"odio"

[Edgar 🧣]

Yo no podía creer lo que estaba presenciando. Los mensajes que veía en la pantalla del teléfono no podían ser verdad, simplemente no podían serlo. Me negaba rotundamente a aceptar esa realidad.

Edgar: ¡No es cierto!.- exclamé mientras lanzaba el teléfono al suelo.-

Sentía una mezcla de incredulidad y rabia en mi interior.

Fang intentó hablar, consciente de lo difícil que era para mí asimilar la verdad, pero no le permití continuar.

Lo empujé con fuerza, haciéndolo caer al suelo. La furia y la confusión se apoderaron de mí, mi mente se nublaba ante la intensidad de la situación

Fang: lo siento Edgar... Era la única solución de abrirte los ojos...

Edgar: no me digas nada. No quiero escucharte. Cierra tú boca, no quiero golpearte...

Me contuve con todas mis fuerzas para no golpear a mi mejor amigo. Era difícil de creer. ¿Cómo podía ser posible? Colette y yo nos amábamos, ella me lo había confesado, y ayer todo eso se había demostrado. Pasamos una noche maravillosa juntos...

Edgar: No lo haces por otra razón más que por tu propio interés en Colette, ¿verdad?.- le espeté mientras me acercaba a él de manera intimidante.-

Fang, aún en el suelo, me miraba con incredulidad, incapaz de creer lo que estaba escuchando.

Fang: No, nunca. Solo ideé este plan para abrirte los ojos, ¿no lo entiendes?.- respondió.-

Edgar: ¡Eres un mal amigo!.- exclamé con ira desbordante. -¡Quieres quitarme a Colette!.-

La rabia me cegaba. No podía pensar con claridad. Solo sentía cólera y frustración. En cualquier momento, sentía que me lanzaría hacia mi amigo y lo golpearía sin piedad.

Fang: ¡Ya te dije que no es así!. ¡No me gusta Colette!. ¡Me gustas tú!. - confesó.-

Sus palabras resonaron en mi mente con incredulidad. ¿Qué acabo de escuchar? Mi mejor amigo se levantó del suelo y se acercó hacia mí.

Fang: Lo hice todo por ti... Por tu bienestar. Me gustas, Edgar, y no solo como mi mejor amigo, sino de una manera diferente...

No le permití continuar. En un arrebato de ira y confusión, le golpeé con el puño envuelto en mi bufanda. No quería que se acercara más. No pude contenerme más. Aquello fue la gota que colmó el vaso.

Edgar: ¡Qué tonterías estás diciendo... Es ridículo!- exclamé, rechazando sus palabras.-

Mi mejor amigo cayó nuevamente al suelo, sosteniéndose su nariz por el impacto del golpe.

Estaba a punto de lanzarle otro de mis golpes, pero Fang lo esquivó hábilmente, levantándose de inmediato. Con una potente patada hacia mi rostro, me dejó inmovilizado en el suelo, sintiendo un intenso dolor.

Fang: Lo siento, Edgar. Es por tu bien... Si no reaccionas ahora, será demasiado tarde. -dijo con un tono de arrepentimiento en su voz.-

Griff: ¿Qué diablos está pasando aquí? ¿Peleándose en mi tienda?.- exclamó, mirándonos con confusión.-

Yo seguía en el suelo, intentando incorporarme. Mi mejor amigo se marchó sin más. Quería perseguirlo y hacerle pagar, pero el dolor que sentía me lo impedía. Sin duda, una de sus patadas había causado estragos. Maldición.

Griff: ¡Vuelve al trabajo, muchacho!.- me gritó.-

Me levanté, gruñendo para mis adentros, y entré a la tienda con determinación. Mis ojos se posaron en Colette, que estaba en el mostrador como si nada hubiera sucedido. Era hora de confrontarla.

Fui directo hacia ella, estampando mis manos con fuerza sobre el mostrador.

Edgar: Ahora mismo me vas a explicar qué demonios te ocurre para hacerme algo así.- le dije con seriedad, clavando mi mirada en la suya.-

Colette: ¿Eh? ¿Qué te pasa, amor?.-me respondió, desconcertada.-

Edgar: De una manera estúpida te has burlado de mí. Con un amigo del alma, parece que no te importó en absoluto.- le reproché con indignación.-

Colette: no.. no... No me digas que...

Edgar: Yo no lo esperaba. Parece que soy un tonto, ¿verdad?.-reí con amargura.-

Colette intentó acercarse y tomar mi bufanda, pero la aparté bruscamente.

