Capítulo XXXIII
Confianza
"A veces, hay que cerrar los ojos y saltar"
Anónimo.
-¿Lo trajeron a un maldito hospital? -gruñó Liam en un tono fastidioso, el lugar estaba rodeado, habían cámaras de seguridad en cada esquina del blanco recinto, y policías y guardias en las entradas y salidas.
Josh mantenía sus manos juntas sobre su regazo, con su labio inferior temblando rudamente como si estuviera en algún lugar con menos cero grados centígrados. El alfa podía sentir sus manos sudar frío y su corazón palpitar tan rápido y frenético que le iba a producir una taquicardia. Su alfa gruñía y rasgaba en su interior, sintiéndose incompetente e inútil. Su omega, su maldito omega había sido atacado, y él no había estado allí para protegerlo.
Un alfa no pudo proteger a su omega. ¿Cómo debería sentirse ahora?
Se sentía como la mierda, definitivamente.
Liam se relajó un poco, ver a Devine sufrir en silencio por el ataque a Niall le produjo empatía, él sintió exactamente lo mismo cuando Zayn lo dejó hace tres meses. Es un sentimiento, una opresión inexplicable para un alfa.
Harry le hizo mala cara, agrandó sus ojos y ladeó la cabeza, como si fuera una madre regañando a su hijo en silencio en un lugar público. Liam era el alfa de aquella especie de manada, aunque más que nada; Harry, Josh, Michael y él eran familia.
Rodó los ojos, ganándose un gruñido de fastidio por parte de Harry, sí, él podía proteger a su familia. Podía armar una puta guerra entre carteles con tal de vengar a sus amigos, pero en eso de compartir sentimientos, no era muy bueno. Vamos, que le tomó unas tres semanas decirle el primer cumplido a Zayn que no tuviera doble sentido.
Caminó hasta las sillas en donde Josh se encontraba sentado, su pie se movía frenético, pisoteando el piso bajo el. Se sentó a su lado y soltó un largo suspiro. Carraspeó un poco, llamando su atención. Devine lo miró con una mirada poco amistosa, Liam apoyó su mano en el hombro de Josh y frunció sus labios.
-Todo estará bien.
Josh puso los ojos en blanco y carcajeó sin gracia.
-Eres una mierda en esto.
-Al menos lo intento, hombre. Dame el beneficio de la duda -dijo palmeando su hombro. Tal vez más fuerte de lo que tenía planeado.
Él no era bueno consolando personas. A decir verdad, ninguno de ellos lo era. No había la necesidad de serlo, demostraban su preocupación de otra manera, siempre. Aunque esa vez, no sabían exactamente qué hacer, más que encontrar al bastardo que los atacó en su propia casa. Al enterarse, Liam tuvo un instinto homicida con Harry de nuevo, definitivamente debía encargar a alguien más para la seguridad de la casa. Liam estaba esperando a que Michael llegase, él sí era bueno con las palabras, siempre sabía exactamente qué decir.
-¿Tienes una puta idea de lo que siento ahora? Es como si me hubieran clavado una daga de plata justo en el pecho, pero no hubiera muerto, simplemente...
-Estás ahí con ese pedazo de mierda incrustado, ¿no? -Josh lo volteó a mirar con su ceño fruncido, asintió lentamente- Estando al borde de la muerte, agonizando, sin morir. Solo, en un estado estático en el cual sientes como todo el mundo se te viene encima. Sí, yo también lo sentí, por tres meses -suspiró-. Y lo sigo sintiendo, es una verdadera mierda. ¿Quién diría que tener un omega sería tan mortífero? Es como si, no te pudieras permitir separarte de él por un solo segundo, porque sientes ese hoyo vacío, ese abismo en el cual existe la posibilidad de que no vuelvas a ver sus putos ojitos mimados pidiendo cariño de nuevo.
Josh bajó su mirada, sintiendo como su respiración se calmaba nimiamente. Aunque en ese momento esa minúscula acción, le permitiera inhalar y exhalar tranquilo por un segundo.
-De acuerdo, me has sorprendido.
Liam se rió.
-Últimamente he recibido muchos regaños por parte de Mike, ya sabes. Aprendí un poco de toda esa palabrería que siempre se hecha para restregarnos nuestras mierdas.
-Tiene razón -agregó Harry, llegando con ellos. Le regaló una tranquilizadora sonrisa a Josh, con sus característicos hoyuelos. Tomó asiento el otro lado de Josh-, estará bien. Es fuerte, tal vez más que nosotros.
Josh sonrió, orgulloso de su Niall.
-Sí que lo es.
Los minutos pasaron, enfermeras y doctores caminaban con prisa por el lugar. El reloj de pared producía un molesto sonido. Y Josh cada vez solo quería correr a la habitación de Niall.
