en su oreja derecha. Tenía ojeras y su piel era pálida.

-A-Yi.

JingYi fijó su mirada en su padre y ambos se tomaron de las manos.

-Estamos aquí, cariño. No hay vuelta atrás.

-No sé por qué lo intentamos.

-No digas eso; todo tiene solución en esta vida, y Wei Wuxian nos está haciendo un gran favor.

JingYi solo asintió y volvió a mirar al frente. Wei Wuxian hablaba con el joven, que aparentaba tener la misma edad que él, mientras que el joven solo miraba el televisor que tenía a un lado. Eso era grosero, pero JingYi no era nadie para juzgarlo.

Jiang Cheng hablaba con las enfermeras, y JingYi admitía que eran amables. Su padre tenía un sofá donde podría dormir, en lugar de aquella fría silla que había en el centro de salud.

Cuando JingYi nació, las cosas se complicaron. Había venido al mundo con el gen de la Fibrosis Quística (FQ), un rasgo heredado de su otro progenitor. Desde entonces, ha estado saliendo y entrando de los hospitales, y las facturas médicas solo aumentan con el tiempo.

JingYi había nacido en una familia feliz; sus dos padres eran maravillosos con él. Sin embargo, solo un par de años después, algo provocó que su familia se separara. Ahora, la mayor parte del tiempo estaba solo con su padre, Jiang Cheng, y su familia.

JingYi sabe lo que es morir y lo que significa que su padre lo mire y lo abrace como si creyera que ese fuera el último día. Reconoce todas las miradas y sonrisas falsas que su padre le ofrece.

Jiang JingYi es consciente del esfuerzo que hace su padre. Las facturas hospitalarias no son nada baratas, y es por eso que ve a su padre trabajar desde la mañana hasta la noche, y los fines de semana hasta la madrugada. Su familia no es rica; su padre no terminó la universidad porque se embarazó de él y lo tuvo muy joven. Sus abuelos los apoyaron, pero Jiang Cheng decidió trabajar y pasar tiempo con su hijo, especialmente cuando supo que estaba enfermo. Su otro padre lo apoyó en esa decisión, y aunque no vivían en la opulencia, tenían lo necesario.

JingYi sabe que las ojeras que tiene su padre no son por trasnochar, sino por trabajar. Fue entonces cuando llegó a una conclusión:
"¿Por qué luchar, si de todas formas voy a morir?"

Lo que menos quería JingYi era que, si fallecía, su padre quedara solo y endeudado. No quería que él enfrentara más dificultades.

Sabía cuánto dependía su padre de él.

Ahora tenía 16, casi 17 años, y hacía tan solo dos meses estaba en un hospital recibiendo atención médica de baja calidad. Hasta que, según toda su familia, Wei Wuxian apareció como un ángel.

Apareció como un trabajador social que estaba de paso en ese hospital. El caso de JingYi le llamó la atención, y por casualidades de la vida, Wei Wuxian era esposo de uno de los doctores dueños del hospital con el departamento cardiotorácico más importante del país. Rápidamente, en dos meses, Wei Wuxian arregló que JingYi fuera trasladado al hospital universitario Lan Xiu para un nuevo tratamiento y para entrar en la lista de trasplantes de pulmón.

JingYi agradecía la ayuda, pero sabía que no era del todo gratis.

Cuando su padre entró a la habitación, lo hizo con una gran sonrisa.

-Parece que algo bueno pasó.

-De hecho, sí; las enfermeras me dicen que este lugar tiene bibliotecas, gimnasio y también salas de juegos. Será bueno para ti.

Jiang Cheng estaba preocupado de que su hijo no tuviera una adolescencia normal; después de todo, solo recibía clases virtuales y no tenía muchos amigos.

-Eso es... interesante.

-A-Yi, hay que subir los ánimos, ¿sí?

JingYi solo asintió y volvió a mirar hacia enfrente; las persianas estaban abajo y la puerta abierta.

-Papá, ¿hay alguien ahí?

Jiang Cheng lo miró confundido.

-No veo a nadie, de hecho.

JingYi solo asintió.

-Vaya, parece que alguien se dio un baño -dijo Wei Wuxian, sonriendo mientras entraba.

-Fueron muchas horas de viaje.

-El doctor Lan estará pronto aquí -sonrió.

-Parece que por fin conoceremos a su esposo.

Wei Wuxian rió.

-¿Mi esposo?

Ambos Jiang se miraron confundidos.

