EL DIARIO DE LIZETH (16 de agosto del 2021)
16 de agosto del 2021 (6:35 am)
Últimamente no me he sentido más que nerviosa por los nuevos nuevos. A lo que quiero llegar es que no es tan común para mí el cambio de profesores. Es decir, me siento extraña al momento de notar que todo es diferente a lo que estaba acostumbrada. Entro al salón de clases y miro con vacuidad la banca en la que me voy a sentar. Una banca que se mantiene estática hasta la esquina del salón. Creo que la vida me bendice manteniéndome a solas, lejos de toda la estupidez que significa para mí el tener que estar en frente. No me siento tranquila con todo el escandalo del salón, y quizá prefiera morir antes que algo más. Es extraño, y peculiar, en mí, que mis sentimientos se interpongan antes que mis objetivos. En estos instantes he empezado a trabajar en un experimento que puede revolucionar las cosas, un intento desesperado para mantener la vida a como de lugar. Quizá no sea para nada algo que pueda lograrse en poco tiempo... ¿Qué demonios estoy diciendo? Claro que se puede. A veces solo tengo que creer en mí. No hay error más grande que olvidarse de la capacidad de uno mismo para lograr hallazgos indescriptibles. Siempre fuerte ante la ciencia, se debe ser lo más certera ante todo. No cuestionarme sería un error tan grave como no creerme capaz. Aunque, lo que debo de hacer primero es encontrar un espécimen adecuado. Veo por todas partes y no logro encontrar nada, más que insectos. Todos ellos, caminan de forma grotesca y robótica por los marcos de las ventanas, mirándome y mirando al exterior, riéndose de nosotros por ser libres y solo vivir para sobrevivir. Me pregunto que será de ellos, como son y que hay que no se haya visto de ellos. La clase ha comenzado. Escribiré después.
16 de agosto del 2021 (7:50 am)
Mis ojos han visto con su propio sentido algo que probablemente me haya cambiado un poco... Cuando empezó la clase fue con una nueva profesora. No era la vieja señora Cristal, una cerda asquerosa con rostro desdichado y sin ganas. Esta mujer, cuyo nombre es Diana, era todo lo contrario. Un rostro vivo, unos lentes que cubrían brillantes ojos cafés. Cabello castaño lacio, un andar relajado y una voz tranquilizadora a la vista. Era hermosa, es verdad. Y no solo eso, también se mostraba complaciente con nosotros, sus alumnos. A veces me pregunto que habrá sido de las mujeres que fueron secuestradas por el tinte laboral, quizá si hubiera venido esos días y me hubieran secuestrado, no tendría ahora el privilegio de ver a la hermosa Diana. Me está hablando para un trabajo de mi taller de economía. Volveré más tarde.
16 de agosto del 2021 (3:00 pm)
He estado un largo tiempo sin escribir, más bien, horas. Me he sentido con la necesidad de no hacerlo. Mi ser se ha quedado paralizado por encontrarme de frente a una mujer como Diana. Es increíble la manera en la cual he aprendido cosas que no podía entender con anterioridad. Es extraño que me sienta ciertamente admirada por la capacidad de Diana de ser una buena profesora. Solo se que agradezco que ella esté y no la vieja nauseabunda de Cristal. Sobre los demás profesores y las otras clases, cambiaron a mi maestro de matemáticas por una profesora de economía, tengo clases de historia con una maestra que me daba una materia en el curso de economía y técnicamente es lo mismo. Biología o geografía me lo da una profesora que se llama Viridiana. Es muy buena onda y definitivamente me causa cierta gracia por su humor negro. Las clases son algo esclavistas, tengo trabajos por doquier, sin embargo ya me acostumbré a la rutina agotadora. Creo que mi vida me ha entrenado para eso. Llegué de la escuela y lo primero que ocurrió fue que mi madre me obligó a trabajar para arreglar la casa. Ella es profesora y frioleramente ella quiere que cometa los mismos errores que ella para no sentirse desconsolada. Quiere que sea una profesora, un ser insignificante como ella lo fue. No se si sentirme alegra que mi madre quiere que sea como ella, o sentirme ofendida. Debo de pensar en ello. He terminado mi trabajo, haré algunas notas en mi diario de campo. Encontré un espécimen curioso. Mientras limpiaba la cocina encontré una cucaracha. Era bastante grande y no parecía mostrar signos de algún malestar más allá de meros problemas de parto. Se irá conmigo. Antes de experimentar o hacer algo, voy a bañarme. Escribiré luego.
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