-¿Alguna idea de quién fue? -preguntó, sintiendo la furia crecer entre sus entrañas.
Harry negó suavemente.
-Louis me llamó, me dijo que Niall había sido atacado y no despertaba. Inmediatamente fuimos, eso es todo lo que sabemos. En la mansión no hay cámaras, no las creímos necesarias en un principio.
-Pura mierda -exclamó Liam, sintiéndose inevitablemente culpable, ningún omega debería ser atacado en su casa, la culpa carcomía su mente.
Harry mantenía su ceño fruncido, sabía que algo más había ocurrido. Louis estaba agitado y juró que no sabía nada, aunque Harry podía sentir que era mentira. Repasó en su mente los acontecimientos, tratando de encontrar una explicación del porqué Louis mentía. Lo único que había visto antes de salir corriendo junto con Josh al primer hospital que encontraran, fue la mirada de Zayn preocupada en el umbral de la puerta, tomando de la mano a aquel niño; Noah.
-Lo encontraremos -dijo Liam-, y cuando lo hagamos, nosotros nos vamos a turnar para clavarle un cuchillo a él en la médula.
-Suena como un plan -comentó Harry.
-Un buen plan -susurró Josh con la cabeza entre sus manos.
El chirrido de un celular sonó, Harry sacó el aparato de su bolsillo y observó el mensaje entrante.
-Dice Michael que llegará lo más pronto que pueda, creo que a Luke le dio una contracción por el embarazo -informó.
Josh asintió levemente.
-Dile que no se preocupe, y que no se aleje de su omega, no necesitamos otro alfa con problemas de ajuste.
-No fue tu culpa -expuso Liam con voz dura, Josh bufó.
-¡Claro que lo fue! -gritó levantándose de su silla, estrujó su cabeza entre sus manos y soltó un gruñido medianamente alto, logrando que varias miradas ajenas se posaran en él- Debí estar ahí, debí sentirlo. Mi omega estaba siendo atacado y no lo supe, ¿qué clase de alfa soy si no puedo proteger a mi omega?
Liam bajó la mirada, sin saber exactamente qué decir o hacer, en cierto punto, Josh tenía razón, un alfa debe estar para su omega, en todo momento. Sin embargo, aquella situación fue tanto inesperada como fugaz, era prácticamente imposible que lo hubiera podido evitar, aun si lo hubiera sentido, el daño ya estaría hecho.
Y justo en ese momento, Liam se preguntó hace cuánto tiempo que él no sentía esa conexión, ese entrelace de pensamientos que siempre rondaban en su mente cuando estaba con su cachorro.
La extraña, definitivamente, extraña aquel sentimiento de extraña paz.
Su mirada continuó baja con el pasar de sus pensamientos, analizando por primera vez los últimos meses. Nada tenía sentido, nada calzaba. Y, eso le estaba jodiendo la mente.
-Él estará bien -habló Harry después de unos segundos, seguidamente carraspeó un poco y le ofreció una pequeña sonrisa a Josh, un estiramiento de labios que perfectamente pudo haber sido una mueca.
Josh comenzó a caminar impaciente por el lugar, sin alejarse demasiado de Harry y Liam, solo tratando de despejarse para no terminar volviéndose loco y comenzar a romper cosas, sus respiraciones eran pesadas y escandalosas, algunas omegas enfermeras lo miraban con cierto temor, y otros lo miraban con pena. Aunque, a Josh le valía una mierda todo aquello, solo esperaba el momento en que lo llamara para poder ver a su rubio otra vez.
-Por favor, dime que todo está controlado -susurró Liam en dirección a Harry, quien verificó con sus ojos, que Josh estaba lo suficientemente lejos para que no los escuchara. Harry entrelazó sus manos y con la mirada al frente, suspiró.
-Sí, no te preocupes. Toda la mierda policíaca aquí es corrupta, no nos van a delatar.
Liam se permitió respirar tranquilo, tantas cámaras y hombres uniformados no le producía exactamente un sentimiento pacífico, odiaba el tener que estar en un lugar público, en vista a tantos ojos ajenos, tantas personas que al verlos no tienen ni idea su día a día, que no tienen idea de que su mente y manos estaban manchadas de sangre. Liam no podría decir cuándo fue la última vez que estuvo en un lugar tan público y abierto, de ver a tantas personas y familias fuera de su élite, su mundo.
Por un momento se preguntó qué se sentiría tener una vida así, tal vez ya se hubiera casado con su cachorro, vivirían en una pequeña casa sin preocupaciones, una vida normal. Tal vez serían felices, incluso puede que hubieran adoptado algún bastardo, Liam puede imaginarse sin problemas a un Zayn correteando por toda la casa detrás de algún niño, con una sonrisa en su esbelto rostro, aquellas de las que tanto amaba Liam, esas en las que sus ojos se achicaban y su sonrisa iluminaba todo a su alrededor.
