Capítulo IX
Azul
"La cara es el espejo del alma, y los ojos sus intérpretes"
Cicerón.
-¿Puedes tranquilizarte? ¿Por favor? -bufó Harry mirando como Liam daba mil vueltas por todo su despacho, apretando los puños y respirando agitadamente-. Liam, ¡basta! -gritó haciendo ademanes con las manos de exageración e inquietud. Liam paró de caminar en círculos y lo volteó a ver, Harry tenía los ojos agrandados, extasiados. Sus verdes iris se miraban más claros por la iluminación.
Su despacho era grande, como otra habitación, pero también una oficina. Ahí trataba negocios y de vez en cuando llevaba omegas de una noche, ya que odiaba llevar prostitutas a su habitación. También se embriagaba cuando estaba estresado o más furioso de lo normal.
Era rústico, al igual que el resto de la casa, las paredes de madera de pino y alfombras de la piel de algún animal, tenía dos sofás-camas, un armario para ropa y otro donde guardaba botellas de distintos licores. También un enorme escritorio de madera negra que estaba forrado de papeles por encima; era sin duda lo que más resaltaba.
-No te pongas así, la reunión no salió tan mal como lo había apostado con Devine -comentó Harry con una sonrisa burlona, Liam rodó los ojos.
-No se trata de la estúpida reunión -aclaró molesto, dando un golpe al escritorio, provocando que algunos papeles que posaban en el cayeran al suelo y lápices y lapiceros se levantaran por el impacto.
Harry se acarició las sienes y suspiró.
-¿Entonces? Tengo mejores cosas que hacer que estarte viendo dando vueltas y gruñendo.
Liam cerró los ojos por un momento y respiró profundo, después de lo sucedido había dejado a Zayn en su habitación y le había ordenado -de manera grotesca-, que no saliera de la habitación. Estaba molesto con sigo mismo, había permitido que su lado animal tomara el control, no recordaba mucho además de haber echado a Yaser, solo unos destellos azules que le estaban carcomiendo los pensamientos.
No, no.
En esos momentos no le importaba mucho el haber dejado tener tanta cercanía con el omega.
No.
Pero ese azul, de verdad le daba mucho que pensar.
No era muy común que los omegas mostraran el color de sus ojos, normalmente son los alfas los que muestran su color rojo para asustar. Pero con los omegas no era necesario ya que prácticamente nunca se involucraban en peleas o enfrentamientos, ya que tenían un alfa para hacer ese trabajo. Los omegas eran delicados y pacíficos, no rabiosos y busca pleitos a diferencia de los alfas.
Liam muy pocas veces en su vida había visto el color de ojos de un omega, pero sabía una cosa; eran ámbar. Un ámbar cálido que simbolizaba pureza y transmitía tranquilidad. El azul por otro lado, es otra historia.
Un omega con los ojos azules era repudiado por los alfas y la mayoría de la sociedad.
El azul no era cálido como el ámbar. El azul era frío y vacío.
El azul solo implicaba una cosa; el omega había perdido una parte de sí, había sido arrebatado de una parte importante de su inocencia y pureza. Su alma había sido manchada con sangre ajena.
Recordó vagamente que una vez su madre le contó la típica frase de; los ojos son la ventana del alma. Y, definitivamente la de Zayn era un abismo desierto y muerto.
-No quiero que Yaser Malik vuelva a pisar un solo centímetro de mi propiedad -bramó con el ceño fruncido-. Encárgate de eso -ordenó tomando asiento en la silla rodante de su escritorio.
-Liam... No puedo hacer eso -replicó lentamente Harry vacilando-. Yaser es una parte importante de la organización, simplemente no podemos expiarlo de todo.
Liam gruñó.
-Si lo echamos perderíamos una gran parte de las inversionistas además de propiedades y armas, y aunque lo hiciéramos necesitaríamos el voto a favor de los demás.
El alfa rodó los ojos y se talló el rostro con las manos. Harry lo miró con los labios fruncidos.
-Mantenlo fuera de esta casa lo más que puedas -demandó después de un rato de silencio, Harry suspiró frustrado, pero se limitó a asentir-. Ahora largo. Tengo que trabajar.
