Las voces de la verdad.
- C Viginti
Al cielo pido, por favor, tener clemencia;
dejar existir a alguien de quien no abuses su paciencia.
Mis amores eran amores,
mis dolores eran dolores,
tan juntos estaban ambos en sus pasiones
que pintaron este oleo gris de colores.
Los colores llenaron mi alma y corazón,
pero eso no les ha llenado de satisfacción,
así que el humo llenó mi mente sin restricción
y me hacen creer que en todo este repudio hay razón.
Mi señor, por favor, dame tu condescendencia,
porque en mí hay deseos de seguir mi esencia.
○
A mis dioses pido, por favor, terminar sus guiones,
silenciar sus labios y parar de gritar,
ponerse de acuerdo para demandar por mis decisiones,
dejar de simular en mi mente sensaciones
y les suplico desistir en hacerme girar.
Oh, cielo, he estado rogando tu indulgencia,
por favor, deja fuera de esto a mi conciencia.
Me hacen sentir abrumada,
hacen arrastrar mi mente hasta mis errores,
me hacen sentir tan mareada,
soy como un adicto y las automedicaciones.
Y tú, cielo mío, sabes que yo sé de adicciones,
de las necesidades y sobre sus mediciones.
○
Al cielo suplico; por favor, tener piedad,
dejar que alguien como yo no sufra a esta edad,
con los ascos aguantados por voluntad
y escupiendo ante los vástagos de la soledad.
Cientos de palabras vacías escuchadas
y palabras resentidas sin escuchar.
A mi señor suplico, con estas sensaciones sean relevadas
en un acto de piedad que nunca terminaré de pagar.
Mis palabras parecen un suplicio
y mi soledad se siente tan real aunque parece mito,
esta edad me parece un desperdicio
cuando a mi compañía en silencio la inhabilito.
○
Pido perdón por todas mis carencias
tanto lo hago que solo suenan incoherencias.
Pido perdón mientras lavo mi boca insolente
e intento, gritando, calmar mi mente.
Así que, por favor, tener piedad de mí
porque, si es que algo me pides, yo ya lo perdí.
Al cielo pido su amor, aunque sé que no hay caso,
porque la sensación de abotagamiento es lo que abrazo,
sabemos que lo que me atormenta es el fracaso
y las voces dicen la verdad como un pinchazo.
Te suplico, por favor, guíame fuera de aquí,
porque si es que algo vine buscando, ya lo escondí.
●
Te ruego, por favor, dime la verdad de mí,
¿las voces siempre resuenan, o solo lo hacen para mí?
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