Como si de un balde de agua fría de tratara, se negó ante ese pensamiento, era imprudente, más ahora que ni siquiera estaba cien por ciento seguro de que Zayn fuera él mismo.
-¿Estás bien? -la abrupta voz de Harry logró sacarlo de sus paradojas.
-Sí -contestó sin mirarlo, con la mirada perdida en la cerámica del suelo del hospital.
Antes de que Harry pudiera interrogarlo más, Josh se acercó, con sus manos frotándose entre sí y su labio inferior atrapado en sus dientes.
-¿Familiares de Horan? -la neutral voz de un doctor se hizo presente en sus canales auditivos, Josh inmediatamente levantó su mirada y posó sus ojos en el rostro del beta.
-Yo -contestó sin más preámbulos.
El doctor asintió y frunció levemente su ceño.
-Su omega estará bien, aunque, no sabemos si volverá a poder usar sus piernas en su totalidad. Lo lamento, puede pasar a verlo -informó rápidamente sin alguna emoción, Josh pudo sentir como su corazón se detenía por un momento.
Él asintió, y siguió al doctor por un par de pasillos hasta llegar a la habitación donde Niall reposaba. El hombre se fue, dejándolos en total privacidad.
Con sus inhalaciones entrecortadas, tomó la perilla de la puerta e ingresó en la habitación con cautela, casi esperando que Niall lo echara a patadas y le lanzara algún objeto que tuviera a la mano.
Pero, nada de eso llegó.
Cuando el alfa estuvo dentro, pudo ver como Niall se encontraba sentado en la camilla del hospital, con una bata azul puesta y ojeras marcadas bajo sus ojos, sin embargo, no se notaba asustado, solo preocupado.
-Dulce, yo...
No pudo terminar.
-No digas nada -sus miradas se encontraron-, no fue tu culpa, así que mejor deja de mortificarte y, ven aquí y abrázame.
Josh no esperó más para caminar hasta el omega, cumplir su orden y envolverlo en sus brazos, pudo sentir el suspiro de alivio que Niall soltó contra su piel.
La piel del omega estaba fría, tanto que Josh no pudo evitar frotarse contra su piel tratando de otorgarle calor. Niall se permitió ronronear gustoso en su oído y disfrutar de los cálidos brazos de Josh.
Trató de moverse, pero sus piernas no respondieron. Se tragó un quejido y se acercó más al alfa.
-Es mi culpa.
-Cállate -le espetó, Josh se alejó un par de centímetros, lo suficiente para mirarlo a los ojos-, eres el que menos tiene la culpa de todo esto. Estoy bien.
-No lo estás, tus piernas...
-Tú serás mis piernas, solo..., quédate conmigo.
Josh asintió lentamente y depositó un suave besó en su frente. Sabía que no fue nada fácil para Niall decir aquellas palabras, y por eso mismo, no las olvidaría nunca.
⚮•⚮•⚮
La noche cayó, Josh acompañó a Niall, rodeándolo de mimos y caricias en todo su cuerpo, aun cuando el omega se apartaba de él a carcajadas y se burlaba de él por lo cursi que podía ser.
Luego, una enfermera le informó que debían sedarlo para que descansara, ya que Niall parecía no querer dormir por su cuenta, y menos en una asquerosa cama de hospital, sin embargo, no tuvo mucha opción. Josh salió y se quedó en la sala de espera dispuesto a pasar la noche allí para sacar a su omega al día siguiente de aquel tedioso hospital. Además de que, por obvias razones, no podían quedarse mucho, no sabían cuánto tiempo la policía tardaría en averiguar que estaban familiarizados con el apellido Payne, y que provenían de la Treshja.
Liam y Harry habían vuelto a la mansión, diciendo que mañana a primera hora mandarían un auto por ellos para que los llevara a casa. Michael sí pudo llegar, y apoyó en lo que pudo a Josh antes de tener que partir para acompañar a su omega. Josh quedó rápidamente dormido en las incómodas sillas del hospital.
Niall había sentido los efectos del sedante, sin embargo, no duraron mucho tiempo.
Exactamente un par de horas después, sus ojos se abrieron y su consciencia volvió, talló sus ojos y observó el reloj de pared que se hallaba en el recinto.
Doce en punto.
Apenas si era la media noche, soltó un quejido y se acomodó -con bastante dificultad- lo mejor que pudo en la cama. Se suponía que el sedante lo dormiría toda la noche, y si algo odiaba Niall era desvelarse. Ya que después no podía volver a dormirse.
Buscó con la mirada a Josh, pero no lo encontró.
Soltó un bufido y se removió entre las sábanas.