Edgar: No toques mi bufanda.- le advertí..- ¿Debería llorar por ti?. No me quedan lágrimas, porque has arrojado nuestro amor por la ventana. Bueno, si es que alguna vez lo hubo...

Colette: ¡Sí, hay amor, Edgar! - exclamó con desesperación.- Yo te amo. Solo déjame explicarte.

La ignoré y me dirigí a mi puesto de trabajo, frustrado y lleno de rabia. Con un golpe de frustración, pateé algunas cajas, liberando parte de mi ira contenida.

Colette: Espera, Edgar. ¡Te amo! Eres el único que me ha hecho sentir tan especial. - me abrazó por detrás.- En serio, déjame explicarte las cosas.

Edgar: Habla rápido...- suspiré con impaciencia.-

Colette comenzó a explicarse, admitiendo que, si bien se sintió atraída por Fang en algún momento, estaba confundida y no sabía lo que estaba haciendo. Aseguró que el día anterior fue uno de los mejores que había tenido y que yo le hice sentir una conexión única.

Edgar: ¿Debería creerte?.- pregunté con escepticismo.-

Colette: Sí, ¡por favor! Nunca te fui infiel. Esos mensajes fueron antes de ayer. Tú me has hecho sentir algo especial- afirmó.-

Edgar: Tsk... Qué tarde te has dado cuenta.- murmuré, apartándola con mi bufanda.-

En ese momento, solo quería estar solo para procesar todo lo sucedido. Me dirigí al baño y me encerré, buscando un momento de privacidad.

Scarf: Se burló de nosotros.-pronunció con resentimiento.-

Edgar: No sé qué pensar... Quiero llorar.- confesé, sumido en mis pensamientos.-

Sentí como si Scarf me diera una bofetada, sacudiéndome para que reaccionara.

Scarf: No te pongas a lloriquear. Seremos fuertes ante esta situación. No sé exactamente si ella está diciendo la verdad, pero nadie se burla de mi.

Yo estaba sumido en la confusión. Mis pensamientos se encontraban enredados, y el dolor de la traición era agudo. Aunque no sabía si Colette me estaba diciendo la verdad, esto representaba un golpe bajo para mí.



(...)

Después de un largo rato, me sentía más tranquilo, aunque aún estaba procesando toda esta situación.

Continué levantando cajas, tratando de enfocarme en mi trabajo. Sin embargo, Colette seguía acercándose y molestando constantemente.

Colette: Por favor, Edgar... Perdóname. Solo fueron mensajes, nada más. Te lo juro.- suplicó.-

Opté por ignorarla y mantenerme en silencio, moviendo las cajas de un lado a otro.

Colette: ¡Edgar, por favor!.- insistió.-

Edgar: ¡Cállate!.- le grité. -Déjame en paz, estoy trabajando... Hablaremos después.

Colette: No puedo estar tranquila sabiendo que me odias, seguramente...

Edgar: No puedo odiarte, Colette.- respondí, interrumpiéndola.-

Nos quedamos en silencio por un momento, cada uno sumido en sus pensamientos.

Colette: ¿En serio?.-preguntó con esperanza en sus ojos.-

Edgar: Tsk... Simplemente no sé qué pensar. Déjame en paz.-le dije con frustración.-

Estaba a punto de levantar otra caja cuando Colette volvió a interrumpirme.

Colette: ¿Todavía me amas?.- se acercó más a mí. - Por favor, Edgar, solo quiero saberlo.-

Edgar: ¡No lo sé! ¡Déjame en paz!.- respondí con brusquedad.-

En ese momento, Griff, nuestro jefe, apareció visiblemente molesto.

Griff: ¿Ahora qué pasa aquí? Sus discusiones de pareja háganlas en privado, no en mi tienda.- nos reprendió.-

Gruñí por lo bajo, cogí la caja y la llevé al almacén, sintiendo una mezcla de frustración y resentimiento en mi interior.

[Colette 📚]

Sentía que mi corazón se apretaba en mi pecho. No me gustaba esta sensación en absoluto. Solo quiero arreglar todo esto.

Edgar seguía distante, frío hacia mí. Y lo peor es que hoy pasaríamos 24 horas trabajando juntos. No sé si podré soportar su indiferencia. Ahí estaba, con sus auriculares puestos, leyendo una revista recostado en una esquina.

Colette: Edgar, por favor, hablemos tranquilos.- le pedí.-

Edgar: No te escucho. -respondió él.

