Horan

"Creo que te quiero"

"Yo te amo"


Josh Devine caminaba apresurado por los pasillos dañados de la gran residencia Payne, sus pasos eran apresurados y una sonrisa tonta se asomaba por su rostro.

El lugar estaba un poco mejor, después del atentado que sufrieron los alfas estaban más alerta con quién entraba y salía de allí; junto con él mismo. No deseaba volver a sentir aquella opresión en su pecho al no encontrar a cierto rubio durante el derrumbe.

Sí, su relación con el omega había mejorado notablemente, no tiene idea de que cómo lo logró, pero no lo piensa arruinar.

Ya ha perdido la cuenta del tiempo que lleva tratando de conquistar a aquel terco y obstinado omega, y siempre terminaba en lo mismo; Niall rechazándolo. Siempre, desde que tiene memoria ha sido así. Pero, cada vez que lo rechazaba más le gustaba.

Era como un ciclo que no tenía ni pies ni derecho, ni el mismo Josh lo entendía, solo sabía que estaba completamente embobado por aquellos ojos zafiro que lo miraban con superioridad.

Niall no era como los otros omegas que había conocido. No, definitivamente Niall no era un sumiso al cual decirle qué hacer todo el tiempo, él hacía lo que quería cuando quería y nadie se atrevía a contradecirlo.

Un omega de piel aterciopelada con la actitud de un alfa.

Una muy interesante y deliciosa combinación.

Niall no parecía omega en absoluto, pero tampoco un alfa, todos quienes lo miraban y no conocía podían jurar que se trataba de un beta, ni dominante ni sumiso. Aquello puntos neutros.

Josh no podía imaginarse ni en sus más locos sueños a Niall siendo dominado por un alfa, siendo un bonito sumiso y aceptando castigos.

No, más bien; Niall era capaz de castigar a un alfa.

Aunque a pesar de amarlo justo cómo es y aceptándolo, no podía evitar sentir cómo subía el calor en todo su cuerpo cuando se imaginaba a un Niall más sumiso, con su carita de ángel, gimiendo debajo de él...

Como si de un balde de agua fría se tratara, sintió una fuerte cachetada en su rostro sacándolo de su ensueño.

-¿Qué mierda haces en mi cocina ahí parado como idiota? -escuchó la dulce voz de Niall. Ni siquiera se dio cuenta en el momento que llegó a la cocina.

Josh lo encaró, sin poder evitar sonreír al ver al rubio omega, el cual estaba con las manos en su cintura mirándolo con reproche. El alfa posó sus acaramelados ojos directamente en los de Niall, disfrutando cómo este se sonrojaba un poco, aunque si se lo dijera probablemente lo negaría.

Niall maldijo su naturaleza y apartó la mirada del mayor. Sonrió con superioridad.

-Solo lo diré una vez. Largo -espetó sin titubear.

Podía sentir como su omega interno se retorcía por hablarle así a Josh, Niall contrajo su rostro en una mueca. A veces, -todo el tiempo- le daban ganas de pegarle una patada en la cara a su omega. Odiaba que su omega insistiera tanto en buscar un alfa.

Él no lo quería, no lo necesitaba.

O al menos eso le gustaba creer.

-Yo también me alegro de verte, dulce.

Niall torció los ojos.

En definitiva, sí odiaba ese estúpido apodo.

-Largo -ordenó en un suspiro dándose la vuelta para claramente ignorarlo y seguir en lo suyo.

Josh mordisqueó sus labios y tomó del brazo al rubio para obligarlo a voltearse, lo atrajo más a su cuerpo y sonrió antes de dejarle un casto y rápido beso en los labios resecos del menor.

El resto de las omegas que trabajaban en la cocina comenzaron a cotillear entre ellas sobre la linda pareja qué hacían y lo bien que le haría a Niall tener alguien que por fin le ponga un alto a todas sus insolencias, este rió internamente, aunque estuviera con el idiota de Josh, jamás dejaría de ser él.

Por eso es qué le gustaba, ¿no?

Quiso pegarse cuando una risa tonta se le escapó al estar tan cerca del contrario. Sin embargo, se permitió disfrutar de los suaves brazos de Josh rodeando su cintura con amor.

Tal vez, solo tal vez; había estado esperándolo toda la mañana. Tal vez.

Obviamente no lo admitiría.

Todo su cuerpo se tensó de manera agradable al sentir el pulgar de Josh acariciar con cautela sus rellenos labios.

