Capítulo 8

- Tio Xiao... juguemos. - Decía mostrando una pelota de juguete. 

- Está bien empieza. - El pequeño se la lanzaba. - Ahora creo que no te la devolveré, ¿ qué harás? - El pequeño sonrió, su tío lo estaba retanndo al igual que siempre y este lo aceptaba con gusto esforzándose en recuperarla. No se rendía, lo cual en cierto modo parecía interesante para el otro, quien pensaba en lo buenos que se volverían sus reflejos con el tiempo. Rato después terminaron sentados en el suelo. 

- Ahh... nunca podré quitártela. - 

- Ohh. Yo pensé que dijiste que no te rendirías. ¿Acaso te estas retractando de tus palabras?- 

- No, no pienso rendirme. - Xiao sonreía ante su determinación. - Oye tio Xiao, túuu... - agachaba su mirada lo cual extrañó al nombrado. - ¿ odias a papá? - Esto no se lo esperaba. 

- ¿ Por qué preguntas eso?- 

- Esque últimamente papá está triste cada vez que te mira, pensé que os habíais peleado. Además no hablas mucho con él. - 

- No Xi, no nos hemos peleado, y no lo odio, ¿ por qué tendría que hacerlo?. -

- ¿De verdad?. - Xiao asentía. 

- Tú, tu papá y Kara sois lo más importante para mi, jamás podría odiaros. - Acariaciaba su cabeza mientras decía lo último, Xi lo abrazaba y Kara lo observaba desde lejos. " Sería un padre maravilloso para el pequeño Xi", sonreía con este pensamiento y terminaba abandonando la escena para ir a informar a Aether de que su hijo estaba en buenas manos.  
Tiempo después, Xiao aparecía con  el pequeño Xi entre sus brazos, se había quedado dormido. 

- Siento las molestias. - 

- No es molestia. Aether, ¿he hecho algo que te haga sentir triste? - 

- ¿ Qué..? - 

- El pequeño me preguntó que si te odiaba, porque cada vez que me miras estas triste. - 

- No, por supuesto que no. Quiero decir, tú nunca harías algo que me hiciera daño. - 

- ¿ Entonces?, qué ocurre, ya sabes que puedes contarnos tanto a Kara como a mi cualquier cosa. -

- Lo se, es solo que últimamente te has estado esforzando demasiado por el bienestar de todos, estaba preocupado por ti, no quiero que enfermes. Deberías descansar un poco más. - 

- Supongo que tienes razón, últimamente no he descansado mucho, pero estoy bien. No te preocupes. - A la par que terminaba aquellas palabras acariciaba la cabeza del rubio como si de un niño se tratara. Aether sonreía, ese tacto hacía tiempo que no lo notaba, y sentía como su corazón daba un vuelco, sus mejillas se sonrojaban ligeramente. 

- ¿ Quieres algo de té? - 

- No, gracias de todas formas, tomaré tu consejo e iré a descansar. - Aether asentía en respuesta, tras lo cual Xiao se marchaba hacia su habitación. Esa misma noche tuvo una pesadilla, a su mente vino el peor escenario posible, todos a su alrededor heridos, y sus manos manchadas de sangre mientras unos ojos iguales a los suyos lo observaban desde lo alto. En ese momento despertaba con un sudor frio recorriendo todo su cuerpo mientras su garganta estaba seca. Ese era uno de los precios a pagar por ser un asesino, pensaba a la par que miraba sus manos las cuales temblaban. Al final volvía a intentar conciliar el sueño aunque no lo lograra totalmente. ¿Continuarían aquellas pesadillas para siempre?, se preguntaba Xiao, esperaba que en algún punto pudiera vivir con ello aunque fuera difícil. 

Al día siguiente, las transformaciones del pequeño Xi comenzaban a dar problemas. Era bien sabido que en la forma animal de los beastars se enlazaba con los sentimientos de los mismos, es por ello que si había algun desequilibrio emocional, las transformaciones podrían salirse de control. 

- Xi, cariño, no debes temer a tu bestia. Incluso aunque pienses en que le harás daño a alguien no tiene por qué ser así. Además papá no está enfadado. - Decía Kara mientras el pequeño estaba sentado en el suelo llorando. 

- Pero yo le hice daño. No quiero tener garras nunca más. - Kara suspiraba. No estaba segura como lidiar con aquello. 

- Xi... - Aether llegaba con una pequeña tirita puesta sobre aquel arañazo. - Tan solo fue un rasguño, no es nada grave. - Este sin estar convencido, seguía en la misma posición. - Xi, vamos. No estes triste, además no vas a hacerme daño solo porque tus garras crezcan. - Terminaba acariciando la cabeza de su pequeño. - Ya se, que tal si la tía Kara te lo demuestra. - El pequeño dejó de llorar por fin para mirar a la nombrada. Era cierto que nunca había visto la forma de ninguno de su especie, por lo que estaba curioso. 

- Esta bien, ¿ preparados? - De un momento a otro comenzó a cambiar de forma, su cabello tomó un tono blanco, con betas rojizas bastante oscuras que caracterizaban a su cabello y emulaban las líneas de los tigres. Sus colmillos se hacían mas pronunciados, y una cola crecía desde su trasero, por último sus pequeñas orejas podían moverse por si mismas, eso sumado a sus ojos que cambiaron de tonalidad, volviéndose uno dorado y otro rojizo del tono del vino tinto. 

Xi se asustó un poco, por lo que Kara tan solo se acercó y comenzó a lamerlo, haciendo que comenzara a reir y la abrazara. 

- ¿ El tio Xiao también puede transformarse?- 

- Bueno él... - 

- Está bien, no importa. Si, puedo transformarme. - No era algo que acostumbrara a hacer debido a lo que todos sabían, era tan parecido a su padre que en cierto modo detestaba esa forma. Xi no era consciente de aquello, sin embargo, esa era una buena oportunidad para dejarlo de lado, es lo que Xiao pensó. 

En un momento al igual que su hermana, este tomó forma de tigre, siendo blanco con su manchas oscuras y reflejos verdes al igual que su cabello, además, sus ojos intensificaron su característico color dorado. 

- Woaa, el tío Xiao es más grande que la tía Kara. Increible, ¿ verdad papá? - Aether tan solo tenía un pensamiento en su mente, "Hermoso". La chica volvía a su forma humana, era más cómodo, mientras el otro tan solo se dejaba acariciar por el pequeño. 

- Parece que he perdido. - Sonreía con cierta tristeza y suspiraba con algo de envidia. 

- Tío Xiao, tu pelaje es super suave. Papá, tócalo tú también. - Con esta frase salía de su propia ensoñación, para volver a la realidad.

- No, no creo que... - 

- ¿ Por qué no? - Preguntaba Xi extrañado, no entendía y ladeaba su cabeza en señal de lo mismo. 

- Él tiene razón, no hay problema alguno, ¿ verdad Xi? - El pequeño asentía y se acercaba hasta su padre para tirar de él y llevarlo hasta su tío. Aether dudó por un momento, pero de inmediato terminó acariciando de forma lenta a Xiao. Este último se tumbaba cruzando sus patas delanteras para descansar su cabeza sobre las mismas. 

- Oye Xi, me apetece un zumo, qué tal si vamos por un poco. - 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top