las cenizas del sahumerio cayeron impacientes, el olor a lavanda se metió por todo el living. las copas de vino permanecían tranquilas acompañando la calida y escasa luz. la música se movía por el aire.

—now what you've done, beetlebum—la voz masculina de rin resonó en mi oído, sus labios se presionaban contra mí oreja. me provocaba ciertas cosquillas que terminaban en sonrisas mías.

—¿quieres otra porción de pizza?—pregunté, acomodándome en su regazo. suna me sostuvo de la cintura, negando con la cabeza.

y de repente me comenzó a besar la mandíbula y el cuello.—yo te quiero a ti—me rei, y tire suavemente mi cabeza hacia atrás, dándole acceso.

—aún así…no te olvides—le dije, por el acuerdo tácito que teníamos. él sonrió contra mí piel, y dejó algunos besos más antes de responder—si, eri, no te preocupes. solo quiero mimarte un poco, para mostrarte mi
agradecimiento.

dijo, sumándole a sus besos en mi cuello y mandíbula un camino hasta mis clavículas y con su mano suaves caricias en mi muslo. debía estar tan atrevido por lo que bebió de vino, yo suelo iniciar estas cosas.

luego de un rato más y miles de besos nos fuimos a acostar a nuestro cuarto, que con tanto esfuerzo y amor habíamos decorado. nos pusimos en posición de cucharita, y como estábamos cansados y un poco alcoholizados nos dormimos rápido.

y al otro día nos despertamos a las 9:00 de la mañana solo porque era domingo. me estire sin ganas de levantarme, y suna ya estaba con el celular y los anteojos, que no le quedaban para nada mal y lo hacían ver más atractivo. eso sumado a su corte nuevo.

—rinrin, buenos días.—lo saludé, poniendo mi cabeza en su pecho, y él envolvió un brazo alrededor de mi espalda.

—estábamos hablando en el grupo de juntarnos…iríamos samu, hana, tsumu, yuki, sakusa, hinata, kageyama, bokuto, akaashi y komori. y bueno, nosotros dos.

—ahh, ¿a almorzar?

—si, ¿quieres ir a bañarte mientras hago algo de desayunar?

asentí, y le di un pequeño beso para levantarme de la cama y agarrar mis productos de mi tocador. no tarde mucho en la ducha y cuanto salí me puse algunas cremas. me vestí con una falda suelta de flores y una simple camiseta blanca que era corta. me puse las zapatillas y luego seque mi pelo.

luego de prepararme salí a la cocina y suna ya había cocinado algo simple para los dos. desayunamos juntos y luego suna se fue bañar, y ese tiempo lo aproveché para fijarme algunas cosas de mi trabajo.

rin salió de nuestro cuarto con el olor de su colonia y el cabello mojado. tenía una camiseta normal y un short de jean ancho, con sus zapatillas. yo estaba sentada en el sofá, con las piernas cruzadas, así que suna se sentó al lado mío y comenzó a darme besos en las mejillas y mandíbula.

si algo había cambiado en nosotros desde preparatoria, era la timidez. era tan común para nosotros toquetearnos todo el tiempo, besarnos, abrazarnos o cualquier simple tacto que demuestre el amor y el deseo que nos tenemos. yo creo que para los tres meses de relación ya no era tan tímida, pero creo que rin no cayó en que ya éramos novios y que yo le daba mi consentimiento hasta pasados los 6 meses.

—tendríamos que comprar algo para llevar. un postre o algo, o bebidas.—le dije, cuando él tenía su cara en mi cuello y le acariciaba el pelo.

—la tienda cerca de la casa de tsumu y yuki vende postres muy buenos. la vez pasada que nos juntamos con el equipo compramos un flan ahí con toya y estaba muy rico.

sonreí. —bien, entonces podemos comprar ahí… ya deberíamos salir, son las 11:30.

rin se separó de mí y agarró las llaves del auto. yo me levanté y estiré las piernas, ambos salimos del departamento, cerré la puerta y bajamos hasta el estacionamiento del edificio.

mientras suna hacia marcha atrás en el auto, yo ponía música en la radio. un rato después, escuchábamos nuestra playlist de oasis, y “rock ‘n’ roll star” sonaba. el día tenía un clima perfecto, estaba soleado pero no molesto. no hacía calor pero tampoco frío. todo increíble.

suna y yo nos miramos, y nos sonreímos.