O7: Ella te mira de esa manera.

Los Jeon se quedaron en casa de los Park por esa noche de su regreso y también se quedarían la siguiente porque según lo que JiMin sabe, los líderes de ambas dinastías debían acordar ciertos asuntos.

JiMin presiente que es sobre su casamiento con cierto hombre.

Hombre, un hombre... Susurra en su cabeza.

Lo ve ahora, sentado en el suelo a su lado, ambos disfrutando del atardecer de su primer día juntos luego de años. Ve sus cabellos cortos y negros, sus ojos celestes brillando por el ocaso y sus hombros anchos dándole esa apariencia grande e intimidante.

Jungkook ya no es su dulce niño.

¿Pero saben? Aún mantenía sus sentimientos transparentes. Aún conversaba sus ojos celestes llenos de inocencia, de amor, de honestidad.

Y esa misma honestidad es lo que le llena de misterio.

Sus toques no son tan dedicados, sus sonrisas carecen de veracidad y sus ojos azules transmiten tristeza. JiMin puede saberlo, no hace falta analizarlo tanto porque Jungkook es tan transparente...

Lo conoce bien para su fortuna y desgracia.

Desliza su mano para colocarla encima de la suya. El de ojos marinos ladea su rostro y lo mira.

El sol ahora daba contra una mitad de su rostro, al igual que a JiMin. Mientras el viento sopla y mueve sus cabellos.

―¿Me dirás qué pasa?―Junta las cejas con preocupación.

―No entiendo a que te refieres.

―¿Qué? ¿Ya no me llamarás como antes?―Coquetea con una ligera sonrisa.

Jungkook niega sin dejar de verlo.―Ahora soy un hombre, ya no te llamare de esa forma, es infantil.

―Nunca te molestó parecer infantil llamándome con el diminutivo de mi nombre.―Apreta un poco la mano bajo la suya y suspira.―Pero lo respeto si eso a cambiado, Jungkookie.

Una ligera mueca surca los labios del menor y asiente. JiMin sabe que algo no le gustó.

―Aún no respondes mi pregunta...

―No hay nada que responder, porque perfectamente estoy, no se debe preocupar.―Niega ligeramente con la cabeza y con su mano libre acaricia su cuello.

―Ya veo... ¿No me estarás mintiendo?―Pregunta colocando su otra mano en la del menor, que deja de acariciar su cuello y empieza a tocar su mejilla.

―Lo que insinúas es mentira.―Niega y retira ambas manos del tacto contrario, con suavidad. Voltea su rostro y cierra los ojos cuando el sol del atardecer golpea su rostro una vez más.

―Bien. Te creo.

Realmente no lo hace.

También gira su rostro, pero no cierra los ojos, quería observar los últimos minutos de vida de los rayos del sol sobre las flores blancas en su jardín.

Mi preciado jardín...

Está intacto como su amor. Las flores se ven hermosas y llenas de vida, fuertes, que trasmiten paz y fortaleza al de ojos rojos, porque sabe que su jardín que con tanto amor construyó al lado de Jungkook, sigue y seguirá viviendo.

Eso no cambiará.

Observan como el sol se retira y entonces la Luna hace aparición. Siguen en un silencio matador.

―Disculpe, príncipe...

JiMin gira hacia el llamado.―¿Qué ocurre?

―Su madre y los Jeon los llaman a la entrada, príncipe.

―Está bien, gracias.

El señor hace  una reverencia y se marcha de ahí. JiMin se levanta y Jungkook lo sigue. En silencio caminan hasta la entrada de la gran casa.

Las cosas han cambiado entre ellos; es obvio pero JiMin segue sin saber qué es. Solo sabe que está dispuesto a arreglar todo lo malo y que su amor perdure.

―Madre, buenas noches.

Saluda y se coloca a su lado manteniendo su sonrisa intacta.

―Hijo mío, llegas a tiempo para recibir a nuestra nueva invitada.

Su madre se hizo a un lado dejando ver una silueta femenina.

―¡JiMin!

La muchacha se acerca a él alegre y enseñando una sonrisa inocente en sus labios delgados, lo abraza con fuerza.

―¡Estás tan cambiado!―Se aleja para verlo mejor.

Byun Hana está frente a él. Sonríe sorprendido por la mujer ahí. Es alta, de facciones delicadas y femeninas, hermosa por donde se le viera, y dueña de una voz suave pero alegre. Es la personificación de la belleza y dulzura.

―Hola Hana, tanto tiempo. No soy el único que ha cambiado; mírate, eres toda una mujer.

Ella suelta una risita. Sigue siendo igual de risueña como cuando la conoció.

―Hola Jungkook.

JiMin presencia el momento donde los ojos de la muchacha miran detrás suyo, donde seguramente está Jungkook.

Mira a sus labios rosados, una sonrisa segura y coqueta se dibuja en su rostro. La expresión alegre de JiMin vacila un poco cuando ve sus ojos grises.

También voltea para ver a Jungkook cuando reacciona.

Ella te mira de esa manera...

Le quiere decir eso con todas sus fuerzas, pero se queda callado y finge una sonrisa cuando Jungkook la mira de la misma forma.

De esa sospechosa manera.

JiMin tiene una mente hábil y analítica, por algo sigue vivo de la guerra, así que gracias a su gran inteligencia puede tener sospechas... Pero rápidamente se quita esos pensamientos porque sabe que Jungkook lo ama.

Porque realmente confía en que ha cumplido todas sus promesas.

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