Personalidad Engañosa [1/2]

Se reflejaba en el espejo de su habitación, imitando una pose nerviosa con ojos tímidos, encorvando su espalda ligeramente y jugando delicadamente con su cabello. A su parecer, estaba personificando a la perfección una versión incómoda de sí mismo, más cohibida que ninguna otra.

Un suspiro escapó de sus labios y, por un breve momento, se recostó en la cama. Odiaba tener que representar ese papel; durante un instante, un pensamiento intrusivo cruzó su mente. ¿Por qué molestarse con todo este esfuerzo? ¿Por qué no poner fin a todo de una vez? Sin embargo, esa idea se disipó cuando recordó que la vida no tiene ninguna gracia si no le pones un poco de emoción. 

Con su poder, podía hacer lo que dé la gana, incluso si eso significaba representar una debilidad inventada para darle un toque de drama a su vida, que hasta ahora había sido bastante insípida según su propia opinión, y no es como que necesitara una externa. No negaba que su experiencia en la secundaria hasta ahora parecía sacada de las páginas de algún libro que hubiera leído durante sus días de confinamiento en la habitación blanca, o cuando descansaba de las misiones encomendadas por el consejo.

Se levantó de la cama y salió en dirección a la cocina. Era de noche por lo que decidió que era hora de cenar. Se puso un delantal, pensó un segundo que hacer y finalmente se puso manos a la obra, iba a hacer un ramen, era una comida pesada antes de ir a dormir, sí, pero no es algo que le importara. 

Cuando terminó de cocinar, se sirvió la comida y puso el plato hondo en la mesa, tomó unos palillos y comenzó a comer mientras el silencio, irónicamente, era ensordecedor; lo único que se escuchaba en ese apartamento era el sonido de él sorbiendo y masticando los fideos. 

── Hoy mamá no está, huh

Murmuró. Y aunque podría parecer triste, poco le importaba. Está acostumbrado a ese tipo de ambiente. 

...

La ausencia de ruido era habitual, todo estaba tranquilo, era tanto así, que juraría poder escuchar los latidos de su corazón. Analizó su entorno con la mirada y se recostó sobre su cama, miró en dirección del inmenso panel de vidrio que lo recluía del resto de las instalaciones. 

No niega que, muchas veces imaginaba que venía alguien para hacerle compañía, pero nunca nadie llegó. O al menos no para únicamente eso, porque los únicos que le hacían visitas eran científicos para hacerles exámenes, guardias que lo escoltaban y profesores que le enseñaban todo tipo de cosas. Incluido como luchar.

Lo que más detestaba de este asunto, es que muchos lo veían con temor en sus ojos... Él no se auto percibía como un monstruo. 

...

Los primeros destellos del amanecer pintaban el cielo, mientras las aves entonaban una sinfonía matutina en armonía con el despertar de Izuku. Con gestos aún adormilados, rascó la nuca y se encaminó hacia el baño, donde su quehacer diario esperaban. Una vez listo, su reflejo en el espejo le devolvió la imagen de sus ojos inexpresivos, que algunos comparaban con la mirada muerta de un pescado.

Ajustó su camisa y vistió la chaqueta que ostentaba la insignia de la U.A. Acto seguido, sus manos se cubrieron con guantes. Antes de abandonar su hogar, dedicó una última ojeada al interior, como si buscara atesorar cada detalle antes de cerrar la puerta tras de sí.

Caminó con paso tranquilo hacia el elevador, consciente de que poseía tiempo de sobra para llegar a la preparatoria. La ventaja de despertar aún de madrugada le concedía el lujo de moverse con calma, absorbiendo la quietud que precedía al bullicio diario. Aunque para muchos sería un acto impensable el levantarse tan temprano, para Izuku, aquella hora se había convertido en una cómplice silenciosa, una aliada que su propio cuerpo abrazaba con naturalidad.

Mientras esperaba el ascensor, compartió espacio con una mujer que se posó a un lado de él. Ella tenía tez blanca, su cabello corto rubio que llegaba hasta la nuca tenía la apariencia de estar bien cuidado. Sus ojos, de un intenso color almendra, revelaban una misteriosa profundidad, en ellos se reflejaban disciplina. 