-En serio te odio -dijo el omega encogiéndose en su lugar al sentir al menos diez pares de ojos ajenos posarse en él.

Josh ya se había acostumbrado a ese tipo de comentarios por parte de Niall hacia su persona, sin embargo, sabía que solo eran eso, palabras. Él no iba a perder la esperanza, no ahora que había llegado tan lejos.

-¿No deberías estar ayudando a Harry y Liam con todo este desastre? -preguntó el menor con ironía en su voz. Josh rodó los ojos y apretó más el agarre en la cintura del rubio, se apoyó en la pared, dejando su espalda reposar en ella.

-Sí, debería -afirmó sarcástico-. Pero, esos idiotas se preocupan más por mantener intacta la manicura de sus omegas que por toda esta mierda.

Niall le pegó un suave -no tan suave- golpe en el pecho.

-¡Eso no es cierto! -exclamó con molestia- Qué a ti te preocupe más mi manicura no significa que a ellos sí. Además, tienen cosas más importantes de las que preocuparse. Tú solo comes y me acosas todo el puto día.

Josh soltó una sonora carcajada.

-Adoro acosarte, más cuando finges que no te das cuenta -Niall apartó la vista, Josh lo tomó de la barbilla para obligarlo a verlo-. También me preocupo mucho por tu manicura, dulce -añadió tomando una de sus manos y acariciándola.

-Siempre que me doy cuenta no lo finjo. Te empiezo a lazar cosas para que me dejes en paz, animal.

-También adoro eso.

Niall rodó los ojos.

-Eres insoportable -le espetó tratando de salirse de su agarre, lo cual fue inútil debido a la diferencia de fuerzas.

-Y tú muy adorable -antes de que Niall pudiera gritarle algo más, Josh estampó sus labios contra los del rubio.

Subiendo sus manos desde la cintura hasta su rostro, acariciando la esbelta figura de Niall, acunó su rostro y siguió besándolo.

Niall se negaba a corresponderle por idiota, sin embargo, luego de unos segundos simplemente no pudo evitarlo y se derritió en sus brazos. Permitiéndose tocar, permitiéndose amar.

Realmente si su yo de hace unas semanas lo viera se pegaría fuertemente, pero realmente, aunque no lo parezca se está dando una oportunidad, no a Josh, a él mismo. Se está permitiendo amar por primera vez en mucho tiempo.

Tal vez, uno de los culpables de eso es Louis después de tantos parloteos sobre lo hermoso del amor y todas esas mierdas. O algo así había dicho, está casi seguro de haberlo escuchado de su vocecita chillona.

La verdad, es que Niall había crecido en ese lugar, desde pequeño su madre lo vendió a un asqueroso alfa parte de la Treshja, un alfa que lo humilló y abusó de él en todas las maneras posibles por un mes, un día, le informaron que su dueño había muerto en una balacera.

Tal vez por eso le tenía tanto respeto a Zayn, él solo soportó aquel infierno por un mes, con un solo hombre, Zayn lo había hecho por años sin opción ni escapatoria.

Después de aquello, había tenido que aprender a sobrevivir por sí solo en esa casa. Sin permitir que lo tocaran de nuevo, había estado solo, hasta que un par de años después un pequeño omega de cabello castaño y voz aguda llegó a su cocina. Declarándose su mejor amigo sin preguntárselo siquiera.

Él creció, y maduró en aquel lugar. Comenzó a creer que el mundo y los alfas eran muy mierda como para amarlos, así que se empezó a amar a él mismo.

En tantos años hasta los alfas comenzaron a respetarlo aunque sea un poco, o al menos se resignaron. Ninguno salía ileso después de intentar propasarse con el rubio.

Oh, sí. Niall había pateado muchas pelotas en su vida.

Luego, conoció a Josh. A ese estúpido alfa que por más que le pateaba el orgullo seguía allí.

Y, en cierto punto, le comenzaba a gustar.

Miró a Josh justo en ese momento, se sentía bien estar en sus brazos, se sentía sostenido, a salvo. Sin tener que fingir fuerza ante nadie.

Sin darse cuenta ya estaba sonriendo.

-¿En qué tanto piensas, dulce?

-Creo que te quiero.

Josh sintió ganas de tomarlo ahí mismo y no soltarlo nunca.

Y eso hizo.

Con tres simples palabras.

-Yo te amo.

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