Colette: Quítate los auriculares y hablemos.- insistí.-

Aparentemente, me obedeció y se los quitó. Suspiré, deseando que pudiéramos resolver esto de una manera adecuada.

Colette: Supongo que ahora estás más tranquilo. Solo quiero decirte que me gustas mucho y no hay nadie más que me haga sentir así.- expresé sinceramente.-

Edgar: Ugh, ¿y qué pasa con Fang, Chester y Spike? ¿Ellos también te hacían sentir así?.- respondió con desdén.-

Parpadeé sin poder creer lo que acababa de decir.

Colette: ¿Qué?. Ellos no tienen nada que ver. Mucho menos Chester. Solo es un amigo que conocí en Candyland.- expliqué.-

Edgar: Incluso estoy empezando a dudar si realmente me has dado tu virginidad.- agregó de forma hiriente.-

Colette: ¿Me estás llamando...?

Edgar: Sí. Piensa lo que quieras.- dijo con frialdad.-

No podía creerlo. Me estaba insultando sin siquiera saber la verdad de las cosas, y eso no lo iba a permitir. Sin pensarlo, le di una bofetada en respuesta a sus palabras.

Edgar: ¡¿Qué diablos te pasa?!- exclamó, sorprendido.-

Colette: Más bien, ¿qué diablos te pasa a ti?. Yo lo único que te estoy diciendo es expresar lo que realmente siento.

Edgar: ¿Pues qué quieres que te diga?.- replicó.- ¿'Oh, volvamos a estar juntos como si nada hubiera pasado y vivamos felices para siempre'?. Esto no es un cuento de hadas, Colette.

Dicho eso, se marchó dejándome con las palabras en la boca. Supongo que Edgar tiene razón. Esto será más complicado de lo que pensé.

Ya era cerca de las 10:30 pm y seguíamos distantes. No sabía qué hacer en este momento.

¿Quién me amará como Edgar? No hay nadie en Star Park que lo haga. Todos me desprecian de alguna forma...

De repente, Edgar se acerca a mí.

Edgar: Oye... quería pedirte disculpas por lo sucedido. No quise insultarte de ninguna manera... Creo que me pasé con eso.- dijo con un tono más suave.-

Lo miré y esbocé una sonrisa.

Colette: Bueno, ya no pasa nada.- respondí, sintiendo un leve alivio en mi corazón.-

Edgar: Nuestro estúpido jefe cree que somos máquinas para quedarnos toda la noche.- dijo con amargura. - Tengo hambre. De hecho, voy a ir a comprar algo afuera... ¿No quieres que te traiga algo?.

Esa muestra de preocupación me sorprendió y me hizo sentir bien.

Colette: Sí, por favor... Solo tráeme una hamburguesa.- le respondí.-

Él asintió y, sin más, se marchó. Yo esperaba ansiosa su regreso. Edgar y yo volveremos a estar juntos como si nada hubiera pasado. Ya lo verás.



11:00pm.

Estábamos comiendo tranquilamente. Yo estaba en el mostrador y Edgar en una esquina. Sentía su mirada penetrante de alguna forma sobre mí.

Seguí disfrutando de mi cena y el sueño comenzaba a invadirme.

Edgar: Hey, Colette... Ve al almacén a descansar, hay muchos peluches ahí. Duérmete un poco, yo me encargo un rato y así nos turnamos.

Ya estaba somnolienta y obedecí, dirigiéndome hacia el almacén. No podía resistir más y caí sobre una caja de peluches. No me sentía bien, no sabía por qué... Simplemente me venció el sueño.

Después de un buen rato, desperté de golpe. Entonces, con una visión medio borrosa, vi una sombra que estaba sobre mí.

Colette: ¿Quién eres?...

Edgar: Soy yo, Colette... ~

Abrí bien los ojos, pero su voz no sonaba como la de Edgar, aunque era él. Su aura era más oscura, sus ojos destellaban en un color rojo totalmente irreconocible, y sentía un gran miedo en mi interior...

Colette: ¡Suéltame! - Me tenía sujetada con su bufanda, levantando mis brazos hacia arriba.-

Edgar: ¿Por qué lo haría?. Te has burlado de mí, Colette, y de mí nadie se burla.

Colette: No entiendo lo que dices...

Mi corazón latía con fuerza. ¿Cuándo Edgar comenzó a infundirme tanto miedo? Incluso llegué a dudar si realmente era él...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top