U.A [5/5]

La mañana se deslizó en su conciencia cuando finalmente despertó. La alarma empezó a sonar casi de inmediato, obligándolo a abandonar la comodidad de su cama antes de lo deseado. Bostezó, todavía sintiéndose atrapado en el abrazo del sueño, mientras se apartaba el cabello de la cara y frotaba sus ojos adormilados con la mano.

Arrastró los pies fuera de la cama a la par que recordaba el sueño que tuvo. En él, era extendida una invitación por parte de Yaoyorozu Momo a un rincón de ensueño, lujoso y ciertamente costoso, por supuesto. Pero como si eso no fuera lo suficientemente extraño; cuando llegó al lugar, fue al baño para hacer sus necesidades fisiológicas, sorprendiendo a algún conocido enfermizo de Yaoyorozu quien amenazó de hacerle cosas horribles a ella y a la madre de Izuku debido a que el mismo no desistía de querer... "conquistarla". 

En medio de toda la rareza de la situación, hay una parte que ahora le resulta cómica. En cuanto escuchó esas palabras, su enojo se encendió de inmediato. Inicialmente, no le dio importancia al comentario sobre Yaoyorozu. Al fin y al cabo, no tenía ninguna relación cercana con ella... De hecho, ni siquiera la conocía lo suficiente. Sin embargo, cuando mencionaron a su madre, una ola de calor le recorrió la sangre y, al final, las consecuencias de sus acciones lo llevaron a una humillación pública, exponiendo al maniático frente a todos los comensales.

Suspiró para dejar aquel episodio onírico atrás, el sentimiento de hambre lo encaminó hasta la cocina en donde agarró una fruta; la lavó y posteriormente la cortó en trocitos. Casi de inmediato agarró un bowl, echó la manzana dentro y vertió yogurt. 

Así desayunó... Algo bastante ligero a decir verdad, pero él lo prefiere así. Luego de comer, fue hasta el baño, se duchó, lavó los dientes y vistió adecuadamente para ir a la preparatoria. Aunque se tomó su tiempo ya que aún faltaba relativamente harto para el horario de entrada. 

Se puso sus guantes, se despidió de su madre la cual estaba en la cocina y se fue. Sin antes decir "me voy" el cual fue respondido con un "itterasshai" de su madre. 

Mientras salía de casa revisó si tenía todo en la mochila y en los bolsillos, confirmando que así era. Lo más importante el día de hoy, su billetera, se encontraba ahí. 

Con tranquilidad caminó en dirección del paradero del bus, y cuando este llegó se subió. Por suerte, había un asiento libre por lo que lo tomó. Y espera que hoy no haya por ahí alguien que pida cederle su asiento a alguna señora... Porque probablemente no lo hará. 

...

Llegó al salón de clases normalmente, percatándose que Mineta ya estaba allí. Cuando se acercó a su asiento, el más bajo lo saludó con una sonrisa. 

── Buenos días, Midoriya

Apoyó sus cosas sobre la mesa y posteriormente sentándose con serenidad. 

── Buenos días, Mineta

Notó que exceptuándolos a ellos, el resto ahí presente estaban mirando sus celulares. Ahí es cuando se acordó que, para tener una mejor estadía en la U.A necesitaba conseguirse uno debido a la aplicación que anteriormente mostró la profesora Nemuri Kayama. 

Una de las otras razones por las qué conseguirse un teléfono, a parte del hostigoso de Mineta quien está seguro lo molestará hasta que se compre uno y le de su información de contacto. Lo gracioso es, ni que fuera él una chica linda como para entregárselo. 

Un sonido proveniente del móvil de Mineta llamó su atención. El más bajo lo sacó de su bolsillo y observó que la aplicación había sido actualizada. Y mientras se ponía al leer el parche el sonido de los tacones producidos por pasos se oyó a la entrada del aula; la profesora Nemuri ya se encontraba aquí. 

Ella lucía un vestido negro ajustado que abrazaba cada curva de su figura con elegancia. La prenda terminaba justo por encima de sus rodillas, revelando unas piernas esbeltas y bien formadas. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue una chaqueta de cuero morado que llevaba sobre el vestido. 

