El pequeño río cerca de la casa real de los Jeon es el centro de reunión para Jungkook y Hoseok. Buenos amigos que disfrutan el bosque a su alrededor.

Aunque Jungkook estuviera metido en sus pensamientos.

Toca sus labios y suspira. Desde el beso con JiMin anhela poder verlo otra vez y juntar sus belfos una vez más.

―¿Seguro que estás bien?―Hoseok arquea una ceja hacia su amigo que parece perdido mirando el cielo.

―Sí... ¿Sabes? Estuve pensando en JiMin, en Hana.

―¿Específicamente en...?

―En terminar todo esto.―Explica ante la duda de su amigo.―En seguir con los planes de mis padres, casarme con él y dejar a Hana... Todo esto ha sido un error.―Lo mira a los ojos.

Hoseok no puede creer lo que Jungkook le confiesa. Se le ve estresado, con la mirada hecha un lío, como si hubiera pasado noches sin dormir pensando en su problema.

―¿Un error?―Pregunta intrigado.

―Estar con Hana es un error... Desde que él y yo nos besamos, no puedo dejar de pensar en eso, en nuestro matrimonio, en si quiero eso o no.―Pasa una mano por sus largos cabellos negros con estrés.―Y llegué a la conclusión de que quiero estar con él...

Hoseok asiente y forma una sonrisa en sus labios.―Me parece lo correcto, príncipe. Ya era hora.―Coloca su mano en el hombro de su amigo.

―Sí... Ya era hora de terminar con-

―¡Hola chicos! ¿De qué hablan?

Ambos giran sus cabezas hacia la voz femenina que los menciona.

Ojos grises, figura delgada y pequeña; prendas de tonos celestes y de telas finas. Byun Hana, la huérfana y última princesa de la casi extinta dinastía Byun. La única viva con sangre del pueblo en la frontera de China y sobreviviente de la guerra contra los Kim.

―Hana.―Pronuncia Jungkook de repente tímido.―Buenos días.

―Hola.―Saluda Hoseok con poco interés.

No le agrada la mujer, no le genera confianza, todo lo contrario, desconfía de las intenciones que puede llegar a tener.

Se genera un silencio incómodo cuando nadie dice nada. Hoseok muerde el interior de su labio superior cuando se percata de la mirada fría de Hana sobre él.

Se incomoda a tal punto que se levanta y despide.―Creo que ustedes deben hablar a solas, yo debo volver a mi entrenamiento. Adiós.

―Adiós.―Se despide Jungkook viendo a su amigo alejarse de ellos.

Por alguna razón siente un extraño ambiente al quedar solo con Hana. Ahora ella está sentada en el mismo lugar que era de su amigo el guerrero.

―¿De qué hablaban?

Su voz es dulce pero sus ojos son fríos y su sonrisa falsa. Jungkook no sabe clmo reaccionar ante la mujer.

Ha decidido irse con JiMin. Desde el acontecimiento de su beso no ha podido dejar de pensar en lo mucho que lo extrañó y todo lo que pasaron años atrás. Tiene sus dudas obviamente, pero ese no es el problema. El problema es...

―Hana.―La llama.―¿Estás bien?―Pregunta preocupado.

De repente su expresión cambia de una forzada a una triste. Las cejas juntas, la cabeza agachada y sus ojos fijos en él como si fuera un perrito buscando perdón.

―¿Porqué me ignoras? Toda esta semana has estado evitandome y no respondes a mis cartas...―Dice con un tono bajo, coml si en verdad estuviera triste y a punto de llorar.―Respóndeme.―Pide cuando él no dice nada, solo la mira.

Exhala con pesadez.―He estado confundido estos días. De hecho, quería hablar contigo... sobre nosotros.

―¿Sobre nuestra relación, Jungkook?―Lo ve asentir y ella hace una mueca.―Ya veo. Pues hablemos.

Jungkook no sabe por donde comenzar, pero le dice que con ella ya no quiere estar, que lo mejor es terminar con su relación en secreto y ambos ir por diferentes caminos. Que él quiere estar con JiMin, que quiere casarse con él y que le desea felicidad. Le agradece por su compañía y cariño, pero es hora de terminar con su relación.

Es hora de acabar aquello.

Todo mientras Hana sostiene una expresión completamente seria en el rostro.

Ya no hay rastro de la chica dulce y cálida que aparenta ser. Ahora luce tan gris y opaca como sus ojos. Luce como una nube apunto de lanzar rayos y lluvia.

Luce como si estuviera conteniendose.

―¿Porqué me dices todo esto de repente?

«Porque lo besé y recordé todo nuestro pasado...»