De reojo, Izuku dirigió su mirada hacia ella, centrando su atención en un elemento que, particularmente, llamó su atención; dos apéndices que sobresalían de ambos lados de su cabeza, de un tono oscuro y con una forma alada, aunque resultaba evidente que eran cuernos con una forma extraña. En su percepción, no parecía ser una persona de edad avanzada, quizás unos veintisiete años a lo mucho. Esta aparente juventud aumentaba la posibilidad de que en realidad, sí tuviera un quirk. Sin embargo, Izuku reflexionó sobre la rareza de que alguien mayor de 20 años tuviera un don, considerando que la probabilidad disminuía con la edad. Esto la ubicaba en la categoría de los "primeros evolucionados", aquellos individuos que, aproximadamente hace 30 años, ya formaban parte de la comunidad de personas dotadas de alguna habilidad.

La mayor se percató de la mirada del más bajo y lo analizó de pies a cabeza. Por su mente seguramente pasaba la idea de que era extraño ver a alguien de su edad que parece no tener un quirk. De hecho, ¿no es de cierta manera, humillante que alguien de su edad sí tenga uno y no él que es tan joven?

Aunque para Izuku nada es lo suficientemente sorprendente. En este caso, ya ha visto a personas que rondan esa edad y que poseen un kosei, por lo tanto, no es una novedad. De hecho, el laboratorio estaba repleto de ellos. 

Así pasaron los segundos que debido a la interacción que tuvieron, parecieron minutos. Cuando la mujer llegó al piso que debía, caminó hacia fuera, echándole una última mirada. 

...

El ambiente escolar era el habitual. Algunos estudiantes poseían una careta de insomnio, otros tenían la pinta de haberse bebido cinco tazas de café antes de asistir a la preparatoria, el resto bostezaba de vez en cuando, o de plano no lo hacían ya que habían descansado adecuadamente. 

Izuku se encontraba en la última categoría. El único momento en el que expresó su cansancio mediante un bostezo fue cuando se estaba duchando, pero después de terminar se le había ido la última pizca de sueño que aún se albergaba en su cuerpo. 

Más pronto que tarde, el profesor llegó al salón. En este horario la clase era de filosofía, ya que según, es importante filosofar debido a que permite el correcto pensamiento. Dentro de esta materia se habla de la ética, por ejemplo, y, sin embargo, todos tienen en mente que aquel artículo no es más que una materia de relleno; ¿Por qué enseñarían ética cuando incentivan la competencia usualmente desleal entre compañeros?, y probablemente hasta ahora los estudiantes de primer año aún no han experimentado algo como, sin embargo, esta academia se basa en eso. 

Un profesor calvo, que llevaba gabardina de color claro y tenía palos en vez de pies habló, callando a todos los alumnos en el proceso. Él se erguía frente al pizarrón. La luz tenue del amanecer se filtraba levemente por las ventanas del aula. 

── ¿Todos somos realmente iguales? 

Preguntó el hombre, haciendo énfasis en la palabra "todos". El salón permaneció en silencio, Izuku prestó atención a lo que tenía por decir su maestro; después de todo, es un dilema que siempre se ha cuestionado. 

── La introducción de los quirks ha añadido una nueva capa a este asunto. ¿No creen?, la verdadera pregunta es, ¿los dones nos han acercado o, por el contrario, ha ampliado la brecha de desigualdad entre nosotros?

El pecoso tiene la creencia de que, a pesar de que sería "lindo", de que todos sean iguales, nadie lo es. Ni siquiera los gemelos son estrictamente idénticos; uno se podría diferenciar porque uno tiene un lunar, porque tiene una mancha, una cicatriz, etcétera. 

Por tanto, si ni gemelos, que son personas que están destinadas a ser parecidas, no son iguales, ¿Por qué deberían de serlo el resto? En realidad, ese tipo de pensamiento es utópico y ciertamente fantasioso. 

Los murmullos de reflexión se extendieron por la sala como si fuera pólvora. Mientras los estudiantes consideraban la impactante pregunta del profesor, Izuku observaba con detención el rostro de los demás; sobre todo de aquellos en los que está interesado para formular a la perfección su nueva personalidad. 

Entonces el profesor continuó, su tono pausado y reflexivo llamó el interés. 

── Con la aparición de quirks, ustedes han sido dotados de habilidades únicas y asombrosas. No obstante, ¿acaso no es inevitables que algunos quirks sean más poderosos o versátiles que otros?, ¿no se ha creado una nueva jerarquía basada en cuán útil es tu don? 

Ojiro alzó la mano, a lo que el profesor le dio la oportunidad para hablar. El mencionado pensó un segundo antes de abrir la boca. 