Sus botas de tacón alto, de un negro profundo se extendían audazmente por encima de las rodillas. Cada paso que daba resonaba en el salón y las mismas realzaban aún más su figura como profesora titular de aquella clase. 

── Buenos días jóvenes

Se posó delante de todos, sacando su celular de la chaqueta anteriormente descrita y lo encendió; teniendo la aplicación abierta. 

── Antes de empezar con los contenidos de hoy, tengo la obligación de decirles que se actualizó la app de la preparatoria ── guardó silencio un segundo, carraspeó levemente y siguió hablando ── Esta nueva versión incluye un horario de clases detallado, notificaciones en tiempo real sobre eventos escolares y un sistema de seguimiento de calificaciones más accesible, de esta forma no tendrán que estar pendiente a que nosotros les entreguemos sus notas, sino que podrán verlas apenas nosotros terminemos de revisar sus exámenes y subamos la calificación al sistema ──

Ante la breve explicación de la profesora, los estudiantes reaccionaron todos de forma positiva; algunos revisaron su teléfono de inmediato y otros dejarían el asunto para después. Ahora sí que sí Izuku debía conseguirse un móvil. 

Al final, Nemuri se dio media vuelta y comenzó a escribir algo en el pizarrón a la vez que callaba a todos, gradualmente fueron guardando silencio y así pudo dar inicio a la clase. 

...

"¡Quiero ver estas tierras abandonar la crueldad!", de fondo se oía una caricatura. El salón blanco estaba completamente iluminado a pesar de ser extenso. Nada proyectaba sombra más allá de un carro de metal y una mesa de quirófano al medio. 

De la puerta, aparecieron dos hombres y un niño de baja estatura. Ahí, el trío se encaminó en dirección de la mesa en donde se posó el niño con ayuda de los dos adultos. 

El más bajo temblaba por alguna razón, se le veía acomplejado por algo. Cerró los ojos y ambos puños. 

── ¿Estás nervioso? ── preguntó uno de los hombres a la par que recostaba al chico, lo acomodaba bien y posteriormente presionaba un botón que encadenaba completamente a... Izuku. 

── S-sí, un poco ── murmuró para después sentir el frío tacto de unos trozos de metal que se desplegaban sobre sus tobillos, muñecas y cuello; impidiendo su movimiento. 

── Tranquilo, ya pasará

Comentó el otro mientras se ponía unos guantes, ponía una mascarilla de cara completa sobre el pequeño y luego daba paso a la anestesia. 

...

Mientras Nemuri impartía la clase, Izuku observó a cada uno de sus compañeros de manera minuciosa; estaba consciente de la presencia de cada uno de ellos. Su mirada se posó primero en Kirishima, el carismático presidente de la clase. A pesar de su aparente confianza, Izuku notó cierta ingenuidad en él. No es que creyera todo lo que le decían, pero tenía la tendencia de aceptar fácilmente una buena historia como si fuera verdad.

Luego, centró su atención en Ojiro, cuya apariencia delataba su práctica de artes marciales. La musculatura de su cuerpo y los callos en sus manos hablaban de su dedicación. Y supone que ha de tener un fuerte sentido de la justicia debido a ese cliché de la protección de los débiles contra los fuertes que parecía estar en sintonía con las enseñanzas de las artes marciales, centradas en la autodefensa. 

Koda, por otro lado, no era precisamente carismático y su apariencia no le ayudaba en ese aspecto. Su timidez era acorde a su personalidad, y parecía un chico reservado y tranquilo que prefería pasar desapercibido en lugar de buscar la atención.

Finalmente, Mineta llamó su atención. Izuku notó que Mineta tenía un gusto por la cultura friki, posiblemente relacionado con los videojuegos y las "waifus". Aunque ser un apasionado de este mundo podía ser su forma de pasar desapercibido, Izuku se preguntó si centrarse en ser un friki de mujeres y personajes ficticios sería la estrategia correcta.