-¿No es tu esposo quien atenderá a JingYi? -preguntó Jiang Cheng.

Wei Wuxian negó.

-No, mi esposo es cirujano general. Quien atenderá a JingYi será mi cuñado, el doctor Lan XiChen.

-Parece que alguien está hablando de mí.

En el marco de la puerta, todos prestaron atención. Estaba vestido con un uniforme de color azul marino y zapatos deportivos negros. Tenía una credencial en su bolsillo y un estetoscopio colgado del cuello.

-Oh, qué bueno que vienes. Te hemos esperado desde hace horas -dijo Wei Wuxian con una sonrisa-. Doctor XiChen, te presento a JingYi, tu paciente con FQ pulmonar, y déjame presentarte a su padre, el señor Jiang Cheng.

Lan XiChen dirigió su mirada hacia Jiang Cheng y, al verse a los ojos, ambos sintieron una extraña presión en el pecho.

-Mucho gusto -dijo Lan XiChen, extendiendo la mano a JingYi, quien la tomó, y luego a Jiang Cheng. Una extraña corriente pasó por sus dedos-. Soy el doctor Lan XiChen, y estaré feliz de atender a JingYi.

-Muchas gracias, doctor Lan.

-No es nada. El hermano Wei me habló de este caso y no me pude negar -sonrió-. Doctor Wen, presente el caso.

Wen Ning encendió la tableta y comenzó a hablar.

-Jiang JingYi, 16 años, diagnóstico de fibrosis quística pulmonar de nacimiento. Hace dos meses sufrió de una bronquitis que se pudo controlar. Actualmente está aquí para un nuevo tratamiento y está a la espera de un trasplante de pulmones.

-Señor Jiang, supongo que sabe que el FQ es genético. ¿Viene de su familia?

-No, no. Mi familia se hizo estudios y los médicos llegaron a la conclusión de que no es de parte de nuestra familia, es del otro padre de JingYi.

Lan XiChen asintió.

-Está bien, doctor Wen, quiero estudios completos. Necesito todo: prueba de sudor, genética, función pulmonar, radiografía de tórax y que se apresuren, por favor.

-Sí, doctor, lo haré enseguida.

Wen Ning salió de la habitación y Lan XiChen sonrió a JingYi.

-Bien, JingYi, te doy la bienvenida al hospital. Hay gimnasio, biblioteca y piscina. Puedes hacer uso de todas las instalaciones si así lo deseas; solo ya sabes, todo paciente con FQ debe estar a dos metros de ti.

JingYi asintió y desvió la mirada hacia su padre, pero lo vio con un rubor en las mejillas. JingYi miró al doctor Lan y lo vio sonreír; entonces, él mismo rió.

-Tengo que atender a otros casos, pero por lo general estoy cerca. Si no estoy, puedes hacerme llamar con las enfermeras y vendré enseguida.

-Sí, está bien, muchas gracias.

-De nada, espero verlos más tarde.

Lan XiChen le dio una última sonrisa a Jiang Cheng y salió de la habitación junto a Wei Wuxian.

JingYi vio a su padre y solo rió un poco; volvió a mirar al frente y vio a Lan XiChen y Wei Wuxian entrar a la habitación de enfrente.

-RuSong, ya lo hemos hablado; no puedes tener las persianas cerradas ni la puerta cerrada.

RuSong rodó los ojos y solo se acurrucó más.

-¿Algún cambio, doctor Wen? -preguntó Lan XiChen mientras revisaba la tableta.

-Sin complicaciones durante la noche, pero su respiración es algo ruidosa; creemos que puede estar teniendo líquidos en los pulmones -respondió Wen Ning.

Lan XiChen asintió y se colocó su estetoscopio.

-Voy a revisarte, RuSong. Necesito que te sientes.

Wen Ning y Wei Wuxian lo ayudaron a sentarse y le desataron la bata para poder revisarlo. RuSong se encorvó en la cama y Lan XiChen comenzó a escuchar su respiración.

-Inhala y exhala, RuSong, por favor.

RuSong hizo lo que XiChen le dijo y, al terminar, lo ayudó a recostarse.

-Necesito que le hagas una radiografía de tórax y me lleves los resultados. Dile a tu grupo de internos que lleven a ambos pacientes a hacerse los estudios.

-Sí, doctor.

-¿Cómo te has sentido, RuSong? Escuché que no has tenido mucho apetito.

-No tengo hambre.

-Sabes que tienes que comer; no te mejorarás si no sigues todas las instrucciones.

