Capítulo XXV
Para siempre
"Los villanos no tienen un final feliz"
Anónimo.
Zayn podía sentir explícitamente el nudo que se formaba en su garganta, podía sentir cómo cada miembro de su cuerpo temblaba sin control, podía sentir las palpitaciones de su corazón acelerar a cada segundo. Incrementándose, más y más. Podía sentir el miedo esparcirse por todo su cuerpo.
La penumbra de la noche era el único testigo, lo único que lo resguardaba, y la luz de la luna lucía como un reloj de arena gigante, informándole que el tiempo se acababa. Y, solo había algo qué hacer, la única opción.
-Sí, egoístas, somos egoístas, ¿verdad? Malditamente egoístas.
-Sí, amor. Lo somos.
¿Qué tan egoísta era si dejaba morir a alguien con tal de quedarse con Liam?
El celular en su mano seguía en línea, conectado. A pesar de que el aparato estaba lejos de su oído, podía escuchar la relajada respiración al otro lado de la línea, y junto a aquella calmado respirar, gritos de una voz muy conocida lo acompañaban.
Su mano temblaba tanto que se sorprendió de que su celular no haya caído al suelo.
Una casta lágrima se resbaló por su mejilla.
No podía ser egoísta, no esta vez.
Un repentino golpe a la puerta lo sobresaltó aún más, llevó su mano libre a su boca y la tapó con fuerza, no podía permitirse hacer ruido.
-¿Zayn? ¿Estás ahí? -escuchó la grave voz de Harry, Zayn se mordió la lengua acallando un sollozo.
También pudo escuchar cómo la voz al otro lado de la línea le susurraba un siseo en señal de que permaneciera callado, los gritos también pararon, solo se escuchaba un leve forcejeo.
-¿Louis está contigo? No lo encuentro por ningún lado.
Un grito ahogado se escuchó salir del celular.
Zayn permanecía en silencio, se dejó caer al piso aun con la mano tapando su boca y sus avellanados ojos con una gruesa capa de agua.
Harry dio un toque más a la puerta y luego suspiró.
-Bien, supongo que no estás... Demonios, seguiré buscando.
El sonido de sus pasos al alejarse lo tranquilizó un poco.
Cerró los ojos con fuerza, dejando que las lágrimas acumuladas empapasen su rostro.
Nuevamente, y con sus latidos descontrolados, llevó el celular hasta su oreja.
-¡Zayn! -escuchó un grito desgarrador llamándolo, y próximamente, un fuerte golpe.
Todo quedó en silencio por unos segundos. Incluso el silencio logró alterarlo más que los gritos.
-Sabes qué hacer ¿no, Zayn?
-S-sí -contestó con la voz quebrada.
Una estruendosa carcajada se escuchó.
-Nos vamos a divertir mucho, hermanito.
Veinticuatro horas antes
-N-no me dejes -suplicó Zayn llorando en el hombro de Liam, quien lo tenía fuertemente agarrado de la cintura.
Ambos se encontraban en la habitación de huéspedes; ya que la suya había sido destruida gracias al atentado.
Después de aquel mensaje -cosa que Zayn nunca mencionó-, Liam había pasado el día entero consintiendo a su cachorro con mimos y caricias.
Lo había cargado como un bebé hasta el recinto y le había susurrado al oído lo hermoso que era para él.
Zayn aún estaba afectado, sabía que debía contarle a Liam su secreto, la condición que Yaser lo obligó a cargar, pero, no quería. No quería porque sabía que cuando se lo dijera Liam lo dejaría de ver con los mismos ojos.
Liam lo veía como su omega, un delicado, lindo y fértil omega. No como el omega tan roto y destruido qué es.
-No lo haré -afirmó acariciándole el cabello-. Solo promete que tú tampoco lo harás -Zayn se limpió las lágrimas con la manga del suéter que Liam le había puesto.
-L-lo prometo -hipó.
