Capítulo IV
Bendito fuego
"Benditas sean las llamas que permiten yacer mi marca en tu piel"
Anónimo.
Zayn perdió la cuenta de los minutos que llevaba en aquella desdichada habitación, al principio se quedó inmóvil en el sitio donde el alfa lo había arrojado, luego que recobrara el sentido común comenzó a recorrer el lugar, era exageradamente adinerado a simple vista, con solo el dinero a montado en esa habitación podría mantener un país entero por un par de años.
Era enorme, el suelo estaba alfombrado por una capa blanca muy suave y los muebles eran de una madera fina, las cortinas parecían ser hechas de la piel de algún animal exótico y la cama era de colchón de agua envuelta en sábanas de seda rojas.
Después de unas dos horas aproximadamente de estar allí, su pobre estómago ya no aguantaba más, necesitaba ingerir algo o se desmayaría del hambre; aunque fuera en sentido hipérbole, lo sentía así. Caminó lentamente hasta la puerta de la habitación y la abrió, asomó la cabeza por los pasillos cerciorándose de que nadie lo viera, salió del cuarto y trató de memorizar la puerta para luego volver.
Su plan era simple, encontrar algo de comida y volver antes de que Liam descubriera que no estaba. Era estúpido y suicida, estaba consciente de ello, pero se negaba rotundamente a vivir entre cuatro paredes en lo que quedaba de su vida.
Tenía dos caminos, uno a la izquierda y otro a la derecha; el pasillo estaba iluminado por lámparas colgantes y las paredes estaban hechas de una madera antigua, sin saber mucho hacía a donde ir comenzó a caminar hacia la izquierda. Por las paredes colgaban unos tétricos retratos de -a lo que ponía adivinar-, antepasados Payne, cada uno fuerte y firme con rasgos que los identificaban. Siguió caminando a paso lento por un rato hasta que llegó a unas escaleras que daban al parecer a una sala común, podía escuchar pisadas y algunas voces, lo único que deseaba era no encontrarse con Liam. Bajó las escaleras cuidando sus pasos para no hacer mucho ruido, cuando ya estuvo en la sala una voz lo sobresaltó.
-¿Quién eres? -preguntó una ligera voz a sus espaldas, Zayn se abstuvo de salir corriendo de nuevo a la habitación y se volteó. Inhaló su aroma; un omega rubio lo miraba con el ceño fruncido y las manos en su cadera, era un poco más pequeño que él, pero eso definitivamente no le quitaba la seguridad que le emanaba por los poros, sus ojos eran de un hermoso celeste y sus mejillas estaban levemente sonrosadas.
-Yo, uhm..., -balbuceó, no sabía bien que contestar, el rubio alzó las cejas expectantes- solo quería algo de comer -agregó mirando sus pies.
Al omega se le iluminó el rostro.
-Eres el omega Malik, ¿no?
Zayn asintió incómodo.
-Me llamo Zayn.
El rubio relajó su semblante y sonrió.
-Soy Niall -se presentó amable, Zayn le devolvió la sonrisa, su estómago gruñó escandalosamente, apartó la mirada avergonzado mientras Niall soltaba una pequeña risa-. Hambriento, ¿eh? -carcajeó-. No te preocupes, sígueme.
El rubio comenzó a caminar seguido de Zayn hasta llegar a una pequeña cocina donde Niall lo invitó a tomar asiento mientras él le preparaba un sándwich, el moreno no podría estar más agradecido. Niall era muy hablador, en solo ese rato que lo habían estado juntos ya conocía la mitad de la vida del omega. Como, por ejemplo, que estado siendo cortejado por un tal Josh y él lo ha estado ignorando ya que no quiere nada serio por ahora.
-Además, que de verdad que no lo entiendo, un día dice que me quiere para toda la vida y al otro tiene a dos omegas diferentes sentadas en su regazo -se seguía quejando Niall-. Ugh, estúpidos alfas.