Cerró sus ojos y se frotó los brazos tratando de entrar en calor. Hacía un frío del demonio en los hospitales, además del horripilante aroma a enfermedad, alcohol y químicos.
Niall odiaba los hospitales.
-Maldito Josh -se quejó con la voz levemente quebrada y ronca.
No había mucha diferencia en cerrar los ojos y abrirlos, el lugar estaba tan oscuro que no podía ver nada, todo era negro. Excepto la casi nula luz del reloj.
El chirrido de la puerta al abrirse tenuemente, llamó por completo su atención y provocó que sus sentidos se pusieran alerta, además de que su corazón inevitablemente diera un vuelco.
Estar en un lúgubre hospital a media noche no era algo precisamente tranquilizante.
-¿Josh? -preguntó por inercia, rezando mentalmente porque fuera su estúpido y cursi alfa.
Escuchó pisadas acercándose y algunos quejidos lastimeros salir de aquella persona que lo estaba acechando.
Inapelablemente, en su mente se formó la imagen de Javadd.
El miedo se incrustó en sus venas, y un fuerte escalofrío lo recorrió.
La luz artificial se hizo presente. Revelando aquel rostro.
Niall sintió una oleada de sentimientos encontrados revolcarlo. En todos los sentidos posibles.
Noah tenía razón, los ojos eran la clave.
-¿Z-Zayn? -su voz tembló.
La casi frágil sonrisa de Zayn logró calmar su corazón.
Zayn no contestó, su boca se abría y cerraba constantemente, tratando de encontrar las palabras. Tratando de no quedar como una basura cobarde frente a uno de los pocos amigos que tenía.
Sus ojos se dirigieron a sus piernas, tapadas por las sábanas blancas.
Sus ojos escocieron.
-Y-yo, no sabes cuando lo lamento, Ni. Y-yo... -las palabras se acallaron en un sollozo, tapó su boca con sus manos y negó frenéticamente.
Lágrimas escapaban por aquellos hermosos ojos. Mojando sus mejillas y dándole un aspecto vulnerable.
-N-nunca quise que esto pasara -su voz era temblorosa gracias a su inestabilidad-, yo no lo pensé, fui un idiota, debí saber que Javadd iría con Liam y tú lo pagaste. Lo lamento, lo lamento muchísimo, por favor no me odies.
Aún en aquella nostálgica situación, el nombre de Liam salir de los labios de Zayn, le producía una tranquilidad increíble.
Niall lo miraba sin expresión, sus ojos analizaban de pies a cabeza al pequeño omega delante suyo. Justo como lo recordaba, tal vez un poco más dañado. Pero podía sentir la diferencia entre Zayn y Javadd, prácticamente sobrenatural.
-Acércate.
Zayn dudó, hecho un manojo de nimios sollozos bajó su mirada, necesitando a Liam para poder calmarlo. Así como lo ha necesitado por todo ese tiempo. Cada día más y más.
-Zayn -la voz de Niall sonaba dura y rígida-, ven.
El moreno dio un paso al frente, estaba solamente lo suficiente lejos de la camilla, para evitarse a sí mismo ir con Niall y pedirle perdón en mil formas diferentes, aunque para él, ni eso bastaría.
Era su culpa, y eso lo estaba terminando de matar.
Otro paso, y logró quedar al pie de la cama, Niall frunció su ceño, tomó bruscamente la delgada muñeca de Zayn y lo atrajo a sí.
Lo envolvió en sus brazos, sintiendo el sollozo de Zayn en su hombro.
Niall lo sabía, no solo lloraba por él. Si no por todo, Niall pudo sentir como lloraba por tres meses completos.
Zayn se aferró a su amigo, y susurró varias disculpas a su oído. Pero más que todo, disfrutó del abrazo.
Llevaba tanto tiempo necesitando un abrazo.
Niall acarició su cabello y suspiró.
-¿Dónde has estado? Sé que necesitas que te escuchen. Pero, Zayn. Yo también necesito respuestas, más que todo ahora que un doppelganger malvado tuyo está en nuestro hogar. Con Liam.
Zayn se separó del rubio y limpió sus mejillas mojadas con las mangas del suéter oscuro que traía puesto. Asintió, comprendiendo.
-He estado buscando a mi mamá.
-¿Por qué?
-Necesitaba su ayuda, pero cuando la encontré ya estaba muerta.
Niall asintió con la mirada baja.
-Liam cree que Javadd eres tú.
-Lo sé, y solo por eso le voy a arrancar los ojos -sentenció sin temor ni temblores, Niall solamente pudo sonreír, Zayn sacó un pequeño papel arrugado de su bolsillo-. Te prometo que te diré todo, pero necesito que le digas a Liam que me busque en este lugar, hoy mismo. Necesito verlo, por favor, Ni.
Niall tomó el papel en sus manos.
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