RuSong dio una pequeña risa cínica.

-Por favor, la única forma de que yo mejore es que alguien muera, y eso no me hace muy feliz.

Los presentes suspiraron, algo cansados.

-Tal vez podrías dar un paseo; tienes permitido salir de la habitación.

-Solo salgo en cama, y no es la idea de un paseo. Además, no me llama la atención.

-Escuché que no has querido recibir al psicólogo -le comentó Wei Wuxian-. Hace casi dos semanas y media que no recibes la terapia.

RuSong lo miró serio.

-¿Para qué necesito terapia si de todas formas voy a morir?

-RuSong, sabes que no vas a morir -le habló Lan XiChen.

-Bueno, conociendo las influencias de mi familia, son capaces de matar a alguien para que su corazón sea mío -habló sin mirarlo, fijando la vista en un libro que estaba a un lado.

-No está bien que hables así de tu familia; ellos se preocupan mucho por ti -replicó Lan XiChen.

-Sí, claro -respondió de forma sarcástica.

-Tienes que dar un paseo obligatorio, así que le diré a una de las enfermeras que te saque a dar un paseo. O si deseas, puedo llamar a tu padre y pueden pasar tiempo juntos -se acercó Lan XiChen.

-Sí, claro, también podemos tomar el té y hablar sobre lo mucho que nos amamos.

-Creo que la enfermera puede sacarlo a dar un paseo.

-No quiero un paseo; no hace falta que salga si de todas formas ni siquiera puedo salir de esta cama.

-No será para siempre, A-Song. Créeme, estamos haciendo todo lo posible para que estés estable y puedas tener un corazón.

-Entonces dejé de hacerlo. Ya les dije que no me interesa un trasplante de corazón -RuSong ni siquiera desvió la mirada de la portada del libro.

-Lo hablaremos después. Tengo una cirugía ahora, pero estaré por aquí en la noche. Por favor, necesito que comas, porque de lo contrario tendré que ordenar que se ponga una sonda nasogástrica. Así que, por favor.

Lan XiChen no esperó respuesta y salió de la habitación. Wei Wuxian se sentó en la cama y tomó la mano de RuSong, quien dejó el libro y lo miró.

-A-Song, sé lo que estás pasando, pero tienes que seguir adelante; la vida no se ha acabado.

RuSong solo suspiró.

-Yo creo que sí se acabó.

Wei Wuxian suspiró y apretó su mano.

-Tienes un nuevo vecino; el paciente de la 213 es un joven de tu edad. ¿No te parece genial?

RuSong quitó la mano y negó.

-No, no es genial que un joven de mi edad esté internado por algún problema cardíaco o pulmonar.

Antes de que Wei Wuxian le respondiera, su celular sonó y lo revisó.

-Parece que tu padre quiere verte.

-Y yo quiero dormir en paz, pero nadie deja que eso pase.

-Ya te hemos dicho que no puedes bajar tus persianas ni cerrar la puerta, así que por favor deja de hacerlo.

RuSong solo asintió.

-Tengo el caso de una bebé que necesita mi ayuda, así que volveré más tarde.

-Tengo entendido que tienes hijos, ¿no?

-Así es; tengo un joven de 17 años y una niña de 5 que en estos momentos está en la guardería.

-Pasa tiempo con ellos en la noche; no hace falta que me acompañes -RuSong se cruzó de brazos.

-Tu tío llamó; acaba de volver al país y quiere venir a cuidarte unos días antes de regresar al extranjero.

RuSong lo miró serio, con una ceja alzada.

-¿Por qué querría eso?

-Eres menor de edad, RuSong. Se te permite estar solo por tu padre, pero tienes que estar acompañado.

-Hace mucho que no estoy acompañado; no hace falta ahora.

Wei Wuxian quiso volver a hablar, pero su celular volvió a sonar. -Hablaremos después. ─Wei Wuxian salió de la habitación.

JingYi, quien se había quedado solo mientras su padre iba por algo de agua, vio a RuSong y ambos chocaron sus miradas. JingYi le sonrió levemente y RuSong le correspondió la sonrisa.

Estoy muy feliz de que puedan leer este pequeño trabajo, no será muy largo, pero espero sin duda ver sus teorias más adelantes.

Bienvenidos a Corazones Amargos.

Muchas gracias por leer, si te gusto no olvides recomendar, votar y sobre todo comentar, ya que tus comentarios me impulsan a seguir con este fanfic.

Les amo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top