A medida que reflexionaba sobre estas observaciones, Izuku se preguntó si ser tímido y tener un fuerte sentido de justicia eran cualidades que podían combinarse efectivamente. Se debatía internamente sobre si debía dejar intactas sus características recién adquiridas o si debía ajustarlas de alguna manera para lograr su objetivo. La respuesta seguía siendo incierta, pero sabía que debía encontrar el equilibrio adecuado para forjar su nueva personalidad de manera correcta.

Mientras pensaba en ello, miró hacia fuera, rescatando lo que más podía del resto de sus compañeros, sin embargo, esas cualidades eran las más aptas para la "personalidad" que tenía planeado crear. Después de todo, fuera de Kirishima, los otros no llaman la atención de nadie; ningún estudiante se va a parar a pensar y decir "Wow, que genial que es Koda" por ejemplo. 

Por lo tanto, es buena idea cimentar su personalidad en base a lo analizado. Cree que si hace eso, llamará menos la atención que si fuera un tipo sin aparentes emociones que, si incluso lo molesta un bully, no tiene reacción alguna. 

Soltó un suspiro, dejó de lado sus pensamientos y pensó en la clase. La forma lenta en la que Nemuri hablaba, en la que daba espacios entre cada oración para tomar un pequeñísimo sorbo de agua, para luego cerrarla le parecía "exasperante". ¿Por qué no hablar un buen rato, luego tomar un sorbo considerable y posteriormente seguir con la clase? 

Aunque no es algo que le molestara en realidad, la forma de explicar de su profesora no le evoca nada más allá que pereza. Después de todo, es un muchacho tolerante. Por lo que no colgará a su maestra únicamente porque el ritmo de sus clases es diferente a lo que está acostumbrado. 

Un bostezo se escapó de entre sus labios, observando con tranquilidad el campus que se encuentra repleto de verde debido a la naturaleza existente. Con calma apoyó su cabeza sobre su mano; aunque se viera inmerso en sus pensamientos y en la serenidad que se hallaba más allá de la ventana, estaba completamente atento a lo que decía su profesora.

Nemuri continuó su clase con su estilo peculiar, mientras Izuku luchaba por no tirarse de un quinto piso debido al aburrimiento que amenazaba con adueñarse de su mente. 

Mientras el murmullo de su profesora llenaba la habitación, Izuku quitó su vista de la ventana y se centró en oír a la mujer que se hallaba frente a todos. 

...

El timbre sonó, indicando el fin de la jornada. Sin embargo, antes de que cualquiera pudiera pararse de su asiento, Nemuri habló una última vez. 

── Supongo que no estarán al tanto, así que se los diré yo. Es obligatorio estar en al menos un curso extra programático. Por lo que se realizará una feria hoy acerca de estos talleres, se instalarán stands en el campus, ahí pueden ver los que están disponibles y hacerles preguntas a los estudiantes que ya estén dentro para que decidan a cual se unirán  ── guardó silencio, para después hablar nuevamente ── Así mismo, esto es para cada año, por lo que en estos tres años tendrán que haber cursado por lo menos, tres

── Sensei ── alzó la mano Kirishima, la profesora le otorgó la palabra ── ¿Hay un límite que nos impida unirnos a más de uno? 

Nemuri negó con la cabeza, moviéndola de un lado a otro. Al cabo de unos segundos habló.

── No, sin embargo les recomiendo que no se emocionen, tantos cursos los fatigará y no tendrán tiempo ni para andar de ocioso durante los días libres ── a pesar de ser una escuela con un modelo de enseñanza competitivo en el que los estudiantes se enfrentan, y los maestros son estrictos, debe haber tiempo recreativo porque obviamente es importante, por lo que, si son necios en cuanto a este tema y hacen caso omiso al consejo dicho por su profesora, no tendrán tiempo ni para realizar hobbies que sean de su gusto ── Bien, ¿Hay alguna otra pregunta?

Al ver que nadie tenía ninguna otra, ella se retiró no sin antes despedirse de los adolescentes. 

Izuku observó con detención a la profesora, luego, pasó su vista hacia Mineta quien lo llamó para preguntarle acerca del tema recién expuesto. 