Pero se le olvidó mencionar lo malo que él era cumpliendo promesas.
Zayn se encontraba con las piernas enrolladas en la cadera de su alfa, y las manos de este en su pequeña cintura, sus grandes manos apretaban su piel de manera posesiva, y Zayn estrujaba más la cadera de Liam con sus piernas de igual manera.
El alfa llevó una de sus manos hasta el cuello de Zayn, delineándolo con delicadeza, el meno gimió ante el tacto y expuso más su cuello.
-Quiero marcarte.
Los lagrimales de Zayn aun goteaban y mantenían su vista nublada, pero a pesar de que mantuviera su mirada borrosa, pudo distinguir con claridad los ojos de Liam cambiar a aquel rojo sangre que tanto comenzaba a amar.
Y pensar que él antes odiaba el color rojo.
Odiaba ese color porque siempre que abusaban de él podía apreciar cómo los ojos de los alfas siempre cambiaban y lo sometían, sin escapatoria. También cómo los ojos de su padre siempre enrojecían cada qué lo lastimaba.
Pero en Liam aquel color se veía tan majestuoso y hermoso que le resultaba imposible de odiar.
Siguió gimiendo involuntariamente ante las caricias de Liam, no respondió, solamente, asintió con los ojos cerrados y se dejó tocar.
Solo Liam podía tocarlo de aquella manera tan pecaminosa, solo él.
-Lo haré -afirmó con la voz más ronca de lo normal-, pero no ahora. Te voy a llevar a algún lugar bonito antes, cómo esas cosas... ¿Cómo se llaman? Sale en las películas.
Zayn rió y apoyo su rostro en el cuello del mayor, refugiándose allí.
-¿Citas? ¿Quieres invitarme a una cita?
-Sí... Esa mierda, te llevaré a una cita muy lejos de aquí, fuera de todo este puto drama constante. Luego, nos iremos a un maldito hotel de cinco estrellas por una semana, y ahí, cachorro -lo tomó de la cintura y en un rápido movimiento lo dejó debajo suyo-, te voy a marcar, y luego vamos a follar el resto de los días. Puede ser como una tradición, piénsalo. Una vez al mes, te llevaré al mismo hotel, a la misma habitación y nos olvidaremos del mundo por una semana.
Zayn soltó una risa boba.
-Sí, suena muy bien.
-Mírate, ni siquiera pones un pero, maldito consentido, me dejarás en bancarrota.
Zayn le dio un leve empujón y siguió sonriendo, Liam sonrió al ver que había cumplido su objetivo.
Su omega había dejado de llorar.
⚮•⚮•⚮
-Dijo que quería marcarme.
Louis escupió el agua que estaba tomando en el rostro de Zayn, este hizo una mueca.
-¡Oye! -se quejó.
El más bajo comenzó a dar saltitos y sonreír exageradamente.
-Ay, ustedes son como un puto cuento de hadas andante, qué hermoso. Creo que estoy enamorado de su relación.
Zayn le dio un ligero empujón y se limpió la cara con un trapo de la cocina.
-¿Y, Niall? -preguntó.
Louis se encogió de hombros y luego soltó una escandalosa carcajada.
-Probablemente se esté tragando a Devine para luego decir que lo odia.
Zayn asintió riendo.
El lugar ya estaba mejor, los alfas reconstruyeron lo más dañado, lo cual era; la sala común, algunos pasillos y su habitación. Esta última ya casi estaba medianamente arreglada y Zayn ya estaba ansioso por poder volver.
Todo seguía funcionando correctamente con respecto a la Treshja, mantenían a las autoridades lejos y los encargos y contratos se seguían haciendo, todo estaba bien. Y, eso les traía una paz interna a básicamente todos los residentes del lugar. Liam y Harry habían estado bastante ocupados para lograr esa tranquilidad.
Liam estaba demostrando qué sí merecía y podía manejar el puesto de su difunto padre, y eso llenaba al omega de Zayn con orgullo hacia su alfa.
