"un día romántico"
5 días después...
Los días pasaron y la relación de Colette y Edgar no estaba del todo bien.
Los celos y inseguridades abordaban al joven azabache al ver tan distante como su pareja poco a poco perdía el interés en él. Se preguntaba que estaba haciendo mal.
Tal vez no soy muy romántico.
Quizás no soy lo suficientemente bueno para ella.
¿Que puedo hacer?.
Sumergido en sus pensamientos se quedó. Buscaba alguna forma de que su relación no tenga un fin. Porque no lo soportaría.
Edgar: oye Colette.
Él joven azabache entonces decidió hablar con su novia. Se acercó hacia el mostrador donde se encontraba con su teléfono.
Colette: ¿Que pasa?. -lo miró de reojo.-
Edgar: eh intentado llamar tu atención y simplemente siento que me ignoras.
Colette: ¿Enserio?. Vaya. El trabajo me tiene muy ocupada...
Edgar: no me gusta que estés mucho en el teléfono. Me haces pensar mal...
Hubo un silencio entre los dos. Eso inquietó la serenidad del azabache al saber cómo su novia se quedó callada.
Edgar: disimular no sabes... Algo me ocultas y lo dejas notar. ¿Acaso estoy perdiendo fuerzas frente a otro amor?. Dímelo... - decía con preocupación y su mirada mostraba tristeza.-
Colette: ¿Que?. Puff!. - sonríe entre risas.- ay Edgar. ¿Por qué eres tan dramático?....
La albina ante eso se puso algo nerviosa desviando la mirada ante su novio. Edgar al notar eso y no era para nada un tonto.
Edgar: ¡¡Ya dime quién me roba tú amor!!
- exclamó exasperado sujetándola de los hombros.- tú eres todo para mí Colette,¿no es suficiente lo que te doy?. ¡Mi vida es tu propiedad!. -
La albina soltó un quejido al sentir la presión de su novio sobre sus hombros. No se estaba dando cuenta que la estaba lastimando.
Colette: p-por favor Edgar. Solo son tus inseguridades... Y-yo te amo...- sonríe nerviosa.-
Edgar: ¿Me estás diciendo la verdad?...
Colette: s-si... - asentía con la cabeza.-
Edgar: discúlpame entonces... - la suelta de los hombros apenado.- supongo que tienes razón... Solo estoy pensando cosas donde no las hay...
Colette: ya no importa.
La albina se acerca hacia su novio para luego depositar un beso en sus labios.
Edgar: eres todo para mi Colette... - ruborizado.-
Colette: ¿Enserio Edgar?...
Edgar: si... Siempre quise estar contigo y ahora me encuentro muy feliz a tu lado. Tú me mantienes vivo en esté mundo podrido.
Él azabache abraza delicadamente a su novia, rodeando con su bufanda su cintura. Colette se puso mucho que pensar ante lo dicho de su novio. ¿Por qué está con Edgar?. ¿Realmente lo ama?.
Griff: ¡Buenos dias chicos!. ¡Estoy de muy buen humor!.
Los jóvenes se separaron y vieron a su jefe extrañados.
Colette: ¿Por qué se debe eso señor?. - pregunta curiosa.-
Griff: la señorita Lola aceptó ser mi novia. ¡¿No es fantástico?!. - exclamaba con emoción.-
Colette: ¡Que genial!.
Griff: chicos pueden tomarse esté día libre, voy a tener una cita ahora mismo con mi dama.
Edgar: ¿Eh?. ¿Enserio?.
Colette: ¡WoW!. ¡Gracias señor griff!. - agradece feliz.-
Griff: si, pero no sé acostumbren solo es por hoy y mi buen humor jaja
Él azabache pensó en llevar a Colette de paseo, quizás si necesitaban pasar más tiempo compartiendo juntos y esté era su oportunidad.
Edgar: Colette, ¿quieres que te muestre algo?.
Colette: ¿Que cosa?. - preguntó.-
Edgar: vamos a un lugar donde practicaremos parkour.
Colette: ¡¿Enserio?!. ¡Genial!. Vamos entonces. - entusiasmada dijo.-
Los jóvenes tomaron sus cosas y salieron de la tienda rumbo a disfrutar su día libre.
(...)
Llegaron a un sitio urbano, donde Edgar pueda enseñar un poco de sus maniobras para impresionar a su novia.
Colette: ¡Que genial!. Quisiera aprender también parkour pero creo que no soy muy ágil...
Edgar: no te preocupes, puedo enseñarte un poco.
Colette: oh bueno, pero te advierto que soy algo torpe jaja
Edgar: no importa. Lo único es pasarla juntos y divertirnos. - extiende su mano esperando que su novia tome de ella.-
La albina ruborizada ante lo dicho de su novio, toma de su mano nerviosa, nunca había practicado este deporte y temía hacer el ridículo.
