11. Coleccionista
Sobre mi escritorio, en la oficina, conservo los regalos de por lo menos siete enamorados diferentes: flores, notas, dulces, figuras. Siempre los contemplo sonriente, antes de disponerme a trabajar.
No pienso corresponder en sentimientos a ninguno de ellos ¡vaya que no, qué espanto! Pero es como si tuviera siete corazones en mis manos... y eso me da mucho más poder que el dinero o un ascenso.
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