-Mierda -escuchó maldecir a Louis por lo bajo, Zayn volvió a mirar y observó como Louis apuntaba unas gigantes bolsas llenas de basura y escombros.
-¿Qué con eso?
-Es lo que tenemos que ir a tirar al bosque para que se pudra allí -dijo con una mueca-, si no, nadie lo hará.
Zayn copió su semblante.
-No jodas, Lou. Eso es más grande que yo y claramente más que tú.
El oji-azul rodó los ojos y con un exceso de fuerza se echó una bolsa al hombro.
-Deja de lloriquear y ayúdame con esta mierda.
Zayn bufó, tomó una bolsa y con dificultad acompañó a Louis hasta afuera de la mansión, ya no había alfas trabajando allí, todos estaban dentro.
Louis arrastraba la gigante bolsa negra por el suelo y caminaba junto con Zayn hasta el bosque que cubría la casa, era un lugar muy bonito, a decir verdad, Zayn se preguntó porqué no había ido ahí antes.
Los rayos del atardecer alumbraban las hojas de los árboles con cautela y se podía escuchar el sonido de los grillos.
-¿Ya estamos muy lejos no crees? -dijo Zayn al ver que las luces de la mansión ya solo se apreciaban de lejos, demasiado lejos. El sol ya se estaba ocultando y la iluminación era mínima.
-Un poco más, es por aquí -Zayn arrugó el rostro y asintió.
Un par de minutos más y habían llegado a un gran pozo, viejo y demacrado. Louis tomó la bolsa y la dejó caer dentro del pozo, unos segundos después se escuchó la bolsa caer.
Zayn hizo lo mismo para luego suspirar aliviado por haberse deshecho de la pesada bolsa.
Louis comenzó a removerse en su lugar incómodo.
-Tengo que hacer pipí.
-¿Es urgente? -preguntó cansado. Louis mordió su labio y asintió frenéticamente. Zayn soltó un suspiro pesado y asintió.
El más bajo corrió unos árboles más lejos y desapareció en las penumbras.
Unos minutos después, Louis se había descargado en un arbusto. Ya había oscurecido y debían volver, acomodó sus ropas y se dio la vuelta.
Soltó un pequeño grito al ver unos orbes azules mirándolo fijamente. El cuerpo se camuflaba en la penumbra, sus ojos brillaban como un par de zafiros brillantes y recién pulidos. El cuerpo se empezó a mover en su dirección.
Louis dio pasos hacia atrás asustado, hasta que un solitario rayo de luz de luna alumbró el rostro del contrario.
El omega suspiró aliviado por un momento.
-¿Zayn?
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Tiempo actual
-¡Liam! -gritó Harry al visualizarlo, el mencionado volteó en su lugar para encarar a su amigo.
-¿Qué?
Harry llegó trotando, había estado recorriendo todo el lugar y no había señales de Louis, se comenzaba a preocupar mucho. Una opresión fuerte en su pecho no lo dejaba tranquilo.
-Necesito ayuda, Louis no está en ningún lado. Ya recorrí todo este maldito lugar y nada.
Liam frunció el ceño.
-Los omegas no abandonan la casa, les está prohibido, no te preocupes, debe estar en algún lado -trató de tranquilizarlo, Harry negó.
-No, no. Liam, hablo en serio, no está en ningún lado.
-Bien, iré a ver a Zayn para ver si sabe algo. Manda a los alfas a recorrer las afueras, no debe estar lejos -ordenó encaminándose a la habitación de huéspedes.
Harry asintió y corrió hasta la sala común donde dio la orden.
Su rostro comenzaba a ser una mueca continua.
Algo estaba mal.
-Amor -llamó Liam entrando a la habitación, una extraña densidad lo acaparó de inmediato.
Olor a tristeza acaparó sus fosas nasales.
En el lugar no había nadie.
