Capitulo 6:


Parte [6] :  Visita rapida, no prevista. 

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"Hola, señorita. ¿Viene a visitarnos?".


– El chico lo miro con una sonrisa cuando ella enrojeció. –


"Aaaaah... ya deja de hacer como que nunca me hubieras viiiiistoooo!".


"T-Tra-Tranquilaaaa! No me agite de esa manera. Se me caerán todas las cosaaaaaaas".


– Lefiya agito todo el cuerpo del Bell, hasta que casi se cae. –


"Lo siento. La verdad, y te me haces algo familiar, pero no logro recordar bien". – Bell se rasco la cabeza con un dedo y con una risa ahogada. –


– Lefiya quiso darle tumbos, sin embargo, antes que pudiera hacerlo alguien salió de la tienda gritando. –


"Beeell! Al fin has llegado". – Ella Tenía una expresión furiosa. –


"Diosa, que tal estuvo la cena".


"Imbécil!".


"¿Que?" – Lefiya se giro de un lado a otro con una expresión sorprendida. –


"Por no haber venido, esta vez no te eh gu – ar – da – do – na - da". – Dijo Hestia con aires de irritación. –


"No te preocupes. Sabia que eras una glotona. Sabía te lo comerías todo".


"AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH. ¡ERES INSOPORTABLEEEEEE!".


– Hestia giro en su sitio gritando. –


"Ya, cálmate. Y hazme el favor de guardar mis cosas, tengo que salir otro rato".


"Oye....... ¿Y yo que?" – Se pregunto a si mismo Lefiya. –


"Detente ahí". – La detuvo Hestia, con semblante frio. – "Hoy no te iras".


"Que cara tan aterradora, diosa".


– Mientras ambos hacían una escena de casados tóxicos, Lefiya dio un paso atrás con todo el rostro de incomodidad en si mismo. –


"Bu-bueno......... yo vivo por aya....... " – Susurro con la esperanza de que nadie la escuchara. Sin embargo, Bell volteo levemente y la miro. –


"Oye, señorita", le sonrio luego de escapar de las garras de Hestia. La sostuvo como si no quisiera despegarse, y la miro como si ella fuera algún tipo de salvavidas.


"Dijiste que estabas aquí para ver nuestra tienda, ¿Verdad?".


"Bueno......... en realidad...... yo ya tengo que ir..."


"No seas tímida, entra!!".


"Eh... no... realmente quiero ir..." – La sostuvo del hombro y empezó a caminar. –


"Te enseñare todo, no seas modesta".


"No, yo ya tengo que irme...... no quiero interrumpir lo que sea que valla a pasar por aquí..."


"Gaujaja", Él se empezó a reír mientras entraba hacia la tienda.


– Hestia miro con semblante molesto, entre cerro los ojos mientras apretaban los brazos alrededor de su cuerpo. –


"No sé en qué momento me pareció buena idea iniciar una familia".


– Suspiro ella, con decepción. –


–"..."


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– Bell la apretó mientras estaba escondiéndose en uno de los estantes. Era una pose comprometedora, al punto que parecía que él la hubiera acorralado. –


"Oye. Haztea un lado". – Le dijo Lefiya, viendo la situación. –


"Espera solo un segundo. Ella da miedo cuando se enoja, escondámonos aquí un rato". – Le respondió Bell, enfrentando su mirada. –


"Bien, pero...... ¿por qué tenemos que estar así?".


"¿Así?".


"Estas muy cerca, aparte ya".


– Ella lo empujo con delicadeza. Bell retrocedió y se topó con el estante a su espalda. –


"Lo siento. No suelo darme cuenta de las cosas muy deprisa".


"Me eh dado cuenta", respondió Lefiya sacudiéndose.


– Bell tubo un momento conflictivo. Se olfateo por un segundo para verificar que no fuese desagradable. Por suerte, parecía que al menos aun olía de manera simple. Como a nada. Casi sin olor de hecho. –


– Lefiya lo noto hacerlo. No pudo encontrarse con su mirada cuando el regreso a mirarla. En vez de eso se puso a tomar a mirar lo que la rodeaba. –


"Esto es..."


"Uhm..."


– Tomo algo de la caja que Bell había llevado hasta su escondite temporal. Tal vez la poca luz del lugar opacaba gran parte de las cosas que había alrededor, pero el brillo de esa esfera pequeña estaba ahí. Encendida como si fuera un foco de tenue brillo. –


"Esto es... lo que filvis-san tenía".


"Una amiga tuya, ¿Señorita?".


"Eh...... si. ¿Tu estuviste dando de estas ayer en el festival de ayer?".


"Uhm........." – Miro hacia otro lado tratando de mirar en su pasado. – "Si, un par si no mal recuerdo".


– A pesar de que su memoria era cuestionable, Lefiya asintió pues ya sabía que sí lo había hecho. –


"Es un artículo muy potente, ¿Por qué regalas algo como esto?".


"Oh. Sobre eso. Tienen una vida de muy corta duración. Por eso, no es como que me importara regalar un par". – Movió la cabeza con una sonrisa torpe, como si no le importara. –


"Pero, lo use con mi amiga durante un largo tiempo y no se rompió".


"¿Enserio? Tal vez le di el que tenía esa joya rara que acabé de encontrar".


"¿Joya rara?". – Lefiya casi salto. –


"Ujum. Una con colores vivos". – Se reclino en la pared de al lado y sollozo. –


– Lefiya iba a preguntarle sobre eso, ya que era algo de lo cual quería saber su familia. Era algo en lo que ellos estaban metidos casi de cabeza. Pero, ¿información? Luego de un par de preguntas, se dio cuenta de que era inútil. Él parecía un cabeza hueco en todos los aspectos. –


Lefiya suspiro. "Bueno, me voy".


"Ah. No, por favor. Espera solo un rato más, por favor".


"¿Que? ¿Por qué?".


"Es por que la diosa esta enojada, y me encontrara".


"¿Qué está diciendo? Este lugar no es tan grande. Te encontrara si solo te busca por un minuto".


"S-Si... eso tiene sentido".


"Vamos, párate y afronta tu problema".


"Ah..." – Él parecía desanimado. No tenía esa sonrisa de tonto que siempre llevaba. –


"Vamos, no te cobrare por hoy".


"Cobrarme?".


"Por mi arma. Gaste un montón reparándola. Y no te cobrare, al menos por ahora".


"No entiendo de lo que me hablas".


"No importa. Luego te lo dire con mas detalles. Ya me voy".


– Empezó a caminar, pero se detuvo. Se giro una vez más y se acercó. Se agacho a su nivel y lo miro con seriedad. –


"Esta vez no me olvides. Soy Lefiya, Lefiya Viridis".


"Oh. Esta bien, Señorita Lefiya".


"Si, no tienes que olvidarlo"


– Se dio la vuelta, y empezó a caminar. Se encontró con Hestia antes de salir. –


"Bell esta atrás, ¿Verdad?".


"Justo allí".


"Gracias".


– Y Salió de la tienda. –

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