45: Calabozo.

JiMin está inquieto, trata de calmarse pero cree que se queda sin opciones. Ahora solo quiere hablar con su madre y ambos tratar de llegar a una solución.

―JiMin...―Jungkook lo llama entrando a su habitación llamando su atención.

―¿Ella está aquí?

Se levanta rápidamente de la cama para acercarse a él. Jungkook asiente, toma su mano y la besa.

―Está en el salón ayudando con las decoraciones de la boda. Ve, pero que mis padres no te vean.

JiMin asiente dejando un apresurado beso en su mejilla y salir de ahí con pasos largos, determinado hacia el lugar donde su madre se encuentra.

Ella está ahí porque la mañana siguiente será su boda, y la madre del príncipe debe estar presente desde antes.

JiMin finalmente llega al salón, su respiración ligeramente agitada pero con una sonrisa en su rostro al ver a su progenitora de la mano de su pequeño hermano menor. La mujer gira y sonríe al verlo.

―Hijo.―Ella se acerca para tomar su mano.―¿Qué ocurre?

El pequeño sonríe hacia su hermano mayor y alza las manos para que sea levantado en sus brazos y así pasa. JiMin acaricia su cabello y él se abraza de su cuello.

―Me alegra que estén aquí.―Carraspea viendo a sus costados con disimulo. Baja la voz.―Pero me gustaría que hablemos en privado, aquí no es un buen lu-

―Reina, un placer tenerla aquí nuevamente.

JiMin se calla cuando es interrumpido por la dulce voz de la reina Jeon. Maldice en voz baja y se coloca al lado de su madre con su hermano en brazos. La mujer de ojos celestes tiene a dos guardias a su lado, JiMin pasa saliva pero se muestra serio.

―Gracias. Mañana es un día muy importante.―Sonríe forzadamente hacia la mujer.

Ella sabe lo que pasará de ahora en adelante.

―Estoy de acuerdo.―Mira a JiMin.―Deberías estar probandote los trajes para la ceremonia, querido.

JiMin siente un apretón en su estómago cuando la sonrisa falsa de la mujer se desvanece cuando les da una señal a los guardias.

―Llevenlo a la habitación del príncipe.―Ordena.

Heesi alza las cejas pero mantiene su compostura. ¿Qué es esa extraña tensión entre la reina Jeon y JiMin? No lo entiende pero sabe que algo no está bien.

Los guardias se acercan a JiMin, él los enfrenta con la mirada pero al sentir a su hermano esconderse en su cuello, entendió que no era un buen momento para retar a nadie.

Baja al niño al suelo y este se acerca a su madre para tomar su mano y esconderse detrás de ella, sintiéndose amenazado por los hombres.

―Yo puedo ir solo, no se preocupe.

Alza las comisuras de sus labios en una sonrisa forzada. Ella no dice nada.

Heesi estira su brazo para tocar el hombro de su hijo pero él avanza hasta quedar al lado de la otra mujer mirando al frente pero no a ella.

Y lo que escucha la deja helada.

―No hay manera de evitar esta ceremonia, lo sé bien. Pero nosotros acabaremos con su tiranía.

Sin más sigue su camino hasta salir del salón. Heesi mantiene su mirada rojiza en las puertas por donde él salió, su mano estirada se coloca en su pecho, sobre su corazón.

Lo sabe.

El día pasa y llega la noche donde los prometidos por fin tienen un respiro de las preparaciones de la boda. Caen dormidos al momento en el que se recuestan en la cama; inconscientemente ambos con las manos entrelazadas hasta la mañana siguiente.

Hoy será un día importante.

Eso es lo que pasa por los pensamientos de JiMin cuando despierta por la luz de la mañana y el sonido de los sirvientes caminando de aquí para allá preparando todo para la ceremonia.

Deja escapar lentamente el aire en sus pulmones, trata de relajarse pero pareve uns misión fallida. Sus ojos bajan a sus manos entrelazadas y sonríe mínimamente, dejando un beso en el dorso de la mano contraria; sin imaginarse que aquello despertaría a Jungkook.

―Hyung...―Murmura con los ojos entreabiertos y el ceño fruncido, la luz le molesta.

―Al fin despiertas.

―¿Qué hora es, hyung?―Levanta su torso de la cama y frota su ojo derecho con su mano libre.

―No tengo idea, desperté hace poco por la luz, pero supongo que es temprano.

Jungkook sonríe hacia él.―¿Nervioso?