Se la pasaron muy bien un par de horas, divirtiéndose y una que otras caídas de parte de la albina, rieron y disfrutaron pasarla juntos. Al final de todo terminaron cansados.
Colette: ¡Vaya!. Eres muy bueno en esto Edgar.
Edgar: pues ni tanto. - dijo acomodándose su bufanda.- soy algo novato, pero práctico siempre para mejorar.-
Colette: para mí tú eres el mejor.
La albina sonrojada miro a su novio y sonreía nerviosa. Edgar ante aquel comentario no pudo evitar tener un leve sonrojo.
Edgar: ¿T-te apetece comer un helado?...
Colette: si, claro. - sonríe asintiendo.-
De pronto el sonido del un teléfono sonó.
Edgar: parece que te están llamando.
Colette: ehh... Si... - nerviosa saca su teléfono y mirá quién podría ser.-
Fang.
La estaba llamando, pero cortó enseguida y guardo su teléfono.
Colette: no es nada importante. ¡Vamos por el helado!. - chilló como niña pequeña emocionada y tomó el brazo de su novio arrastrándolo.-
La joven pareja fueron a una heladería cercana. Vieron toda la cartilla del menú, y resultaba que todo los precios estaban algo elevados.
Colette: ay, creo que el postre que quiero está muy caro... - decía afligida.-
Edgar: pués tú solo pídelo.
Colette: ¿Enserio?. - miró a su novio con asombro.-
Edgar: ¿Te recuerdo que eres mi novia?. Solo quiero complacerte en lo que desees.
La albina sonríe ampliamente con un brillo en sus ojos. Edgar le hacía sentir de una manera especial.
Ambos pidieron el mismo postre de helados. Un Sándwich helado de chocolate. Entonces empezaron a comer mientras platicaban.
Edgar: vaya, todavía no puedo creer que nuestro jefe nos haya dado un día libre.
Colette: ¡Si!. Es que está enamorado.~ - ríe mientras se mete una cucharada de postre en su boca.-
Edgar: como yo lo estoy por ti... - susurró.-
Colette: ¿Enserio?... - ruborizada le miró.- yo también por ti...
Ambos jóvenes se miraron muy tímidos y sonrojados. Edgar empezó a dar el primer paso para acercarse hacia ella y poder besarla, Colette por su parte también hizo lo mismo, pero fueron interrumpidos por el sonido de un teléfono.
Edgar: ¿Quién te llama tanto?. - fruncía el ceño.-
Colette: no es nadie importante...
Nuevamente era Fang quién estaba llamando, pero enseguida la albina decide mejor apagar su teléfono y así no hay más interrupciones.
Edgar: bueno amor. Como digas.
Colette: si amor. ¡Sigamos disfrutando de nuestros helados!.~
Con una sonrisa nerviosa en su rostro empezó a devorar de su helado. Edgar no lo tomó mucha importancia y hizo lo mismo.
(...)
El día estaba anocheciendo. La joven pareja paseaba por Brawl City, tomadas de la mano. Colette no podía creer lo bien que se la había pasado hoy. Después de todo ella sentía una sensación bonita estar junto a su novio.
Edgar: oye Colette espérame aquí, ¿si?. Cierra los ojos. Te voy a traer una sorpresa.
La albina curiosa ante lo dicho del pelinegro solo asintió con la cabeza y cerró sus ojos.
Ansiosa esperaba que su novio llegará. Se tardo unos minutos y llegó.
Edgar: ahora si abre tus ojos. - ordenó.-
De inmediato abrió sus ojos, encontrándose con una peculiar sorpresa. Un hermoso ramo de tulipanes.
Colette: ¿Son para mí?. - sorprendida con rubor en sus mejillas.-
Edgar: obviamente. ¿Te gusta?...
Colette: ¡Claro que sii!. - chilla feliz aceptando.-
La albina muy contenta se mostró por el detalle de su novio, por primera vez en su vida le hacen un detalle muy bonito. Ella estaba sintiendo una sensación en su pecho, su corazón bombardear de prisa.
Colette: Edgar gracias... ¿No quieres venir conmigo a mi casa?. - ruborizada pregunto.-
Edgar: pues no habría problema. - se encoge de hombros.-
Ambos jóvenes siguieron su camino juntos hacia su destino.
9:30pm.
Llegaron finalmente hacia el hogar de Colette. Entraron medio cansados, esté día fue algo agotador pero estupendo. Edgar estaba muy contento por dentro por pasar un día compartiendo junto con su novia.