── Entonces, ¿Tienes algún curso al que quieras aplicar? 

El más alto de los dos negó, saliendo del salón y dirigiéndose de inmediato al campus principal en cual supone, se encontrarán los talleres. Le da pereza tener que inscribirse a un curso más, sin embargo, como es algo extra programático, por lo menos espera que sea divertido. No como la sosa clase de Nemuri que lo único que hace es provocarle bostezos. Esa mujer es increíblemente bella y debe tener otras otros atributos que desconoce, pero sus clases son tan insípidas como comer pan con agua. 

Cuando cruzaron el umbral, se encontraron en el amplio patio de la academia, donde una variedad de carpas temáticas se alzaban majestuosas. Cada carpa estaba llena de actividad, y los alumnos participaban en sus respectivas tareas.

Habían estudiantes vestidos como artistas marciales, demostrando sus habilidades con movimientos ágiles y bien coordinados. Otros sostenían libros en sus manos, inmersos en profundas conversaciones sobre filosofía. Algunos estaban ocupados plantando semillas en macetas, cuidando con cariño sus brotes mientras compartían consejos sobre horticultura.

Un grupo destacado se dedicaba al teatro, sosteniendo guiones y actuando de manera dramática, dando vida a personajes imaginarios con pasión. En otro rincón, se escuchaba música en vivo: algunos alumnos cantaban con voces melodiosas, mientras otros se encargaban de tocar una variada gama de instrumentos, creando una armonía que llenaba el aire.

Alrededor de una mesa, un pequeño grupo compartía una tranquila ceremonia de té, cuidadosamente preparada y servida con gracia. Había una atmósfera de calma y contemplación en contraste con la efervescencia de las otras actividades.

Sin embargo, lo que más llamó la atención de Izuku y su compañero fue un grupo de estudiantes que trabajaban en computadoras portátiles, absortos en líneas de código y diseño digital.

Pero lo que realmente sorprendió a Izuku fue encontrarse con la joven que lo había salvado de la confrontación con Bakugo: Hado. Ella estaba en un puesto de cocina, vestida como una auténtica chef. La mente de Izuku hizo clic en ese momento, ya tenía idea de como acercarse a la senpai.

Miró disimuladamente al grupo que trabajaba en computadoras, dándole espacio a su compañero que se emocionaba por lo que veía. Mientras él se separaba a pasos lentos para que no notara su ausencia. Una vez Mineta terminó de quedarse embelesado con las maniobras de aquellos muchachos fue que terminó por alejarse. 

Mientras iba en camino, una mano lo agarró de la camisa; observó hacia atrás y era únicamente Bakugo y Kaminari quien estaba a un lado. El rubio cenizo sonrió de manera espeluznante mientras arrastraba al joven hacia algún lugar apartado en el que podrían hablar bien... Y sinceramente, este escenario podría ser lo mejor para el desarrollo de su plan. 

Al ser arrastrado pensó cual sería la reacción adecuada para lo que estaba por ocurrir, este atinó a pensar en actuar indefenso. 

Así, Bakugo lo llevó hasta detrás el edificio principal. Ahí, lo lanzó como si fuera nada. Izuku rodó levemente y luego trató de ponerse de pie, sin embargo fue impedido por Kaminari quien lo observaba con una sonrisa desagradable. 

── Noté que ibas en camino hacia el stand del club de cocina... ¿Sabes quién está ahí?

── No, no tengo idea

Soltó como una mentira obvia, y fácil de descubrir. Bakugo en respuesta se acercó y pateó su cara; tumbándolo en el proceso. Monoma se mantuvo al margen mientras que los otros dos abusaban del más bajo. 

── Extraño, porque juré estabas viendo a Nejire desde la lejanía...

── En caso de que así fuera, ¿Cuál es el problema?

Se sobó levemente la cabeza mientras se recomponía. Tenía un plan, era hora de ponerlo en acción. 

── Oh, finalmente este estúpido quirkless sacó los dientes

Monoma se acercó a paso lento, Kaminari quitó su pie de encima del más bajo y por consecuencia este se paró. Enfrentando al trío. 