―Porque lo estuve pensando desde su llegada. Pasé tiempo en él, me di cuenta de todo lo que pasamos y creo que esto es lo mejor. Quiero estar con él.

Ella se levanta con la mandíbula tensa.―No puedes hablar enserio, Jungkook tú...

―Es mi decisión, y si me quieres tanto como dices, me tienes que dejar ir, Hana. Por favor.―Pide también colándose de pie para quedar frente a ella.

Hana niega y una sonrisa torcida aparece en su rostro.―Es una locura.

Ambos permanecen en silencio hasta que el canto de un pajaro nocturno se hace presente. Entonces el hombre cae en cuenta de que pronto anochecerá.

―Volvamos a casa...

Ella se aparta de su tacto cuando él la quiere tomar dela muñeca para retirarse del río.

―Es que tú no puedes, Jungkook. No puedes dejarme.―Niega con la cabeza.

Él suspira y baja los hombros.―Por favor, Hana...―Pide sin saber que hacer.

Hay una mirada extraña en ella. Llena de rabia, de celos, de envidia, de dolor y de frialdad.

Jungkook no la reconoce.

―No puedes hacerme esto, no puedes.―Dice cada palabra con especial atención.―Tú-

―Claro que puedo...―La interrumpe ya cansado.―Lo puedo dejar todo aquí y ahora.

Ella rie secamente. Se acerca a él pero mientras ella avanza Jungkook retrocede, hasta que termina tropezando y cayendo sobre las pequeñas piedritas en la orilla del río. Se apoya en sus codos viéndola desde abajo.

―¿Acaso tu corazón es tan tonto...? ¿Porqué eres tan ciego?―Pronuncia con fuerza.

Se agacha e inclina hacia él para tomar sus mejillas con suavidad. Jungkook la mira confundido y sin saber como actuar.

Su cabeza da vueltas.

―¿Que no ves que él lo único que quiere de ti es una alianza para su pueblo?

Jungkook frunce el ceño.―¿A qué te refieres?

―Tú sabes lo mucho que ama a sus aldeanos... Él siempre fue así y su madre siempre te detestó, ella odia a tu familia.―Dice con voz suave.―Ellos solo quieren este matrimonio para que saquen a su pueblo de la pobreza. Los Kim son la excusa perfecta.

―No... No es cierto y lo sabes.

―Deja de mentirte Jungkook.―Se acerca a él hasta que sus narices se rozan.―Hazme caso, solo quiero protegerte.

Une sus labios tomando su rostro para evitar que se aleje. Jungkook quiere romper el beso y recuperar distancia con ella pero ella no lo deja. No sabe que hacer así que la empuja y ella cae de espaldas sobre las piedritas.

―¡Lo siento! No medí mi fuerza..―Se disculpa al instante cuando la ve en el suelo.

Sus ojos conectan y puede notar lágrimas en sus ojos. Se alarma y se siente culpable. Se acerca rápidamente a ella para ambos levantarse del suelo.

―Solo quiero protegerte, Jungkook... Y así me tratas, me quieres dejar sola, sabes que no tengo familia, tú eres muy importante para mi vida...―Dice ella, tomando sus mejillas con delicadeza. Obligándolo a ver sus ojos llorosos.

Jungkook no responde porque sinceramente... no sabe qué decir.

Ella se va acercando hasta que vuelve a unir sus labios en un beso superficial. Jungkook no protesta esta vez y ella sonríe en medio del beso.

Se separan y se abrazan. Él con la mirada perdida y ella con una sonrisa de burla en su rostro.

Sonrisa que Jungkook no puede ver.

―Perdóname...―La palabra sale de los labios de Jungkook en un susurro.

«Te manejo a mi antojo» piensa la mujer.

―¿Entonces, Jungkook? ¿Lo pensarás mejor?

No dijo nada. Ella asiente y a los minutos volvieron a su hogar. Hana por su lado y él por el suyo.

Jungkook piensa y piensa. Al anochecer vuelve a encontrarse a Hoseok y con sus propias palabras se retracta.

―Olvida lo que dije esta mañana.

―Jungkook, ¿Estás bien?―Se acerca a él extrañado.

―Yo... No puedo dejar a Hana sola, debo ser más cuidadoso.

Hoseok no dijo nada y vió a su amigo alejarse de él.

¿Porqué cambió tan rápido su decisión?

La imagen de Hana y la sonrisa satisfecha que tenía en el rostro cuando ambos volvieron del río aparece en su mente.

Ella...

Dije que lo subiría temprano y ya son la 1:20 de la madrugada, osea-
Bueno, nos vemos mañana, que toca actualización ♡

¿Que piensan del capítulo? ¿Teorías? ¿Como va la historia? Los leo.

See you later ♡
Y por favor cuídense mucho, eh.