JiMin baja la mirada y asiente.―Mucho.

Jungkook le da un apretón en su mano y le regaka una sonrisa dulce cuando vuelve a subir la mirada, eso le anima un poco.

―Jungkook, ¿Y si escapamos como querías...?

Abre sus ojos de más, sorprendido por la pregunta.―Hyung-

Es interrumpido por la puerta siendo rudamente abierta, sus corazones saltan en sus pechos por lo que sus ojos presencian, sin saber que decir ni hacer.

¿Porqué los guardias entran sin avisar a su habitación y porqué se acercan tanto a ellos?

Jungkook por instinto actúa lo más rápido que puede para atraer a JiMin más cerca suyo; trata de colocarse de pie para mantener distancia entre los guardias y su prometido, pero no puede.

Ellos son más rápidos.

Uno de los guardias toma a JiMin por su muñeca y el otro mantiene a Jungkook en la cama, apresado.

Inevitablemente sus manos son separadas por la distancia.

El primer guardia tapa la boca del

―¡¿Qué creen que hacen?!

―Calmate, hijo.

Jungkook se sorprende ante la voz de su madre, gira su rostro sobre las sábanas hacia ella que está parada frente a los pies de la cama con una expresión seria, sin una pizca de remordimiento por hacerlos pasar un mal momento.

―¿Mamá?

―Necesito que JiMin venga conmigo, y tú te quedarás aquí. ¿Entendiste?

Su mirada es fría sobre los ojos celestes de su hijo. Jungkook se paraliza por un momento al escuchar sus palabras.

¿A dónde se lo llevan?

Esa pregunta empieza a alterarlo, tratando de zafarse de los brazos del robusto guardia. Necesita tomar a JiMin en sus brazos y decirle que todo estará bien, tiene que estar a su lado para cuidarlo, a él y a su retoño.

―¡Madre!

Pero no puede evitar que su prometido sea sacado a la fuerza de ls habitación, con sus gritos amortiguados por la mano del guardia. Su madre desaparece también.

Y él inmóvil sintiéndose inútil.

Cierra la puerta con llave dejando a su hijo dentro, la llave la guarda en la manga de su vestido y aunque duda un momento se aleja de la puerta oyendo los reclamos de Jungkook.

Escuchar a su hijo tan desesperado...

―Reina...

La voz del guardia saca a la mujer de sus pensamientos, reacciona y asiente rápidamente. Se coloca al frente suyo y empiezan a caminar por los pasillos del palacio.

Los sirvientes los miran curiosos pero nadie se mete. No pueden.

Cuando llegan al primer piso se adentran a unas escaleras viejas de piedra, donde la luz no llega por lo que la mujer toma una antorcha para wue el fuego guíe su camino. Se escucha el eco de sus pasos; JiMin finalmente está callado pero puede escuchar su respiración agitada.

Las paredes están llenas de hongos y huele a humedad. Le da náuseas el olor en el lugar tan cerrado, las escaleras en espiral lo empiezan a marear pero se niega a devolver su cena hacia el suelo.

Agradece cuando llegan al final de las escaleras, la mujer deja la antorcha a un lado pues hsy varias en las paredes que separaran las celdas del calabozo.

Espera... ¿Calabozo?

JiMin frunce el ceño y trata de mantener a compostura; realmente no sabe que hace ahí, no entiende porque lo han llevado a un lugar tan alejado. Y definitivamente tiene cero idea de porqué el rey Jeon lo espera al final del lugar con Hana a su lado.

¿Qué hace ella ahí sonriendo tan falsamente?

Finalmente cuando están a un metro de distancia JiMin es soltado y cae de rodillas al suelo, respirando por la boca pues en todo ese tiempo no podía respirar correctamente. Tose y trata de levantarse.

―¿Q-que hago aquí?

El rey se inclina hacia él y le sonríe de lado al tocar la cicatriz que cruza la mitad de su rostro.

―Mírate, tan patético como tu madre. Tú no puedes retarnos, nosotros tenemos el poder.

Eso enfurece a JiMin. Forma puños con sus manos y aprieta los dientes.

―¿Crees que tienes el poder? Todos sabemos que solo son unos cobardes con miedo de los Kim... Ellos terminarán traicionandolos tarde o temprano.

El rey endurece su rostro.―Cuando des el "acepto" en la ceremonia, serás parte de mi familia, y si quisiera podría matarte para dejar de escuchsr tu parloteo... pero no lo haré porque necesito tu influencia sobre tu andrajozo pueblo, no queremos rebeliones.