Zayn soltó una carcajada al escucharlo, el rubio era bastante amigable. La puerta reversible de la cocina fue abierta y un olor fuerte a alfa llenó el lugar, el morocho instintivamente bajó la mirada.
Maldito instinto omega.
Miró como el alfa ni siquiera le dirigía la mirada, solo paso por un vaso de agua y antes de salir le dio una sonora nalgada a Niall quien lo fulminó con la mirada lanzándole un tenedor. A decir verdad, fue una escena muy graciosa. Niall estaba rojo del enojo y sus manos nuevamente en sus caderas como una mala versión de una madre enojada.
-Malditos sin vergüenzas.
Zayn se encogió de hombros envidiando internamente la actitud altanera del omega. Lo recordaba en cierto punto a sí mismo hace un par de años.
Niall lo miró alivianando su rostro.
-No tienes que preocuparte por esas bestias, a ti no te harán nada. Nadie se mete con los omegas de Liam, no si quieren seguir respirando y con sus extremidades en donde corresponden -dijo sirviéndole un sándwich junto con una gaseosa, Zayn le agradeció con un asentamiento de cabeza y comenzó a devorar el alimento.
Una palabra en especial quedó grabada en su mente. Omegas; significa que había más de uno.
-Gracias -habló sincero una vez deglutió con la boca llena de migajas de pan, Niall sonrió enternecido ante la escena.
-No hay de qué.
Zayn le dedicó una débil sonrisa antes de volver su atención al sándwich, se quedaron así por un rato; Zayn comiendo como si no hubiera ingerido algo decente en meses y Niall mirándolo comer, preguntándose como un omega tan..., no estaba seguro de la palabra, pero, inocente, terminó en medio de ese nido de buitres como él suele llamarlo.
Una vez terminado de comer, Niall recogió todo y lo colocó en el lavaplatos, Zayn quiso ayudarlo, pero el contrario se negó rotundamente, no sabía cómo reaccionaría Payne al encontrarlo allí y la verdad no quería arriesgarse tampoco así que estaba decidido a llevarlo de nuevo a donde sea de donde se escapó.
-Antes de encontrarte conmigo -comenzó volteándose para quedar frente a frente del omega de nuevo-, ¿dónde estabas?
Zayn calló por un momento.
-En un cuarto, creo que era su habitación.
Niall frunció el ceño y apoyó sus codos en la mesa.
-¿De quién? -Zayn bufó encogiéndose de hombros.
-Liam.
El omega rubio por poco cae de la silla, Zayn se alertó y lo sostuvo de un brazo antes de que impactara contra el suelo.
-¿Te llevó a su habitación? -preguntó estrellándose con las palabras, Zayn asintió-. ¡¿Y tú escapaste?! -gritó incorporándose rápidamente.
Zayn volvió a asentir, confuso.
-Mierda -maldijo antes de tomarlo por la muñeca y salir corriendo de la cocina arrastrando al morocho junto con él.
Niall corrió con Zayn por la sala común donde recibieron varias miradas no gratas al ojo del morocho, pero el contrario pareció no percatarse de ello y siguió corriendo junto a él; ahora, subiendo las escaleras de dos en dos.
El rubio; quien iba en frente, chocó con algo a mitad de las escaleras y cayó hacia atrás empujando a Zayn quien logró que no rodaran por el resto de las escaleras apoyándose y sosteniendo a Niall.
-¿Niall? -preguntó una voz aguda, Zayn debido al golpe veía un poco borroso y no logró mirar el rostro ajeno, llevó su mano a su cabeza tratando de aliviar el repentino dolor y volver a enfocar su vista, Niall se removió en su pecho-. ¡Oh! Lo siento, no veía por donde iba.
El omega rubio fue levantado con la ayuda de alguien, mientras Zayn siguió en el escalón sobando su cabeza con los ojos cerrados, pudo escuchar un susurro.
-¿Quién es él? -la misma aguda voz.
Más susurros, esta vez de la chillona voz de Niall.
