23: Cartas y respuestas.

Es el séptimo día que Jungkook ha contado desde aquel desastroso día.

No ha visto a JiMin en siete días.

Y quema por dentro.

Tiene la gran necesidad de ver sus ojitos rojizos, como rubis, tan hermosos. De sentir su pequeño cuerpo entre sus brazos, de besar sus labios, de sentir su calidez.

Como cuando eran niños.

Extrañamente no ha dejado de soñar con sus recuerdos cuando niños. Ni si quiera estando despierto puede dejar de pensar en su pasado al lado del príncipe.

"¡Concéntrate!" es lo que su tío NamJoon le dice en sus entrenamientos diarios con la espada.

Se distrae demasiado y duerme muy poco. Prácticamente se ha vuelto una persona que hace las cosas sin realmente sentie que las hace. Sus pies están en la tierra y su mente en un mar de recuerdos que lo atormentan.

Su mano no ha descansado y ha escrito por horas y horas poemas para algún día dedicarle todas esas palabras a JiMin.

Con la luna acompañando su insomnio.

Tiene todo el día ocupado, por ello las noches se han convertido en sus horas de inspiración y desahogo en el papel.

Porque se siente tan mal consigo mismo...

Sería capaz de resitarle cada palabra de rodillas, pidiendo perdón y humillandose a si mismo si con eso logra al menos, que el príncipe del Sur acepte sus disculpas.

O al menos lograr que responda sus cartas.

Los últimos días le mandó cartas escritas a mano, cada noche, aunque su muñeca duela y sus ojos se cierren cansados; las escribe y se las envía. Pidiendo verse una única vez para que él pueda pedirle disculpas de frente.

Sabe que no conseguirá nada.

Siete días, muchas cartas y ninguna respuesta.

Tus ojos rojizos, tan hermosos como un rubí. Tan precioso como el atardecer que se asoma por mi ventana.

Si tan solo tuviera la oportunidad de tenerlo de frente. Rogaría con cada célula de su cuerpo que no se aleje por completo, que le de un abrazo, que lo deje cuidarlo. Quiere cuidarlo de él mismo, y al mismo tiempo quiere estar a su lado.

―Si te tuviera a mi lado...―Su mano se detiene y deja la pluma de tinta a un lado en su escritorio. Otro poema más terminado.

Peina sus cabellos largos y negros, tratando de llevar lejos el dolor de cabeza que lo invade.

Cada noche reniego de mis incoherencias, de mis malas decisiones tomadas.

Mira hacia la luna a través de su ventana y le sonríe. Baja su mirada y se encuentra a su delicada flor blanca mostrándose orgullosa en el marco de su ventana.

Ya no la tiene guardada en su armario o debajo de su cama.

―Estamos solos.―Empatiza con ella.

Me pregunto, ¿Volverás algún día a dirigirme la palabra? ¿Aún odias este pedazo de niño que llora por ti? Que llora por lo que amó y arruinó.

Tocan la puerta de su cuarto y una voz femenina se escucha. Gira su rostro hacia la puerta cerrada instintivamente.

―Príncipe Jeon, su padre lo manda llamar a su alcoba.

―Gracias, en un momento voy.

Guarda la carta que escribió en su cajita de madera. La cierra con la llave que lleva de collar bajo sus prendas y la coloca en su armario, debajo de sus ropas.

Dime, ¿Aún crees que somos la mitad del otro? Porque me he dado cuenta que nunca lo olvidé.

Camina a través de los pasillos del palacio. Sus ojos están inquietos, de izquierda a derecha precavidos con su encontrar aquellos ojos grises en su camino.

Desde lo que pasó no ha vuelto a hablar ni saber sobre Hana. La ha visto a lo lejos cuando sale de su cuarto hacia su entrenamiento, pero al cruzar miradas él rápidamente la desvía y sigue su camino.

Ha tomado la decisión de alejarla de su vida. Extrañamente, la mujer no hace nada para acercarse como la última vez que quiso dejarla.

Y es lo que más le preocupa.

Patético yo, hasta hace poco pude sentir lo que realmente es volver a amar. Pero lo hago a distancia.

Llega hasta la habitación de sus padres y toca una de las dos puertas frente suyo para poder entrar. Un sirviente le abre las puertas desde adentro para hacer una reverencia hacia él, y luego salir del lugar cerrando las mismas puertas detrás suyo.

―Padre.―Hace una reverencia hacia él aún en la entrada.

―Hijo, lamento llamarte tan tarde.―Dice desde el escritorio en la esquina de la inmensa y lujosa habitación. Leyendo algún documento importante.

Su madre está en la gran cama trenzando su larho cabello, mirando hacia el suelo. Luce fría, así ha lucido desde que le dijo que deseaba romper su compromiso con JiMin.

Ya ni parece su madre.

―¿Ha ocurrido algo?

―La verdad sí, hemos recibido una invitación de la reina Heesi.

No lo ve a los ojos solo habla. Como si no tuviera importancia. Ambos padres lucen distantes.

Diferentes.

Patético, porque sigo llorando sin derecho alguno a hacerlo, porque extraño tu fragancia suave que te acompaña.

―Iremos mañana en la tarde al territorio del Sur. Es cumpleaños de la reina Heesi y hará una gran celebración junto a un baile real, hasta el pueblo está invitado.―Suelta una risa amarga al decir lo último.

―¿Vere... a JiMin?

―Bueno, él vive ahí.―Responde sin ganas, su atención en leer aquel documento entre sus manos.

No se percata de la gran sonrisa que nace en el rostro de su hijo.

―Veré a JiMin...―Susurra bajando la cabeza y sonriendo genuinamente.

Su corazón late con rapidez.

Pero no tengo derecho a extrañarte porque fui yo el que te alejó.


































Ahora se actualizará alguna de mis tres historias el sábado (aparte de martes, miércoles y jueves) bueno, quizás hasta suba un capítulo de cada uno jeje

Dedicado a yasminflores18 ❤️
Feliz cumpleaños, espero la pases de lo mejor. No sé cuántos años cumples, pero ahora tienes un año más de vida, y eso se celebra wuuu

Díganle feliz cumpleaños ❤️

See you later ❤️

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