JiMin parece gruñir ante sus palabras; escupe en los zapatos del rey sin poder contener la ira dentro suyo.

Pero obtiene como respuesta una patada en el rostro que lo tira al suelo como un saco de papas. Sus ojos se llenan de lágrimas pero su expresión no cambia, lo mira directamente a los ojos levantadose del suelo sobre sus rodillas.

―Que eso te enseñe a respetarme.―Arregla su traje mientras lo mira con superioridad desde arriba.

―Mi rey, se requiere su presencia en el salón.

Un guardia se acerca a ellos con una antorcha en mano, hace una reverencia cuando los ojos de todos se posan en él por interrumpir la escena.

Hoseok...―Susurra el de ojos rojizos.

Los ojos marrones de Hoseok se posan sobre él y pasa saliva. Tiene un moretón en su mejilla y el labio roto, además su cuerpo está sobre el frío suelo. Por otro lado encuentra a Hana -a quien no veía hace días- detrás del rey con los brazos cruzados y una sonrisa en su rostro.

¿Que hace ella ahí?

No esperaba encontrarse eso cuando decidió seguir a la reina; él vió como aquel guardia se llevaba a Jimin a la fuerza y decidió acercarse, por ello ahora se encuentra ahí. Obviamente el que se requiera la presencia del rey en el salón es una mentira, solo necesitaba una razón para interrumpir el maltrato hacia el príncipe.

El rey asiente hacia él.―Metanlo a una celda.―Le ordena a uno de sus guardias.―Y no lo dejen solo, vigilenlo hasta que yo vuelva.

El rey se acerca a él para ser llevado hasta el salón; Hoseok le da un último vistazo a Jimin quien en ese momento es levantado del suelo por uno de los guardias con poco cuidado. Se ve débil.

¿Y dónde está Jungkook?

Mientras las horas pasan y los invitados empiezan a llegar nadie se imagina que detrás de tal ceremonia estarían los novios encerrados contra su voluntad.

JiMin en una celda del calabozo y Jungkook en su habitación siendo vigilado por un guardia robusto y poco amable.

Sentado en filo de su cama, sumamente preocupado sin saber nada de su amado; cada segundo que pasa se angustia más. Su corazón ya no sabe qué esperar.

El sonido de la puerta abriéndose lo hacen saltar de la cama, esperando ver a JiMin ahí para abrazarlo y besarlo para saciar la angustia que lo come vivo.

Pero no es él, son sus padres.

Inmediatamente al notar esto junta las cejas y aprieta los dientes, se acerca con zancadas hasta ellos para enfrentarlos.

―¿Dónde está?

Su madre quiere tomar su mano.―Jungkook-

Él se aleja.―¿Dónde está JiMin?―Pregunta una vez más, su madre puede ver sus pupilas temblorosas, hay miedo en él.

¿Qué clase de madre es? se pregunta a sí misma.

Su esposo toma con brusquedad a Jungkook de la muñeca pero no toma en cuenta de lo enojado que se encuentra su hijo al no recibir respuesta del paradero de su amado.

―¡Pregunté dónde está!

―¡Cierra la boca! No quiero que alguien te escuche, Jungkook.―Su padre trata de tomarlo por los cabellos pero Jungkook lo empuja causando asombro en sus padres.

―Estoy cansado de ustedes. ¡Estoy harto!

Se acerca amenazante hacia su padre; su rostro lleno de ira y rencor se desvanece hasta que una lastimera expresión es lo único que queda.

―Ya no los reconozco... no sé quiénes son mis padres, ¿En qué momento llegaron a este punto? ¿O acaso siempre fueron así...?

Su respuesta jamás llega. Su padre se da media vuelta y se aleja de él dejándolo con las palabras en la garganta. Su madre sigue frente suyo, trata de tomar su mano una vez más pero Jungkook se aleja sin ganas de su tacto y toma asiento en la cama.

La mujer le hace una ceña al guardia para que salga de la habitación. Jungkook no alza la mirada ante esto.―Te dejaré solo para que pienses un momento.―Y finalmente sale de la habitación cerrando esta con llave.
































































Maratón 3/3 ❤️ (interrumpido)

No sé si esto será considerado aún un maratón jsjdjd en fin, ya terminó, nos vemos la próxima semana.

¿Qué tal va quedando?

Ya se acerca el final y aunque tengo un cierre claro siento que le falta algo...

Syl ❤️

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