Colette: oye Edgar. ¿Por qué no te quedas a dormir conmigo hoy?. - sonriente lo mira.-
Edgar: ¿Enserio?... - se pone algo nervioso.- mmm... Yo dormiría en el sofá ¿no?.-
Colette: jaja qué buen chiste. - ríe divertida.- tú eres mi novio debes dormir conmigo.~
Edgar: ahh... Como digas...
La albina notó que su pareja estaba muy nervioso y sonrosado. Le resultó adorable. Entonces ella tenía que aprovechar esta oportunidad.
Colette: ven vamos a mi habitación, para enseñarte unas cosas jaja
Él muy obediente sin decir nada la siguió hasta su habitación, donde entraron y Colette cerró su puerta con seguro.
Edgar: ¿Por qué tienes fotos de Spike pegadas en tu pared?. - preguntó molesto.-
Colette: ahh eso, puff. Ya las quitaré luego.
Edgar: hay que deshacernos de eso ahora.
Él azabache empezó arrancar cada fotografía, ya sea pósters o periódicos sobre ese cactus que tanto detestaba. Su novia no protesta ni se quejó, parecía que no le importa en lo más mínimo.
Colette: ¿Ya terminaste?.
Edgar: si, ya terminé. - sonríe satisfecho ante su cometido.-
Colette: que bueno. Porque ahora te daré tu premio.~
Edgar: ¿Un premio para mí?... - se preguntó confuso.-
Colette: esté día me has echo sentir la chica más especial del mundo.~ - suspira.- así que tengo que agradecerte de alguna forma.~
La albina se empieza quitar su blusa quedándose solo en sostén, eso dejó al azabache muy sorprendido por ese atrevimiento tan inesperado. Sintió mucha calor al verla así.
Edgar: ¿Q-que estás haciendo?...
Colette: como premio te daré mi virginidad.~
Dicho eso ella se acerca más hacia su novio, cual estaba muy nervioso empezó a retroceder chocando contra la cama donde cayó sentado. Colette aprovecho la ocasión y se subió en su encima muy seductora empezó acariciar su rostro.
Edgar: ¿Estás segura que quieres esto?... - posa su manos en su cintura.-
Colette: muy segura. Ahora disfruta de tu premio ¿si?.~ - guiña su ojo pícara.-
La temperatura empezó a elevarse más cuando ella apoyó su trasero en su entrepierna, haciendo movimientos circulares lentos y rápidos. Los jadeos no se hicieron esperar de parte de Edgar quien estaba disfrutando mucho, era un deseo que ansiaba tanto y se estaba cumpliendo.
Colette sintió algo ya duro debajo de ella, eso significaba que la erección de su novio creció. La bufanda actuó por si sola y sujetó con sus mangas el trasero de su novia. De inmediato Edgar se percató de eso.
Colette: vaya Edgar.~ eres más atrevido de lo que pensé.~
Edgar: espera un momento...
Se empieza a quitar la bufanda tirándola hacia un lado.
Edgar: ahora sí nena~ puedes continuar.
La pareja de jóvenes se besaron, disfrutando su momento especial. Una noche que será muy larga pero placentera para ambos.
Al día siguiente...
9:20am.
Nuevamente estaban en el trabajo. Edgar y Colette su relación había mejorado después de aquella noche.
Griff: más vale no se acostumbren a esos descansos. Porque hoy trabajarán 24 horas para recuperar lo de ayer. - dicho eso se dirigió hacia su oficina.-
Colette: está bien señor. - sonríe.-
Edgar: mejor para nosotros no ¿crees?.~
El azabache rodeó sus brazos en la cintura de su novia depositando besos por su cuello. Colette muy ruborizada suspiraba por aquellas caricias.
Fang: disculpen. ¿Podríamos hablar a solas Edgar?.
Se detuvieron inmediato ante la presencia del karateca.
Edgar: claro amigo.
La albina muy curiosa ante la repentina llegada de Fang se preguntaba que podrían hablar. Temía mucho pensar lo que estaba pensando.
Los dos amigos salieron de la tienda para poder conversar.
Edgar: ¿Pasa algo?. - enarca un ceja.- ¿Por qué estás tan serio?.-
El azabache pudo notar que su mejor amigo estaba tenso con una seriedad en su rostro, trataba de deducir que rayos quería decirle.
Fang: ya es hora que sepas la verdad. Colette no te conviene y te lo voy a demostrar. - soltó.-
Edgar: ¿Que estás diciendo?...
Él joven karateca saco de su bolsillo su teléfono empezando a buscar aquellos mensajes reveladores.
Fang: míralo por ti mismo. - le entrega su móvil.- Bro lo siento, yo solamente quería demostrarte con qué tipo de chica estás, porque tenía mis sospechas y resultaron ciertas.
Él azabache con una expresión desconcertada miró a su amigo y tomó valor en revisar aquello mensajes para luego descubrir la verdad.
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