Liam comenzó a revisar varios papeles y carpetas, su pulso temblaba un poco y no lograba concentrarse en las palabras que leía, ni siquiera las retenía por mucho tiempo y tenía que volver a repasarlas.
-Deja eso -dijo Harry-. Estás enojado, y estresado, no puedes trabajar así.
-Tengo que -replicó Liam-. Estoy a los ojos de los demás miembros, necesito organizar todo, un paso en falso y todo se puede ir a la mierda.
-Bien -acertó Harry encaminándose a la salida-. Mandaré a Zayn.
Liam arrugó la cara.
-¿Para qué?
-¿Crees que no lo he notado? Su olor te calma, es normal cuando un omega le agrada a tu alfa -Liam lo miró mal, Harry soltó una risa y bufó-. No te preocupes, hombre. No te estoy entregando un acta de matrimonio, solo mandaré a Malik, después de todo solo es otra de tus putas, ¿no?
Después de eso salió del recinto.
⚮•⚮•⚮
Zayn no había salido de la habitación de Liam, estaba confuso y tenía un dolor de cabeza tremendo, se encontraba tirado en la cama perfectamente acomodada mirando al techo, con las manos en su plano vientre y sus pies colgando en el borde de la cama.
No sabía muy bien que había pasado, estaba borroso, como un mal recuerdo. Su omega interior había tomado el control, por lo cual tenía una espantosa jaqueca, eso no era muy común y no es muy recomendable que suceda seguido. El lado humano tiene que dominar al animal, aquello era la regla de oro de la jerarquía en la que vivían.
Tenía hambre, y no podía salir. Liam estaba molesto y por ahora no quería más problemas.
Maldijo al alfa una y otra vez.
Al cabo de un rato la puerta se abrió y él se incorporó esperando ver a un gruñón Liam entrar, pero al contrario estaba Harry. Zayn frunció el ceño.
-Vamos -gruñó el alfa.
Zayn se cruzó de brazos, no tenía por qué obedecerlo, no era Liam.
-¿A dónde?
Harry puso los ojos en blanco.
-Donde Liam, mueve el culo. Anda -vociferó, Zayn se levantó obediente y lo siguió.
Zayn caminó detrás del mayor, no vio ni a Niall y a Louis en el camino, realmente quería saber de ellos, aquellos omegas le agradaban bastante.
Se mordisqueó un poco el labio.
-¿Y, Louis? -preguntó para romper la tensión mientras trotaba un poco para lograr no perderle el paso a Harry, no tenía idea en que parte de la casa estaban.
Harry naturalmente frunció el entrecejo.
-Está bien. Lo que haga con mi omega no es de tu incumbencia.
Zayn suspiró, tragándose sus palabras.
La arrogancia y posesión era algo muy común en la personalidad de los alfas.
Llegaron a una enorme puerta doble que Harry empujó e introdujo a Zayn dentro.
-Pórtate bien -le dijo amargo, antes de desaparecer, cerrando la puerta duro, haciendo al menor pegar un ligero salto.
Zayn miró el lugar, en frente se encontró un escritorio gigante y Liam detrás de él revisando un sin fin de cuentas y papeles, tenía un lapicero en la mano la cual temblaba un poco, también un cigarrillo en la boca y en la otra mano un vaso de vidrio con un líquido ámbar en el.
Liam olfateó el tranquilizante aroma del omega e inmediatamente su pulso se relajó.
-Ven -resonó la voz de Liam en el lugar, ni siquiera lo miró. Zayn se acercó a paso lento sobándose el ante-brazo. Llegó hasta Liam quien hizo la silla rodante un poco para atrás dándole espacio al pequeño para subirse a su regazo.
Liam hundió su rostro en el cuello del menor, inhalando y disfrutando su aroma. Calmándose y haciendo que su alfa ronroneara gustoso.
Luego solo siguió leyendo, trabajando.
Zayn se acomodó en su regazo.
Liam tomó un último trago de su whisky y lo dejó en la mesa, posó su mano -ahora desocupada- posesivamente en el muslo de Zayn, dando ligeros apretones.
-No molestes, tengo trabajo.
Zayn asintió y Liam dio otra calada a su cigarrillo antes de volver al trabajo.
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