-Mierda, si Harry se entera de esto me mandará a dormir al sótano. Anda. Levántalo.
Zayn comenzó a ver colores distorsionados antes de que su vista volviera a la normalidad, visualizó como Niall y otro chico lo llevaban por el antiguo pasillo que había atravesado antes de encontrarse con el omega.
Zayn comenzó a caminar por su cuenta, Niall y el desconocido aflojaron su agarre.
-Siento haberte golpeado, chico.
Era otro omega, Zayn pudo reconocer su aroma.
Dios, ¿cuantos omegas había allí?
De alguna manera eso le alegraba más que encontrarse betas o alfas.
-Él es Louis -presentó el rubio cuando pararon de caminar por un momento.
Louis era un omega bastante atractivo a opinión de Zayn; su cabello era castaño cobrizo, de contextura delgada, pero con curvas bastante pronunciadas, facciones finas y unos increíbles ojos zafiro.
-Zayn -se presentó por segunda vez en el día, le sonrió un poco, una sonrisa torcida pero que le pareció bastante linda al castaño.
-Lo sé, temo que todos en esta casa saben quién eres -dijo volviendo a ver el pasillo en vigía-. Vamos -comenzaron a caminar, esta vez ya más tranquilos-. No debiste salir. Liam no lleva a nadie a su habitación, y definitivamente se enojará si sabe que escapaste. Es como una falta de respeto a su hospitalidad -informó-. Lo sé. Es raro. Los alfas son así, he vivido aquí toda mi vida y aun no entiendo por completo sus costumbres y reglas.
Zayn no contestó, siguió caminando hasta que llegaron a la habitación de Liam, Niall y Louis se quedaron estáticos a centímetros de la puerta mientras que Zayn tomaba la perilla.
-Yo... -pausó volteándose a ver a los omegas-. Gracias por la comida, Niall. Y, fue un placer conocerte, Louis -este último sonrió formando pequeñas arruguitas en los costados de sus ojos, Zayn tartamudeó un poco antes de seguir-. ¿Se podrían quedar? -Niall abrió los ojos como platos y negó rápidamente, Louis lo miró apenado.
-Lo siento, pero no podemos -contestó Louis-. No tenemos permitido entrar ahí, nadie lo tiene a excepción de mi alfa y ahora tú, si nos encuentran ahí tendremos problemas -y ya Harry a arriesgado su pellejo demasiadas veces por mí, quiso continuar, pero las palabras no se formularon.
-Pero, prometo que mañana vendré a verte, Liam no es fácil de lidiar -dijo Niall en forma de despedida con una sonrisa mientras se alejaba junto con Louis por el pasillo.
Zayn entró a la habitación, revisó el lugar y efectivamente Liam no se encontraba allí.
Suspiró aliviado y se recostó en la cama mirando el techo, giró un poco si rostro y notó que había un reloj de aguja colgado en la pared.
Once y tres cuartos de la noche.
No se esperaba que fuera tan tarde, en su antigua casa a esa hora todos estaban dormidos, al parecer todos ahí eran más nocturnos.
Él era más nocturno antes, pero su padre lo obligaba a dormir temprano. Siempre que lo agarraba de noche caminando desvelado por los pasillos a causa de su insomnio lo castigaba, tenía que estar en la cama a las ocho en punto. Ni un minuto más ni uno menos.
Se sentía extraño estar ahí.
No quería admitirlo, de verdad que no.
Pero, extrañaba su hogar.
Rodó por la cama hasta quedar a un lado, en posición fetal se hizo un ovillo y cerró los ojos tratando de descansar y pensar sobre los acontecimientos estos últimos días.
Sin pensar ni meditar mucho, se quedó dormido.
⚮•⚮•⚮
Un fuerte azote a la puerta logró apartarlo del mundo de los sueños, con las manos talló sus pequeños ojos avellana y se sentó en la cama. Volteó a ver la hora al reloj de pared.
Eran las cuatro y algo de la madrugada a lo que pudo ver de reojo, su vista aún estaba adormilada.