──  Sinceramente, ella no parece estar orgullosa de lo que eres, Bakugo 

Izuku esbozó una media sonrisa mientras observó con burla al último mencionado. 

Ante lo dicho por él, Monoma y Kaminari se quedaron callados... «¿Tal vez toqué un punto sensible?» pensó el pecoso, y al segundo se respondió. Sobre el rostro de Bakugo se cernió una mirada sombría, junto con una sonrisa de desagrado. 

El rubio ceniza se acercó a paso lento y golpeó el plexo solar del más bajo, quien cayó al piso como si nada. 

── Que sabrás tú, inválido de mierda... ── Bakugo lo golpeó una vez más estando en el suelo ── Te lo diré otra vez, no te acerques a Nejire

Agregó, agachándose, agarrándolo del cuello de la camisa y sonriendo de forma amenazante. Luego de eso, se levantó y antes de irse, le tiró un escupitajo. Cuando el trío se perdió por ahí, Izuku resopló. Descansando un momento antes de levantarse, sacándose la chaqueta la cual ahora tenía una mancha húmeda a causa del asqueroso último gesto del rubio ceniza. 

El más bajo miró la chaqueta que estaba sobre sus manos, luego, comenzó a caminar en dirección de los stands nuevamente. Tardando un par de minutos, lo que asombró fue el hecho de que ya la mayoría de carpas estaban siendo levantadas, quedando solo un par disponibles... Y para su suerte, estaba la de Nejire aún. Aunque hacía sentido, después de todo, en el lapso de salir de clase, caminar al campus principal, explorar un poco,  que Bakugo se lo haya llevado hasta a algún lugar donde no hubieran ojos para recriminarlo y finalmente caminar de nuevo hacia allí se pasaron varios minutos. 

Así, se dirigió a paso tranquilo al club de cocina el cual se encontraba repleto de gente honestamente interesada en lo que tenían por ofrecer. No obstante, no iba a quedar fuera de esto por culpa de algún idiota amante de la comida. Es por eso que antes de acercarse a Hado suspiró... Imitó una mirada tímida y walá. 

── Oh, Midoriya-san... ¿Qué tal estás? 

...

Agradecería a Bakugo ya que gracias a su comportamiento, ella recuerda mi nombre. Pero, ¿Por qué estaría agradecido? Su actitud me puso en esta situación, además, me obliga a recurrir a la ayuda de otra persona para mantenerme a salvo de sus acciones hostiles.

── Hado-senpai... B-bien, ¿Y tú?

Tartamudear... Parece sencillo pero no lo es del todo, debes saber como hacerlo creíble, sino, parecerás un idiota. Y a pesar de que noto ciertas dificultades, mi actuación no es del todo deficiente. Tendré que practicar al volver a casa. 

── Bien... Aunque tú no lo pareces. ¿Qué te sucedió? 

Ella me tomó de la muñeca y me arrastró hasta lo más atrás de la carpa mientras un grupo de estudiantes nos observaban, pasando por entre medio de las mesas en las que reposaban envases de pasteles que yacían vacíos. Al parecer, se vendieron como pan caliente al ser promocionados como: "¡Postres hechos por Nejire Hado!"

── No es nada, me caí de la escalera

Mentí, quedándonos quietos. Posando una sonrisa nerviosa que apenas se percibía. Es estúpido incriminar de inmediato a Bakugo; debo permitir que ella indague más en lo que sucede. Para incitarla a hacerlo, me limpié los restos de sangre que escurrían de mi nariz con la manga de camisa, quedando manchada en el proceso. 

── No, estas no son heridas de una caída, Midoriya-san

Miré hacia un lado, esquivando la mano que se dirigía hacia mi rostro... ¿Ella no está tomando demasiada confianza?

── De verdad que lo son, Hado-senpai. No tienes por qué preocuparte de mí

Comenté, observándola y un segundo después, moviendo la mirada. 

── Me hago una idea de quien hizo esto... Pido disculpas. 