── Creo que los quirks, en esencia, son herramientas que aún están en descubrimiento. Al igual que ciertas facetas que poseemos, son parte de nosotros. Por lo tanto, no deberían definir completamente nuestra valía como individuos únicamente por eso. Sí, algunos quirks sin duda pueden llegar a ser más llamativos que otros, pero eso no debería restar el valor de los demás

Izuku tomó nota mentalmente, al parecer, Ojiro y por tanto él, creen en la igualdad de las personas... Aunque en realidad no sea así. 

── A eso es lo que me refiero, pero los niños hoy en día son muy crueles

Pegó un vistazo por la clase y fijó su mirada un segundo en el pecoso. Segundos después la quitó de ahí. Entonces decidió abordar el asunto del bullying debido a la falta de un quirk. 

── Ojiro, has planteado un punto esencial sobre las responsabilidad individual sobre el uso de quirks y que no deben definirnos como personas, sin embargo, quiero profundizar en la complejidad de este tema en particular... Y es que los quirks no solo impactan la igualdad en términos de oportunidades, habilidades y entre otros rasgos, sino que influyen en aspectos sutiles y ciertamente desafortunados, como el bullying por ejemplo

Izuku miró a Bakugo quien hizo una mueca debido a que se percató que varios ojos se posaron sobre él. Por la espalda de Mineta recorrió un escalofrío, esperaba que no estuviera enfadado. 

El pecoso posteriormente notó cierto comportamiento en Koda quien movía incesantemente su pie con nerviosismo. Finalmente, mordió su labio, suspiró y comenzó a hablar aprovechando el silencio que creó a propósito el profesor para causar la interacción de sus estudiantes. Tartamudeando levemente y bajando un poco su mirada tímidamente habló. 

── P-pienso que todos, con o sin quirks, deberíamos ser tratados con respeto

Comenzó Koda, observando a todos y posteriormente bajando su mirada. 

── Las habilidades especiales no deberían ser motivo para menospreciar a alguien. Aunque es la excepción, he visto a personas con quirks increíbles siendo juzgadas debido a algún evento provocado por sus dones. Así como a aquellos quirkless siendo maltratados ya que no tuvieron la dicha de nacer con uno

Ante los comentarios de sus compañeros, Shoji también habló con sinceridad, tomándose el tiempo de abrirse para contar su experiencia. 

── Estoy de acuerdo con lo que se ha dicho

Comenzó el de máscara, acomodándose en su asiento. 

── Como alguien con una apariencia diferente a causa de mi quirk, entiendo lo fácil que es para la gente caer en una especie de... Juicio superficial

Agregó, enfocándose en el profesor y posteriormente en aquellos compañeros que lo rodeaban. 

... 

Mala idea contar tus experiencias previas en un círculo como este. Sinceramente, creo que Shoji es ingenuo; porque cuenta esto, ¿Cree que los demás lo aceptarán por como es?

── Todos tenemos historias, desafíos únicos que nos hace crecer como personas, esto es independiente de nuestros quirks

Vi como extendió uno de sus brazos para señalar a Koda, Ojiro... Y a mí también, por alguna razón. 

── Creo que es vital recordar que los quirks, ya sea su presencia o su ausencia, no definen completamente quienes somos. Todos enfrentamos nuestras propias batallas, y en lugar de centrarnos en las diferencias, tal vez deberíamos esforzarnos por y para comprender al resto

Al parecer, intenta hacer un punto. (agregar algo más aquí)

── La falta de quirks o no, no deberían ser motivo de discriminación. Yo creo que debemos crear un ambiente donde cada uno se sienta aceptado, y eso comienza con el respeto y la empatía hacia las experiencias de los demás, sean estas visibles o no

Guardó silencio un segundo, después, agregó una última cosa. (agregar algo más)

── Como, por ejemplo, Bakugo-san, Kaminari-san y el chico de la clase B, deberían ser más empáticos y ponerse en los zapatos de aquellos que abusan, como Izuku o Mineta 

Al escucharlo, solté un suspiro y dejé caer mi cabeza sobre el pupitre... Genial, ahora Bakugo me hará la vida de cuadritos. Aunque no es algo que no espere, sinceramente. 

Gracias a aquel comentario, el salón comenzó a ponerse lo suficientemente tenso como para cortar aquel estado con un cuchillo; Kaminari se levantó de su asiento. 

── Eh, ¡Qué sabrás tú lo que hacemos nosotros!

El profesor se posó delante de ambos estudiantes con el objetivo de detener un altercado antes de que siquiera inicie. Por lo que noté, Bakugo simplemente chasqueó la lengua con molestia. 