La ventana estaba abierta y el frío viento nocturno hacía volar las cortinas, la luna se encontraba justo en el centro de la vista de la ventana. Casi tétrico.
Liam recorrió el lugar con la mirada, hasta que sus ojos se toparon con un papel arrugado en el centro de la cama.
Todo pasaba extremadamente lento, como si de un sueño se tratara.
Su corazón no latía, simplemente se mantenía ahí, en su lugar, estático. Con los dedos temblando tomó el arrugado papel.
Déjame contarte una historia, había una vez, un omega muy dañado, en todos los sentidos posibles, que le tocó vivir una vida que no eligió, una vida que desde pequeño odió. Dónde en vez de felicitarte por hacer algo bien lo golpeaban, y abusaban de él. Una vida que le arrebató la inocencia a muy temprana edad. Sin embargo, se había resignado. No había de otra, no había una salida. O al menos eso pensaba. Un día, su padre llegó, ensangrentado y con una asquerosa sonrisa en su rostro, le dijo al omega que lo había vendido una vez más, pero que esa vez sería diferente, sería para siempre. El omega no dijo nada, simplemente asintió y se escondió más en la oscuridad de su habitación, su padre comenzó a reír y le dijo que tenía un regalo que ofrecerle, como una despedida. Tomó una daga de plata, la misma con que siempre lo había torturado y se lo incrustó en el vientre, el omega gritó y cómo siempre, nadie hizo nada. Dejó la daga en su piel, y se fue. Sin más. El omega con la poca fuerza que le quedaba se sacó la daga de sus entrañas, sintiendo como la plata quemaba su interior. Y... Comenzó a sangrar de más, por otra parte. Entonces lo supo; había quedado estéril. Lo único bueno que aún tenía, se le fue negado abruptamente. Ese día supo que ya no tenía más fuerzas con las que pelear. Dos días después el omega fue trasladado a una cárcel de alta seguridad, donde un alfa grande y gruñón lo reclamó frente a un montón de reclusos. El omega lo odió, lo odió porque eso le había enseñado la vida, a odiar a los alfas. Pero, no peleaba ni forcejeaba, ya no tenía con qué. La cicatriz en su vientre le había arrebatado todo. Los días pasaron, y el odio no cesaba, hasta que en una reunión en donde se reencontró con el monstruo de su padre, el alfa lo defendió. Y entonces el omega sintió lo que nunca había sentido, protección. Ese fue solo el inicio, hubieron más momentos e historias, estoy casi seguro de que las recuerdas. ¿Te cuento el final? El omega se enamoró, por primera vez disfrutó ser dependiente. Sentía que ya no tenía que pelear más, porque tenía a alguien más para que velara por él, fue un agradable sentimiento, pero nada dura por siempre. Lamento todo esto, lamento no estar ahí y hacerte enojar para que luego me beses y me consientas. Te estoy dejando libre, Liam. Gracias por enseñarme que la vida no es tan mala, gracias por dejarme tomar un pedazo de tu corazón y llevarlo conmigo siempre, soy egoísta, ya te lo he dicho. No te devolveré ese pedazo, es mío. Me lo merezco, somos egoístas.
No lo olvides.
Siempre tuyo, Zayn.
Ahora él no era el único roto, tal vez ahora, puedan repararse juntos.
¿Qué tan dañado estás si te rompes para reparar a otro?
¿Qué tan tóxico es romperse y despedazarse con tal de tratar de reparar un corazón?
Y, ¿qué pasa si ese corazón no puede ser reparado?
Creo que este ha sido un capítulo muy importante, para entenderlo bien se debe leer con calma, y cualquier duda se va a aclarar en los siguientes capítulos.
Ya quiero leer sus teorías...
Es la primera vez que hago saltos de tiempo en un capítulo así que díganme si no quedó muy asco. >.<
Muchísimas gracias por leer. Espero que mi mierdilla les haya tocado el corazón, o sacado una lágrima, si fue así, entonces cumplí mi objetivo. 💛
All the love.
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