Negué con las manos, por la información que tengo hasta el momento, no es su culpa. En cambio, el que debería cargar con toda la responsabilidad es Bakugo. Es un pedazo de basura. 

── Está bien, no deberías pedir perdón por algo que no hiciste

Entonces, Nejire ofreció un pañuelo que traía en su mochila de mano; yo lo tomé con delicadeza y limpié mi nariz. Hasta ahora, todo iba desarrollándose genial. 

── Gracias por esto, lo lavaré y entregaré

Guardé el paño frente a la atenta mirada chismosa de todos los que nos rodeaban quienes por la ligera lejanía que teníamos no lograron escuchar nuestra conversación. 

── Me parece bien, no te preocupes, devuélvelo cuando puedas

Asentí con la cabeza mientras me arreglaba la camisa y acomodaba la chaqueta que estaba en mi otra mano. Esperé la pregunta que era mi razón de estar aquí... 

── Entonces, ¿Quieres unirte al club de cocina? 

Bingo, esto era una victoria. 

── Sí, desde pequeño he cocinado debido al trabajo de mamá, y quiero pulir aún más mi  habilidad

Nejire me observó con una sonrisa, ella asintió ante mi respuesta y llevó una de sus manos hasta su mentón. 

── Entonces puedes inscribirte, tienes la hoja por ahí

Mencionó apuntando hacia una de las mesas en las que se recargan los contenedores de postres vacíos, además de que una aparente compañera de Hado-senpai quien tiene pelo corto y rojizo. 

── La hoja está llena de firmas, pero no te preocupes, me aseguraré de que entres y estés en la misma sección del club que yo

Fue ahí cuando mi yo interior sonrió. La situación era perfecta, yo en respuesta le agradecí. 

── ¿De verdad? Muchísimas gracias senpai, te lo debo

Senpai asintió con la cabeza, alzó su pulgar y me dijo que no me preocupara.

...

Bakugo rascó su cabeza con gesto pensativo, sintiendo el peso de sus reflexiones mientras sus piernas colgaban relajadamente en el borde de concreto de la azotea de la escuela. Alzó la mirada hacia el cielo, donde las tonalidades del azul empezaban a desvanecerse, dando paso a pinceladas cálidas y doradas que se colaban entre las nubes dispersas. Aunque el sol aún mantenía su posición elevada en el firmamento, proyectando sombras alargadas sobre la tierra, el cielo se transformaba gradualmente en una paleta de colores que anunciaba la llegada del crepúsculo.

── ¿En qué demonios estás pensando?

Kaminari se asomó por un lado, colocando su mano reconfortante en el hombro de Bakugo antes de sentarse a su lado.

── Nada demasiado importante, solo estoy esperando que ese idiota no tenga la intención de acercarse a Nejire...

Monoma se levantó, deslizando las manos en los bolsillos con actitud relajada.

── No le des tantas vueltas, ella es tuya.

── Coincido con Monoma, Bakugo. Sabes que es así desde el momento en que se vieron en primaria, ¿no es así?

── Sí, claro que es mía.

Las palabras de Bakugo escaparon con cierta confianza, y una sonrisa se formó en su rostro. Ahora, el trío observaba el cielo en silencio, cada uno con una expresión única. En ese momento, sus preocupaciones compartidas crearon un vínculo silencioso entre ellos, como amigos que comprendían las complejidades de las relaciones y la importancia de apoyarse mutuamente.

El viento jugaba con sus cabellos mientras el sol se sumía más allá del horizonte, y el cielo se teñía con tonos púrpuras y rosados. La conversación pausada entre los amigos resonaba en la tranquilidad de la azotea, y aunque el atardecer embellecía el entorno, era la conexión entre ellos la que realmente pintaba la escena con colores más profundos y significativos.

Bakugo agradecía que ambos fueran sus amigos de la infancia. 

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¿Qué opinan de este cap? No pediré disculpas por la tardanza pq en comparación, me he demorado poco xD

Espero les haya gustado, en caso de tener alguna pregunta o sugerencia me la pueden dejar por aquí. 

1-10

Martes 5 de diciembre. 

3933 palabras.

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