── Kaminari, tranquilo

Ordenó el profesor mientras posaba uno de sus manos sobre el hombro del último mencionado. A lo que asintió con la cabeza y se sentó, murmurando un par de palabras que, sinceramente, ni siquiera oían la pena escuchar. 

Mientras eso sucedía, comencé a perderme en un hilo de pensamientos... Shoji parecía involucrado en el asunto aún cuando pensé que nadie estaba interesado. ¿Por qué razón está tratando de ser un justiciero?, no llego a comprender completamente, sin embargo, ¿No lo hace para quedar bien con los demás? 

Para mí, tiene sentido; no te metes en las peleas, no obstante, te aprovechas para aumentar tu popularidad. Aunque, no sé... No me convence del todo. Suspiré una vez más y abrí los ojos que anteriormente había cerrado. Observé el reloj que estaba colgando de una de las paredes, y aún faltaban un par de minutos para que acabara la clase por lo que sonreí... Antes de eso, creo que debería de agitar ligeramente el avispero.  

... 

Sobre los labios de Izuku se posó aquella media sonrisa, como si estuviera a punto de revelar algo de gran importancia. Bostezó con fingida despreocupación y cierta inocencia, y después de estirarse ligeramente, tomó la palabra, rompiendo el silencio sepulcral que se había apoderado del aula debido al desorden ocasionado por Shoji y Kaminari.

── Sensei... He estado tomando nota de todo lo que hemos discutido hoy ──  comenzó Izuku con una calma que contrastaba con la expectación en el aire ── Aprendí de cada uno de los que expusieron su punto de vista en este asunto y debo confesar que creo que sus perspectivas son valiosas para que cada uno de nosotros se desarrolle de manera correcta ── sus palabras fueron medidas, provocando que la atención de cada estudiante se concentrara en él. Eso era sin duda, algo inusual ── Todos deberíamos aspirar a ser iguales en cuanto al respeto mutuo y la aceptación de nuestras diferencias. Esto también es aplicable a lo que dijo Shoji sobre abusar físicamente los unos a los otros

Entonces, para finalizar su charla, desvió su mirada hacia Bakugo. 

── No sé qué opinarás al respecto, Bakugo-san

Entonces, el silencio regresó brevemente mientras las palabras de Izuku se asentaban en la mente de todos los presentes, a excepción de algún par. Luego, un murmullo se apoderó de la clase mientras los estudiantes intercambiaban miradas y susurros. 

Todos estaban impresionados por la osadía de Izuku, quien no esperaban que retara a Bakugo de esa forma, que, si bien es algo indirecto, sigue siendo una muestra de desafío. 

── Puto nerd, vas a v- 

El profesor lo detuvo con una mirada severa y un reto, se paseó por los pasillos del aula y miró al par mientras pasaba por su cabeza la idea de hablar de este asunto con Nemuri, la profesora a cargo del primer año. 

── Bakugo, no seas de esa forma con tu compañero. También, no digas groserías en el aula de clases, es una falta de respeto para mí y para los demás

Bakugo ante el reto de su profesor chasqueó nuevamente la lengua e hizo la mirad a un lado molesto. 

── Bien, una vez dicho eso, pueden irse... 

Se dio media vuelta, caminó hacia el atril, agarró sus pertenencias y posteriormente salió del aula. 

...

El profesor de filosofía entró a su oficina con un rostro cansado. En el camino pensó en lo conversado con sus estudiantes, anteriormente había tenido casos de bullying, sin embargo, en este momento había algo que le molestaba. 

Se posó detrás de su escritorio, donde reposaba su silla y se sentó mientras se masajeaba la sien. Se apoyó sobre el mueble con estilo minimalista y cerró los ojos un segundo. 

Por la cabeza del profesor pasó la idea de contarle a Nemuri, la profesora tutor de la clase para que ella viera más a profundidad la situación de Izuku, Bakugo y posiblemente un par de estudiantes más. Soltó un suspiro, se aflojó levemente la corbata y salió de su oficina en dirección a la de Nemuri quien se hallaba en la suya. 

Ahí, tocó y recibió una respuesta del otro lado diciendo: "Entra". 

── Ectoplasm, ¿Qué te trae por aquí? 

La mujer se acomodó los lentes mientras organizaba unos documentos dentro de un gabinete que había al costado derecho de su oficina. Al no recibir una pronta respuesta de su par se giró levemente para verlo. 