Miró a Liam, su camisa blanca estaba manchada, pudo olerlo; sangre espesa, en las botas, camisa, rostro, todo él estaba bañado en ese líquido rojizo, manchando el alfombrado.
El mayor se quitó las botas y sin decir nada se adentró en el baño, no le tomó ni diez minutos y ya estaba como nuevo, como si nada hubiera pasado, como si hace unos minutos no estuviera choreando sangre que, claramente no era suya, por toda la habitación.
Zayn se quedó quieto en su lugar, podía sentir las feromonas de enojo y rabia que esparcía el alfa.
El enojo, la furia y la rabia parecían ser el estado natural de Liam.
-Enciende la chimenea, la leña está a un lado -ordenó con la voz ronca, Zayn se bajó de la cama, sus pies descalzos se estremecieron ante el frío del piso, se dio un auto-abrazo y caminó hasta la chimenea a hacer lo que le indicó.
No fue una tarea difícil, a los pocos segundos el lugar estaba siendo llenado por un agradable calor e iluminado por esa luz natural.
Zayn se quedó admirando el fuego.
El alfa se colocó un pantalón chándal y dejó su pecho descubierto, se sentó en el borde de la cama.
-Ven -le dijo al omega en voz alta suspirando y echándose un poco hacía atrás.
El menor se dirigió lentamente hasta él e inseguro se sentó en su regazo, recibiendo una mirada de aprobación por parte de Liam, la cual fue tapada rápidamente por una mueca.
-¿No tienes hambre? -preguntó acariciando levemente al omega por la espalda, el omega de Zayn ronroneó gustoso ante el tacto.
Él negó un poco nervioso.
-Cariño, deberías saber algo -dijo Liam tomando la cadera del menor con una mano, apretando la zona bruscamente, Zayn gimoteó-. No hay una sola parte en esta casa que no esté con vigilancia -el omega se tensó-. Es tu primer día aquí y ya me desobedeciste -afirmó entre-dientes, Zayn se removió en su regazo, su omega lloriqueaba por haber enfadado al alfa, mas él en si solo se preocupaba por su vida y no por complacer al otro.
Liam lo alzó echándoselo al hombro antes de caminar hasta la chimenea, lo dejó caer en el suelo sin mucho cuidado.
-No te muevas -le ordenó utilizando su voz de alfa.
Esa voz, tiene un efecto demasiado efectivo para el gusto de Zayn en los omegas, aunque quisiera, no podía moverse.
No sabía que le asustaba más, si el hecho de que Liam usó por primera vez su voz de alfa en él, o el hecho de que ahora sabía que su omega no era lo suficientemente fuerte para luchar contra ella.
Se maldijo a sí mismo.
Liam tomó un fierro de metal que estaba como adorno en una cesta cerca de la chimenea, le dio la vuelta e introdujo la punta al fuego.
-No me gustan los omegas rebeldes, si te ordeno algo lo cumples, no hay otra opción -habló mientras miraba el metal en arder en el fuego, Zayn comenzó a soltar pequeñas lágrimas al saber lo que seguía a continuación-. Pero, tengo que confesar, que, aunque no hubieras escapado igual esto pasaría.
Sacó el fierro del fuego y caminó hasta Zayn, quien luchaba consigo mismo para moverse.
Liam le tomó el brazo derecho y lo acercó.
Zayn forcejeaba, pero Liam era más fuerte y logró dejar el delgado brazo quieto.
Acercó la punta del fierro y sin pensarlo más lo marcó en la muñeca, el omega gritó y soltaba gemidos pidiendo ayuda. Liam no se inmutó, de quedó observando como su piel enrojecía y se acoplaba al metal. Estuvo así por un minuto entero, y luego lo apartó, observando con un orgullo indiferente la marca de su brazo.
LP tallado en una perfecta caligrafía. Marcado en su brazo. Marcado como suyo, su propiedad. Un Malik marcado por un Payne.
Liam sonrió para él mismo.
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