── Ya te he dicho de que no me llames así, ese es mi apodo en los videojuegos. Cuando estemos trabajando, llámame por mi nombre

── Está bien, Masakazu. Entonces, ¿Por qué viniste? 

El hombre se rascó la pelada mientras suspiraba y se sentaba en una de las sillas, Nemuri hizo lo mismo, pero del otro extremo del escritorio. 

── Vengo a hablarte acerca de la clase de hoy... Parece haber un caso de acoso entre los estudiantes

...

Izuku bostezó a la par que rascaba suavemente su oreja; tenía la sensación de que alguien estaba hablando de él. 

Mientras tanto, Bakugo junto a sus dos amigos caminaba unos metros detrás del peliverde quien estaba al tanto de sus presencias, sin embargo, no es algo que le importara demasiado. 

Bakugo tenía su mirada fija sobre la espalda del más bajo; hoy día iba a golpearlo como nunca. Tal vez sería estúpido considerando que otros estudiantes ya lo han chivateado, pero, si lo amenaza lo suficiente, puede obligarlo a decir que no ocurre nada entre su grupo y él para salir sin repercusiones, ya que, sin evidencias, todo es infundado. 

El teléfono de Bakugo interrumpió a Kaminari quien apresuraba el paso para encontrarse con Izuku y hacerlo pagar por como desafió a su mejor amigo en el salón. El rubio con el rayo tintado se dio media vuelta y observó al otro quien cesó la acción de caminar. En tanto, los otros dos también pararon y se posaron a un lado de él. 

── Mamá, no... Sí, no tengo nada que hacer ahora

El ceño de Katsuki se frunció a medida que la llamada transcurría. Este al final suspiró sin dejarle espacio a su madre para que se despidiera apropiadamente. Guardó su celular en un bolsillo y posteriormente siguió caminando. 

── Entonces... ¿Qué pasó?

Preguntó Monoma, quien se acomodó la manga de la camisa que le quedaba ligeramente ajustada. 

── Nada, le prometí a mi vieja el otro día que la acompañaría a comprar al centro comercial

── ¿Y qué cosas, tal vez ropita para su hijo? 

Kaminari sonrió y soltó de forma burlesca mientras desordenaba el cabello de Katsuki quien lo miró de reojo para luego quitarse la mano de encima con una sonrisa de lado. 

── No, muebles. Al parecer, a mi viejo le está yendo bien en su trabajo, quieren renovar el interior de la casa

Monoma entonces posó su brazo por encima del hombro de Bakugo. 

── Podríamos ir contigo, ayudarte a ti y tu madre escoger. Tengo buen gusto, digo, tenemos buenos gustos

Dijo mientras le levantaba el pulgar a Kaminari quien correspondió haciendo lo mismo. 

── Está bien, solo déjenme avisarle

Replicó y cuando lo hizo, sacó su celular mientras sus amigos celebraban. A la par que hicieron esto, ambos dijeron algo en voz baja, asintieron con la cabeza y de 0 a 100 comenzaron a correr hacia Izuku quien ya estaba medianamente lejos debido al hecho de que anteriormente habían parado de caminar. 

El peliverde quien iba concentrado en lo que iba a hacer cuando llegara a casa, sintió un ligero cosquilleo proveniente de uno de sus quirks... Y este inconscientemente esquivó un golpe que iba hacia él dando un paso hacia un costado. Luego, se dio cuenta de que eran los bullies y simplemente se echó a correr, y para eso no se reprimió tanto por lo que con el pasar de un momento los terminó por perder debido a su gran resistencia. 

── ¿V-viste como esquivó mi puñetazo ese hijo de puta? 

Murmuró Kaminari a Monoma, quien soltó un suspiro producto del esfuerzo físico. 

── Tal vez ese sea su quirk, esquivar. 

Comentó Monoma, mientras la risa de ambos comenzaba a emerger lenta pero seguramente; ambos al final rieron bastante. 

── Estúpidos, ¿Ya terminaron?, mi vieja nos está esperando en el auto

Apuntó con uno de sus dedos hacia el otro lado de la calle, en donde se encontraba Mitsuki Bakugo sobre un auto que a simple vista parecía relativamente caro. 

...

El día estaba llegando a su fin. Había llegado a su hogar hace un tiempo considerable ya. Mientras se preparaba algo de comer, pensaba en que pronto iniciarán las actividades de club, algo que le emociona de alguna forma. 

Ignorando ese sentimiento, se enfocó en el pensamiento de que debería perfeccionar su forma de actuar ya que cree que no es consecuente del todo. Hoy tomó notas de sus compañeros por lo que esta vez su interpretación debería salir elocuente y sin desperfectos.

Mientras tenía eso en mente, preparaba la cena con meticulosidad y distracción, la cena progresaba lentamente; troceando un pedazo de carne, accidentalmente su dedo "rozó" el filo del cuchillo que sostenía en su mano. Izuku miró la herida con una serenidad inusual, frutos de experiencias previas que habrían templado su reacción ante el dolor, el peligro y básicamente casi cualquier emoción. De manera instintiva el muchacho atinó a abrir la llave de la cocina para que el agua aliviara la herida y limpiando la sangre, sin embargo, el incidente no importó demasiado cuando se curó fácilmente a causa de uno de sus quirks. 

No obstante, a pesar de aquello, una imperceptible cicatriz quedó en su lugar. El adolescente suspiró pesadamente y siguió cocinando, terminando en un tiempo considerable debido a que la cena de hoy iba a ser carne "al jugo" con un tazón de arroz, receta aprendida mientras tuvo estadía en Chile a causa misión encomendada por la comisión. 

Al final, a pesar del contratiempo, Izuku terminó su comida y se sentó a cenar con normalidad.

...

Terminó de lavarse los dientes y se dirigió a su habitación, cuando llegó, abrió la puerta, la cerró detrás de él y se posó frente al espejo mientras que un haz de luz proveniente de la luna menguante se fugaba a través de la ventana dándole un característico color azulado a su habitación. 

Finalmente, en la intimidad de su habitación, Izuku enfrentaba su reflejo en un espejo de cuerpo entero. Las paredes de color gris servían de telón de fondo a este ensayo silencioso y solitario. Vestido con su pijama, con la camisa ligeramente torcida y sus pantalones anchos, Izuku se sumergía en la meticulosa construcción de su personaje.

Con movimientos medidos, ensayaba una postura encorvada, brazos ligeramente cruzados y cabeza inclinada, proyectando una imagen de inseguridad. Sus manos, temblorosas, ajustaban y reajustaban suavemente su camisa, simulando un gesto nervioso. Su voz, al principio apenas un susurro, practicaba frases y saludos. "Hola, soy Izuku", decía con una vacilación estudiada, cada palabra impregnada de una timidez artificial.

En el espejo, su reflejo mostraba a un joven aparentemente introvertido, medianamente abrumado por la presión de miradas inexistentes, pero a que pesar de todo, podía sentir. Pero más allá de esa fachada cuidadosamente construida, en lo más profundo de sus ojos, se escondía un vacío desconcertante. Esos ojos, que deberían haber sido un remolino de emociones y pensamientos, reflejaban una calma inquietante, una desconexión interna que Izuku intentaba esconder. 

Eran como dos lagos en calma, superficies tranquilas que ocultaban profundidades insondables. En esos momentos de práctica, Izuku no solo se preparaba para el mundo exterior, sino que también se enfrentaba a ese vacío que había crecido dentro de él.

A medida que continuaba su ensayo, la sonrisa forzada que se posó sobre sus labios, se suavizaba gradualmente, transformándose en una expresión más natural, aunque aún cargada de timidez. Sus ojos, aunque todavía ocultaban ese vacío interno, comenzaban a brillar con un leve destello de vida, una chispa que lograba disfrazar el abismo inescapable. 

Finalmente, Izuku dio un paso atrás, observando su actuación completa. Había logrado crear la imagen de un muchacho tímido y reservado, ocultando hábilmente la ausencia de emoción real detrás de una supuesta fachada convincente. En la soledad de su habitación, había ensayado perfectamente el papel que necesitaba para el día a día.

Con un último vistazo a su reflejo, Izuku cerró la persiana, permitiendo que la oscuridad envolviera la habitación. En esa penumbra, se permitió un momento de cruda honestidad, un suspiro silencioso antes de mañana utilizar su cuidadosamente cultivada máscara de timidez.

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Qué pasa ijos del piko, les dije que volvería más pronto que tarde para la próxima actualización

En fin, espero que se encuentren bien, hermosos lectores. Lamentaría la demora pero es algo demasiado cliché así que da igual y espero que hayan disfrutado la lectura tanto como disfruté yo escribirla. 

Eso sería todo por el momento, tal vez la próxima actualización salga para Marzo-Abril, posiblemente.  

1-10 

¿Preguntas?

 Jueves 1 de febrero. 

4350 palabras.

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